miércoles, mayo 29, 2019

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2018-2019 (y 10) Detalles

· El once tipo
Con tantas lesiones y ausencias, además del cambio de entrenador, es difícil trazar un once tipo. Pero, por minutos jugados, ese once lo formarían Rulli en la portería, con una defensa compuesta por Zaldua y Theo en los laterales y Aritz Elustondo y Héctor Moreno como centrales, un centro del campo integrado por Zubeldia, Illarramendi y Merino, y un ataque con Oyarzabal, Juanmi y Willian José.

· Oyarzabal, el jugador con más minutos
Con mucha diferencia, el jugador más utilizado de la temporada ha sido Mikel Oyarzabal, que ha jugado en 41 de los 42 partidos del curso. El único encuentro que se perdió fue el que la Real jugó en el Wanda Metropolitano ante el Atlético de Madrid. En total, 3.500, casi 650 más que el siguiente jugador en la lista, Zubeldia. Fue titular en 40 partidos, de los cuales fue sustituido en nueve, y solo apareció desde el banquillo en la victoria ante el Espanyol por 3-2.

· 30 jugadores utilizados
En total, Garitano e Imanol han llegado a utilizar a 30 jugadores, desde los 3.500 minutos hasta los apenas cinco que pudo jugar Merquelanz. Pudieron llegar a ser 33, ya que otros tres jugadores del filial llegaron a entrar en algún convocatoria sin llegar a saltar al césped: el portero Zubiaurre y los extremos Zourdine Thior y Näis Djouahra.

· Juanmi, el revulsivo preferido, Pardo el más sustituido
Es bastante significativo que los tres jugadores que más partidos han jugado este año saliendo desde el banquillo sean tres jugadores de ataque. Juanmi fue uno de los revulsivos en 16 partidos de los 34 que jugó; Sandro salió como suplente en un partido menos, 15, pero el porcentaje es mayor, pues solo disputó 26 partidos; y les sigue Bautista con 14 apariciones desde el banco de los 19 duelos en los que tuvo minutos. Por contra, el jugador que más veces sacaron Garitano e Imanol del campo es Rubén Pardo. Hasta en 14 de las 17 veces que salió de inicio tuvo que dejar el partido por decisión del técnico sin llegar a cumplir los 90 minutos de juego.

· Cuatro jornadas en Europa, nunca en descenso
La Real se ha pasado buena parte de la temporada en la zona media de la clasificación. Su mejor clasificación fue la cuarta plaza que alcanzó con cuatro puntos en la segunda jornada, con el mérito de que los dos primeros partidos los jugó fuera de casa. Tres, en realidad, y curiosamente en las tres primeras jornadas acabó en puesto europeo, era sexta tras el primer encuentro y quinta tras el tercero. A la zona europea solo volvió en la jornada 24, cuando se colocó séptima tras vencer 3-0 al Leganés. Nunca llegó a entrar en puestos de descenso y su peor clasificación fue la decimoquinta plaza que ocupó en dos jornadas consecutivas, la decimosexta y la decimoséptima, tras las dos últimas derrotas que propiciaron el cese de Garitano.

· Oyarzabal, máximo goleador
Si Mikel Oyarzabal ha sido el jugador con más minutos, también ha sido el máximo goleador de la temporada. En total ha anotado catorce goles, trece de ellos en Liga y uno en Copa del Rey. Tres de ellos los consiguió desde el punto de penalti, opositando a convertirse en el lanzador oficial.

· Número de goleadores
Hasta 16 jugadores han sido capaces de marcar un gol esta temporada con la camiseta de la Real, aunque han estado muy poco repartidos. Mientras que Oyarzabal y Willian José (con un total de once goles, todos ellos en Liga y cinco de ellos de penalti), han acaparado un total de 25, justo la mitad de los 50 goles que marcó la Real entre Liga y Copa, diez de esos futbolistas solo han sido capaces de anotar uno: Zubeldia, Héctor Moreno, Bautista, Aritz Elustondo, Illarramendi, Pardo, Zaldua, Theo, Sangalli y Barrenetxea. Para los cuatro últimos, además, fue su primer gol con la camiseta txuri urdin. Completan la lista Juanmi con seis goles, Merino con cuatro, y Januzaj y Zurutuza con dos. Entre la lista de los que no se han estrenado está, cómo no, Sandro, que deja la Real sin marcar un solo gol, y los centrales Llorente y Navas, acostumbrados hasta ahora a ver portería con facilidad.

· Juanmi, el gol más rápido de la temporada
Solo hicieron falta once segundos para que Juanmi convirtiera el gol más rápido de toda la Liga. Fue en el partido disputado en Anoeta con el Eibar como rival. El propio Juanmi sacó de centro y lanzó el balón a su defensa, Llorente trazó un envío largo para que Oyarzabal lo peleara de cabeza. El balón cayó a los pies de Juanmi que, de espaldas a la portería del Eibar, buscó una pared que Sangalli le devolvió a la perfección, para que el malagueño cruzara el balón con su pierna derecha para salvar la salida de Dmitrovic. El gol no sirvió más que para empatar, pero quedó como el más veloz de la temporada.

· Ganó los dos partidos a Real Madrid y Athletic
Asombra que la Real solo le ganara los dos partidos de la Liga a dos rivales. Pero asombra todavía más que esos rivales a los que superó en ambas ocasiones fueran el Athletic (séptima vez en toda la historia de la Liga que lo consigue) y Real Madrid (tercera ocasión en que se logra el doblete). Por contra, la Real perdió sus dos partidos ante Fútbol Club Barcelona y Atlético de Madrid. Además, la Real no logró tres puntos en ninguno de los dos encuentros ante Rayo Vallecano (dos empates), Eibar, Valencia, Girona, Sevilla y Valladolid (un punto). Ocho rivales a los que no se ganó son demasiados.

