domingo, octubre 31, 2010

MÁLAGA 1 - REAL SOCIEDAD 2 Había un tercer fantasma y la Real los derrotó a todos

La Real sabía que jugaba en Málaga contra dos fantasmas, contra su trayectoria como visitante y contra el mal reflejo copero de este equipo. Pero había un tercero. Previsible, de haber mirado la ficha del partido antes de su inicio, pero siempre con capacidad para sorprender al más pintado: el árbitro. González González. Un tipo especialista en no señalar penaltis a favor de la Real, en pitárselos en contra, en machacar al equipo txuri urdin a base de faltas y tarjetas asombrosas y en expulsar a integrantes de su banquillo. Hoy, tristemente, ha cumplido con ese lamentable expediente a la perfección. Pero la Real también ha cumplido con los suyo, con mucha más perfección todavía. Los tres fantasmas cayeron derrotados a manos del equipo txuri urdin, que sumó una gran victoria en Málaga que le sirve para asomarse a las proximidades de la zona europea de la clasificación. No fue un partido perfecto, cuál lo es, pero las virtudes superaron con mucho a los defectos en un ambiente hostil que minuto a minuto se iba tornando más negativo gracias a la actuación artbitral. Pero Griezmann, Llorente y Bravo, deteniendo un penalti, aseguraron el triunfo txuri urdin. Merecido triunfo, por cierto.

Lasarte sorprendió al alinear nuevamente el doble pivote formado por Elustondo y Markel Bergara. El mismo de aquella triste derrota en Pamplona. Una apuesta de riesgo, y más teniendo en cuenta lo sucedido el jueves en Anoeta ante el Almería. Lo cierto es que durante bastantes minutos fue un mediocentro superado por el partido en la faceta ofensiva, no por un Málaga que apenas tuvo dos fases del partido en las que dominó (mediada la primera mitad y en el tramo final, más que nada por la cercanía de un empate que nunca llegó), sino porque la salida de la Real era sobre todo a través de su línea de tres centrocampistas ofensivos. Sigue siendo mucho cambio para este equipo sustituir al doble pivote a la vez, pero también ha servido este partido para demostrar que no hubo tanta responsabilidad en estos dos nombres de la derrota ante Osasuna. Además, la cantidad de robos de balones en esa franja ha sido inmensa, en lo que sí han tenido mucho que ver tanto Markel como Elustondo. Y es que la actitud de la Real ha sido diametralmente opuesta a la que mostró en todos los partidos que había disputado hasta ahora como visitante. Por eso ha ganado, sobreponiéndose a todas las dificultades y también a sus propias limitaciones.

La primera mitad fue más o menos igualada, a pesar de que el Málaga disparó más contra la portería contraria. No mejor, porque apenas tuvo ocasiones claras de gol, pero sí mucho más. Bravo desbarató la mejor ocasión malaguista con una formidable parada abajo, donde suele dolerle a los porteros, y después Elustondo rechazó el segundo disparo local de la jugada. Una mala cesión atrás le dio al Málaga una segunda ocasión de marcar, pero la vaselina de Eliseu por encima de Bravo se marchó fuera. Era el minuto 23 de la primera mitad y ahí se acabó el aparente dominio local, el de su primera fase de cierta superioridad. La Real antes de eso respondió con un gran pase de De la Bella que no encontró rematador y después con un cabezazo de Llorente. Lasarte se encontró en esos minutos con un contratiempo inesperado. Ansotegi se marchó del campo lesionado y entró en su lugar Labaka, que mantuvo el tipo envidiablemente a pesar de saltar al césped sin apenas calentar y complementó a un formidable Mikel González. No se notó el cambio de forma negativa, más bien al contrario aunque fuera casualidad, porque fue justo por esos minutos cuando se acabó la presión del Málaga.

Y entonces llegó el gol de la Real. Un jugada iniciada por Bravo, que pasó por los pies de Xabi Prieto, y llegó a Llorente, que dio un magnífico pase al primer toque a Griezmann. El canterano francés se aprovechó de su velocidad, de su calidad y de la malísima salida de Arnau para poner el 0-1. No era injusto, ni mucho menos, que la Real se marchara al descanso en ventaja, porque su actitud era la de un equipo que quería ganar. Y más si tenemos en cuenta que a esas alturas del partido el ínclito González González ya había decidido mirar hacia otro lado cuando se produjeron dos jugadas de penalti en el área del Málaga, el primero un empujón a Llorente y el segundo una mano, una zamorana muy clara, de Eliseu. El comienzo de la segunda mitad corroboró que hoy tenía que ser el día de romper la racha como visitante y sumar tres puntos. Fueron los mejores instantes de la Real, controlando por completo el partido. Xabi Prieto y Zurutuza estuvieron a punto de marcar el segundo, y a los diez minutos de la segunda parte llegó ese tanto. Un maravilloso centro de Xabi Prieto encontró un rematador incomparable en Llorente. 0-2. ¿Partido resuelto? Nunca.

El Málaga languideció durante veinte minutos por el partido, veinte minutos en los que la Real demostró una abrumadora superioridad, veinte minutos en los que el equipo local, ya con dos cambios ofensivos sobre el césped, sólo logró una ocasión de gol, un balón al larguero de Eliseu que llegó en el minuto 64. En realidad, ahí debió morir el partido, pero entró en juego de nuevo ese actor ya conocido por todos que se llama González González. Comenzó su sibilina labor de no señalar faltas a favor y sí todas en contra, de sacar tarjetas amarillas a los jugadores realistas (incluso a Xabi Prieto ¡¡¡por protestar!!!, el mismo motivo por el que acabó expulsando a Balbi; cómo escucha este árbitro lo que se dice en el banquillo de la Real), y la no tan sibilina de seguir siendo decisivo en las áreas. Primero, obviando otra mano en el área malaguista y después señalando un penaltito de esos light que a favor parece que nunca caen. Mala conciencia tendría que ni siquiera se atrevió a expulsar a De la Bella, que ya tenía una injusta amarilla desde la primera mitad. Bravo respondió como lo que es, actualmente el mejor portero de Primera División. Detuvo el penalti, despejó un segundo disparo y Labaka sacó bajo los palos el tercer remate de la jugada. ¿Partido resuelto? Tampoco.

Y es que en la jugada siguiente el Málaga marcó gol, en un pase desde la banda izquierda de la defensa realista (no tuvo De la Bella su mejor partido, ni tampoco Carlos Martínez), con una respuesta levemente tardía de Labaka al desmarque de Juanmi. 1-2 y el partido seguía muy vivo, mucho más de lo que merecía el Málaga a esas alturas de partido. Los dos cambios que le restaban a Lasarte sirvieron para apuntalar el centro del campo. Aranburu (que estuvo un poco fallón) entró por Zurutuza y Diego Rivas por Elustondo. No hubo más que una jugada de verdadero peligro para la portería de Bravo, un balón en profundidad al que no llegaron los delanteros malaguistas. El resto lo controló a la perfección el equipo txuri urdin, con esas armas que tanto se le piden: la presión y la intensidad. Cuando esta Real juega con una concentración absoluta es un equipo verdaderamente difícil de superar. Y cuando Xabi Prieto se dedica a controlar los partidos como lo ha hecho en el tramo final, es prácticamente imposible que se escape un resultado favorable. En los últimos minutos se ha jugado poco. En el descuento, de cinco minutos, casi nada. Ese otro fútbol que tanto se le pide a la Real. Y Xabi Prieto disfrutando. Pasándolo fatal por los nervios, sí, pero así es como gana la Real.

Ya ha comenzado la labor de reivindicación mediática de Elustondo y Markel. Han estado mucho mejor que en Pamplona, pero han influido menos de lo necesario en el fútbol de ataque del equipo. Un punto a mejorar, lo que ganando siempre es maravilloso. Griezmann (al que en el galimatías arbitral le han perdonado su quinta tarjeta amarilla, increíble viendo lo que estaba señalando González González) le ha demostrado a Sarpong lo que tiene que hacer para ser titular en la Real, trabajar de forma incansable, además de influir en el resultado. Llorente es sencillamente imprescindible cuando juega como lo hace hoy. Y si Xabi Prieto saca la magia a relucir, tres cuartos de lo mismo. Labaka es otro jugador que sale reforzado, a pesar de ese segundo de retraso en el gol del Málaga, porque es el central menos valorado y ha respondido muy bien incluso saliendo en frío. Lasarte ha tenido los arrestos necesarios para ir a por el partido y para arriesgar con Elustondo y Markel. Muchos le habrían crucificado de perder, el fútbol es así. Y sobre todo el equipo. Porque hoy ha jugado la Real, toda la Real. Individualmente unos han estado mejor y otros peor. Pero la Real ha estado soberbia.

Los tres puntos de hoy colocan provisionalmente a la Real en la novena posición. En función de los resultados que quedan puede perder una o dos posiciones, y los puestos europeos pueden alejarse, como mucho, hasta los tres puntos (a esta hora es uno). Pero la distancia con respecto al descenso es de seis puntos. Los mismos que ha conseguido el equipo esta semana, con cinco goles a favor y uno sólo en contra. Y aunque está claro que fuera de casa el rendimiento no ha sido el necesario hasta el día de hoy, hay que pensar que las decisiones arbitrales de Almería y Valencia le han restado puntos a la Real. Puntos que ahora habrían disparado al equipo de Lasarte en la clasificación. González González es un árbitro que demuestra partido a partido una inquina hacia la Real que asusta. Pero hoy el equipo txuri urdin ha sobrevivido al arbitraje de este protagonista nunca deseado en un partido de fútbol. Y eso también vale mucho. Buen partido, notable mejora como visitante, tres puntos muy golosos y una semana de tres partidos en seis días que sólo ha quedado empañada por lo de la Copa. Porque en Liga, seis puntos de seis. Y ahora llega el Racing a Anoeta. Como siempre, partido a partido.

sábado, octubre 30, 2010

PREVIA Málaga - Real Sociedad. Contra dos fantasmas y un equipo rival

La Real afronta el final del maratón de tres partidos en seis días en Málaga (domingo, 17.00 horas, La Rosaleda; PPV), y allí se enfrentará a dos fantasmas y a un rival necesitado. Dos fantasmas, sí. El primero es de la nueva decepción copera, el que habla de la debilidad de este equipo en momentos puntuales, y que sigue vivo porque hace sólo dos días que se produjo y porque sólo una machada en el partido de vuelta hará que quede enterrado para siempre. El segundo, el de la Real como visitante, ese equipo que sólo ha ganado un partido lejos de Anoeta en 2010 (aquella gloriosa tarde en Cádiz que dio el ascenso virtual) y que ha dejado escapar ya en Primera una victoria hecha y tres buenas ocasiones de puntuar ante equipos que no parecían más que el txuri urdin. Y además, enfrente estará el Málaga, el equipo que le arrebató el ascenso en 2008 con demasiadas sospechas en los despachos y que todavía no sabe lo que es ganar esta temporada en su propio campo.

Martín Lasarte, que dice estar convencido de que la Real dará buena imagen en Málaga, ha convocado para este partido a los mismos que afrontaron el encuentro liguero contra el Deportivo. Esto es, la misma convocatoria copera ante el Almería con el regreso de los dos jugadores a los que el técnico uruguayo dio descanso, Claudio Bravo y David Zuturuza. La principal conclusión de la relación de 18 escogidos es que Estrada, que se vuelve a quedar fuera como ha sucedido en todos los partidos de Liga, no aprovechó la oportunidad del pasado jueves para mostrarse como una alternativa fiable a Carlos Martínez. También parece claro que los que descansaron en el compromiso de Copa volverán al once titular, y eso incluye a Bravo, Zurutuza, Carlos Martínez, Xabi Prieto, Mikel González y Llorente. Lo que no está tan claro es qué posiciones ocuparán algunos de ellos y si habrá más cambios en el equipo que salte de inicio al césped de La Rosaleda. Incluso en el esquema. Los dos delanteros sí están descartados, ante la baja de Tamudo. Sutil también se queda fuera otra semana.

