Dentro de la mediocre, infumable e indicente temporada que está haciendo la Real, es difícil destacar a algún jugador. Pero si hay que escoger al mejor de la primera vuelta este es, sin duda, Claudio Bravo. El portero chileno nos ha dejado algunas intervenciones de gran mérito que han salvado alguno de los pocos puntos que ha conseguido el equipo realista en las primeras 19 jornadas. Dos balones que sacó de la escuadra en el Vicente Calderón, dos grandes intervenciones en el Nou Camp, una mano prodigiosa ante el Getafe...
Bravo comenzó la temporada como suplente de Riesgo, pero Bakero le dio la titularidad en Mallorca, en la jornada séptima, en su último partido como entrenador realista. Aquel día el chileno se alió con los postes. Hasta tres tiros del Mallorca tuvieron ese destino. La llegada de Lotina no le quitó la titularidad, salvo en el partido de vuelta de la Copa ante el Málaga (Bravo había jugado la ida, aunque no tuvo culpa en los cuatro goles encajados). El entrenador vizcaíno dijo primero que le mantenía "por coherencia", dado que no conocía al equipo, y después ha mantenido esa confianza en él hasta el día de hoy. En total, Bravo ha jugado trece partidos de Liga completos en los que ha encajado once goles. Los únicos peros que ha tenido han sido los errores cometidos ante Osasuna (encaja un gol increible, fácil de parar, aunque al final no tuvo incidencia en el resultado) y Valencia (quizá pudo hacer algo más en el gol de Villa, se quedó parado en la falta).
El único de los fichajes de esta temporada que está rindiendo a un buen nivel es Bravo. Y esto es especialmente paradójico en un equipo como la Real, que siempre ha presumido de tener grandísimos porteros de la cantera. Bravo es el tercer guardameta extrajero que llega a la Real, después de un fracaso (Asper) y un gran acierto (Westerveld). Desde que se retiró Arconada, la portería de la Real sólo ha tenido un dueño indiscutible, Alberto, que con oficio llegó a convertirse en uno de los mejores porteros de Primera División (Krauss llegó a pedir para él la internacionalidad antes del Mundial que se disputó en Francia en 1998). Asier Riesgo era la gran esperanza de los que deseamos que la meta realista esté en manos de un portero guipuzcoano, pero los nefastos años en los que ha venido a jugar en la Real le han cortado, por el momento, su progresión. Esta temporada, Bravo parece estar respondiendo mejor de lo que lo hizo Asier en los partidos en los que fue titular. El chileno se ha ganado el puesto y el reconocimiento de la afición, que no dudó en corear su nombre frente a Osasuna después de su enésima parada salvadora de la temporada. Ojalá que sus actuaciones contribuyan a dejar al equipo en Primera.
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