· Willian José y Merino, máximo asistentes
El delantero brasileño y el centrocampista navarro han compartido el honor de ser los máximos asistentes de la temporada, con cinco pases de gol cada uno. Tanto Willian José como Merino dieron esas asistencias en Liga. Destacan los cuatro pases definitivos que dio Luca Sangalli, los mismos que Oyarzabal aún jugando menos de la tercera parte de los minutos de los que dispuso el 10.

· El mejor en los derbis
En una temporada más con cuatro equipos vascos en Primera, los derbis fueron una de las pocas alegrías para la Real. Fue el equipo que más puntos sumó en estos duelos regionales, diez en total. Ganó los dos al Athletic de Bilbao por el mismo resultado, 3-1, y logró la victoria en Mendizorroza por 0-1, además de empatar en Anoeta con el Eibar a cero goles. Los otros dos derbis, para olvidar. El Alavés ganó en Donostia en la jornada que supuso la despedida de Garitano y la derrota en Eibar se por 2-1, en el tiempo de descuento, se cobró además dos lesionados importantes, Merquelanz y Llorente.

· Ocho canteranos debutantes, nueve en Liga
Sorprende que haya tanta ceguera general ante la impresionante labor de cantera que hace la Real. Mientras los premios se los llevan otros, el equipo txuri urdin vivió esta temporada el debut con el primer equipo de ocho jugadores. Sangalli y Merquelanz jugaron su primer partido en la élite ya con dorsal del primer equipo. Con ficha del filial después debutaron Le Normand, Barrenetxea, Aihen Muñoz, Roberto López, Sola y Zubimendi. Además, Guevara, que ya había jugado en Copa con Eusebio como entrenador, vivió su primer partido en Liga.

· Cuatro expulsiones
La Real sufrió dos expulsiones por roja directa. La primera, la de Theo Hernández en Huesca, fue muy justa, por dar una bofetada a Musto. La gracia le costó cuatro partidos de sanción. La segunda, la de Willian José en Vigo, que le costó un partido de sanción, fue una invención arbitral a la que los comités dieron una incomprensible coartada (agravada por el TAD, que negligentemente no se reunió para debatir la suspensión cautelar pedida por la Real). Juanmi, también en Huesca, y Merino en Anoeta ante el Espanyol, vieron dos amarillas y también enfilaron los vestuarios antes de tiempo.

· 23ª derrota consecutiva en el Camp Nou
Es un récord tremendo y que ya roza lo vergonzoso. La Real acumula ya 23 derrotas consecutivas en el Camp Nou, por mucho que la última, por 2-1, haya sido de las más honrosas de las últimas décadas. La última vez que puntuó fue en la temporada 1994-1995, con un gol de Imaz en los últimos instantes del encuentro. La última victoria, en la 1990-1991, con un gol de Atkinson y dos de Aldridge. Ningún otro equipo ha perdido jamás en 23 ocasiones consecutivas en el estadio del Barça.

martes, mayo 28, 2019

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2018-2019 (9) Ellas son fantásticas... pero siempre lo han sido


La Real ha sido campeona por primera vez en 32 años, pero no ha sido el equipo masculino el que ha conquistado un trofeo ni el que ha llenado Alderdi Eder con el fervor de la gente txuri urdin. No, la gloria ha sido el equipo femenino, el joven equipo femenino que se fundó en 2004 y que ha ido cubriendo etapas hasta llegar a un título de Copa de la Reina histórico en muchos sentidos. Sobre todo, porque es el primero de la sección, y porque hoy no parece el techo de este equipo sino el punto de partida de algo mucho más grande. Ha sido uno de los momentos grandes de la temporada, el más grande.

Ellas son fantásticas, pero en honor a la verdad hay que decir que siempre lo han sido. El fútbol femenino no se acerca, ni en sueños, al grado de profesionalidad del masculino, y en esto tenemos la culpa todos. Salvo en contadas ocasiones, cuando el club ha cedido Anoeta para encuentros muy especiales como los derbis o la misma semifinal copera, la Real femenina no juega en un gran estadio, sino en Zubieta. No reúne al mismo número de aficionados, no suscita el mismo interés en patrocinadores.

Es por eso las jugadoras no ganan lo que realmente tendrían que ganar, por mucho que hayan sido ellas las que han protagonizado una ola de realismo que el equipo masculino no ha podido generar en los últimos años. La Real, esta Real tiene ahora el dulce aliado de la ilusión, y eso es algo que bien podría ser, como decíamos, un punto de partida maravilloso de algo especial. Tarde o temprano, el fútbol femenino será totalmente profesional y estas mujeres ahora entrenadas por Gonzalo Arconada, que ha tocado el cielo con ellas de una forma que quedo lejísimos de haber con el equipo masculino, han demostrado que se tiene que confiar en ellas. La Real, desde la piedra angular que es la renovación de Nahikari García que se daba por imposible, está obligada a crecer.

La Real finalizó la Liga en séptima posición, pero fue en la copa de la Reina donde logró hacer historia. El torneo cambió de formato esta temporada, jugándose el título los 16 equipos de la máxima categoría desde octavos de final y a partido único. La Copa en su formato más puro, ese que el fútbol masculino ya no quiere por intereses de vaya a saber quién. El equipo txuri urdin superó en octavos al Valencia por 1-2 y en cuartos al Rayo Vallecano por 4-0. Las semifinales, ya con Anoeta como escenario, vieron la clara victoria de las realistas por 3-1. Y en la final se conquistó la gloria contra pronóstico ante el Atlético de Madrid, remontando el gol inicial de las colchoneras con los tantos de Gallardo y Nahikari.

Ellas son fabulosas, sin duda, pero lo han sido siempre, cuando consiguieron los dos ascensos en tres años que llevaron al equipo a la élite, pero también en el proceso de asentamiento en la máxima categoría. Es decir, cuando la Real no era campeona. Todo este fervor generado por la Copa es maravilloso. Pero no olvidemos que antes de ser campeonas ya eran de la Real. Y lo serán siempre, también cuando los mayores éxitos deportivos no lleguen, aunque ojalá estén todavía por llegar.