Con estos detalles, no sería descabellado que De la Bella descansara en el banquillo por primera vez en toda la temporada y su puesto, a falta de un lateral específico, lo ocupara Mikel González, manteniendo a Labaka en el centro de la zaga junto a Ansotegi. No obstante, Mikel como lateral no tuvo demasiada fortuna la temporada pasada, especialmente fuera de casa (y no hay más que recordar el 5-1 recibido en Alicante frente al Hércules). En el doble pivote, y dado que Aranburu pidió el cambio el jueves para no forzar, se especula con la posibilidad de que Markel sea titular. El trivote no es tampoco una opción descartada, con el capitán algo más adelantado. Zurutuza también podría amoldarse a ese puesto, pero el problema sería el mismo que en Pamplona: cambiar por completo y de golpe el doble pivote. Por eso, parece más que probable que Diego Rivas, que mejoró sus prestaciones ante el Almería, siga ocupando uno de los dos puestos. Sarpong y Griezmann se disputan la banda izquierda, y Prieto es fijo en la derecha, como Llorente en la punta de ataque. Elustondo, Viguera y Agirretxe seguirán esperando oportunidades desde el banquillo.

La Real comienza la jornada en undécima posición con diez puntos, tres por encima de la zona de descenso y cuatro por detrás de los puestos europeos, en esa mitad de la tabla que parece, por el momento, el lugar natural del equipo a poco que espabile como visitantes. Y es que en Málaga se juntarán dos rachas nefastas. El conjunto txuri urdin, sin haber visitado ningún estadio grande, no ha ganado fuera y sólo sacó un empate de Almería. El Málaga, que sí ha jugado contra eqquipos punteros (Valencia, Sevilla, Villarreal y Real Madrid), ha perdido sus cuatro partidos en La Rosaleda y por eso bordea los puestos de descenso con tres puntos menos que los de Lasarte. La Real viene de cosechar una durísima derrota en Copa en casa ante el Almería (2-3) y el Málaga de empatar a cero en Alicante, en otra de las eliminatorias que enfrentaba a equipos de Primera. Ganar fuera empieza a ser ya una cuestión imprescindible para que el equipo afronte con la tranquilidad que todavía no ha tenido los partidos de Anoeta. Lillo ya demostró en la Copa que el estadio donostiarra no será un fortín siempre.

Málaga y Real Sociedad se han visto las caras en terreno andaluz en 28 ocasiones, 25 de ellas en Primera. En la máxima categoría el balance es muy favorable para los malacitanos, que lograron la victoria en 14 ocasiones. El equipo txuri urdin arrancó seis victorias y cinco empates. No obstante, las últimas diez visitas en Primera sí dan un balance muy positivo para la Real, pues ganó en cinco ocasiones (el 1-5 de la temporada 2004-2005, con dos goles de Kovacevic y Nihat y otro de Labaka, es además la mayor goleada conseguida por la Real en Málaga) y empató una más, superando los cuatro triunfos malaguistas. El último duelo en la cumbre entre Málaga y Real Sociedad tuvo lugar en la temporada 05-06, y el conjunto local venció 3-1, haciendo inútil el tanto de De Paula. La mayor goleada local tuvo lugar en el primer enfrentamiento en Primera entre ambos equipos, en la temporada 49-50. El partido acabó 5-2, y por la Real marcaron Caeiro y Castivia de penalti. En Segunda División han disputado tres partidos, los dos primeros acabaron con victoria del Málaga y el último con triunfo txuri urdin.

Éste llegó en el último duelo que han protagonizado ambos equipos, en la temporada 2007-2008. La Real llegó a Málaga necesitando ganar para mantener vivo el sueño del ascenso y respondió con un partidazo que se pudo resolver con un marcador más abultado pero que acabó 0-2 y gracias a las jugadas de estrategia. Labaka hizo el 0-1 de cabeza al rematar una falta lateral y Gari Uranga (en la foto) hizo el segundo marcando de falta directa. Aquel día Lillo recibió un botellazo en la cabeza y el señorío de la Real y del técnico tolosarra impedió la suspensión del partido. No hubo sanción alguna por este hecho. A pesar de que esa es la última vez que ambos equipos se vieron las caras, nadie ha recordado durante la semana que el Málaga acabó subiendo y la Real no. Nadie ha recordado toda la polémica que rodeó ese ascenso, con las denuncias que hizo Iñaki Badiola sobre la compra de al menos dos partidos del Málaga de Fernando Sanz (y con la mano interviniente de su padre, Lorenzo Sanz), grabaciones mediantes con aquel agente FIFA y con Jesuli. Nadie recuerda estas cosas. ¿Para qué?

jueves, octubre 28, 2010

REALSOCIEDAD 2 - ALMERÍA 3 La Real no entiende la Copa

La Real no entiende la Copa. Pero no la Real de Martín Lasarte, sino la Real como club, como entidad y como equipo. No quiere jugarla, no desea disputarla, no tiene la intención de escribir ya más páginas épicas en esta competición, que se sumen a las de Zaragoza en 1987, Santander en 1928 o Madrid en 1951 o 1988. Si ni con una eliminatoria tan de cara como ésta es capaz el equipo txuri urdin de hacer algo, lo mejor es escribir el epitafio, retirarse de forma permanente de la Copa del Rey, no volver a jugarla. O al menos jugarla con el Sanse para que disfruten los chavales. Porque al final lo único que deja este torneo son noches sonrojantes, tristes, de decepción. La única forma de encajar lo sucedido en Anoeta es con la incredulidad justa y necesaria, porque lo de hoy ha sido un compendio de todos los males que aquejan a la Real en el torneo del KO desde hae dos décadas. Dos décadas, que se dice pronto. Obviamente, para que el Almería ganara hoy 2-3 en San Sebastián, al nefasto despliegue realista se han sumado notables dosis de infortunio y algo de colaboración arbitral. Si no, por lo visto, no sería un partido de la Real.

Si alguien no ha visto el partido, que sepa que antes de la descomunal debacle (es el mejor término para definir lo visto) de la segunda mitad la Real no hizo mal las cosas. Al descanso el resultado era de 2-0 y la previsión para la segunda parte era que, con un poco de inteligencia, el resultado podía ser de escándalo a favor del equipo de Martín Lasarte. El técnico uruguayo aseguró que no iba a hacer una revolución, pero los seis cambios que introdujo hacen que el rérmino sí sea ese. Y conste que la revolución es lógica, aunque la Real no tenga dos onces, porque el domingo hay partido en Málaga. Zubikarai ocupó la portería, Labaka suplió a Mikel González y Dani Estrada a Carlos Martínez. Elustondo entró en el doble pivote junto a Rivas y Aranburu adelantó su posición hasta la mediapunta, quedando fuera Zurutuza. Sarpong y Griezmann completaron la línea de tres centrocampistas con Agirretxe por delante. Con esos elementos sobre el césped, el partido comenzó de forma inmejorable. A los siete minutos, Sarpong cumplió con su ritual y creó un gol aprovechando un error defensivo. Esta vez marcó, su segundo gol con la Real, con un gran disparo y buenas dosis de oportunismo.

En el minuto 31, Elustondo rubricó una gran jugada de Agirretxe para poner el 2-0. Qué bien iba el partido sin necesidad de protagonizar una actuación irreprochable. El caso es que la defensa parecía segura. Zubikaria había tenido dos grandes intervenciones. Diego Rivas estaba haciendo un gran partido para responder a las críticas que recibió tras el partido contra el Deportivo. Agirretxe se fajó con la defensa, al ver reducidas sus opciones de tener una ocasión de gol, con la Real ya en ventaja, a cazar uno de los muchos balones largos que recibió. Griezmann y Sarpong se cambiaron de banda continuamente volviendo locos a los defensas del Almería. La cosa, más o menos, marchaba, con algunos errores, con algunas actuaciones personales mejorables, pero marchaba. Las muchas facilidades que estaba dando el equipo de Lillo, con grandes ideas pero poca calidad, hacían prever uno de los partidos más cómodos desde hace tiempo. Mucho más incluso que el que se jugó en el mismo escenario el pasado lunes contra el conjunto de Lotina. Pero no. Esto es la Copa. Y la Real no entiende esta competición. Si faltaba alguna demostración, la de hoy tiene que ser la definitiva porque un corazón txuri urdin no puede aguantar más decepciones como ésta en la competición del KO.

¿Qué pasó en la segunda mitad? Qué difícil encontrar una explicación. Los hechos son que Aranburu se retiró en el descanso, presumiblemente a medias por la mala primera parte que había realizado y las molestias que arrastró tras el partido del Depor. Lillo, a cambio, respondió con modificaciones tácticas y no de jugadores. Esos son los fríos hechos. Aranburu es un jugador criticadísimo desde hace unos años, pero incluso jugando por debajo de su nivel no hay en la Real un jugador que sujete el centro del campo como él. Markel no lo es. Elustondo tampoco, a pesar de que hoy sí demostrara esa llegada al área que se le pide cuando juega como pivote ofensivo. ¿Lo hay en el filial? Si es así, que juegue, que éste es un equipo de cantera y todos celebraremos su aparición. Pero si no, Aranburu es bastante más que importante en este equipo. Viguera es un buen jugador pero no presiona, no hace el mismo trabajo y no cubre el mismo terreno. Mucho hay que sujetar el partido para permitir tantos espacios. Cierto que el partido estaba para ser ganado con más ventaja, por lo que el error no está en el cambio, pero el efecto es el que es.

También es parte de esta debacle que el Almería de Lillo diera un paso adelante y entendiera dónde estaban los puntos débiles de la Real. Lillo es otro que cosecha críticas allá por donde va, críticas de quien no quiere entender las limitaciones de los equipos que entrena. Y San Sebastián no fue una excepción, ni mucho menos. Lillo quiere jugar al fútbol y a veces no tiene los mejores mimbres para ejecutar sus ideas. Pero entre equipos de nivel semejante, sus ideas valen y saca partido a plantillas que seguramente no valen tanto. Sus ideas colocaron a la Real a un descuento en Vitoria de subir y al Almería le dejaron en Primera División en una posición muy holgada cuando su equipo tendría que tenerle sufriendo hasta el minuto 90 del último partido. El caso es que tiró a su equipo hacia arriba, colocó a su hombre de más calidad, Corona, en la mediapunta y lanzó balones continuamente a su banda izquierda. La que tenía que defender Estrada, el eslabón más débil de toda la defensa, y que además no contó con la ayuda de un Sarpong fundido, que hoy ha demostrado que tiene calidad para jugar en la Real pero no capacidad, al menos por el momento, para hacerlo en el once inicial y el partido completo. Lillo explotó esa zona, y desde ahí llegaron casi todas las ocasiones de gol del Almería.

Lo gracioso es que los goles del Almería no llegaron por la debacle que protagonizó la Real, por la caraja que le entró a buena parte de los jugadores que tenía Lasarte sobre el césped y al propio entrenador, que reaccionó tarde a lo que estaba suciendo. No, no fue por eso. El primero del Almería fue producto de un rechace de infortunio. Goitom dispara, el balón rebota en la pierna de Ansotegi y el efecto que adquiere despista a Zubikarai. Cierto es que se mascaba la tragedia y que el gol visitante se veía venir. Pero no así. Mala suerte e infortunio es lo que le cayó encima a la Real, cuando en realidad lo que merecía era un golpe futbolístico. Fue el mismo infortunio que le dejó sin premio tras el partidazo contra el Real Madrid. El segundo gol llegó en parte por la caraja del equipo y en parte por la actuación arbitral. Una jugada a balón parado muy mal defendida por la defensa txuri urdin acabó en gol de Ulloa, tras ayudarse de la mano para que Ansotegi no pudiera despejar. Era el 2-2, era otra vez Ulloa, pero esta vez, como en el partido de Liga que se jugó en Almería, no era el minuto 93. Era el 71. En cinco minutos, la Real había echado por tierra su trabajo de la primera mitad y se había puesto cuesta arriba una eliminatoria que veinte minutos antes estaba ganada.

