lunes, mayo 31, 2021

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2020-2021 (8) Ni sin VAR, ni con él

Parece inevitable la sensación de que con el arbitraje pasan cosas que se escapan de nuestro control. Ni sin VAR, ni con él. Es complicado saber qué falla cuando los estamentos arbitrales no dan importancia más que a lo que quieren, porque tan pronto se montan escándalos en los partidos que afectan a los equipos que comandan la tabla como se dejan sin analizar, y casi sin repetir en la retransmisión televisiva, dos más que posibles penaltis sufridos por la Real en el Wanda Metropolitano a dos jornadas del final de la Liga. Paradojas incomprensibles. Parece que aquello de que el fútbol sin polémica no es fútbol es el mantra de las clases dirigentes, las federativas, las arbitrales y las periodísticas, y por ello este deporte está cada vez más desnaturalizado. El VAR ha llevado además al fútbol a un absurdo del que parece difícil salir y que nadie parece especialmente interesado en resolver.

La perfecta descripción de todo esto está en un arbitraje tremendamente cuestionable en la más importante de las citas, el de Estrada Fernández en la final de Copa ante el Athletic, asistido en el VAR por Iglesias Villanueva y el ínclito González González. El desarrollo del partido, de lo más correcto, pero las decisiones puntuales son, como poco, llamativas. Una mano de Iñigo Martínez dentro del área, como claramente se vio con el vídeo que se dio a conocer después de la final y no durante la retransmisión, la convirtió en falta fuera con 0-0 en el marcador. ¿Qué vio el VAR para decirle al colegiado de campo dónde fue la infracción? Ni se explicó, ni se analizó, ni en la prensa ni según parece a nivel interno, porque los árbitros siguieron siendo designados con normalidad. Y en la jugada que decidió el partido, sorprendió que Estrada Fernández retirara la tarjeta roja a Iñigo Martínez tras cometer el penalti sobre Portu, cuando jugadas similares ni siquiera se han estudiado en las imágenes. Los árbitros avisan desde el VAR y van a consultar el monitor con una ligereza y falta de criterio que resulta, como poco asombrosa.

No es que sea un problema español, claro está, porque no hay más que recordar el rocambolesco penalti que Joao Pinheiro quería señalar a favor de la Real en el partido en Anoeta ante el Rijeka por una mano de Isak y que rectificó quién sabe cómo en una competición sin VAR, pero lo doméstico es lo que vemos habitualmente y donde es más fácil establecer comparaciones. Y en ese sentido, arbitrajes como el padecido por la Real en Mestalla, perpetrado por Pizarro Gómez, se antojan complicados de entender. La última jornada de la Liga le habría sobrado al conjunto txuri urdin solo con aquellos dos puntos que volaron con un gol marcado por un jugador que debía estar expulsado, como el propio Gabriel Paulista reconoció tras el partido, en un córner que nunca se debió de producir por una falta clamorosa previa sobre Le Normand y con dos penaltis bastante discutibles señalados contra la Real.

La cuestión es que el análisis tendría que ir mucho más lejos que el que nos permiten las jugadas puntuales, pero este no suele hacerse. Hay datos que hablan de que la Real no parece un equipo especialmente valorado por el colectivo arbitral desde su cúspide. ¿De qué otra manera se puede explicar que los dos árbitros ascendidos este año, Figueroa Vázquez y Díaz de Mera, hayan tenido tanto protagonismo con la Real? De los 18 partidos que ha dirigido cada uno, tres han sido de la Real en el caso del primero y cuatro en el del segundo. Siete de los 38 partidos de la Real en la Liga, el 13,7 por ciento, se los han quedado solo dos de los 20 colegiados de Primera. Por quedarnos con los rivales con los que finalmente se ha medido la Real por la quinta plaza, estos dos árbitros le han pitado tres partidos al Villarreal y solo uno al Betis. No, no parece que las designaciones arbitrales cumplan con los principios de equidad que han de regir una competición deportiva.

Y otro detalle más que curioso. ¿Cómo puede haber pasado la Real de ser el undécimo equipo que más faltas comete en la temporada 2019-2020 a ser el tercero en este ránking en la 2020-2021? No han sido pocos los partidos en los que se ha tenido la sensación de que con el conjunto txuri urdin hay un deseo de pitar eso que llamamos faltitas de una manera muy acusada. Cierto es que la fortaleza defensiva del equipo de Imanol ha crecido, pero no parece lógico que un equipo con semejante caudal ofensivo, con un porcentaje de posesión tan alto y que marca tantos goles sea penalizado con semejante dureza. Desde luego, ningún otro de los equipos de la parte alta de la tabla se mueve en esos registros, y solo el Celta, que se ha asomado al final de la Liga a la primera mitad de la clasificación, tiene unos registros parecidos a los de la Real, siendo de hecho el segundo que más infracciones comete.

Dos temporadas han sido más que suficientes como para quienes ansiábamos la implantación del uso de la tecnología hayamos podido comprobar que la cruda realidad ha destrozado las ilusiones que se habían depositado en estos avances. No solo no ha servido para eliminar jugadas que estábamos seguros de que se podían evitar en el fútbol, sino que los errores se siguen manteniendo de una manera más grosera si cabe por la misma ejecución de la herramienta tecnológica, una que deportes como el baloncesto, el tenis o el hockey han sabido aplicar sin problemas. Si a eso añadimos la inconmensurable confusión que parece haber en la aplicación de normas que tendrían que ser tan elementales como la de la mano, eso nos puede dar una idea de la situación real. No es buena, no. Y la Real ha visto esta temporada ejemplos más que de sobra de que las cosas distan de ser como seguramente tendrían que ser. Somos campeones de Copa a pesar de un arbitraje, y eso es algo que tendría que permanecer en el recuerdo y que tendría que haberse analizado con mucha más atención.

domingo, mayo 30, 2021

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2020-2021 (7) Aperribay y Olabe, ganar era esto

Cuando pase el tiempo y Roberto Olabe recuerde que la Real uso sus palabras para dar título al documental con el que nos mostró los entresijos de la final de Copa que le devolvió la gloria de ser campeón, tendrá que hacerlo con una sonrisa en los labios, con la satisfacción de un trabajo que está muy bien hecho hasta este punto. Ganar era esto, sí, era algo que generaciones de realistas no conocían y que, con él al mando de la dirección deportiva, han vuelto a saborear. Y es que ese ha sido el claro objetivo de Olabe desde que llegó a la Real: ganar. El mismo que siempre ha manifestado Aperribary, al que seguro podremos criticar muchas cosas, o quizá no tantas, pero que ahora mismo es un presidente que cogió a un club arruinado, fracturado, hundido y en Segunda División y lo ha convertido en algo completamente diferente. No lo olvidemos. Y ahora esa gestión tiene su exitosa prolongación en tiempos de pandemia, algo que tiene un mérito todavía mayor.