Sí, ellas son fabulosas, pero ellas ya lo eran desde el otro gran equipo femenino que tiene la Real, el de hockey sobre hierba, que ha protagonizado otro momento glorioso de la temporada, aunque haya pasado algo más desapercibido. Nuestras chicas han sido subcampeonas de Europa. No importa que la final acabara con un contundente 7-0 contra el Amsterdam, anfitrión del torneo y uno de los favoritos, la Real hizo algo grande solo con su presencia y con la formidable victoria en la semifinal ante el Alster alemán, otro de los pesos pesados de este deporte. Ellas llevan años dignificando el deporte y engrandeciendo a la Real, por esfuerzo, por historial y por el orgullo con el que llevan el escudo y los colores blanco y azul.

Desde luego que son fantásticas. ¿Cómo podrían no serlo si cada día nos dan razones para creer en ellas? Son la Real, tanto como cualquier otro estamento del club.

lunes, mayo 27, 2019

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2018-2019 (8) La temporada del VAR


Cuando Rulli se lanzó al suelo para cortar el avance de Vinicius en el Santiago Bernabéu se desató la mayor tormenta mediática que se ha vivido en esta primera temporada del VAR. Fue la mayor demostración de que la Liga está en manos de demasiada gente, en los estamentos organizativos y en la esfera mediática que los condiciona, que no tiene interés en que las cosas vayan bien. El VAR es un buen preciado que hay que cuidar y mejorar. La Real puede dar fe de ello, porque ha sido el equipo más justamente compensado de la Liga con esta herramienta tecnológica. Cuatro consultas, cuatro decisiones a favor. Pero el problema no es la tecnología, sino quién y cómo se aplica.

Podríamos entrar, por supuesto, es si es necesario que un árbitro necesite ayuda de nadie para ver la patada en la cabeza de Iñigo Martínez a Sangalli que en San Mamés no se hubiera señalado como penalti sin la mediación del VAR, justó lo que decidió Hernández Hernández obviando lo que todo el mundo sí apreció en directo. O cómo Del Cerro Grande fue el único en no ver una clamorosa mano del Espanyol en Anoeta, que tras consulta con los árbitros ante los monitores se convirtió en el 2-0 en aquel encuentro. Si entráramos en eso, seguramente nos llevaría a la conclusión de que el estamento arbitral sigue sin estar tan bien preparado como debiera en muchos sentidos.

Pero, claro, es que hay algunos árbitros que mi con la ayuda de la televisión. Cuando Melero López expulsó a Willian José en Vigo, el protocolo del VAR invitaba al colegiado a consultar la jugada. Lo que él señaló en el campo no existió, lo que escribió en el acta fue, por tanto, una mentira inducida. Pero el VAR, que está obligado por protocolo a revisar la jugada, no quiso corregirle o a él, sencillamente, no le dio la gana revisar su decisión aunque así se lo indicaran, él sabrá por qué. Como tampoco lo hizo con la agresión de Giménez a Bautista en la visita a Anoeta del Atlético de Madrid que González González, qué raro, no pitó sobre el césped ni González Fuertes le indicó con el vídeo.

Esto, lógicamente, no se trata de una conspiración. Desde el otro punto de vista, el del rival, resulta increíble que la ayuda tecnológica no se aplicada en los dos clamorosos penaltis que Willian José primero y sobre todo Rulli después cometieron en la visita del Getafe a Anoeta. No ha sido la tónica habitual, porque pocas veces da la sensación la Real de ser un equipo beneficiado en el campo por las decisiones grandes o pequeñas de los árbitros, pero cuando se da uno de esos partidos que desde pequeños hemos aprendido a calificar como atracos, aunque la corrección política de nuestros días se lo tome a mal, se dice y no pasa absolutamente nada.

Con VAR o sin VAR, los problemas de la Real con los árbitros han sido más o menos los mismos de siempre, aunque la ayuda tecnológica ha aupado al equipo txuri urdin a ser el que más penaltis a favor ha tenido en la Liga. Pero los problemas, decíamos, se mantienen. Primero, hemos visto mucha dureza en los castigos para tan pocas acciones antideportivas, como se vio por ejemplo en la visita al Huesca, cuando Iglesias Villanueva decidió dejar a la Real con nueve jugadores, expulsando acertadamente a Theo y quisquillosamente a Juanmi para que después los comités se ensañaran con ellos de una forma tremendamente injusta. Y después, muy poca dureza cuando el rival se aplicó con artes poco elegantes. ¿Qué vería Mateu Lahoz para no mandar al vestuario a Savic, exponiéndole además a una sanción durísima, por la salvaje entrada karateca a Sangalli en el Wanda Metropolitano?

Los 38 partidos de Liga y cuatro de Copa (que fácil es decidir tiempos de añadido en Anoeta cuando es la Real la que tiene que luchar por marcar un gol, como le pasó a González Fuertes en la vuelta copera de un Betis que manejó las artes subterráneas de maravilla para que los de Imanol apenas tuvieran opciones) dejan las sensaciones de siempre. Pero con el VAR ahora al menos los árbitros quedan retratados. Antes podíamos suponer que un árbitro no pira porque no lo ve. Pero ahora los goles, los penaltis y las expulsiones se ven. Con la misma comodidad que en casa e incluso con más medios. Si no se pita, ya no hay excusa.