Por su caraja, por el infortunio y por el arbitraje. Pero sobre todo por la caraja. Y es que la caraja continuó, porque Lasarte no fue capaz de ponerle freno. Cinco minutos después del empate, Xabi Prieto entró por un Sarpong que andaba pidiendo el cambio a gritos desde mucho tiempo antes. La eliminatoria ya estaba viciada, por no decir perdida. Ya no era el partido cómodo que tenía el equipo en la primera mitad, sino un ejercicio de impotencia insufrible, otro más en la Copa. Lo curioso es que el Almería forzó a Zubikarai más en la primera mitad que en la segunda (donde sí tuvo que sacar un pie milagroso; su actuación está fuera de toda duda pese al marcador final), y lo curioso es que la Real tiró de orgullo para tratar de, al menos, ganar el partido y viajar a Almería con una mínima ventaja. Tuvo llegadas de peligro, tuvo ocasiones de gol en los pies de Viguera y Griezmann, también Agirretxe tras un buen pase de De la Bella que se quedó en un mal intento de cesión al corazón del área. Y estuvo sobre todo en un remate al palo tras un gran centro de Xabi Prieto, ya con Llorente por Agirretxe sobre el campo. En el contraataque tras ese tiro al palo, 2-3 para el Almería. Y encima tras un control raro de Ulloa que le dio ventaja con respecto a la defensa. Más infortunio.

El Almería estaba muerto al descanso. La Real estaba ya casi clasificada ante un Primera División, 22 años después de la última vez que consiguiera algo que hoy ya parece una proeza imposible y de proporciones históricas. Y sin embargo, al final la cosa cambió de una forma asombrosa. Ni la Real merecía ganar 2-0 al descanso ni el Almería mereció ganar 2-3 al final. Pero la sensación que se queda después del suicidio colectivo que protagonizó el equipo txuri urdin hará que muchos piensen que ya serán 23 años los que sumará la Real sin eliminar a un Primera y que entiendan como justísima la derrota txuri urdin en el partido de ida. No me atrevo a quitarles la razón a los pesimistas porque el fútbol no se puede analizar fría y desapasionadamente. Hoy se ha demostrado que hay jugadores imprescindibles en la Real. Como Xabi Prieto, como Zurutuza o como Carlos Martínez. Hoy se ha demostrado que a Sarpong, a pesar de sus ilusionantes apariciones, le falta mucho para pelear por un puesto en el once. Que Estrada no está para jugar 90 minutos al máximo nivel. Que el único doble pivote que puede sacar a día de hoy la Real es el que forman Rivas y Aranburu hasta que el Sanse aporte otra cosa.

Y sobre todo se ha demostrado que si la Real no juega concentrada 90 minutos, le gana cualquiera. Que ese cualquiera haya sido hoy Lillo hace que me alegre mucho por él. Muchísimo. Casi tanto como me alegraré por el valiente o valientes que quieran, algún día, devolver a la Real la gloria copera que presidió los 80 primeros años de su vida. La eliminatoria ya sólo puede dar una gran noticia, porque la mala de hoy sentencia al 99 por ciento la contienda. El partido de Almería sólo puede ser dos cosas: un trámite más de una competición en la que toda una generación de realistas no sabe lo que es llevarse una alegría, por mínima que sea, o una gesta de dimensiones épicas. Y las gestas son posibles. Lo que no quiero es que la Real se presente en Almería pensando que no lo es. Eso es lo que han pensado hoy y así han generado vergüenza ajena, han despreciado el esfuerzo de las más de 16.000 personas que han pasado la noche de un día laborable en el estadio de Anoeta y la de miles de realistas que quieren algo más de su equipo. Porque no cuesta tanto dar algo más de lo que se ha dado hoy. No tendría que costar con el escudo que llevan sobre el corazón.

martes, octubre 26, 2010

PREVIA Real Sociedad - Almería. Copa de ilusión o Copa de obligación

Una Copa de ilusión o una Copa de obligación. Ese es el dilema al que hace frente la Real en su debut en la competición del K.O. (jueves, 22.00 horas, Anoeta; Canal + Liga, Gol TV), en el partido de ida de los dieciseisavos de final frente al Almería de Juanma Lillo. Martín Lasarte ya ha anunciado que no acometerá una revolución en el equipo que presente a una hora tan intempestiva de un día laborable (y con la duda de la respuesta que pueda dar la afición por ello), pero sí habrá cambios con respecto al once que venció el lunes al Deportivo. Será la oportunidad de los hasta ahora menos habituales en los onces de Lasarte, algunos de los cuales ya demostraron ante el Depor que tienen ganas de más. La Copa es una competición maldita para el conjunto txuri urdin desde hace ya más de dos décadas y cada temporada se presenta una ocasión de redención que nunca se cumple. Pero está claro que, después de tres años en Segunda, la prioridad es conservar la Primera División como el tesoro que es. ¿Es eso compatible con dar guerra en la Copa? Tendría que serlo. Lo veremos.

Al margen del once que pueda presentar la Real, el primer gran aliciente que presentan las horas previas al partido es el regreso de Juanma Lillo a Anoeta, el técnico que se quedó con la miel del ascenso en los labios en Vitoria. Será la primera vez que visite el estadio donostiarra desde que abandonó el banquillo realista, igual que le sucedió a Lotina hace apenas tres días. El hecho de jugar en Anoeta este partido de ida ha hecho que Lasarte retrase la convocatoria hasta el mismo día del partido. Lo que ya anunció el técnico txuri urdin es que no habrá un once de la Liga y un once de la Copa, en primer lugar porque las bajas lo hacen imposible, pero sí habrá jugadores de los menos habituales. En la rueda de prensa previa al partido, el entrenador uruguayo descartó la presencia de Illarramendi, quien en principio podía contar con una oportunidad en la Copa pero que no está en condiciones de disfrutarla. Aranburu y Zurutuza acabaron el partido contra el Deportivo con molestias, pero no está descartada todavía su presencia ante el Almería.

Zubikarai es el primero de los nombres que se asocia a la Copa y lo más probable es que tenga su ocasión sustituyendo a Bravo. Con las bajas de Sutil y Tamudo por lesión, son varios los nombres que se suman al del portero realista para entrar en el equipo. Dani Estrada podría entrar en lugar de Carlos Martínez y Labaka en el centro de la defensa, aunque no está claro si por Ansotegi o por Mikel González. Éste podría jugar en el lateral izquierdo y dar así descanso a De la Bella, siempre y cuando Lasarte no tire del filial para hacer la convocatoria o el once. Markel parece tener más opciones que Elustondo en el doble pivote, aunque tampoco se puede descartar que se repita la dupla que jugó en Pamplona, Markel-Elustondo. Sarpong parece seguro que ocupará una de las dos bandas. Xabi Prieto y Griezmann parecen jugarse la otra, mientras que Viguera, ante la duda de Zurutuza, parece perfilarse como mediapunta. Y Agirretxe será, probablemente, el delantero titular. Todo está en el aire y todo quedará más definido cuando se conozca la convocatoria, horas antes del encuentro.

La importancia de la Copa es siempre relativa en la competición española. En estas rondas no parece interesar a nadie y sólo es una oportunidad de dar minutos a los suplentes y un motivo para agravar la situación de equipos y entrenadores en problemas. No es el caso de la Real, equipo que, en todo caso, afronta esta competición como un reto histórico. El conjunto txuri urdin no consigue eliminar a un conjunto de Primera División desde la lejanísima temporada 87-88. En las semifinales de aquel año apeó al Real Madrid tras vencerle 1-0 en Atotxa y con el histórico 0-4 en el Santiago Bernabéu. Desde aquellas dos finales consecutivas de las campaña 86-87 (victoria en los penaltis ante el Atlético de Madrid) y 87-88 (derrota ante el Fútbol Club Barcelona), la Copa ha sido una colección de amargos sinsabores. A causa de esos fracasos, y de su paso por Segunda División en menor medida, no compite contra un Primera nada menos que desde la temporada 98-99, cuando cayó eliminada por el Atlético de Madrid. A pesar de vencer por 0-1 en el Vicente Calderón, los colchoneros habían ganado en Anoeta por 1-2.

Real Sociedad - Almería es una eliminatoria de Copa inédita hasta la fecha. De hecho, el equipo andaluz apenas ha visitado San Sebastián en dos ocasiones a lo largo de toda su historia, ambas en Liga, ambas en Primera División, ambas cuando tenía la denominación de Agrupación Deportiva Almería y ambas con el triunfo de la Real. La primera ocasión en que se enfrentaron fue en la temporada 1979-1980, la del récord de imbatibilidad que sigue ostentando la Real. Satrústegui marcó el 1-0 con el que finalizó el partido, el 23º de los 32 que estuvo el equipo de Alberto Ormaetxea sin conocer la derrota. El segundo encuentro se produjo en la siguiente temporada, la del primer título liguero del club. 3-1 fue el resultado final, con dos goles de Satrústegui y uno de Zamora. López Ufarte hizo aquel día un partidazo. Los dos puntos del triunfo colocaron a la Real a cuatro del liderato, que en aquel momento, con cinco partidos todavía por jugarse, ostentaba el Atlético de Madrid.

Esta misma temporada, en la segunda jornada de Liga, la Real ya se ha visto las caras con el Almería, aunque fue en feudo andaluz. En el Estadio de los Juegos del Mediterráneo consiguió el equipo de Lasarte el único punto que ha logrado como visitante. Tamudo adelantó al conjunto txuri urdin, su primer tanto en el equipo, tras un magnífico pase de Zurutuza y culminando un buen primer cuarto de hora de la Real. El Almería comenzó a estirarse y Bravo apareció con intervenciones de mérito. Empataron los almerienses en una contra que el centro del campo realista consintió con demasiada facilidad. Pero la Real se adelantó de nuevo con el primer gol de Sutil en la Real, día de estrenos, éste a pase de Aranburu. El Almería no inquietó a Bravo en la segunda parte, pero logró el premio del empate en el descuento. Ulloa, aprovechando un balón bombeado que Mikel González midió mal, sentó a Ansotegi y llevó la igualada al marcador. La Real lograba su cuarto punto en dos partidos. Desde aquel día, todavía no ha vuelto a sumar lejos de Anoeta.

Reivindicaciones

No, no voy a hablar de los triunfadores del partido de anoche en Anoeta, no. Voy a hablar de los damnificados. Me veo en la obligación de hacerlo después de leer la crónica del encuentro que firma Jorge F. Mendiola en El Diario Vasco, en la que se habla de Diego Rivas en unos términos muy duros y, desde mi humilde punto de vista, injustos. Duro es que censuré sin siquiera citar su nombre (algo que se nota intencionado), no ya la actuación en un partido concreto, sino su capacidad para jugar a este deporte. Injusto es que se ponga ese feroz énfasis en él en un partido que otros jugadores estuvieron por debajo de su nivel, aunque la Real lo haya ganado con comodidad. No fue, evidentemente, la mejor actuación de Rivas con la camiseta txuri urdin. Pero es injusto hablar de él como se hace en esta crónica porque Diego Rivas es parte importante del equipo que devolvió la camiseta txuri urdin a su lugar, la Primera División. Eso, sea cual sea nuestra opinión sobre él, nos obliga a demostrarle una generosidad que falta en estas palabras.

"Si hay que poner un pero a la actuación local es la ausencia de calidad de algunos elementos, un déficit que ya se pudo apreciar el pasado domingo en el Ciutat de Valencia. No es de recibo que en el campo haya jugadores con tan limitadas aptitudes para ejecutar los más sencillos pases. Y mucho menos que encima se crezcan e intenten desplazamientos en largo o cambios de juego, pues el resultado es siempre el mismo: balón para el contrario. Por fortuna, el Depor tardó en descubrir de qué pie cojea la Real y no presionó al eslabón más débil de la cadena, que gozaba de amplios espacio para desarrollar su fútbol. O lo que sea. Pero Anoeta sí que se ha dado cuenta ya de que en Primera no se va a ningún sitio con tan modestas prestaciones y dedicó silbidos al que acostumbra a rifar la pelota, pone en riesgo al equipo y para colmo es lento". Eso es lo que dice la crónica.