El presidente es un hombre feliz y se le nota. Ha llevado a la Real seguramente mucho más lejos de lo que podía imaginar en aquella convulsa noche hace ya más de una década en la que se hizo con el poder en el club. No se trata de hacer un diagnóstico de un periodo ya extenso, de todo el tiempo que lleva al frente de la entidad, pero sí de comprobar dónde estamos con los objetivos que tenemos ahora mismo. Año tras año se ve un crecimiento, y eso es algo muy difícil de conseguir. Que jugadores de renombre y de proyección acepten venir a la Real tiene mucho que ver con su realidad institucional. No se trata de convencerles con dinero, sino de animarles a sumar en un proyecto que cada día ilusiona más por todo lo que se ha conseguido y por el futuro que se le intuye.

Aperribay ya era el presidente que consiguió hacer de Anoeta el campo de fútbol que nos merecíamos, uno sin pistas de atletismo, uno que honrara el más añorado espíritu de Atotxa pero desde la modernidad que necesita hoy en día un recinto deportivo. Y hoy es también el presidente con el que nos hemos vuelto a proclamar campeones. No, no es casualidad. Y por eso tampoco parece casualidad que después de la etapa de Loren, larga etapa de un director deportivo que fue un paraguas bastante evidente de algunas de las decisiones tomadas, Aperribay apostara por un tipo como Olabe, uno que, lo dijo abiertamente, quería revolucionar el club. Y en cierta manera lo ha hecho. Su apuesta ha sido arriesgada pero valiente y hoy en día la Real es un destino apetecible para jugadores de cualquier nivel.

Eso no se consigue porque sí, y menos en un fútbol como el actual. Olabe ha sabido conjugar un proyecto inequívoco de cantera con la incorporación de jugadores decisivos. Y cuando hablamos de cantera, no se trata solo de lo que vemos en el primer equipo. Que el Sanse haya conseguido un histórico ascenso a Segunda División cuatro décadas después del anterior y que la Real C también haya logrado subir de categoría es una consecuencia directa del trabajo profesional, concienzudo y acertado que se hace en Zubieta. La Real siempre ha sido Zubieta, pero probablemente nunca lo haya sido con tanta intensidad como lo es ahora mismo.

Y sí, por supuesto, todo este trabajo tiene reflejo en los éxitos de la Real. Aunque esta temporada no se dio dorsal del primer equipo a ningún potrillo por los condicionantes de la pandemia, tanto Roberto López como Zubimendi subieron a todos los efectos, ayudando a que la media de edad en el campo de la Real fuera siempre de las más bajas no solo de la Liga española sino del continente europeo. No, no es nada fácil en el fútbol contemporáneo apostar por chicos de corta edad como si fueran auténticos veteranos, y Olabe lo ha hecho de la mano de Imanol. Si vemos la edad que tienen ahora pesos pesados del vestuario como Oyarzabal o Merino, nos daremos cuenta de que el director deportivo de la Real está armando equipo para años.

Hablábamos de los condicionantes del fútbol actual, y la situación de Odegaard es la mejor muestra. El Real Madrid no encontró dinero para fichar y tiró de lo que tenía, un cedido al que se había comprometido a dejar dos años en Donostia. Rompió un acuerdo táctico que la reglamentación impedía tener por escrito, solo se puede ceder jugadores por un año, y dejó a la Real sin la piedra angular de su fútbol. La reacción de Olabe fue tan rápida y ambiciosa que descolocó a muchísima gente. Convencer a un tipo como David Silva que lo ha ganado absolutamente todo, que era un dios en un equipo económicamente imbatible como el Manchester City y que ha sido campeón del mundo con la selección española, es algo que hace no tanto tiempo no podríamos ni haber soñado. Las lesiones del canario le han impedido rendir al nivel con el que soñábamos, pero que un jugador así esté en la Real, y que esté feliz, es algo que no tiene precio.

Y eso que Olabe ha tenido que lidiar con unas cuantas patatas calientes, y las que le quedan. Lo que más se le ha discutido es la gestión de los centrales. Puede que nunca sepamos qué se coció en las oficinas de Anoeta durante este verano, pero mucho se debatió sobre la salida de Llorente, la escasa confianza que se sigue teniendo en Sagnan, el gran misterio de la gestión de Olabe hasta la fecha, y la escasez de efectivos en esa línea. ¿Fue un exceso de vista? Quizá, y puede que esta verano volvamos a lo mismo, a la necesidad de incorporar un central, pero ha quedado claro que Olabe no trae a nadie porque sí. Y cuando apuesta por alguien, insiste. Lo hemos visto con Carlos Fernández, el relevo escogido para Willian José, otra patata caliente que de momento solo ha salido como cedido. El director deportivo quería al jugador del Sevilla, no lo pudo traer en verano y lo consiguió en la ventana invernal. Y el jugador, por ahora, ha demostrado que merecía esa confianza plena.

No es fácil ser director deportivo de la Real. No es un club económicamente poderoso, y no está el fútbol ni la situación global como para hacer dispendios que salgan mal. Pero Olabe se está moviendo con un tiento envidiable. No es descabellado decir que con él se está consiguiendo que los tradicionales cantos de sirena desde la A-8 sean más ineficaces que nunca, aunque pueda suceder algún accidente en el futuro. Que Remiro, Monreal o Merino escogieran venir a la Real, es algo muy valioso, pero lo es todavía más que canteranos como Merquelanz o el todavía inédito Karrikaburu hayan querido renovar sin tener una posición de privilegio en la primera plantilla y aunque sus nombres ya se hubieran relacionado con el club bilbaíno. Olabe entiende de qué va esto, sabe lo que es la Real y, ojo, ya sabe lo que es ganar con la Real. No da la sensación de que eso le vaya a frenar a él o a Aperribay para que volvamos a sentirlo de nuevo.

sábado, mayo 29, 2021

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2020-2021 (6). Imanol, corazón txuri urdin

La inmediatez en la que estamos sumidos y el poder que tienen hoy en día las redes sociales hacen que no podamos valorar en su justa medida lo que estamos viviendo. Eso es una realidad más o menos matizable, pero en la que Imanol Alguacil encaja perfectamente. El hecho es que en sus dos primeras temporadas completas como entrenador del primer equipo de la Real ha sido capaz de clasificarlo para competiciones europeas en ambas campañas y al mismo tiempo ha inscrito su nombre en la historia del club con letras de oro por ser el que ha conseguido un título, la Copa del Rey, después de 34 años de sequía y lejos ya de la gloria del equipo de los años 80. Eso, insistimos, son hechos. Las razones y momentos de sus cambios de jugadores o posicionamientos tácticos es algo que entra en lo opinativo, pero cuando dentro de treinta o cincuenta años alguien mire al palmarés de Imanol en estos años, quien sabe los primeros de cuántos, lo tendrá que hacer con admiración.