Y por cierto, lo de Rulli y Vinicius no solo no es penalti, hay una toma en la que se perfectamente como el portero argentino roza la pelota, es que además es una perfecta aplicación del protocolo del VAR, pese a que sólo está jugada provocó que Velasco Carballo, mandamás arbitral, saliera a dar explicaciones que no da cuando los perjudicados son otros, con menos atención mediática. No lo hjzo con las decenas de errores clamorosos que no se han corregido ni siquiera con la tecnología. Solo habló con esta. Qué pena que ni con este gran avance estemos libres de la incompetencia. 

domingo, mayo 26, 2019

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2018-2019 (7) La grada Aitor Zabaleta, la estrella de la temporada


Los campos de fútbol tienen olores y sonidos propios. No hay dos campos iguales, y eso lo sabe quien haya viajado siguiendo a un equipo. Por eso, la mayor revolución que ha vivido este año la Real no ha estado en la forma de Anoeta, en esa tan deseada remodelación que culminará en pocos meses. Ha estado en su sonido. Anoeta ya no es un estadio de charanga o en el que resuene el vacío que las pistas de atletismo hacían sentir. Anoeta suena distinto, suena a fútbol del de antes. No es Atotxa, nunca podrá serlo, pero qué gozaba recuperar sensaciones que se habían quedado en la memoria de 1993, el año en el que se despidió al viejo campo, y que parecían reservadas a los santuarios de otros equipos.

La transformación tiene un nombre: la grada Aitor Zabaleta. Es de justicia reconocer que la decisión de la directiva presidida por Jokin Alerribay de darle a la nueva grada el nombre del hincha txuri urdin asesinado a las puertas del Vicente Calderón es un acto de justicia que engrandece a la Real en todo su ser. Y también es de justicia reconocer el esfuerzo que hace cada una de las personas que se sienta cada jornada en esa grada es lo que hace que Anoeta suene diferente. En ocasiones ha habido críticas en las redes sociales por su forma de seguir los partidos, aunque qué no se critica hoy en día en las redes sociales, pero lo importante es que contagia. A la grada y al equipo. Es puro fútbol. Y eso escasea en el fútbol moderno, por lo que resulta aún más impresionante poder celebrar el nacimiento de algo así a finales de la segunda década de este siglo XXI que transitamos.

Las cifras de asistencia a Anoeta a lo largo de la temporada no han sido especialmente buenas. Los mejores datos se registraron en los partidos habituales. En la visita del Real Madrid hubo 27.322 espectadores; 27.073 en la del Athletic; y 26.756 en la del Barcelona, primer partido del nuevo y todavía inconcluso Anoeta. En ningún otro partido se sobrepasaron los 20.000 espectadores, y sí hubo x en los que hubo menos de 20.000, los 17.744 que vieron el encuentro ante el Celta, los 17.301 que contemplaron la victoria ante el Espanyol, los 19.386 que acudieron para el triunfo ante el Getafe y los 16.417, la peor entrada de la temporada, que acudieron a Anoeta para ver el choque ante el Betis. Hasta en los dos partidos de Copa se superaron los 21.000 espectadores, lo que habla bien claro de este mal dato.

Pero más allá de Anoeta también hay más cosas que decir sobre la afición. Es de justicia reconocer que la Real es uno de esos equipos que moviliza gente allí donde va. En todos los rincones de España hay realistas con el corazón tanto o más txuri urdin que los que se sientan en Anoeta. Realistas que sufren en la distancia y que hacen que los partidos en Sevilla, en Vigo, en Valencia o cualquier lugar sean el acontecimiento más grande. Ellos, que se unen a aquellos que viajan desde Gipuzkoa entera, hacen que la Real sea algo tan grande que no se puede explicar con palabras, porque es algo que no depende de triunfos y éxitos deportivos. No, la Real podrá decepcionarnos una y mil veces, pero sus gentes siempre estarán ahí.

Y como esta, a pesar de su final, ha sido una temporada de muchas decepciones, de etapas áridas muy prolongadas y sobre todo de un caminar como local que nadie esperaba que fuera tan desesperante por momentos, es de justicia reconocer también al abonado de a pie, al que va al campo contra viento y marea, al que sufre los horarios de Tebas y su calendario asimétrico, al que se pelea contra sus propios instintos por llevar a su terreno aquella maravillosa máxima de los mismos once cabrones de Toshack. Y por eso mismo, también hay que reconocer al desencantado, porque ese es tan realista como todos los demás y acabará volviendo porque la Real es una droga, nuestra droga, y tarde o temprano vuelve a hacernos sentir sus efectos con toda la fuerza de antaño.

La Real es su gente, la gente es la Real. Y todos, pensemos como pensemos, vamos en el mismo barco, uno de velas blancas y azules con el que nos dirigimos a la conquista de nuestros sueños, sin dejar a nadie atrás. La gente es el auténtico gran patrimonio txuri urdin, y es obligado decirlo un año más. Ha sido el año de la Aitor Zabaleta, sin duda, pero todos sumamos, todos somos Real. 

sábado, mayo 25, 2019

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2018-2019 (6) Aperribay, Anoeta como cumbre y como paraguas


Entrar a valorar la acción del presidente de la Real en la temporada recién finalizada es sumamente complicado. Cada vez lo es más, sobre todo por la enorme cantidad de blancos que puede tener una crítica cuando las cosas no van sobre el césped todo lo bien que nos gustaría a todos. ¿Quién es el responsable máximo de todo lo que sucede en la Real? Es obvio, su presidente. Jokin Aperribay. ¿Pero en qué medida? Ahí radica la dificultad de esta evaluación, que quizá, más que en el caso de jugadores, técnicos y director deportivo queda mucho más a expensas del juicio personal de cada realista.

Sí hay varios elementos que pueden entrar en el terreno de los hechos. El primero, que Alerribay está a punto de culminar la piedra angular de su mandato una vez que el primer equipo se estabilizó en Primera, la remodelación de Anoeta. El tiempo dirá si sus amplios graderíos terminados se ocuparán en el porcentaje suficiente para justificar su crecimiento, pero a nadie se le escapa que enterrar las pistas de atletismo ha supuesto una revolución sin precedentes en el devenir moderno de la Real, al menos en cuanto se refiere a nivel social. Esto, dicho claramente, es algo que hay que calificar de histórico y que otros intentaron sin éxito antes de Alerribay.