Es fácil a la hora de escribir que nos dejemos llevar por nuestras filias y nuestras fobias hacia detemrinados jugadores. Pero hay que saber controlarse, y más cuando es un jugador propio. El caso es que estoy más o menos de acuerdo en el análisis del partido que hay en esas palabras. No me gusta que un jugador se lance a labores más allá de sus capacidades futbolísitcas, y es cierto que Rivas abusa de esos balones largos que rara vez llegan a su destino. Pero no creo que el jugador realista (que lo es, al menos hasta junio, aunque parezca que algunos le quieren fuera antes) se merezca este furibundo reproche. No sé tampoco si Anoeta le dedicó murmullos o silbidos como se dice en la crónica, porque por televisión no es tan fácil apreciar esos detalles. Lo que sí sé, porque yo estuve allí, es lo que le gritaba la gente en Alderdi Eder: "Rivas quédate". Me dirán que era el furor del ascenso, pero a Sergio, por ejemplo, no se lo gritaron. El caso es que Rivas está en una situación particular, porque Lasarte confía en él pero da la sensación de que Loren no quiere renovarle. Una significación periodística tan clara puede darnos una idea de lo que está pasando sin necesidad de leer entre líneas.

Yo no sé si renovaría a Diego Rivas. En primer lugar, tengo que decir que yo no le habría fichado al coste que tuvo para la Real hace cuatro años, cuando Bakero se encaprichó con él y empeó en traerlo tres millones de euros nada menos. El año del descenso demostró que su fichaje fue un error. Pero en Segunda, con entrenadores como Lillo y Lasarte, ha demostrado lo contrario, que tiene un hueco en este equipo. En Segunda, sin dudarlo. En Primera, seguramente también. A menos que los mediocentros de la Real y del Sanse se empeñen, como todavía no lo han hecho, en quitarle el puesto. Es obvio que Rivas no es un virtuoso, pero tiene otras cualidades. Xabi Prieto es inconstante y no por eso pierde valor. Carlos Martínez no centra bien más que de vez en cuando y no por hay que machacarle. ¿Por qué este contundente ataque a Rivas? Confieso mi perplejidad. Es tanta, que tenía que salir en defensa de uno de los jugadores más importantes del equipo que recordaremos todos los realistas dentro de muchos años cuando mencionemos que vivimos el ascenso de 2010, uno que ya se ha ganado a pulso un hueco en mi corazón txuri urdin a base de garra.

No puedo terminar esta entrada sin mencionar que los partidos de la Real están sirviendo para descubrir facetas del reglamento que se reescriben en Anoeta cada quince días. Entre otras decisiones esperpénticas de más o menos calado, el árbitro Paradas Romero, que desempeñó una labor pobre y muy por debajo de lo que tendría que admitir cualquier liga profesional, le sacó tarjeta amarilla a Griezmann por "salir del terreno de juego para celebrar un gol, saltando una valla publicitaria e introduciéndose en un vehículo de exposición". Eso dice el acta. Como Llorente también se salió del terreno de juego para celebrar el primer gol, tengo que entender que eso sólo no basta para ver la amarilla. Como Xabi Prieto también saltó la valla (lesionándose además) cuando marcó el gol del ascenso ante el Celta, intuyo que eso tampoco es suficiente para ser amonestado. Como el propio Xabi Prieto, De la Bella y otro jugador realista tambiñen se metieron en el coche y no vieron la amarilla, imagino que eso no es el factor determinante. ¿Qué hizo Griezmann que no hicieran sus compañeros? Marcar el gol. Igual es eso lo que molestó a este colegiado, que culminó con la tarjeta al canterano una actuación tan nefasta como anticasera. No me extraña que Lotina le felicitara sobre el campo y en su rueda de prensa. No me extraña.

lunes, octubre 25, 2010

REAL SOCIEDAD 3 - DEPORTIVO 0 La victoria más sencilla

Qué irónico es el fútbol cuando quiere. La Real no necesitó hacer un gran partido para conseguir la victoria más sencilla y abultada de esta temporada y casi de toda la era Lasarte, por aquello de que ahora estamos en Primera. El técnico uruguayo, el del ascenso, ganó con suma facilidad al Deportivo del técnico del descenso txuri urdin de hace tres años. El fútbol es así de irónico, sí. El triunfo realista llegó, como decía, sin buen juego pero sí con buenos jugadores. Marcó Llorente, haciendo justicia al buen trabajo realizado por el delantero y abriendo su cuenta anotadora de esta campaña. Marcó Griezmann, quien se enchufó en el partido a base de ocasiones y celebró a lo grande y con la misma originalidad de siempre su primer tanto en la máxima categoría del fútbol español. Y marcó Agirretxe, que aprovechó los pocos minutos que le dio Lasarte para reivindicar su papel en este equipo, y lo hizo recogiendo los frutos de otro jugador salido del banquillo, un Sarpong que participa y mucho en los goles de la Real. 3-0. Qué fácil. Quién lo iba a decir.

Lasarte dejó las posibles rotaciones de la semana para el partido de Copa. Era la opción más probable conociendo al técnico uruguayo, que, con la ausencia por lesión de Tamudo, decidió disponer sobre el césped a su once predilecto, con Zurutuza en la mediapunta, Griezmann por la izquierda y Diego Rivas y Aranburu en el doble pivote. Pese a la calidad del once inicial, lo cierto es que la Real saltó fría al campo. Ni la presión anunciada ni tampoco lo ya visto en los anteriores partidos de Anoeta. Y curiosamente, la Real marcó antes que nunca. Corría el minuto 17 cuando De la Bella, probablemente el mejor jugador del partido, puso un centro magnífico que cabeceó Llorene al fondo de la portería. El 8 realista fue el más enchufado en el partido y cuando está al cien por cien es sencillamente imprescindible por su capacidad de lucha y por su olfato goleador. Su tanto de hoy es una fusión de sus dos cualidades. Aranzubía pareció pecar de exceso de vista, pero el cabezazo picado junto al palo era impecable, lo mejor que podía salir de esa jugada. 1-0 y lo más difícil ya estaba hecho.

Y estaba hecho porque delante había poco rival. El Depor, que también había anunciado que saldría a por el partido y la verdad es que no lo hizo, sólo tuvo una llegada al área de Bravo en toda la primera mitad, un disparo de Desmarets que se marchó fuera. El chileno, inédito en los primeros 45 minutos. La Real tampoco se prodigó demasiado en ataque, en un partido lento, con ritmo casi de pretemporada, propio de un día tan frío como el lunes para jugar al fútbol. Llorente tuvo el segundo en un corner, ya muy cerca del descanso, cuando le cayó un balón servido desde el córner tras el fallo en cadena de la defensa deportivista. Muy poco más sucedió en la primera mitad, más allá de que el árbitro encendiera los ánimos de la grada desde el principio con decisiones absurdas, como dos saques de banda que claramente favorecían a la Real y que éste otorgó al Depor. A Zurutuza ni siquiera le fue necesario hacer un buen partido para concentrar las faltas del Depor, pero se notó mucho en la escasa profundidad de la Real que no fue el día de su mediocentro.

Fue, de hecho, el primer cambio de Lasarte. Entró al campo Markel Bergara para sustituir a Zurutuza y el mando del juego realista se lo repartieron Aranburu, algo más adelantado, y sobre todo Xabi Prieto. Estos partidos, con ventaja en el marcador y ante rivales no demasiado presionantes en el centro del campo, parecen hechos a la medida del 10 realista, y así lo entendió en los minutos centrales de la segunda mitad el propio jugador y el técnico de la Real. Antes, el Deportivo había lanzado su primer y único intento de sacar algo del partido, adelantando un poco sus líneas y haciendo retroceder a la Real. Lo desactivó Bravo, haciendo un paradón de escándalo, abajo, en un cabezazo de Riki. Un paradón más, por cierto, en una temporada absolutamente fantástica. Lo del chileno es espectacular, no hay otro término para él, porque es un portero que gana puntos. Hoy ha contribuido de forma decisiva a la victoria de la Real, por mucho que el abultado resultado ofrezca el riesgo de restarle mérito. Antes de eso, De la Bella tuvo una ocasión para redondear su gran partido, con un tiro lejano. Y Riki también tuvo el empate en un disparo desde fuera del área y que se marchó rozando el palo derecho de Bravo.

Antes de que el chileno salvara el encuentro, De la Bella y Griezamnn conectaron por primera vez en el partido y el centro del lateral estuvo a punto de rematarlo Llorente. Esa jugada acabó resultando clave, porque pareció reactivar al joven canterano francés, hasta entonces bastante desconectado del partido. Justo después de la parada de Bravo, dispuso de una maravillosa volea que sacó Aranzubía y apenas un minuto después entró veloz como una bala en el área para rematar de cabeza un magnífico centro de Xabi Prieto (que minutos después pudo marcar de cabeza tras una falta botada por Sarpong nada más pisar el verde). Es el primer gol de Griezmann en Primera, por decirlo de alguna manera su doctorado como jugador profesional, el paso adelante que iba ya necesitando. Y lo hizo con su calidad, con su capacidad de saber leer el desarrollo de los partidos y con ese instinto depredador que nos enamoró la pasada temporada. Estuvo a punto de hacer el tercero en un imposible caracoleo dentro del área que se marchó fuera por poco. Griezmann ha vuelto y es una de las mejores noticias que deja el partido, noticia que celebró Anoeta con una gran ovación al jugador cuando fue sustituido por Sarpong.

El holandés fue el segundo cambio. Agirretxe por Llorente el tercero. Y los dos cambios funcionaron tan bien como el primero. Si dar a Xabi Prieto el mando del partido sirvió para cercenar toda posibilidad del Depor de acercarse al área de la Real, los otros dos relevos sirvieron para crear el tercer y definitivo gol txuri urdin. Curiosamente, el gol llegó por otro error del árbitro, otro más que sumar a una larga lista de despropósitos como la tarjeta que le enseñó a Aranburu por no hacer falta o la obstrucción que se comió a Carlos Martínez al borde del área deportivista. Agirretxe iba a saltar para peinar un balón y fue empujado por la espalda. El árbitro no vio nada. Pero Sarpong, que es muy listo, sí lo vio. Corrió tras el balón, amedrentó a dos defensas con sus movimientos y dejó en bandeja el tercero a un Agirrretxe que, de forma inteligente, siguió la jugada a pesar de haber sufrido esa falta no pitada. Su tiro, además, fue espléndido. Esta semana tenía que llegar la hora de Agirretxe. Y con solo seis minutos en el primer partido, ya ha aprovechado la oportunidad. Como Sarpong, de momento un relevo de lujo que ha colaborado en un gol de la Real en las últimas tres jornadas.

Al final, un partido que comenzó frío en el día de la semana menos apropiado para el fútbol (y con una impresionante respuesta del público, más de 21.000 personas en la grada, chapeau para todos ellos), ha dejado grandes noticias para la Real. El 3-0 es la victoria más clara que ve Anoeta desde que en enero goleó 4-1 al Cádiz. Marcaron tres jugadores que necesitaban un gol. La defensa volvió a brillar, con dos laterales incansables y notables (a pesar de que Carlos Martínez erró muchos centros). Bravo dejó su portería a cero con otro paradón salvador. Buenas noticias, sí, que dejan a la Real con diez puntos y en undécima posición. La cara del equipo txuri urdin en Anoeta es la que esperábamos después de que el estadio donostiarra se convirtiera en un fortín la pasada temporada. Ahí sufrió el ahora líder Real Madrid y han perdido el tercer y el quinto clasificado, Villarreal y Espanyol. Ganar con esta facilidad a un rival de la parte baja de la tabla, esos que se suelen atragantar, también es una buena noticia. Falta la asignatura estrella de 2010, la más difícil, la que sólo se ha aprobado cuando hacía falta un día de grandeza: ganar fuera. ¿Y qué mejor que hacerlo en Málaga, ante el rival que le privó del ascenso en 2008? Allí ya ganó la Real cuando tuvo que hacerlo, por 0-2. Que se repita la historia, después del paréntesis de la Copa.

sábado, octubre 23, 2010

PREVIA Real Sociedad - Deportivo. Anoeta y la Real de verdad

La Real de Anoeta, la Real de verdad. Eso es lo que Martín Lasarte espera ver esta jornada en el encuentro ante el Deportivo (lunes, 21.00 horas, Anoeta; Gol TV y PPV), la Real que haga olvidar su cara más apática, esa que está ofreciendo fuera de casa. Porque el equipo, como local, presenta números e imagen casi inmejorables. Dos victorias en tres partidos, ante Villarreal y Espanyol, y la inmerecida derrota ante el Real Madrid. El partido tiene la peligrosa connotación de disputarse en lunes, fecha que no le ha traído demasiada suerte al equipo txuri urdin, y de ser la primera visita como entrenador rival de Miguel Ángel Lotina, quien ocupó el banquillo realista en la temporada del descenso. No es momento de nerviosismos (esta Real está muy por encima de aquella que bajó a Segunda), pero el partido se antoja importante porque el rival está en puestos de descenso y a tiro de la Real si vence en Anoeta. Una buena prueba para medir el potencial del equipo.