Podemos pensar que Imanol es, por encima de todo, lo que nos enseñó al finalizar su rueda de prensa tras la final de la Copa del Rey. Un tipo que se quita una americana, se enfunda una camiseta de la Real y lanza un cántico apasionado a los aficionados. Y lo es en cierta medida, desde luego. Va a ser difícil que encontremos un técnico que quiera tanto a la Real como la quiere Imanol, y eso, aunque el fútbol hiperprofesionalizado de hoy en día lo discuta, es un valor esencial. Por lo menos lo es para entrenar a este equipo ahora mismo y debería serlo en el futuro, no de manera absoluta ni menospreciando a otros técnicos que puedan venir de fuera, no nos olvidemos de lo que entrenadores como Toshack o Krauss han hecho por la Real, pero es también indudable que necesitamos en nuestra historia gente como Benito Díaz o Alberto Ormaetxea. Imanol es un valor seguro. Y lo es no solo por su forofismo, el mismo que podemos tener cualquiera de nosotros, sino porque además ha construido una Real espléndida.

Desde luego, el debate ha estado vivo desde siempre, y lo seguirá estando. ¿Cuánto hace un entrenador para que el equipo sea realmente suyo y cuánto es mérito de los jugadores? Porque es evidente que Imanol se ha encontrado y ha ayudado a formar una plantilla notable en estos dos años. ¿Pero por qué menospreciar la aportación del técnico de Orio? Ha sido cabezón en muchos aspectos, positivios y quizá también negativos, pero ha conseguido naturalizar hasta elementos que parecían imposibles. La salida de balón desde el portero fue muy criticada en sus primeras fases, por el riesgo que conllevaba y los errores que se vieron, y sin embargo hoy es tan natural que habrá pocos aficionados que sientan nervios con el balón en los pies de Remiro mirando a sus centrales abiertos dentro del área para iniciar jugada. Hemos visto con hilaridad el famoso trenecito de los córners, y no, no ha dado ningún gol, pero ha puesto de manifiesto que en Zubieta se trabaja la estrategia, cueste más o menos transformar esas jugadas, que en el caso de la Real ha dado buenos números esta temporada.

Imanol ha sabido resistir a todo y ha mostrado una capacidad de adaptabilidad que poco se le ha reconocido. Ha tenido que ir transformando su Real según recibía golpes. Planteó un equipo que bailara al son de Odegaard y se quedó sin él, lo modificó para adaptarse a Silva y no perdió ni un ápice de fútbol. Tuvo que jugar si su referencia, y aprendió que la Real podía conseguir juego y victorias sin su fichaje estrella. Afrontó tramos de la temporada casi sin centro del campo y se atrevió a buscar nuevos sistemas. del 4-3-3 al 4-4-2. Empleó la gasolina de la presión alta hasta que pudo hacerlo, y después vio que sufrir también entraba en el catálogo de su equipo. Y cuando todos pensábamos que el gran mérito de la Real estaba en su ataque, Imanol ha construido un muro en torno a su portería, además con una defensa cogida con alfileres en cuanto a número de efectivos, sin incorporaciones en esa zona y entre las críticas de prácticamente todo el mundo. Han sido x porterías a cero en todas las competiciones a lo largo de esta temporada, y eso no se consigue por casualidad.

Cuando Imanol ha abogado por el fútbol de antes, generalmente cuando se le ha preguntado por el VAR, el técnico puede haber dejado caer que tampoco le gusta eso de los cinco cambios. ¿Puede ser ese su talón de Aquiles? Puede, desde luego. No todos sus cambios han surtido efecto, aunque muchas veces se le ha responsabilizado de ausencias personales que tenían razones físicas detrás, y en ese terreno ha logrado gestionar al grupo para llegar al final con poca gasolina y con muchos efectivos tocados, sí, pero con apenas un par de ausentes por lesión. La cuestión es que Imanol es un técnico al que no le tiembla la mano para mover banquillo y plantilla, y lo ha demostrado en muchas ocasiones. Si ha visto razones para jugar los últimos minutos de un partido con Bautista y no con Isak, lo ha puesto en práctica. Si ha considerado que Zubeldia debía jugar en el centro de la defensa por delante de Sagnan, lo ha escogido. Y si la necesidad le ha obligado a tirar del Sanse, aunque este año haya sido en mucha menor medida que el anterior, lo ha hecho.

Puede que la noche de Turín ante el Manchester sea el mayor borrón de la temporada, porque Imanol murió con su idea, pero murió a lo grande, sin ver las consecuencias de hacerlo cuando todavía estábamos en el partido de ida de una eliminatoria de 180 minutos. Sorprendió, incluso asumiendo que el United era una piedra demasiado dura para el momento en el que se encontró con la Real, que no buscara soluciones que sí supo aplicar, por ejemplo, en una final de Copa en la que dejó perplejo al Athletic por su puesta en escena, minimizando hasta el extremo los caminos de su rival hacia el gol de una forma que se le presupone a equipos mucho más rocosos de lo que se considera a la Real. Y es que esta Real de Imanol ha demostrado que sabe moverse en distintos registros. Si no lo hubiera hecho, no habría logrado los objetivos de esta temporada con la brillantez con la que lo ha hecho.

¿Es Imanol un técnico perfecto? No, desde luego que no, y más en un deporte y en un país en el que todos somos entrenadores, ahora también a golpe de tuit. Pero es un gran entrenador, mucho mejor seguramente de lo que le estamos reconociendo mientras está sentado en el banquillo txuri urdin y a lo mejor eso es algo que podemos lamentar en el futuro. Además, tenemos la enorme suerte de que es muy de la Real, pasión que no impide que esté haciendo un trabajando sensacional al mando de la nave blanquiazul. Disfrutemos con él.

viernes, mayo 28, 2021

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2020-2021 (5) Los jugadores


1. Remiro (8)
Partidos jugados: 49. Titular: 49. Minutos: 4.470.
Amarillas: 0.
Espléndida temporada de Remiro, que se ha convertido en titularísimo. Ya lo era, pero ha disputado todos los minutos en Liga y solo ha dejado de jugar un partido en Europa League. La larga lesión de Moyá le ha allanado ese camino, pero la enorme confianza que ha mostrado bajo palos ha sido la razón de peso por la que es el portero titular de la Real. Le queda por mejorar las salidas y algún exceso de confianza, pero es un seguro. Lo es con los pies, como primer garante del juego de toque del equipo, y con paradas decisivas en momentos clave de los partidos. Veinte porterías a cero no son casualidad y el arquero tiene mucho que decir en eso.