El segundo hecho es que la Real es un club económicamente holgado. El más pobre de los ricos, por continuar con aquella analogía que catalogan a la Real como el más pequeño de los grandes (y el más grande de los pequeños), es el noveno presupuesto más grande de Primera. No tiene agobios de dinero, ni siquiera con la fuerte inversión acometida en Anoeta, que se ha sustentado también gracias al dinero que ha ingresado el club con la venta, deseada o no, de varios jugadores importantes en los últimos años. Esa posición se apuntalará con la jugada maestra de colocar al Atlético de Madrid la cláusula por la cual un cuantioso porcentaje de su en teoría próximo traspaso irá a las arcas realistas.

El problema está, y ahí radica la dificultad de la cuestión, en que estos logros no se trasladen al terreno de juego. Muchos piensan, y no les faltan razones, que la ambición que se tuvo para colocar a la Real en otro plano económico muy distinto al que tenía el club hace una década no ha tenido todavía correspondencia en lo deportivo. Los pasos ambiciosos de Aperribay, como por ejemplo el fichaje de todo un ex técnico del Manchester United como David Moyes no dieron el fruto debido. Y ha habido unos criterios sumamente dispares a la hora de fichar, tanto jugadores como técnicos. La pregunta es si la Real puede dar ese salto, pero sí parece obvio que Aperribay no ha acertado en algunos de sus movimientos para darlo.

En realidad, esto no pasa del terreno de la elucubración, porque Aperribay no se prodiga demasiado en hacer balances o en dar explicaciones. Quizá ahí si convendría algo más de esfuerzo, también a la hora de evitar líos innecesarios como el que se montó con el cambio del himno, algo que debió consultar con la masa social por tratarse de un símbolo del club y sobre lo que al menos rectificó a tiempo, después de unos cuantos partidos en los que el Txuri Urdin sonó con un ritmo adormecedor en Anoeta, para tristeza de quienes siempre hemos pensado que tendría que ser el mejor grito de guerra de la afición. Y eso sorprende porque no podemos olvidar lo presto que está Aperribay para detalles y homenajes, desde el añorado Agirretxe al mítico Pato Reizabal, la última de esas celebraciones de realismo que acogen el campo y el palco de Anoeta para deleite de quienes tenemos el corazón txuri urdin. 

Una vez Aperribay dé por concluidas las obras de Anoeta, ya no tendrá paraguas y los focos miraran de manera exclusiva al campo. Ahí, una Real que había cosechado resultados notables desde el ascenso, corre el riesgo de adormecerse a la vista de las últimas temporadas. El hecho de haber cambiado de rumbo, a veces con radicalidad, deja a Aperribay ya como el primero en la línea de fuego. Y quizá la próxima temporada, con la faraónica tarea de Anoeta ya cumplida, sea bastante trascendental en el devenir de Aperribay como presidente. Esta, desde luego, no lo ha sido en lo deportivo. 

viernes, mayo 24, 2019

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2018-2019 (5) Olabe, la revolución no ha llegado aún

Olabe, con Aperribay en su presentación como director deportivo.
Si la llegada de Roberto Olabe a la dirección deportiva del club tenía que suponer una revolución en la Real, el resultado de la temporada 2018-2019 no nos ha permitido todavía vislumbrarla. La paciencia es un lujo que el fútbol moderno no se permite ya a ningún nivel, ni dentro de los clubes ni tampoco fuera de ellos, lo que ha motivado que el trabajo de dirección de quien en 2002 salvara a la Real del descenso ocupando el banquillo txuri urdin haya estado muy cuestionado, casi desde el primer día y con razones muy válidas. No hay que olvidar que Olabe ha multiplicado el número de técnicos y despachos y eso no se ha traducido en resultados directos en la eficacia del equipo. Lo que ha funcionado estaba ya en casa, y eso no es un buen balance para Olabe. 

Las apuestas en el primer equipo son las que, casi en su totalidad, le han salido mal a Olabe. La principal, la del banquillo. Nunca pareció haber comunión entre Olabe y Asier Garitano, lo que resulta peculiar teniendo en cuenta que se trata de un fichaje externo. Por momentos, las tiranteces y el distanciamiento en los planteamientos recordaron a los que Loren ya mantuvo con Martín Lasarte o con Philippe Montanier. No había que tener una bola de cristal para saber que la relación no podía acabar bien, y eso quedó claro después con lo que unos y otros dijeron cuando se produjo el cese de Garitano, por poco que fuera dentro de esta mezcla de respeto y oscurantismo que rodea al fútbol moderno. La elección de Garitano y la poca firmeza con la que se apostó por el durante el tiempo que estuvo marcan mucho en la primera temporada de un director deportivo, y más si el ex técnico del Leganés no era realmente el primer nombre de la lista de futuribles. 

Garitano era la cabeza visible de una larga lista de equipos de técnicos que debían cimentar esa evolución en la Real. Y eso, que tampoco se ha visto, quedó en evidencia con la salida del segundo entrenador que le colocó el club, Rubén de la Barrera, aunque se marchara a otro proyecto de un fútbol emergente y con mucho dinero, el qatarí. Ejemplos de este desfase ha habido muchos. Lo fundamental, la preparación física ha quedado en entredicho por el interminable número de lesiones que ha sufrido el primer equipo, y que tímidamente se ha querido vincular al nuevo césped de Anoeta. En el apartado psicológico, asombra ver a un jugador tan desesperado como Sandro casi desde sus primeras apariciones en el equipo sin que se le pueda ayudar de una manera clara. No cabe duda de que se habrá trabajado con él, pero sin éxito. Y, por ejemplo, todo lo que podría haber convertido a la Real en un laboratorio de estrategia ha parecido inexistente, tanto en defensa como en ataque. El balón parado ha sido una de las grandes rémoras de la temporada y ha costado muchos puntos. 