La convocatoria de Martín Lasarte no da muchas pistas sobre el once que se desplegará sobre el césped en esta siempre atípica fecha de lunes, porque los 18 elegidos son los mismos que se desplazaron a Valencia para medirse contra el Levante, con la única modificación, la ya prevista, de Agirretxe por el lesionado Tamudo (cuya fecha de reaparición, como la de Sutil, sigue sin conocerse con exactitud, aunque el caso del jienense es más preocupante). El canterano, máximo goleador de la pretemporada, vuelve a una lista después de cuatro jornadas de ausencia, con sólo quince minutos jugados, y esperará su oportunidad en el banquillo. Llorente se perfila como el delantero titular en la vuelta del técnico uruguayo a su esquema más habitual, el 4-2-3-1. Lo más probable es que Zurutuza regrese al once titular en la mediapunta. No se descartan más cambios, pero la próximidad del partido de Copa, el próximo jueves ante el Almería en Anoeta, y el buen rendimiento que el once tipo de Lasarte ha dado en el feudo donostiarra hacen pensar que lo más probable es que se repita el equipo que todos tenemos en mente.

De esta forma, jugarían Bravo en la portería; Carlos Martínez y De la Bella en los laterales (sigue sin haber suplentes específicos para ninguno de los dos en la convocatoria); Mikel González y Ansotegi en el centro de la zaga; Diego Rivas y Aranburu en el doble pivote; Griezmman y Xabi Prieto en las bandas, con Zurutuza por el centro y Llorente sólo en punta. Aunque esta alineación tiene muchas posibilidades de ser la escogida por el técnico, Sarpong sigue llamando a las puertas de la titularidad, después de intervenir decisivamente en los dos últimos goles marcados por la Real, ante el Levante y ante el Espanyol, y es un jugador que puede desenvolverse en ambas bandas. No hay que olvidar que, a pesar de su calidad, Xabi Prieto no está pasando por su mejor momento. No es descartable que Lasarte busque también un relevo en el doble pivote, aunque es más probable que la oportunidad para Elustondo o Markel llegue en el partido de Copa. Lo mismo se puede decir de Labaka en el centro de la defensa. Viguera completa la lista de 18 para el encuentro ante el Deportivo.

Tras tres derrotas consecutivas lejos de Anoeta y sólo un empate logrado en Almería, los partidos de casa se han convertido ya en finales para esta Real, una importancia que admitió el propio Lasarte en rueda de prensa. En casa los números son buenos, seis de nueve puntos posibles, un gol en los tres partidos y sólo el Real Madrid fue capaz de anotar en Anoeta. El recibimiento a Lotina será una incógnita. Sin cuentas pendientes entre la plantilla, porque los jugadores que quedan en ella son tan responsables como el técnico de aquel descenso, la respuesta la dará la afición. No sería de extrañar la división de opiniones o incluso un manto de indiferencia que diluya el pasado txuri urdin de Lotina antes y durante el partido. Jugar en lunes es otra piedra más en el camino. Será el segundo partido de esta temporada, después del empate a dos en Almería y la mala estadística histórica en el primer día de la semana. Curiosamente, el Depor fue rival de un partido en Anoeta jugado en lunes, en la temporada 97-98, y éste acabó con empate. Kovacevic falló un penalti en el último minuto que, de haber sido gol, al final habría dado a la Real el subcampeonato y la clasificación por primera vez a la Champions League.

La historia da un balance favorable a la Real, pero los datos generales son muy matizables. En total, el Deportivo ha visitado San Sebastián en 36 partidos de Liga, con 18 victorias locales, seis empates y doce triunfos del equipo gallego. El balance en Primera es más ajustado que en Segunda, con 14 victrorias y diez derrotas en la máxima categoría y cuatro victorias y dos derrotas en la de plata. Los seis empates llegaron en Primera. Pero en los partidos celebrados en Anoeta, desde su inauguración en 1993, la estadística es peligrosa para los locales. La Real sólo ha vencido en cuatro de los 14 encuentros disputados, mientras que el Depor se llevó cinco victorias y otros tantos empates (casualmente, todos ellos a un gol). El último triunfo txuri urdin llegó en la campaña 2005-2006, por 2-0, con tantos de Kovacevic y Jauregi, ante un Depor al que el árbitro obligó a jugar con una camiseta roja de la Real por esa nunca bien razonada coincidencia de colores. La victoria realista más abultada fue en la temporada 51-52, por 7-1 (dos goles de Pérez, Igoa y Alsúa, y uno de Barinaga). El Deportivo ganó 1-3 en cuatro ocasiones, dos en Primera (68-69 y 93-94) y dos en Segunda (39-40 y 63-64).

La última vez que Anoeta acogió un duelo entre Real Sociedad y Deportivo fue en la temporada 2006-2007, la del descenso txuri urdin, y el partido acabó con victoria visitante por 0-1. Hizo un buen partido aquella Real de Lotina, pero Germán Herrera dilapidó ocasiones casi imposibles de fallar que le dejó en bandeja Kovacevic. Savio hizo un partidazo. El Deportivo de Caparrós hizo un partido mediocre, pero ganó. Sólo llegó una vez a la portería de Bravo y la metió. Fue un balón colgado al área desde lejos en el que la defensa de la Real se asustó, reculó en exceso, eliminando toda capacidad de intervención a Bravo. El pase de gol fue con la mano, pero el gol valió. La grada estalló, con timidez pero estalló y sus objetivos fueron la directiva presidida por Fuentes, Rekarte y Herrera. La derrota ante el Deportivo fue el séptimo de los ocho partidos sin ganar que encadenó la Real entre enero y marzo, la tercera derrota consecutiva de este periodo. El equipo txuri urdin se quedaba con catorce puntos y la imposible misión de ganar nueve de los catorce partidos que quedaban para salvarse. Sólo ganó seis y empató tres y le faltaron seis puntos, esas dos victorias que completaban las nueve ansiadas, para seguir en Primera.

viernes, octubre 22, 2010

Los recuerdos de Lotina

Será el lunes cuando la Real se vea las caras por primera vez con un equipo entrenado por el técnico que tenía el equipo txuri urdin cuando rompió 40 años consecutivos en Primera y se marchó a Segunda. Como no podía ser de otra manera, los periódicos guipuzcoanos han publicado esta semana entrevistas con ese entrenador, con Miguel Ángel Lotina. En ellas, se recuerdan los pormenores de aquella fatídica temporada del descenso. Lotina habla de lo que él recuerda como las claves del descenso. Habla del mal comienzo (primero con José Mari Bakero, después con él), de esas ocho jornadas sin ganar (un empate y ¡siete derrotas!) entre enero y marzo, del partido de Pamplona y del penalti que Savio falló en Anoeta ante el Racing. Como dice, en Valencia, aunque había opciones matemáticas de permanencia, ya estábamos en realidad descendidos. Pero mi memoria va más allá y eso me lleva a preguntarme si quizá es que los recuerdos de Lotina son selectivos. Esa es la impresión que me han dejado sus palabras, y ya aviso que lo que yo tengo que decir de Lotina no es precisamente positivo.

A Lotina, por ejemplo, se le olvidan dos partidos que tengo grabados a fuego en mi memoria. Intrascendentes en la marejada de una larga temporada, pero cuyos puntos fueron tan decisivos como los que se escaparon en Pamplona. 18 de marzo de 2007. La Real visitó Villarreal, una semana después de romper esa racha de ocho partidos sin ganar y de ponerse a diez puntos de la permanencia ganando al Mallorca en Anoeta. Savio adelantó al equipo txuri urdin, que estaba jugando un buen partido. Los locales empataron en corner horriblemente defendido, talón de Aquiles de la Real esta campaña (y en eso siempre tiene algo que decir el entrenador, como esta temporada Lasarte). Era el minuto 57. Diez minutos después, Lotina hizo su segundo cambio. Entró Germán Herrera, salió Kovacevic. Con la Real a diez puntos de la salvación, sí. En el 78, el Villarreal se quedó con diez jugadores. El tercer cambio de Lotina no llegó hasta el minuto 87. Díaz de Cerio entró por Diego Rivas. Tres minutos de más o menos riesgo, diez minutos tirados a la basura. Si mirando al abismo no se es valiente, ¿cuándo se puede serlo?

La respuesta a esa pregunta es fácil: cuando los rivales dan facilidades. Eso sucedió en la siguiente salida de la Real, el 8 de abril de 2007, con el Espanyol pensando en una semifinal de Copa de la UEFA. Dejó en el banquillo a muchos titulares. En la grada, por ejemplo, a Tamudo y De la Peña. La Real saltó al césped de Montjuic con sus habituales tres mediocentros y con Germán Herrera sólo en punta. Germán Herrera. Darko y De Cerio esperaron en el banquillo. Los dos saltaron al campo en la segunda parte, el primero siete minutos antes de que el Espanyol se adelantara. El segundo lo hizo seis después de ese momento. El partido acabó 1-0 y la Real perdió sin haber generado apenas ocasiones de gol. Y con solo cuatro jugadores de Zubieta en su alineación titular, una de las cifras más bajas de los últimos años. Una Real desnaturalizada arrastró el escudo aquel día. Y perdió. Ni Villarreal ni Espanyol forman parte del recuerdo colectivo de los motivos del descenso. Para mí tienen una parte importante, porque son un empate y una derrota que pudieron (debieron) ser dos victorias y que llegaron en uno de los mejores momentos del equipo en Anoeta. Habría sido un espaldarazo tremendo, pero no lo fue.

Al margen de esos olvidos de Lotina, me hace gracia que defienda el fichaje de Herrera en el poco arrojo que tuvo la directiva de la Real para endeudarse en el mercado de invierno, algo que, dice, le "decepcionó". Si ya teníamos una situación económica catrastrófica, no quiero imaginarme qué habría pasado si se deja fichar a Lotina con total libertad y la Real tampoco se salva así. Me acuerdo del despilfarro que se le consintió a Clemente, el que posiblemente sentara las bases de la debacle deportiva y económica de la Real, y me echo a temblar. Toshack, cuando gastó, salvó a la Real y formó la base del equipo campeón (eso también dejó muchos réditos, en forma de Champions y traspaso de Xabi Alonso). Trajo a Westerveld, a Nihat y a Kovacevic. Clemente trajo, por ejemplo, a Collet, Peiremans y Arif. Beneficio cero, deportivo y económico. Lotina quería a Cardozo. Y como no pudo traerlo, fichó a Germán Herrera. No, la solución no era esa. La solución siempre estará en el Sanse. Si no podemos traer nada decente de fuera y con lo que produce Zubieta nos vamos a Segunda, que así sea. Pero así no. Eso, la forma y los actores, me dolió tanto como el descenso.

Estos recuerdos selectivos de Lotina le llevan a defender el fichaje de Víctor López por su experiencia y el corto vuelo que tenían acumulado todavía los hoy centrales titulares de la Real, Mikel González y Ansotegi. Víctor López o Juanito fueron titulares, por ejemplo, en aquellas ocho jornadas en las que la Real perdió siete partidos. El argentino fue titular en las últimas tres jornadas, en las que no se ganó ningún partido. Los que rotaban en la titularidad entonces eran, precisamente, Ansotegi y Mikel. Está claro que no tenían la experiencia que tienen ahora y que su progresión en los últimos años ha sido grande. ¿Habría sido peor aquella Real que bajó si hubieran jugado ellos? Seguramente no. Lotina también dice que Germán Herrera no era titular indiscutible. Cierto, pero de los 19 partidos que jugó, salió de inicio en nueve salió. Su aportación a la Real fue de un gol (en Zaragoza, se perdió), una asistencia (ante el Atlético en Anoeta, se ganó) y un rebote que acabó en el útlimo gol de la Real en Primera.