2. Zaldua (6)
Partidos jugados: 18. Titular: 11. Minutos: 1.030.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 3.
Gorosabel le ha adelantado claramente como lateral derecho titular del equipo. Ha pasado por cuatro lesiones de mayor o menos duración, y eso limita mucho las opciones de cualquiera para luchar por un puesto fijo en el once tipo, pero tampoco ha sido el lateral cumplidor que conocíamos en algunas fases de la temporada en las que sí ha tenido que jugar y no ha dejado ningún registro en el apartado ofensivo del equipo. Si Sola empuja como se espera al regresar de su larga lesión, Zaldua lo puede tener aún más complicado para recuperar el puesto que reclamó tras la salida de Odriozola al Real Madrid.
 
3. Llorente (5)
Partidos jugados: 1. Titular: 1. Minutos: 90.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
La salida de Llorente fue el movimiento más arriesgado de la composición de la plantilla de este año por la sencilla razón de que fue la única que Olabe no cubrió con una incorporación. La 2019-2020 no fue la más brillante para el central madrileño, y podíamos imaginar que iba a salir, aunque fuera de forma tan tardía que le dio tiempo a debutar en la Liga, en la primera jornada ante el Valladolid, cumplir con profesionalidad, y marcharse al Leeds después de sentarse en el banquillo ante el Real Madrid. Fue un buen fichaje, aportó lo que se esperaba de él y su testimonial presencia de este curso no condiciona la buena valoración que merece.
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4. Illarramendi (5)
Partidos jugados: 9. Titular: 9. Minutos: 509.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 3. Doble amarilla: 1.
Hablar de dos temporadas prácticamente perdidas para un jugador de la categoría de Illarramendi, y cuando ya ha superado la treintena, hacen que se mire con temor el futuro del capitán. Cuando reapareció después de año y medio, Imanol le dio varias titularidades seguidas, lo que parecía espantar el fantasma de convertirse en un nuevo Agirretxe, pero la lesión en la víspera de la final de Copa y sus lágrimas tras marcharse del campo ante el Valladolid son el mejor resumen de su año. Tuvo al menos unos partidos para demostrar categoría, aunque no terminó de conectar con Merino tan bien como se podría esperar.

5. Zubeldia (7)
Partidos jugados: 32. Titular: 27. Minutos: 2.606.
Goles: 1. Asistencias: 1. Amarillas: 6.
En el centro del debate casi de manera continua, lo cierto es que lo de Zubeldia tiene mucho mérito. Ha pasado toda la temporada jugando de central y ha dejado el centro del campo. ¿Se le ha notado la reconversión? Desde luego, hay hechuras de central que todavía no tiene, pero ha dado un paso adelante desde la temporada pasada, cuando ya jugó ahí en el tramo final, y se ha asentado en esa posición, ayudado también por las prolongadas ausencias de Aritz. No, no es el mejor central de la plantilla, pero es cierto que ha sumado mucho y que es uno de esos futbolistas que siempre merece la pena tener en una plantilla de 25, aunque haya debate sobre él.

6. Aritz (6)
Partidos jugados: 29. Titular: 27. Minutos: 2.315.
Goles: 1. Asistencias: 0. Amarillas: 5.
Es imprescindible por corazón y por fútbol, pero ha estado demasiado tiempo ausente, y la Real lo ha notado. Su pareja con Le Normand en el centro de la zaga se antoja vital para construir desde atrás el futuro de este equipo, pero se le necesita en plena forma. Su compromiso es indudable, jugó esta temporada hasta con dos costillas tocadas, lo que da una idea del tipo de futbolista que es. Incluso tuvo que jugar en algún momento de lateral derecho de nuevo por la precariedad física en la que se ha movido la zaga esta temporada. Lástima, como en el caso de todos los centrales, que su aportación goleadora haya sido tan escasa.

7. Portu (8)
Partidos jugados: 48. Titular: 32. Minutos: 2.898.
Goles: 9. Asistencias: 3. Amarillas: 3.
Otra temporada más, y ya van dos, demostrando que su fichaje fue un acierto descomunal. Pocos jugadores más aguerridos que él va a encontrar en el mercado, pocos con tanta lucha que ofrecer, pocos que se tiren de cabeza a la pelea por cualquier balón, aún en las peores circunstancias, y pocos que, además, tengan los números que tiene Portu sin que parezca un titular indiscutible, uno de esos futbolistas que casi nunca juega los partidos completos aunque juegue de inicio. Como el año pasado, de más a menos, pero esta vez con un colofón de temporada sensacional, sosteniendo al equipo como hizo en el Metropolitano y provocando el penalti de la final. 

8. Merino (9)
Partidos jugados: 37. Titular: 36. Minutos: 3.182.
Goles: 2. Asistencias: 6. Amarillas: 8.
MVP de la final de Copa que ha devuelto a la Real la gloria de ganar un título, con eso queda todo dicho. Ha sido el futbolista de peor recambio en este equipo junto con Silva, el eje sobre el que ha pivotado su mejor fútbol. El Conde ha alcanzado la internacionalidad, aunque sin Eurocopa por temas físicos. Jugó lesionado y exhausto y, aún así, casi siempre estuvo entre los mejores. Qué visión de juego, qué fácil hace las cosas, qué toque tiene. Parece mentira que la Real le tuviera que rescatar de la Premier League para ayudarle a mostrar su mejor versión. Es un jugadorazo y su permanencia en el equipo durante muchos años sería la mejor de las noticias.

9. Willian José (6)
Partidos jugados: 21. Titular: 10. Minutos: 1.004
Goles: 6. Asistencias: 1. Amarillas: 0.
Ser el autor de uno de los goles más celebrados de la temporada, el de Nápoles que llevó a la Real a los octavos de la Europa League de manera agónica y despedirse con dos goles en la Copa ante el Córdoba antes de ser cedido al Wolverhampton salva la hoja de servicios de un Willian José que por desgracia dejó de pensar en la Real por completo cuando le tentó el Barcelona en la temporada 2019-2020. Aún así, dio muestras de mejoría, participando activamente en el juego, por mucho de cara a portería no estuviera tan fino como lo ha estado durante toda su estancia en la Real. Podría haber sido más de lo que fue de txuri urdin.