Otro debe de Olabe está en los fichajes que planteó para esta temporada. Tres, uno en propiedad y dos cedidos. El primero, Mikel Merino, sí ha sido un acierto. Al navarro le costó entrar por lesiones y por estado de forma, pero ha terminado la temporada demostrando que se puede confiar en él como pieza angular de un futuro a largo plazo. Buen fichaje, y además uno que se le arrebató al Athletic, signo de que algunas cosas sí están cambiando. Pero las cesiones han sido pifias enormes. El rendimiento de Theo y Sandro han puesto en entredicho la fórmula escogida, por mucho que sea una perfectamente valida para la Real en un mercado muy inflado y en el que se pagan dinerales por jugadores de medio pelo. Olabe no consiguió opciones de compra para ninguno de los dos, pero aun así, según se ha dicho, fueron opciones caras. Nunca se supo si hubo obligación de que jugaran un número determinado de partidos, algo que pareció creíble por la insistencia en ambos a pesar de su rendimiento. Todo salió mal con ellos. Dice Olabe que es la de negociador no es la mejor de sus virtudes, pero le toca aprender a moverse en el mercado.

¿Y qué le queda a la Real entonces, si falla lo externo? Zubieta. Siempre Zubieta. Pero eso ya estaba allí antes de Olabe y, por supuesto, seguirá allí cuando la dirección deportiva esté en otras manos porque es el mayor patrimonio del club. Es verdad que con Olabe se mantiene la estrategia de apostar por lo de casa, pero eso es algo que se ha hecho siempre, casi siempre en realidad, salvo en aquellos años que preludiaron el descenso de 2007. Imanol ya estaba en Zubieta, el trabajo con los Aihen, Barrenetxea, Sola, o incluso Oyarzabal o Aritz Elustondo viene de lejos. Y al final de la temporada eso es casi lo único que se puede destacar de la temporada de la Real. Olabe todavía tiene margen, y desde luego le ha pesado también la furibunda crítica que sufrió su antecesor, Loren, que ayudó igualmente a disparar expectativas y exigencia. La conclusión, en todo caso, es que Olabe no puede estar satisfecho de su primer año en el puesto. Hace falta más y cabe esperar que sea plenamente consciente de ello. 

jueves, mayo 23, 2019

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2018-2019 (4) Imanol, el resucitador todavía a examen

Imanol, en el partido en Anoeta ante el Betis.
Cuando Imanol Alguacil asumió por primera vez el banquillo de la Real, tras la destitución de Eusebio, lo hacía con la tranquilidad de saber que no iba a continuar en él. Su trabajo fue el de revitalizar a un equipo que otro entrenador trataría de gestionar en la temporada que acaba de finalizar, y cumplió con ese papel de manera admirable, inyectando un chute de moral a un equipo que parecía muerto y ganándose el respeto de toda la parroquia txuri urdin, también por la espléndida temporada del Sanse que comenzó dirigiendo y que llegó a jugar el play off de ascenso a Segunda División. No pocos entonces apostaron por su continuidad, aunque el anuncio de que regresaría al Sanse para el comienzo de la campaña y la posterior contratación de Asier Garitano hicieron que esas voces se escucharan poco. Al fallar Asier Garitano, Imanol se convirtió de nuevo en la primera opción, pero su segunda experiencia, también más larga, le ha demostrado lo que él mismo ya dijo hace un año, que entrenar a la Real no es precisamente un camino de rosas.

Y eso que su segunda etapa no pudo empezar de mejor manera, con un histórico triunfo en el Santiago Bernabéu, cuyo mérito redoblaría al convertirse al final de la Liga en el tercer técnico txuri urdin, después de John Toshack y Raynald Denoueix en salir victorioso de los dos encuentros ligueros de la misma temporada ante el equipo blanco. Más aún, el equipo txuri urdin no conoció la derrota en los ocho primeros partidos de Liga disputados bajo el mando de su nuevo entrenador, y sumó también una nueva victoria ante el Athletic, esta vez en el derbi de Anoeta, entrando de lleno en la pelea europea que aspiraba a dominar su temporada y que con Garitano apenas se olió en las primeras jornadas de Liga. Pero no todo fue tan plácido. La Real de Imanol no fue tan atractiva esta temporada  como lo había sido en la anterior. Eso, al margen del resultado final de la campaña, es un hecho. Puede que también pesara la eliminación copera ante el Betis cuando dio la impresión de que se podría haber pasado de ronda y seguir un camino más o menos asequible para haber hecho algo grande en el torneo del KO. Puede que los muchos contratiempos en forma de lesión truncaran los planes del técnico. O puede que fuera una mezcla de todo.

El caso es que Imanol, que había resucitado dos veces a la Real, se vio en el mismo peligro de sus antecesores cuando el equipo encajó las primeras derrotas. Perder 0-2 en Anoeta ante el Atlético de Madrid por dos despistes a balón parado evidenció lo que con Imanol fue un claro déficit, la estrategia. Y caer 5-2 en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla demostró que ni el ímpetu de su técnico podía evitar la habitual jornada sonrojante de una Real que, cuando se ausenta, puede caer goleada en cualquier sitio. Este año tocó ante un equipo herido y del que no tardó en ser cesado Machín, una vez pasado el oasis que supone en demasiadas ocasiones la visita de la Real, ya conocido equipo aspirina cuando el rival viene en mal momento. Eso puso en alerta a muchos con respecto a las posibilidades de Imanol, y desató rumores sobre su futuro en el banquillo que el final de la temporada no ha acallado deltodo. Su gestión de la plantilla, menos equilibrada al principio, con algunos jugadores de casa con la etiqueta de apartados sin estarlo (Pardo, Sangalli, Bautista) y con la insistencia en los dos jugadores cedidos pese a que semana tras semana demostraban lo fallido de su aportación no le hicieron ganar puntos de cara a la gente. Su gestión de los partidos, a veces sin reacción, tampoco.