También dice el técnico en estas entrevistas que Jesuli habría sido determinante de no haberse lesionado. Jugó once partidos y no se le recuerda demasiado. Curiosamente, jugaba de extremo izquierdo, puesto en el que en invierno llegó Savio, que sí fue decisivo. El fichaje del brasileño, de hecho, fue la gran aportación de Lotina a la Real, pues fue él quien le convenció para que viniera. Justo es reconocérselo. Como decir que con Lotina se frenó la sangría de goles encajados que estaba viviendo la Real. Con Bakero habían sido 18 goles en ocho partidos, 2,25 por partido y con Lotina fueron 34 tantos en 23 encuentros, con una media de 1,1. Bien es cierto que la causa de esa cifra es precisamente lo que acabó matando a la Real. El trivote defensivo y la falta de ambición en ataque mandaron al equipo a Segunda. El equipo no marcó ni un solo gol en ¡17! de los 32 partidos que dirigió Lotina, y por eso su media en bajísima, sólo 0,9 goles por partido (29 tantos en esas 32 citas, una de Copa y el resto de Liga). Esos datos no son sólo insuficientes para permanecer en Primera, sino que además dejan un mal sabor de boca aparejado al descenso. Pese a todo, la afición pidió aquel año reiteradamente a Lotina que se quedara. Yo nunca lo entendí.

La creencia popular es que quien guarda mal recuerdo de Lotina es, al menos principalmente, porque aseguró que estaba dispuesto a seguir con la Real en Segunda cuando en realidad ya tenía firmado un precontrato con el Deportivo. Yo, por todo lo anterior, voy aún más lejos. Para mí Lotina es parte importante del descenso. No la única, probablemente no la principal y es que eso siempre recae en los jugadores, pero con otro entrenador la salvación habría sido posible. Él fracasó en la Real, y no sólo por lo que dictaba la clasificación tras la jornada 38. No sé si, en caso de que gane la Real el lunes, el club gallego decidirá la destitución de Lotina. Sería irónico, pues la Real ya fue su verdugo en su etapa en el Celta, cuando en enero de 2004 ganó 2-5 en Balaídos, con dos goles de Nihat, uno de Kovacevic, otro de Xabi Alonso y otro de Milosevic en propia puerta. Irónico, sí, que Lotina se cruce tanto en el camino de la Real. Era el técnico del Numancia que nos eliminó en la Copa, en el primero de los grandes fracasos realistas en la competición. El de Osasuna y Espanyol cuando se salvaron ambos de descender en la última jornada jugando contra una Real inofensiva (más en el primero de los casos y por voluntad propia). Y el técnico del descenso. Por mucha ironía que haya, eso no se me olvidará nunca.

miércoles, octubre 20, 2010

Imanol, es tu hora

Imanol, es tu hora. No se ha hablado prácticamente nada de ti en lo que llevamos de año. Normal, apenas te hemos visto. Con los fichajes de Llorente y Tamudo ya nos imaginábamos todos que ibas a tener menos minutos. Eso era evidente. Lo que no pensábamos muchos es que te fueras a quedar casi siempre fuera de los 18 elegidos para disputar cada partido. Yo por lo menos no lo creía, pero así están siendo las cosas. Hasta ahora has entrado en dos convocatorias y sólo has jugado un partido, apenas el cuarto de hora final contra el Real Madrid. Entraste esos dos días porque Llorente andaba fastidiado de la espalda y jugaste porque los blancos se pusieron por delante y tocaba intentar la remontada. Ahora volverás de nuevo a las convocatorias por la lesión de otro compañero, esta vez de Tamudo.

¿Por qué creo que es tu hora si no lo fue cuando faltó Llorente? Pues porque ahora disputamos tres partidos en sólo seis días. Y uno de ellos es de Copa, torneo que imagino que Lasarte no va a tirar pero que seguro que no le despierta tanto interés, al menos por el momento. Si hubiéramos ganado algo fuera de casa y tuviéramos diez o doce puntos, igual la Copa era más atractiva para todos. A mí me sigue gustando. Mucho. Pero resulta que estamos con siete puntos, sólo uno por encima del descenso. Resulta que el lunes recibimos al penúltim clasificado y que el domingo siguiente visitamos a un Málaga que hoy tiene los mismos puntos que la Real en la clasificación y todavía no sabrá lo que es ganar como local cuando llegue allí el equipo txuri urdin. Dos rivales más que directos ahora mismo. La Copa casi va a sonar a estorbo para muchos y será entendible que Lasarte dé minutos a los menos habituales. A ti, por ejemplo.

Por eso me da a mí que la Copa puede ser para ti una gran oportunidad. Creo que la vas a jugar, y ojalá sea de inicio, porque ya vivimos la temporada pasada lo que era colocar a un delantero en una situación de ninguneo, a Viguera, y su ausencia en el primer tramo de la temporada la notamos cuando hizo falta más adelante y nos encontramos a un jugador sin chispa y sin ritmo. En pretemporada fuiste el máximo goleador del equipo, aunque llegaran tres delanteros nuevos (todavía no hemos visto a Ifrán, y está cerca de debutar, así que por eso digo también que es tu hora... ahora o nunca, casi se podría decir). Demostraste que tenías hueco en el equipo, por lo menos en Segunda División, hace dos temporadas (cuando igualaste los goles de Abreu con menos minutos) y en la primera mitad de la pasada. Sí, ya sé que en la segunda vuelta no te salió nada. Pero ya has enseñado que puedes, ahora toca intentarlo en Primera y por eso me acuerdo de tu ausencia en cada convocatoria.

Imanol, es tu hora. Yo ya he sacado la cara por ti. Ahora te toca devolverme la confianza. Si Lasarte te pone en el campo, claro. Suerte.

domingo, octubre 17, 2010

LEVANTE 2 - REAL SOCIEDAD 1 75 minutos inexplicables, 15 minutos insuficientes

Dos partidos ha jugado hoy la Real. El primero ha durado 75 minutos y ha sido el peor no de esta temporada, no de la era de Martín Lasarte, sino en muchos, muchos, muchos años. Y se han visto partidos muy malos a la Real ante rivales realmente lamentables. Los últimos 15 minutos, ya con 2-0 para el Levante en el marcador, fueron lo que tendría que haber sido el partido, lo que se esperaba de una Real que tenía que reaccionar fuera de casa. Pero 15 minutos no pueden ser suficientes. No lo han sido hoy y no lo pueden ser para un equipo como la Real. Los 75 primeros minutos han pesado mucho. Y mucho se puede criticar al equipo por ellos. Muchísimo. Todos los calificativos negativos que puedan venir a la cabeza son aplicables a lo que ha hecho hoy el equipo de Lasarte en ese larguísimo, interminable y horrendo primer parcial del encuentro. Todos. Ý todos serían justos, individual y colectivamente. Por encima de todo, lo que se puede decir es que es inexplicable lo que ha hecho la Real, por mucho que al final se pudiera traer el empate de Valencia. Si era un partido para demostrar que se aprende de los errores, la Real lo que ha hecho es reafirmar el carácter crónico de los errores cometidos. Hoy la camiseta txuri urdin se ha arrastrado en el cesped del Ciutat de Valencia.

Lasarte decidió sacar a dos delanteros en el once, pero la Real no jugó con dos en punta. Tamudo fue el 9 y Llorente actuó como mediapunta, dejando a Zurutuza en el banquillo, con el recuperado Griezmann por la izquierda y con los habituales para conformar el resto del equipo. Esta versión de la Real no sólo no funcionó sino que empeoró lo que ya habíamos visto fuera de Anoeta. Durante 75 minutos, el encuentro txuri urdin fue aún peor que el que jugó en el mismo escenario hace justo un año. Peor y de largo. Sólo la línea de atrás parecía querer una victoria de la Real, con un De la Bella mejor en ataque que en defensa y un Carlos Martínez incansable como siempre. Y eso que el problema no fue de actitud, sino de calidad y de técnica. Errores absurdos en los pases, pérdidas de balón difíciles de entender, jugadas de estrategia lamentablemente defendidas, huecos inabarcables en el centro del campo, desconexión absoluta con los dos atacantes y extremos desaparecidos. Llorente no ha marcado todavía y Tamudo lleva tres semanas sin hacerlo. Con esta versión de la Real, y sin personalizar por ello en los delanteros, da pena ver que Agirretxe no tiene cabida ni siquiera entre los 18 que viajan.

Con este panorama, el 0-0 podría considerarse un milagro, pero se entiende en dos factores. El primero, la suerte de Bravo con sus palos. El Levante estrelló dos balones en la portería del chileno. El segundo factor es, precisamente, el escaso juego ofensivo del equipo local, que apenas tuvo otra jugada más, al margen de estas dos, para adelantarse en el marcador. El Levante estaba haciendo un mal partido, la Real un muy mal partido y el árbitro, Teixeira Vitienes, estaba siendo todavía peor que el soporífero espectáculo de bajísima calidad que se estaba viendo en Valencia. Pero del árbitro hablaremos luego, como poco cuando quede claro que la derrota tiene como principal culpable a la Real. Tantos córners concedidos tenían que acabar como acabaron, con un gol de córner. Como dijo Lasarte en la rueda de prensa, no es el primero que recibe el equipo en jugadas de estrategia. Y no es el primero que llegue por una marca blanda e insuficiente, como lo fue la de un Diego Rivas muy por debajo de su nivel durante casi todo el partido. Aranburu, por su parte, ni existió, y es un mal muy acusado en el capitán lejos de Anoeta. Quizá haya que buscar un relevo, al menos cuando el equipo salga de San Sebastián.

El segundo gol del Levante llegó por otro de los grandes males exhibidos por el equipo sobre el césped. Xabi Prieto pierde un balón de una forma asombrosamente fácil para el centro del campo levantino y permite un pase largo (rozando el fuera de juego, no se vio en las repeticiones) y segundo gol del Levante, con Ansotegi y Bravo vendidos. Visto lo visto, es un claro motivo de durísima crítica a la Real que un equipo como el Levante, con lo poco que ha demostrado hoy, le fuera ganando 2-0 al conjunto de Lasarte, que todavía no había sido capaz de disparar entre los tres palos. Sólo De la Bella había inquietado a la grada local, y que eso suceda justo cuando Lasarte apuesta por los dos delanteros es algo digno de reflexión. Ni Mallorca, ni Osasuna, ni Levante han hecho gran cosa ante el conjunto txuri urdin, y lo cierto es que los tres han ganado clara y fácilmente a la Real. La causa no hay que buscarla en los rivales, sino en la endeble mentalidad que tiene el equipo lejos de Anoeta. O los jugadores entienden que para sumar fuera hay que jugar con la misma intensidad que se mostró contra Villarreal, Real Madrid o Espanyol, o el paso por la Primera División va a ser mucho más complicado de lo que el potencial del equipo sugiere.

Y entonces empezó el segundo partido. En el minuto 75, Xabi Prieto disparó a puerta y salvó el portero. Era el primer tiro entre los tres palos de la Real. Poco después llegó el gol de Sarpong, tras un maravilloso pase del propio Xabi Prieto (¿por qué demonios no asume la responsabilidad el 10 realista en partidos que, como éste, en apariencia parecen diseñados para él?). Llorente tuvo el 2-2. Viguera, demasiado poco tiempo sobre el césped para el canterano, también. Ansotegi tuvo una ocasión más. En apenas quince minutos, cinco llegadas claras de gol, más una sexta que anuló el árbitro pitando un fuera de juego equivocado por tres metros como poco. ¿Cómo es posible que la Real sí sea capaz de jugar lo que se espera de ella en 15 minutos y en 75 deambule por el campo como si el partido no fuera con ella? Para entonces ya estaban sobre el césped Sarpong y Zurutuza. Sin el pelirrojo, la Real perdió el motor de su juego. Con él, la Real ni siquiera subió una marcha en su juego, ya sabemos que el fuerte de Zurutuza no es la velocidad, pero es que no le hizo falta para dominar. La Real es mucho mejor equipo que el Levante pero perdió por su indolencia y por su falta de atención. Visto lo visto, si hay hoy un jugador imprescindible en la Real es Zurutuza.