9. Carlos Fernández (6)
Partidos jugados: 13. Titular: 4. Minutos: 417.
Goles: 1. Asistencias: 2. Amarillas: 5.
Tiene pinta de gran fichaje. Es verdad que en sus primeros partidos le costó mucho entrar en el juego de la Real y que tardó bastante en ver puerta. El estado de gracia de Isak tampoco le ayudó en su aterrizaje porque ser titular estaba carísimo. Pero la lesión de Silva y la apuesta de Imanol por un 4-4-2 le abrió las puertas de la titularidad hasta su lesión y ahí dio su mejor versión, brilló con movimientos y asistencias aunque solo marcara un gol. Tiene además la mala leche que le falta al siempre bisoño carácter de Zubieta. Encararse con Bordalás lo demostró y le hizo ganarse un trocito del corazón del aficionado, que echa en falta esa garra, esas protestas cuando tocan, ese meter la pierna cuando nos dan. Mucho futuro.

10. Oyarzabal (8)
Partidos jugados: 44. Titular: 40. Minutos: 3.280.
Goles: 14. Asistencias: 10. Amarillas: 2.
El gol de Oyarzabal ya es historia de la Real. Da igual que su hegemonía desde el punto de penalti se rompiera con tres fallos casi consecutivos, incluyendo el que le hizo llorar en la Supercopa, un lanzamiento suyo desde los once metros devolvió la gloria. Se le ha hecho la temporada algo larga. Llegó a comandar el Pichichi en el tramo inicial de la Liga y ha puesto mucha calidad y el mismo corazón de siempre, pero tras la final de Copa se le ha visto físicamente al límite. En ausencia de Illarra, sigue siendo el capitán sobre el campo y santo y seña de una Real espléndida. Confianza absoluta en que tiene aún margen de mejora y muchas tardes de gloria que dar.

11. Januzaj (6)
Partidos jugados: 36. Titular: 17. Minutos: 1.466.
Goles: 4. Asistencias: 4. Amarillas: 2.
No es fácil ver a un genio que no parece del todo feliz. Es indiscutible la enorme calidad que tiene Januzaj. Probablemente sea el mejor de la Real en ese terreno. Y casi siempre que está en el campo da algo, un regate, un pase, un destello, un toque, un desmarque, y asistencias como la última. Y parece triste cuando marca y hasta cuando triunfa. Un jugador como este es de los que hay tener contento, y con el nivel que hay en el equipo y la competencia que hay de fichajes y canteranos, el belga no ha tenido ni tiene el papel de estrella que se esperaba desde que se le fichó. Está en la encrucijada, termina contrato la próxima temporada

12. Aihen Muñoz (6)
Partidos jugados: 19. Titular: 16. Minutos: 1.402.
Goles: 0. Asistencias: 1. Amarillas: 7.
Pequeño, pero paso adelante el que ha dado Aihen. El chaval sabe el papel que le toca jugar en este equipo mientras Monreal siga dispuesto a agrandar su leyenda, y ha sabido ejercerlo con mucha solvencia cuando le ha tocado jugar, este curso con más frecuencia que el anterior. Aún no ha recuperado su mejor versión, la que dio cuando debutó en el primer equipo, pero el clinic que está recibiendo del veterano ex jugador del Arsenal seguro que le sirve para el futuro. No hace ruido, no destaca especialmente, pero cumple mejor de lo que parece dentro de un equipo que ha dado un nivel fantástico en los dos últimos ejercicios.

13. Moyá (7)
Partidos jugados: .1 Titular: 1. Minutos: 90.
Amarillas: 0.
Jugadores como Moyá son tan imprescindibles en un equipo como la Real que, tras anunciarse su salida del club, solo cabe estar agradecidos con él por cada minuto que defienda su escudo. Decir esto de un profesional que solo ha podido jugar un partido en toda la temporada indica el peso y la jerarquía que tiene el guardameta en el vestuario. Verle en el documental con el que se celebró el título de Copa es la mejor demostración de su categoría. Y cuando ha jugado, aunque haya sido poco desde que llegó a la Real. Esta temporada solo jugó contra el AZ Alkmaar y mantuvo su portería a cero. Qué mejor manera de recordar lo bueno que es.

14. Guridi (6)
Partidos jugados: 22. Titular: 10. Minutos: 1.026.
Goles: 0. Asistencias: 1. Amarillas: 2.
Da la sensación de que no ha terminado de cumplir el papel que se le tenía reservado en su regreso al equipo tras su cesión al Mirandés. Estaba llamado a ser el recambio de Merino, pero no lo ha conseguido del todo. Cuando las lesiones le permitieron entrar en el equipo, pareció alcanzar un gran nivel, sobresaliendo en San Mamés, de largo su mejor partido, pero después, cuando más falta hacía que desahogara el cansancio del equipo, Imanol no terminó de confiar en él, lo que alentó las habladurías sobre su renovación. Al final ha entrado más, pero no al mismo nivel que cuando apareció. Es un jugador necesario en una plantilla como esta.

15. Sagnan (4)
Partidos jugados: 21. Titular: 11. Minutos: 978.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 3.
El último central de la plantilla para Imanol y la única apuesta de Olabe que todavía no ha dado los frutos esperados. Y lo cierto es que es un caso extraño. Hay días en los que da la sensación de ser un central atrevido y con bastantes cualidades, fortaleza física y defensiva, y potencia para ocupar terreno y dominar la defensa. Pero en la mayoría de las ocasiones se le ha visto nervioso, impreciso e incluso fallón, como por ejemplo le sucedió al final de la temporada en el Wanda Metropolitano ante el Atlético. Es toda una incógnita sobre la que hay que tomar decisiones lo antes posible. Si puede crecer, hay que apostar por él. Pero es un riesgo.

16. Guevara (7)
Partidos jugados: 39. Titular: 30. Minutos: 2.543.
Goles: 1. Asistencias: 1. Amarillas: 5.
Siempre se dice que lo difícil no es llegar al primer equipo, sino asentarse en él, y la forma en la que lo ha hecho Guevara es de las que producen orgullo. Nunca ha dudado en tomar las riendas del equipo cuando ha estado en el campo, ha combinado bien con todos los integrantes de la línea media. Lo hace todo muy fácil, y es de esos jugadores que generan confianza a su alrededor. Se le ha ido algún balón que otro, y su zona es muy trascendental para un equipo que juega tan alegre como la Real, pero no parece nada que no se pueda corregir con minutos, partidos, experiencias y años. Debut goleador en Mestalla.

17. Merquelanz (5)
Partidos jugados: 17. Titular: 5. Minutos: 715.
Goles: 0. Asistencias: 1. Amarillas: 0.
Ha tenido un papel mucho más testimonial del que se esperaba. Era evidente que lo iba a tener muy complicado para acercarse a los números que mostró en el Mirandés, pero sobre el terreno de juego pocas veces ha demostrado que pudiera ser un recambio de nivel para los Oyarzabal, Portu o Januzaj. Calidad tiene, puede que haya sido el aterrizaje en una categoría que le recibió con una grave lesión de rodilla, pero no se puede permitir mucho más tiempo en la posición que tiene ahora mismo, sin apenas influencia en los números ofrensivos del equipo. El club confió en él, le toca devolver esa confianza sobre el campo.