Pero una vez más, Imanol le dio la vuelta a la tortilla. Es verdad que le falta recorrido, es imposible que no sea así cuando todavía no se ha llegado a completar una temporada en la élite del fútbol español. Pero tiene algo que hace que la Real, de su mano, siempre pueda volver. En el poco tiempo que lleva en el primer equipo le ha ganado dos veces al Real Madrid, una al Atlético, otra al Athletic y ha dejado la imagen más digna en años en el Camp Nou. Cierto es que ha sufrido contra equipos de mucho menor potencial, que le Eibar dejó en Anoeta un baño de escasos precedentes y que suerte tuvo la Real de que acabará en empate, o incluso que cuando se ha visto de cerca el salto europeo Imanol no ha sido capaz de detener el temblor de piernas que impide ganar partidos de esos que uno tiene la sensación de que hay que ganarlos. Pero tampoco se puede olvidar que, cuando ha querido o le han dejado, ha apostado por chavales que están llamados a marcar el presente y el futuro de la Real, ha propiciado que el club tenga nuevo golpeador más joven en toda su historia, Barrenetxea, y ha dejado aciertos que hacen pensar que está plenamente capacitado para crecer junto a la Real. 

Puede que no sea el entrenador perfecto, ¿pero quien lo es? Por la Real han pasado en los últimos años perfiles de técnico de lo más variado y ninguno ha convencido del todo o durante mucho tiempo. Imanol es de los nuestros. Y confía en lo que hace. Son buenas razones para confiar en que, bien rodeado, puede llevarnos a cotas mucho más altas. La próxima temporada, desde luego, es su auténtica prueba de fuego.

miércoles, mayo 22, 2019

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2018-2019 (3) Garitano, un sueño incumplido

Garitano, en el partido en Anoeta ante el Rayo Vallecano.
La estabilidad en los banquillos es una quimera de otros tiempos, y la Real lo ha dejado ya claro en su historia reciente. El antaño reacio a cesar entrenadores Jokin Aperribay ha entrado en una dinámica en la que solo tres técnicos han conseguido completar un curso entero en lo que llevamos de década. Asier Garitano venía para ser el antídoto a esa vorágine. Un técnico humilde pero que a priori encajaba con los valores de la casa, guipuzcoano y trabajador, que fue capaz de sostener al Leganés en Primera y alcanzandoademás unas semifinales de Copa que la Real solo ha probado una vez en los últimos treinta años, y con un reconocimiento de la cantera que le permitiría seguir manteniendo activo el mayor valor que tiene este club.

¿Qué podía fallar en ese esquema? Y aún así falló todo. Para empezar, los siempre dañinos rumores hicieron que Garitano nunca pareciera la primera opción para entrenar a la Real, pero fue quien finalmente se hizo con el banquillo. Y para continuar, eso desembocó en una aparente falta de comunicación con la Dirección Deportiva de Roberto Olabe. Garitano pedía fichajes que no llegaban y Olabe le dio exiguas armas para acometer un cambio de filosofía profundo que tampoco pareció calar en los jugadores, algunos de ellos con algunas declaraciones en público que desvelaban esa falta de sintonía, declaraciones que se escucharon durante la estancia de Garitano en el banquillo de Anoeta, incluso desde la pretemporada, y también después.

El frío análisis de lo que vimos en el campo no es demasiado benévolo con Garitano, que fue cesado después de lograr apenas quince puntos en diecisiete jornadas, una media que no hubiera bastante para lograr la permanencia en Primera, y un único triunfo en el remozado Anoeta sin pistas. Dilapidar ese caudal tantas veces ansiado desde la estructura original del estado donostiarra es algo que, por fuerza, pasa factura. Su Real, a pesar de unos números tan flojos, nunca llegó a estar en descenso. La derrota en Anoeta contra el Alavés, la cuarta consecutiva de una racha que dio con Garitano en la calle, dejó al equipo txuri urdin decimoquinto, en su punto más bajo de la temporada. Fuera de casa, eso sí, el técnico llevó a sus jugadores a lograr nada menos que cuatro victorias en sus siete primeros partidos, dejando a la Real más que viva después de un exigente inicio con tres jornadas consecutivas lejos de Anoeta.

Pero el escollo de Garitano, el principal, el que realmente hizo que su apuesta no cuajara, estuvo en el campo. Los jugadores no entendían lo que su técnico les pedía, y eso se veía partido tras partido, con una Real indescifrable. Los pilares del equipo estaban perdidos en las misiones encomendadas. Illarramendi, con parte de su terreno pisado por Zubeldia, no encontraba su lugar, ni para defender ni para construir; Oyarzabal corría y corría, pero a veces sin saber hacia dónde ni para qué; y Willian José jugaba tan lejos de la portería que parecía desesperado. Y para colmo, los otros pilares que quiso unir Garitano a esta ecuación se le cayeron sin remedio. Los fichajes fueron un desastre, bien por su nivel o bien por arrancar la temporada lesionados. Y Januzaj, en el que no paraba de fiar sus esperanzas el técnico, llegó tocado del Mundial. Y a eso hubo que unir los tremendos errores de Rulli que costaron puntos y que para la tercera jornada ya tenía dos lesionados de larga duración con Llorente y sobre todo Merquelanz.