El árbitro, llegamos a él, resultó más decisivo de lo que muchos señalarán a lo largo de la semana. Que el rival fuera el Levante ya indicaba que el partido iba a ser tenso. Del Horno y Nano lo dejaron claro en las primera mitad, con dos entradas que en otros partidos, con otros jugadores, en semanas de protección a no se sabe qué jugadores, han sido tarjeta roja. Teixeira Vitienes dejó ambas en amarilla, flexibilizando de nuevo y como tantas otras veces el reglamento cuando la Real está sobre un terreno de juego, y después se permitió el lujo de perdonar la segunda a Del Horno por una falta sin balón a Carlos Martínez. Qué cosas que Del Horno fuera el autor del primer gol del Levante cuando ya tenía que estar fuera del partido. Todo ello sucedió en medio de un carrusel de inexistentes faltas que Teixeira Vitienes pitaba en contra de la Real, ante las caras de asombro de jugadores como Carlos Martínez o Diego Rivas. En la segunda mitad, y después de que Mikel González protestara una mano que la realización televisiva ni siquiera repitió, el colegiado consintió todas las triquiñuelas, malas artes y pérdidas de tiempo del Levante, esas que la Real ni sabe ni va a aprender a hacer, esas que con la connivencia arbitral dan puntos a equipos como el valenciano y que restarán alguno que otro a la Real en futuros partidos. El árbitro, y así que decirlo, ha sido un claro aliado del Levante.

No es una excusa, porque ha sido la Real la que ha perdido solita el partdo. Lasarte falló en su tardanza en reaccionar a la calamidad que se estaba viendo sobre el césped, pero hay jugadores que tienen que dar un paso adelante, Griezmann entre ellos (aunque no sea el mejor partido para juzgarle, pues salía de una lesión y su titularidad se pueda considerar hasta una sorpresa). O Xabi Prieto. O Aranburu lejos de Anoeta. El equipo terminó presionando y jugando, pero no es suficiente si no dura 90 minutos. No puede ser suficiente para enmascarar la debacle mostrada hoy en Valencia. Es una lección ya aprendida, pero una que estos jugadores no terminan de aplicar cuando les toca jugar fuera de casa. Ésta era una jornada para buscar la parte alta de la tabla y el fracaso ha sido absoluto. Ganando, la Real se habría colocado con diez puntos, a dos de Europa, a cinco del descenso y con un partido en Anoeta frente al colista en el horizonte. Perdiendo, se ha quedado en la decimocuarta posición, a dos puntos del descenso (uno, si el Sporting puntúa esta noche ante el Sevilla). Y lo dijo Lasarte antes de viajar a Valencia. No siempre se va a ganar en Anoeta. Como algunos no espabilen ante el calor de sólo unas decenas y no de miles de aficionados realistas como en Anoeta, la posición actual casi la vamos a tener que agradecer.

sábado, octubre 16, 2010

PREVIA Levante - Real Sociedad. Aprender de los errores

Toca comprobar si la Real ha aprendido de sus errores (domingo, 17.00 horas, Ciutat de Valencia; PPV), de sus errores de la presente temporada como visitante y de los errores que cometió la pasada temporada en el mismo escenario en el que se juega el partido de esta jornada. El equipo de Lasarte todavía no ha ganado lejos de Anoeta, donde sólo ha sumado uno de nueve puntos posibles, y dispone de una nueva oportunidad ante otro equipo recién ascendido, ante un rival que se moverá en principio en las mismas posiciones de la tabla que el conjunto txuri urdin. La Real tiene la ventaja de haber roto la dinámica negativa de tres derrotas consecutivas antes del parón liguero de dos semanas que todavía estamos viviendo. Esas tres derrotas y su todavía insuficiente trayectoria como visitante son los errores de esta temporada. Los de la pasada pasaron por intentar en Levante, en un mal césped, el fútbol que a la Real le hubiera gustado. Los partidos no son siempre como uno quiere. Y más con un rival tan agresivo y físico como el Levante. Esta temporada ya lo ha padecido el Real Madrid en este escenario.

Con lo visto durante la semana, resulta prácticamente imposible adivinar los planes de Lasarte para el partido de Valencia. La única información real que ha proporcionado el técnico es la convocatoria, y es la misma que dio para medirse hace dos semanas al Espanyol. Poco material para adivinar un once. Sin embargo, sí da pistas de las intenciones del técnico. Repetir lista quiere decir que Agirretxe sigue sin contar en los planes del entrenador, como tampoco Dani Estrada, que Griezmann está en condiciones de jugar (tal y como confirmó Lasarte en la rueda de prensa previa) a pesar de la lesión que sufrió con la selección sub-20 francesa, que Sutil no se ha recuperado de sus molestias y que Ifrán todavía no tendrá la oportunidad de debutar con la Real. No parece probable que haya cambios atrás, con lo que Bravo, Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González y De la Bella seguirán siendo fijos. Pero de ahí en adelante se abre un gran abanico de posibilidades.

La primera duda que tendrá que aclarar Lasarte es si mantiene su habitual esquema (4-2-3-1) o si opta por colocar de salida dos delanteros, manteniendo el doble pivote y sacrificando al mediapunta. Si se da la primera opción, hay tres jugadores que parecen disputarse la banda izquierda: el recuperado Griezmann, el ilusionante debutante Sarpong o el veterano Aranburu. Con esta última alternativa, quedaría vacante un puesto de mediocentro junto a Diego Rivas. Markel y Elustondo esperan una nueva oportunidad tras el fiasco de Pamplona, pero también Zurutuza podría retrasar su posición. De producirse ese movimiento de Zurutuza, quedaría abierta la puerta para sacar dos delanteros de inicio, aunque viendo que Agirretxe no se ha colado entre los 18 convocados parece complicado que veamos a Llorente y Tamudo juntos en el once inicial. Eso sí, no es descartable, y más teniendo en cuenta que parece un partido a la medida de Llorente y que Tamudo sigue siendo el máximo goleador txuri urdin. Xabi Prieto es fijo en la derecha, como Rivas también parece serlo en el mediocentro más defensivo.

Como ya sucedió la temporada pasada, la Real se enfrentará al Levante sobre un césped en muy malas condiciones, impropio de una Liga profesional que se considera la mejor del mundo. Hace un año, los de Lasarte no supieron aclimatarse a ese partido y al estilo de juego de los levantinos, rondando los límites del reglamento, estilo que sigue vivo. Durante la semana, se ha aireado el polémico duelo que se vivió en Anoeta la pasada temporada, un partido en el que Lasarte fue expulsado y salió del campo enfrentándose al banquillo rival, algunos de cuyos integrantes, según las crónicas periodísticas, ya habían protagonizado alguna que otra provocación a los realistas ya en Valencia en la primera vuelta. La Real ocupa la decimotercera posición de la tabla con siete puntos, los mismos que tiene el décimo, el Málaga. Está tres por encima del descenso, dos por encima del Levante y a tres de las posiciones europeas. Fuera de casa, la Real acumula un empate en Almería y dos derrotas consecutivas en Pamplona y Mallorca. Toca ya ganar como visitante, porque tras la segunda vuelta de la pasada campaña sigue siendo la asignatura pendiente del equipo de Lasarte.

Levante y Real Sociedad se han visto las caras en tierras valencianas en siete ocasiones. En Primera División sólo se han producido dos de esos duelos, los dos en la presente década y los dos con victoria local, 2-1 en la 2004-2005 (con un golazo de falta de Nihat) y 2-0 en la 2006-2007 (la Real bajó a Segunda División, el Levante se mantuvo un año más en la máxima categoría del fútbol español). Si en Primera la Real perdió siempre contra el Levante, en Segunda la estadística es favorable al conjunto txuri urdin. Cinco partidos y tres victorias blanquiazules, con la curiosidad de que estos dos equipos nunca han empatado en Valencia. La victoria más abultada de la Real se produjo en el regreso a la competición tras la Guerra Civil, en la temporada 39-40, concretamente en la fase de ascenso a Primera División. La Real venció 0-3, con dos goles de Terán y uno de Inciarte. Aquel triunfo no bastó para que los realistas lograran el billete de vuelta a la élite. El Levante logró su mayor goleada, 4-0, en la temporada 46-47.

Aquella y la de la temporada pasada son las dos victorias que logró el Levante sobre le Real jugando en Segunda. El lamentable estado del césped y un mal arbitraje contribuyeron a la que fue la primera derrota de la temporada para el equipo de Lasarte, pero en realidad la causa hay que buscarla en una pobre actuación txuri urdin. Ni un solo disparo entre los tres palos, mucha impotencia y, sobre todo, una incapacidad para responder a los retos que planteaba el partido. El Levante no fue claramente superior, pero entendió el partido mucho mejor. Su único gol llegó como consecuencia de un inocente penalti que cometió Diego Rivas al repeler un balón con el brazo. Eso sucedió al poco de comenzar la segunda mitad, y aunque la Real intentó estirarse y Lasarte movió sus fichas ofensivas, el equipo apenas tuvo un par de llegadas no demasiado claras. El Levante, con muy poquito, llegó a disparar dos veces a los palos de Bravo. El 1-0 fue justo y a la Real le costó el liderato que había conseguido una semana antes derrotando con brillantez al Salamanca en Anoeta.

miércoles, octubre 13, 2010

AQUELLOS MARAVILLOSOS CROMOS: Iñaki Alkiza

Este cromo pertenece al album de cromos de la temporada 1961-1962. Alquiza, dice el rotulo que se llama este jugador. En aquellos oscuros años de la historia, los nombres en euskera no estaban bien vistos. Muchos ya le conocimos cuando ese apellido se escribía con "k", cuando Iñaki Alkiza era el presidente de la Real. Su mandato se recuerda porque tomó dos de las decisiones más trascendentes de la historia moderna del club: la de convertir el club en Sociedad Anónima Deportiva y la de fichar jugadores extranjeros de nuevo, tras décadas sin que en vistiera un solo foráneo la camiseta txuri urdin. Y fue entonces cuando muchos nos enteramos de que Iñaki Alkiza también había sido jugador de la Real.

Lo más curioso es que Alkiza no jugó en la Real en la temporada 61-62 y su presencia en ese álbum no concuerda con lo que dice la historia. Pero en la Real sí jugó, ya lo creo que jugó. Debutó a finales de la temporada 55-56, y no pudo tener un mejor día para vestir por primera vez la camiseta realista. Fue en Madrid, en un épico 4-5 ante el Atlético de Madrid. Contando aquel, tras un paréntesis de una campaña en el Eibar y hasta el final de la temporada 60-61, disputó 73 partidos y marcó nueve goles (el primero de ellos en Copa ante el Jaén, en un escandaloso 7-0 de junio de 1958). Se retiró por un problema renal y, sin saberlo entonces, resulta que Alkiza se libró de vivir como jugador el último descenso a Segunda antes del que vimos hace tres años.