18. Gorosabel (7)
Partidos jugados: 41. Titular: 34. Minutos: 2.952.
Goles: 0. Asistencias: 3. Amarillas: 3.
Al Gorosabel de la primera mitad de la temporada habría que haberle dado una puntuación mayor, porque se mostró como un lateral descomunal, dueño de la banda en defensa y en ataque, serio atrás e incisivo arriba, colocándose en las quinielas hasta para ser internacional. Pero tras su lesión en la octava jornada ante el Celta le costó mucho recuperar ese nivel. No es que sea fácil hacerlo, ojo, y la temporada del lateral diestro ha sido brillante en su conjunto, pero esos primeros partidos nos han mostrado a un Gorosabel en plenitud al que hay que intentar recuperar como sea. Cuando no lo es, derrocha sufrimiento para hacer todo lo que puede.

19. Isak (8)
Partidos jugados: 45. Titular: 40.  Minutos: 3.069.
Goles: 17. Asistencias: 2. Amarillas: 4.
Si en su primera temporada se mostró como un sensacional delantero, lo que ha hecho en la segunda, afianzado ya en la titularidad casi indiscutible, le catapulta a otro nivel. Y eso que, a la vez, ha dejado pasar una oportunidad espléndida para salirse de las tablas. Su primera vuelta fue espléndida en cuanto a juego pero nefasta de cara a gol, pero cuando Willian José salió de la plantilla y se convirtió en la referencia ofensiva esencial explotó de una manera salvaje. Imanol dijo de él que tendría que haber luchado por el Pichichi, y Messi casi le ha doblado en goles. No es mala manera de explicitar la cantidad de goles que se le han escapado a un jugador que es de talla mundial. Ojo como sea regular.

20. Monreal (7)
Partidos jugados: 36. Titular: 33. Minutos: 3.030.
Goles: 2. Asistencias: 1. Amarillas: 1.
Uno de los veteranos de la plantilla, y está hecho un chaval. Es un soldado tan imprescindible que jugaría cojo si se lo pidieran. Es el tipo de jugadores que ayuda a que los chavales de Zubieta crezcan por su entrega, profesionalidad y categoría. Ha sido un seguro a todos los niveles y además suma también en el apartado ofensivo con continuos apoyos y hasta goles. Traer gente de fuera con este nivel es una de las señas de identidad de un equipo de cantera que quiere crecer. Que siga en el club es una magnífica noticia porque todavía tiene mucho que ofrecer a la Real. Qué mérito que solo haya visto una amarilla.

21. Silva (7)
Partidos jugados: 27. Titular: 23. Minutos: 1.921.
Goles: 2. Asistencias: 5. Amarillas: 5.
La Real ha sido una con Silva y otra sin él. Con él, un equipo brillante, alegre, dominador y goleador. Y eso que el canario no ha aportado tantos goles como tendría que haber sumado o que incluso le costó encontrar el rodaje adecuado para parecer decisivo. Pero cómo juega. Qué lujo es tenerle en la Real. Qué soltura da al fútbol que busca Imanol y qué complicidad ha sido capaz de encontrar como si nada con todos los atacantes de la Real. Lástima de lesiones, que nos han privado de verle más, y que incluso han coincidido con las peores rachas del equipo, una muestra clara de lo importante que es en su juego. Un lujo de asistente.

22. Barrenetxea (6)
Partidos jugados: 41. Titular: 14. Minutos: 1.567.
Goles: 3. Asistencias: 0. Amarillas: 7.
Si el fútbol profesional lo permitiera, se lo permitiera, se podría decir que ha sido una temporada de aprendizaje para Barrenetxea. Tiene una clase inmensa, que se puede resumir en el golazo que marcó en la derrota frente al Barcelona en Anoeta, pero a la vez se le ha notado ansioso en algunos partidos, como si quisiera marcar tres oles en diez minutos, y el fútbol profesional exige más calma. Tiene espejos en los que mirarse y calidad para progresar con claridad. Por el tipo de jugar que es, sus compañeros tendrían que buscarle más y él explotar más su habilidad en el regate. Mucho futuro por delante.

23. Sangalli (-)
Partidos jugados: 0. Titular: 0. Minutos: 0.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
De un tiempo a esta parte, cuando un jugador de la Real se lesiona entra en un cierto nivel de oscurantismo que es difícil de explicar. La temporada de Sangalli es la explicación perfecta. Se lesionó el 10 de junio de 2020, con un pronóstico aproximado de baja de seis meses. Ya ha pasado casi un año y no se tienen noticias del bravo centrocampista txuri urdin. Se le ha echado de menos en una temporada muy exigente y en la que seguro hubiera disfrutado de minutos ante las muchas ausencias que ha tenido Imanol en su centro del campo. Solo cabe esperar que esté recuperado para el curso que viene.

24. Le Normand (9)
Partidos jugados: 44. Titular: 40. Minutos: 3.717.
Goles: 0. Asistencias: 2. Amarillas: 10. Roja directa: 1.
Con permiso de Merino, el mejor realista de la temporada y también de la final de Copa, aunque se quedara sin ese reconocimiento. La escasez de centrales y las ausencias de su teórico compañero titular, Aritz, han hecho de él el referente defensivo del equipo. Va bien por alto y en el corte, mide cada vez mejor, es contundente cuando tiene que serlo y es un apoyo fundamental para el mediocentro que saca el balón jugado. Remiro le mira siempre con una confianza ciega. Es, desde luego, uno de los jugadores que asusta perder, porque su perfil es de los más codiciados por los grandes de Europa. Que siga aquí sería un apoyo extraordinario para seguir creciendo.

25. Baustista (5)
Partidos jugados: 27. Titular: 0. Minutos: 461.
Goles: 2. Asistencias: 1. Amarillas: 3.
Cuando Isak y Willian José estaban en fase depresiva y de sequía, sorprendió que Imanol no le diera algo más de cancha al teórico tercer delantero, más después del magnífico gol que abrió la andadura europea de la Real ante el Rijeka. No ha tenido ni una sola titularidad en toda la temporada y una medida de 17 minutos por aparición. Pelea siempre, pero no siempre con fortuna y haciendo que su entrada al campo cuente, y le ha faltado algún gol más para llamar la atención lo suficiente como para tener más minutos. Tiene un papel muy definido que le va a resultar muy difícil cambiar mientras siga teniendo los mismos compañeros de delantera.

26 Pacheco (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 0. Minutos: 31.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Después de dos temporadas seguidas jugando un solo partido en el primer equipo, apenas unos minutos en ambos casos, pero habiendo dejado una sensación tan buena en esas dos oportunidades, sería extraño que Pacheco no diera ya el salto, incluso con el Sanse en Segunda. Esta vez, además, le vimos ante el líder y siendo parte de un jovencísimo equipo plagado de suplentes que arrinconó al Atlético. Lo hizo todo bien, con un aplomo propio de un veterano. Lo mismo que cuando jugó la pasada campaña en Getafe. Sorprende que Imanol, ante los problemas y las bajas en defensa, no le haya dado más minutos este año. Si sigue así, los tendrá.

28. Roberto López (5)
Partidos jugados: 20. Titular: 5. Minutos: 591.
Goles: 3. Asistencias: 1. Amarillas: 0.
Con dorsal del filial, pero parte del primer equipo durante toda la temporada, quizá ha sido el jugador que más ha notado el salto de categoría. Tiene un golpeo excelente, que de hecho le ha permitido sumar un numero de goles inusual para el poco tiempo que ha estado en el terreno de juego, pero no ha sido capaz de aprovechar las oportunidades reales que ha tenido para asomarse a la titularidad, sobre todo con las lesiones de Silva. Sus números esconden una participación más escasa en el juego del equipo, aunque en sus últimas participaciones ha dado sensaciones de mejora. La próxima temporada puede ser muy importante para él.

29. Robert Navarro (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 1. Minutos: 35.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Solo le hemos visto 35 minutos, los que jugó ante el Barcelona en el Camp Nou, pero da la sensación de que la Segunda B es una categoría que se le quedó pequeña hace tiempo, por su calidad y por su forma de jugar. Sus buenos números en el Sanse y la importancia que ha tenido en el equipo hacen pensar que tiene que dar el salto. Como con Pacheco, poco ha parecido confiar Imanol en él para las oportunidades que le podría haber dado en esta temporada tan exigente en lo físico y en el calendario. Tiene maneras para ser un jugador importante, veremos qué decide Olabe sobre él y cuánto tarda en derribar la puerta.

31. Marrero (-)
Partidos jugados: 0. Titular: 0. Minutos: 0.
Amarillas: 0.
Una temporada de convocatorias más numerosas de lo habitual y de concentraciones para jugar varios partidos seguidos tenía que dar protagonismo a más porteros, sobre todo por la lesión de Moyá. Marrero ha sido el cuarto en discordia, pero ha estado en un buen puñado de convocatorias, más de una docena. No sabemos, lógicamente, si está preparado para jugar al máximo nivel, pero seguro que entrenar de manera continua con Remiro y el propio Moyá le ha servido como un auténtico máster para tenerlo claro. La apuesta por el ex del Athletic hace muy difícil que llegue a jugar con la Real, pero quién sabe.

33. Arambarri (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 0. Minutos: 25.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Ha seguido siendo la segunda alternativa del Sanse para ocupar un puesto en el centro de la defensa por detrás de Pacheco, pero esta temporada debutó antes que él. Jugó en Vigo, menos de media hora, algo insuficiente para poder valorarle en su justa medida, no solo por el tiempo sino por ser también un partido con el viento a favor. Pero ya ha debutado. Ahora, seguro, tendrá oportunidades de llegar más lejos. La pretemporada está a la vuelta de la esquina.

34. Ayesa (-)
Partidos jugados: 0. Titular: 0. Minutos: 0.
Amarillas: 0.
Lo mismo que se ha dicho de Marrero se puede aplicar a Ayesa, con la diferencia de que ha sido el tercer portero de la lista y, en ausencia de Moyá, se convirtió en el relevo de Remiro ante eventualidades en forma de lesión o expulsión que no han llegado a producirse. Se ha sentado en el banquillo nada menos que 23 veces a lo largo de la temporada, lo que le ha colocado a un paso de ser el primer portero de la cantera en debutar con el primer equipo desde que lo hiciera Zubikarai en la temporada 2008-2009. A la espera de saber lo que ocurre con la renovación de Moyá, podría tener ahí su gran oportunidad.

35. Lobete (-)
Partidos jugados: 0. Titular: 0. Minutos: 0.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Solo entró en la primera convocatoria de la temporada, la de Valladolid, pero es un jugador que lleva ya tiempo asomándose a las ilusiones del aficionado por lo que ha venido haciendo en el Sanse, y que en todo caso estuvo más cerca de debutar en el primer equipo la pasada campaña, en la que se sentó en el banquillo en diez ocasiones entre Liga y Copa. ¿A la tercera va la vencida? Que el Sanse haya subido a Segunda le da opciones de estar a caballo entre los dos equipos, con lo que eso puede suponer para su formación. Tiene mucho futuro y se le espera con ganas.

36. Zubimendi (8)
Partidos jugados: 42. Titular: 24. Minutos: 2.598.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 7.
Qué gran jugador ha encontrado la Real en Zubimendi. Es increíble lo que hace en el campo para la edad que tiene, qué bien sabe colocarse entre los centrales para sacar el balón jugado y para ayudar en tareas defensivas. Es muy difícil verle perder el balón, tiene un aplomo tremendo. Y aunque ha lucido en su espalda el 36 eso no ha tenido nada que ver con su creciente jerarquía en el equipo, una de la que solo han dudado los árbitros de tarjeta fácil a los jugadores jóvenes que ven sobre un campo de Primera División. Es verdad que eso le ha costado alguna amarilla de más, de las que no le asusta ver si beneficia al equipo, y algún cambio prematuro.

37. González de Zárate (-)
Partidos jugados: 2. Titular: 1. Minutos: 46.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 1.
Desde que deslumbró en la pretemporada en aquel partido contra el Alavés, es uno de esos nombres que todos tenemos apuntados con ganas de verle mucho más. No hemos tenido muchas opciones, solo su testimonial debut ante el Real Madrid y la primera parte del partido de Mestalla, pero se le espera como una solución tanto para el centro del campo como para la defensa. Tiene liderazgo y talento, es uno más de la ya enorme lista de centrocampistas defensivos que están saliendo de Zubieta y que están apuntalando con firmeza una idea de juego que está haciendo que la Real no pare de crecer.

jueves, mayo 27, 2021

Corazón Txuri Urdin, el podcast. El madrugón de Oviedo

El carácter de John Toshack es algo que está fuera de toda duda, y cuando aterrizó en la Real, en la temporada 1985-1986, tuvo que dar varios golpes sobre la mesa. El más sonado, el que pasó a la historia como el madrugón de Oviedo. La Real cayó en el partido de ida de la Copa que jugó ante el equipo asturiano, que no estaba en Primera en aquel entonces, y al galés le sentó muy mal que algunos jugadores bromearan durante la cena como si no hubiera pasado nada. En el mismo salón, ordenó adelantar la hora de partida de la expedición y fueron directos a Zubieta a entrar, con el consiguiente revuelo mediático que se montó.