Estas tres imágenes dan idea del paso del tiempo. En la primera está entregando la insignia de oro y brillantes del club a su predecesor en la Presidencia, José Luis Orbegozo. Era el año 1983, cuando comenzó su mandato al frente de la Real, después de cuatro años como miembro de la junta dirigida por el propio Orbegozo. En la segunda imagen es él quien está recibiendo ese reconocimiento de manos de su hijo Bittor. Habían pasado nueve años, hasta 1992. La tercera es en el palco de Anoeta, cuando Iñaki Badiola, en 2008, reunió a todos los ex presidentes vivos del club. Pocos recordarán cómo se desenvolvía por la banda izquierda de Atotxa, pero muchos tenemos un grato recuerdo de él como presidente.

martes, octubre 05, 2010

Invisibles

El nefasto y bipolar periodismo deportivo que se hace en nuestro país, de bajísima calidad y cada vez más nula memoria, tiene a veces sus ventajas. Es ya notorio para todo el mundo que para que se destaque la acción de un jugador en un periódico deportivo, en un informativo de televisión, o en un programa de resúmenes de los partidos de la jornada, lo mejor es vestir de blanco o de blaugrana. Gracias a esto, por ejemplo, casi nadie vio el excepcional taconazo de Llorente a Xabi Prieto en la primera jornada, ante el Villarreal. Y gracias a esto, casi nadie contempló el antológico paradón que hizo Claudio Bravo ante el Espanyol. No es una pataleta decir aquello de "si lo llega a hacer Casillas...", no, porque Casillas, todo un porterazo, ya tuvo una intervención muy parecida hace un año, cuando el Real Madrid jugó en Sevilla. Y, sí, se repitió esa jugada en televisión hasta la saciedad. Los demás somos invisibles para quienes deciden qué se destaca y qué no en la pequeña pantalla.
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Mientras en Chile están comparando este prodigio con las paradas que hacía el portero Ed Warner en aquella serie de dibujos animados con la que crecimos tantos niños, Campeones (que efectivamente tiene una impulsándose con el brazo en el suelo en pleno salto, como Bravo el sábado), aquí apenas se le ha dado bombo. Sí entre quienes escriben sobre la Real, obviamente, pero no entre quienes siguen la Liga. Para aquellos que vemos con fervor e ilusión las andanzas de la Real, no hay sorpresa en lo que hizo Bravo. Admiración, sí. Sorpresa, no. Le hemos visto ya tantas veces romper las barreras de lo imposible para mantener su portería a cero que la del sábado es una más. Una de las grandes, pero una más al fin y al cabo. Normal que el chileno salga a la sala de prensa y proclame con absoluta tranquilidad que ha jugado partidos mejores que el del sábado. Pero viendo el lado positivo, esa invisiblidad es la que ha permitido que Bravo siga siendo portero de la Real. Es lo bueno de no ser mediáticos, que los fichajes de los grandes (y no olvidemos que la lista de grandes crece cuando uno está en Segunda) se pescan en otros caladeros.
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Aunque está claro que me gustaría que se reconocieran los méritos de la Real cuando los tiene, ser invisible, repito, me parece cada vez más positivo. Cuando menos hablen de uno, menos barbaridades se pueden decir. La parada de Bravo fue tan buena que obligó a que, aunque fuera de pasada, se hablara de él. Santi Cañizares, ex portero para más señas, es ahora comentarista en Canal +. Durante el resumen del partido que emitieron el domingo por la noche en esta canal, dijo que "por fin" Bravo hacía paradas salvadoras para la Real, dando a entender que no las había hecho esta temporada. Curioso, como poco. El caso es que en las seis jornadas que llevamos de Liga Bravo ha realizado paradas excepcionales, en todos los partidos salvo ante el Real Madrid, donde los dos goles que recibió fueron imparables. Será que esta invisibilidad que sufrimos hace que nadie vea sus paradones (como el que desvió al larguero en Mallorca, que no se lo contaron), pero es bastante chocante oír algo así de boca precisamente de un portero. Claro que en el mismo resumen proclamaron que la Real jugó mal, que el Espanyol mereció como poco el empate y que no hubo noticias en el partido de Tamudo, que gozó de tres claras ocasiones de gol.
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De puertas hacia fuera, somos invisibles. No podemos pelear contra eso. Es como atacar a los molinos de viento que Don Quijote veía como gigantes. A veces, nos cogeremos pequeños berrinches cuando la ignorancia se aplique a los discursos que escuchemos sobre la Real, plagados de errores, desconocimientos, infravaloraciones y lugares comunes. Pero qué le vamos a hacer. Quizá así nos podamos sentir incluso un poco más privilegiados de ser lo que somos y de seguir al equipo que seguimos. Al fin y al cabo, formamos parte de esa excelsa minoría que podremos contar en el futuro cómo nos llevamos las manos a la cabeza de asombro y admiración al ver este paradón de Bravo. No será la última vez que lo hagamos. Seguro que no. Y como no lo haga ante Madrid o Barcelona, Bravo seguirá como hasta ahora, como el resto de la Real: tan invisible ante el mundo exterior como el equipo txuri urdin en su conjunto.

sábado, octubre 02, 2010

REAL SOCIEDAD 1 - ESPANYOL 0 Revolución Sarpong, prodigioso Bravo

Victoria de la Real de nuevo por la mínima, de nuevo con Anoeta como talismán y con dos nombres propios cuya mención es inexcusable: Jeffrey Sarpong y Claudio Bravo. El primero revolucionó tanto al equipo como al partido y fue el causante directo, aunque no el goleador, de que la Real se llevara los tres puntos. Del segundo directamente se puede decir que está a un nivel que pueden alcanzar muy pocos porteros del mundo. Si el Espanyol no se llevó un punto fue por él. Prodigioso. Ambos pusieron la guinda a un buen encuentro de la Real, que se encontró con un Espanyol de un nivel bastante parejo. El equipo de Martín Lasarte supo jugar sus bazas e insistió a balón parado. Tuvo ocasiones de sobra para adelantarse en el marcador y, hasta que llegó el accidental gol de Forlín en propia puerta, estaba dejando la sensación de que perdía dos puntos, a pesar de las paradas de Bravo. El césped aguantó, Tamudo se llevó la ovación del público, Sarpong debutó de la mejor forma posible, la portería realista se quedó a cero y tres puntos más en el casillero. ¿Se puede pedir más?

Lasarte optó de salida a dar continuidad al equipo. Ni las tres derrotas ni las dudas que podía haber en el entorno sobre algunos elementos, los mismos de casi siempre (el juego, el delantero, el doble pivote...) le afectaron lo más mínimo y repitió el equipo que perdió en Mallorca. El técnico uruguayo no es de los que pierdan la confianza en los suyos con facilidad, y lo ha demostrado de nuevo en este encuentro, tras su peor racha como técnico. Repitió con la experiencia de Diego Rivas y Aranburu en el doble pivote y Tamudo jugó solo en punta contra su ex equipo. Y la apuesta esta vez sí funcionó en buena medida. La actitud del equipo fue diametralmente opuesta a la exhibida en Pamplona y Mallorca y, aunque durante los primeros minutos costó superar al Espanyol, poco a poco se fue imponiendo el conjunto txuri urdin y provocando bastantes ocasiones de gol. Aunque con un mal: casi todas se marcharon fuera de los tres palos. Quizá va siendo hora de que la Real piense que no hace falta buscar escuadras, que a veces el portero rival falla o un rebote te da un gol, como le sucedió al Real Madrid en Anoeta.

Bravo hizo en la primera parte el paradón habitual al que nos tiene acostumbrados, a disparo de un Osvaldo que intentó aprovechar una cierta soltura que tuvieron los jugadores espanyolistas en el centro del campo durante algunos minutos. Aranburu estuvo desaparecido y Diego Rivas pareció medir mal en muchos balones por alto. Y aunque el equipo barcelonés pareció saltar al campo con ganas de dominar, lo cierto es que se fue diluyendo poco a poco en esa faceta. Quizá al ritmo que ha ido marcando Zurutuza, que dejaba grandes detalles. Antes de la gran ocasión del Espanyol, Tamudo pudo marcar en dos ocasiones. La primera, al quedarse muy cerca de llegar a un centro tras un precioso regate de De la Bella. La segunda, rematando, esta vez sí, de cabeza otro centro de Carlos Martínez. Las mejores ocasiones de la Real llegaron de cabeza. Pudo marcar así Zurutuza, en una ocasión clarísima, a centro de Xabi Prieto y libre de marca. Pudo hacerlo Griezmann, en un imposible testarazo desde fuera del área. Y pudo hacerlo Ansotegi, en otra muy buena ocasión. Pero todos estos salvo el de Tamudo se marcharon fuera.

En la segunda mitad, los jugadores de la Real se terminaron de empeñar en lanzar cada uno un cabezazo fuera. Lo hizo de nuevo Ansotegi, también Mikel González. Tamudo pudo marcar con un disparo sin ángulo desde la banda derecha y Bravo hizo su primera parada antológica, cómo si no, tras un cabezazo de un balón enviado desde la esquina, en un nuevo error de medición en el salto de Diego Rivas, gafado ayer en esta tesitura. Para entonces, el árbitro ya había birlado dos penaltis a la Real, uno por un clamoroso agarrón a Tamudo y el otro por una mano dentro del área. Las cosas no cambian con el estamento arbitral en los partidos del conjunto txuri urdin y eso es preocupante. Llorente comenzó su pelea sin límites con la defensa del Espanyol sustituyendo a Tamudo y Sarpong entró por Griezmann. Ahí iba a estar la clave del partido. El holandés salto al campo demostrando una jerarquía inaudita en un joven debutante extranjero. Sacó varios corners, encaró en tres ocasiones a su par en la banda izquierda y se fue con éxito en todas ellas, aunque en una el campo se le hizo corto. Y lanzó la falta que Kameni tuvo que sacar de la escuadra antes de que Forlín introdujera el balón en el interior de su propia portería, con un extraño intento de despeje con la espuela.


Sarpong fue la gran noticia del partido, porque disipó en apenas diez minutos todos los miedos que pudiera haber de que se tratara de un nuevo Johantan Estrada. No es nada habitual que se forme una piña sobre un jugador cuando el gol es en propia puerta. Que ayer Sarpong fuera el centro de esa piña demuestra su importancia en el partido. Aunque el gol, logrado a cinco minutos del final, manda siempre en el fútbol, lo cierto es que Sarpong se quedó como el segundo gran protagonista del partido. El primero, indiscutiblemente, es Bravo y es hora de proclamarlo tan alto como se pueda porque parece que no vestir la camiseta del Real Madrid o del Barcelona merma su categoría en los medios de comunicación, que todavía no han hecho justicia con su impresionante estado de forma esta temporada. Ya con 1-0 en el marcador, hizo una prodigiosa estirada que salvó el partido. El balón cruzó el área desde la banda derecha de la defensa realista hasta la contraria. El chileno cruzó a la carrera toda la extensión de su portería para lanzarse a la desesperada y sacar el 1-1. Inevitable que la piel se ponga de gallina. Es un porterazo que ha alcanzado su cenit, que está por encima ahora mismo de todos los porteros de la Liga española (quizá tenga el mismo nivel el alabadísimo en los últimos días De Gea) y, probablemente, de las grandes ligas europeas.

Ellos dos coronaron una buena actuación conjunta de la Real. Eclipsaron el gran partido de un Zurutuza que crece a pasos agigantados en la Primera División y que se ha convertido en el gran argumento por el que Tamudo y Llorente no han jugado juntos todavía de inicio. Se le podría retrasar al mediocentro, pero perdería capacidad de influir en los partidos, y Lasarte parece ser muy consciente de ello. Mikel González y Ansotegi completaron un gran encuentro, acallando las críticas que ha recibido la defensa tras las derrotas en Pamplona y Mallorca. Labaka saltó por primera vez el campo esta temporada para sustituir a un fundido De la Bella, que se resarció de actuaciones anteriores con un magnífico rendimiento. Carlos Martínez, incansable como siempre. Xabi Prieto y Griezmann son jugadores necesarios en esta Real. El primero estuvo intermitente, el segundo necesita un gol para asentar su juego, pero ambos desprenden calidad y peligro en sus acciones casi siempre. Los menos destacados fueron los mediocentros y sobre todo un Aranburu que pareció perdido durante todo el encuentro.

La Real durmió en la duodécima posición con siete puntos, aunque seis de los ocho equipos a los que supera en la tabla jugarán este domingo. Está tres puntos por encima del descenso y, a falta de buena parte de la jornada, a dos de la zona europea. Con tres partidos en casa y otros tantos fuera, Lasarte ya puede sacar sus primeras conclusiones serias. Sabe que, como la temporada pasada, va a tener un equipo rocoso en Anoeta. Sabe que sus victorias seguirán siendo de marcadores cortos. Sabe que los equipos grandes lo van a pasar muy mal ante el conjunto txuri urdin. Y sabe que lejos de San Sebastián es donde está la gran asignatura pendiente de sus jugadores. Tendrá buenas oportunidades de puntuar en las tres próximas salidas, todas contra equipos de su lucha en la parte media-baja (Levante, Málaga y Hércules), con dos partidos intercalados que Anoeta no debería dejar escapar, ante Deportivo y Racing. No es mal comienzo sumar siete puntos en seis partidos y haber perdido en casa sólo de rebote, aunque sepa a poco el punto que ha sumado la Real lejos de Anoeta. Pero el camino es éste, el marcado ante el Villarreal, el Real Madrid y también ante el Espanyol.