Todo lo que sucedió en torno a aquel partido y a aquella drástica decisión de Toshack, cuya fotografía junto a estas líneas corresponde a la entrevista que concedió aquella semana a El Diario Vasco para explicarse, es lo que recordamos esta semana en Corazón Txuri Urdin, el podcast de historias sobre la Historia de la Real Sociedad. Podéis escuchar esta entrega pinchando en este enlace.

Como siempre hacemos, os recordamos que  el podcast se puede escuchar en Spotify, en este enlace, y también en Google Podcasts, en este otro enlace. Y por supuesto, seguimos abiertos a cualquier sugerencia que podáis hacernos para incorporar nuevos temas, personajes, partidos o anécdotas a este espacio centrado en la Historia de la Real.

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2020-2021 (4) Eliminatorias dolorosas

En la temporada 2019-2020, la Real superó todas las eliminatorias que jugó, todas las de la Copa que llevaron al equipo a su primera final en tres décadas. Sin embargo, en la 2020-2021, jugó cuatro enfrentamientos decisivos, a vida o muerte, y perdió tres, además en dolorosas circunstancias en la mayoría de esas ocasiones, superando solo a un equipo de Segunda División en estas lides. Ya hemos hablado del duelo europeo ante el Manchester United, la única de esas eliminatorias que se jugó a doble partido, un varapalo en toda regla al que, si se le puede sacar alguna conclusión positiva, el equipo supo sobrevivir para acabar logrando los grandes objetivos de la temporada. Pero Supercopa y Copa del Rey provocaron sendas noches de enorme disgusto, en las que los méritos futbolísticos de los de Imanol no encontraron el justo premio.

La Supercopa es, desde luego, una dolorosa espina que la Real tardará en sacarse. No es una competición que se pueda jugar con facilidad, ya que con el actual formato obliga a quedar entre los dos primeros de la Liga o jugar la final de Copa. El equipo txuri urdin, de hecho, no disputaba la Supercopa desde su primera edición, en la temporada 1983-1984, aquella en la que se superó al Real Madrid en una memorable prórroga en Atotxa. Debió jugarla también en la campaña 1987-1988, pero los poderosos no facilitaron las fechas para que se jugara. Para el equipo txuri urdin era la primera presencia por tanto en el nuevo modelo a cuatro que se disputa desde la temporada 2019-2020. Y aunque la pandemia imposibilitó el exótico destino árabe que la Federación ha cerrado para amasar dinero, era una final en todo caso.

O, mejor dicho, una semifinal en la que tocó en suerte el Barcelona, mientras que por el otro lado del reducido cuadro jugaron Real Madrid y Athletic de Bilbao. La posterior conquista de la Supercopa a cargo del conjunto ya entrenado por Marcelino evidenció que el título era algo posible, y a la Real se le escapó una espléndida ocasión de jugar una final y de optar a un título antes de la final de Copa que llevó a este equipo a la gloria. ¿Las razones? Muchas, porque fue una semifinal rica en matices, cambiante en sus momentos y en la que la Real sumó más méritos que el Barcelona para alcanzar el partido definitivo de este torneo. Ter Stegen, de hecho, se mostró como el mejor jugador del equipo culé, lo que da una idea de los aciertos que acumuló la Real. Fue el partido de la temporada en el que Ter Stegen hizo más paradas, y quedó en el recuerdo el desvío prodigioso de una maravillosa falta de Januzaj que merecía el premio del gol.

La semifinal se decidió en los penaltis, y sí, Ter Stegen paró dos lanzamientos, al hasta entonces imbatible Oyarzabal, que de hecho fue el autor del tanto de la Real en el tiempo reglamentario precisamente desde los once metros, y a Bautista. Fueron los dos primeros lanzamientos de la Real. El tercero, el de Willian José, fue al palo. El Barcelona marcó dos de los tres primeros, De Jong también se topó con la madera, pero Dembelé y Pjanic pusieron un claro 2-0. Mikel Merino y Januzaj anotando sus dos penaltis y el fallo de Griezmann dieron vida a la Real, pero en el definitivo lanzamiento, el quinto del Barcelona, Riqui Puig marcó y puso el 3-2definitivo en la tanda. Las lágrimas de Oyarzabal se convirtieron en la metáfora más evidente de cómo se quedó la afición txuri urdin ante el sueño de una nueva final que se esfumó cuando más lo mereció la Real. Como siempre en su historia.

Seguro que hubo gente que pensó que La Cartuja, desde la lejanía de Córdoba, donde se jugó la semifinal, se convertía en un escenario maldito para la Real. Eso lo desmontó la posterior final de Copa contra el Athletic, claro, pero también hubo quien pensó, seguro, que la Real podría lograr el hito de jugar las dos finales separadas solo por quince días, sobre todo cuando a posteriori vimos cómo sí las jugaba, y perdía, el Athletic. La Real en todo caso, se quedó lejos de esa meta. La Copa 2020-2021 solo dio una alegría, la tercera ronda ante el Córdoba. En un partido bien jugado, Willian José se despidió de la Real con un doblete antes de marchar a la Premier. Imanol apostó por la Copa como lo hizo en el exitoso camino de la temporada precedente y jugó con un equipo reconocible, aunque joven. Y aunque los goles no llegaron hasta la segunda mitad, la Real pasó con solvencia y con merecimiento, sumando una victoria más a la impresionante racha que acumulaba la Real de Imanol.

En octavos de final, el rival fue el Betis. En la previa se recordó que el Betis era, precisamente, el único equipo que había sido capaz de eliminar a la Real en la Copa desde que Imanol se hizo con el equipo, en la temporada 2018-2019, aunque entonces lo hizo a doble partido y empatando ambos encuentros. Pero en esta ocasión el choque era a partido único y en el Benito Villamarín. Se jugó bajo una intensa niebla, y sería fácil trazar analogías entre esa circunstancia y las decisiones que tomó Mateu Lahoz, por las que, sin ya nada que hacer, se disculpó después ante la expedición realista. Expulsó a Illarramendi por una jugada en la que ni siquiera toca a su rival, y en la que Mateu amonestó primero a Merino. El VAR le sacó de su error en la identidad del jugador castigado y el colegiado ejecutó el error hasta el final, mostrando la roja a Illarra. La Real ganaba entonces 0-1, gol de Oyarzabal, y logró aguantar esa ventaja hasta el 78, cuando Canales igualó la eliminatoria y la llevó a la prórroga. Allí, una Real desnaturalizada con los cambios, pensados para aguantar, acabó siendo derrotada por 3-1, con dos goles de un Borja Iglesias que llegaba en plena sequía. Una lástima, otra eliminatoria dolorosa.