Las cuatro derrotas seguidas del mes de diciembre no solo invalidaron la reacción que parecía llegar de la mano de dos victorias consecutivas, 1-3 ante el Levante y 2-1 ante el Celta, además de una más que solvente clasificación copera ante los vigueses, sino que provocaron el cese de Garitano, cese que le cogió por sorpresa, a él y a muchos. Dio la sensación de que Aperribay no quiso perder esta temporada el mismo tiempo que perdió un año antes tratando de mantener a Eusebio contra viento y marea. Nunca sabremos qué habría sucedido de haber continuado Garitano, pero sí es evidente que no consiguió aportar lo que prometía, sobre todo solidez defensiva. Su Real encajó veinte goles en esos diecisiete partidos y poco a poco fue perdiendo pólvora, de nueve goles en los seis primeros partidos pasó a marcar los mismos en los once siguientes, con siete de ellos marchándose a los vestuarios sin celebrar uno solo.

Un cambio de sistema fallido, un ineficaz intento de ganarse la confianza de los pesos pesados, una incomprensión del potencial que tenía su plantilla y una alarmante fragilidad defensiva son las causas por las que Garitano no cuajó. La paciencia de antaño quizá le hubiera dado la razón, pero en el fútbol moderno su equipo se convirtió en algo difícil de entender, sin una idea clara, capaz de hacer actuaciones sólidas y de enorme mérito, como el gran triunfo en San Mamés, y de verse superado con una claridad tan rotunda como sucedió en Butarque, un partido que además dominaba tranquilamente por 0-2. Entre errores propios y condicionantes ajenos, y por mucho que la Real protegiera muy poco a su técnico, mucho menos de lo que lo hizo con algunos de sus antecesores, su cese fue una decisión cargada de lógica y que llegó, quizá de forma sorprendente, pero a tiempo de que la temporada no estuviera arruinada. Lástima que un técnico que entiende la casa no haya podido triunfar en ella. El suyo ha sido un sueño, el de dirigir a la Real, que queda incumplido.

martes, mayo 21, 2019

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2018-2019 (2) Los jugadores

1. Rulli (5)
Partidos jugados: 29. Titular: 29. Minutos: 2.601.
Amarillas: 3.
Un año más, Rulli ha estado muy por debajo de su nivel real, aunque acabó mucho mejor de lo que empezó. Su comienzo de Liga fue terrible y Garitano tardó demasiado en enviarle al banquillo. Eso, como él mismo reconoció y como habría que haber intuido, le ayudó a mejorar, y en la segunda vuelta ha enseñado de nuevo las paradas que le convirtieron en el más que digno relevo de Bravo que demostró ser en sus dos primeros ejercicios en la Real. Y ha salvado puntos, que de eso se trata. Eso sí, las salidas, la dificultad que tiene en blocar la pelota y que sus despejes salen demasiado frecuentemente hacia el centro le restan fiabilidad.

2. Zaldua (5)
Partidos jugados: 29. Titular: 28. Minutos: 2.411.
Goles: 1. Asistencias: 2. Amarillas: 8.
Había muchas esperanzas puestas en el regreso de Zaldua, porque tenía la complicada misión de justificar el traslado de Odriozola. Su arranque de temporada fue espléndido, quizá demostrando que era el futbolista que conocía a Garitano por su cesión al Leganés del pasado curso, pero las lesiones y el devenir del campeonato fueron apagando la estrella del lateral diestro. Si temporada, en conjunto, ha sido algo frío, aunque acabó con su debut goleador como txuri urdin ante el Real Madrid. Sin grandes lagunas, pero ligando mucho el cansancio y el paso de las jornadas. La irrupción de Sola, además, vuelve a amenazar su posición.

3. Llorente (6)
Partidos jugados: 23. Titular: 22. Minutos: 1.931.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 7.
Ha sido una temporada extraña para Llorente. Se ha intuido por momentos que es el mejor central de la plantilla, asumiendo los galones que dejó tirados Iñigo Martínez con su huida a Bilbao, y de hecho su lesión en Leganés fue un drama que afectó mucho al equipo. Eso no impidió que Luís Enrique contará con el para la selección española incluso de baja. Apareciendo y desapareciendo, como buena parte de sus compañeros, se han echado también en falta sus goles, pero es fe los jugadores que ha dado un buen nivel cada vez que ha jugado. 

4. Illarramendi (4)
Partidos jugados: 26. Titular: 22. Minutos: 2.017.
Goles: 1. Asistencias: 1. Amarillas: 10.
Verle tan perdido en las jornadas en las que Garitano dirigió a la Real fue síntoma evidente de que algo estaba fallando. Illarra es el faro, el guía y el capitán del equipo, y si él no entiende lo que está sucediendo a su alrededor es que las cosas no van bien. Protagonista del debate sobre la compatibilidad con Zubeldia desde el primer día, fue uno de los beneficiados con la llegada de Imanol, aunque incluso así no mostró el nivel notable que siempre le ha caracterizado. La lesión que hizo que se perdiera el tercio final de la temporada fue la cruz definitiva para que este sea un curso a olvidar para un jugador que sigue siendo imprescindible.

5. Zubeldia (7)
Partidos jugados: 37. Titular: 32. Minutos: 2.859.
Goles: 1. Asistencias: 1. Amarillas: 8.
A Zubeldia le esperaba una misión complicada esta temporada y las sensaciones han sido muy positivas. El debate de su compatibilidad con Illarra no le ha pasado factura y el bajo nivel del capitán le ha hecho incluso sobresalir algo más. Indudable su capacidad de contención, que incluso le ha hecho jugar muy a gusto cuando las necesidades del guion le han obligado a actuar en el centro de la defensa. Es verdad que no es el centrocampista más dotado para jugar el balón, pero se ha convertido en un jugador mucho más importante de lo que se apuntaba al comienzo de la temporada.

6. Héctor Moreno (6)
Partidos jugados: 29. Titular: 24. Minutos: 2.205.
Goles: 1. Asistencias: 1. Amarillas: 4.
Es posible que todo el mundo esperara bastante más de Héctor Moreno cuando llegó a la Real, quizá pensando que respondía al mismo perfil de central que Schürrer llenó en la Real subcampeona de 2003. Y no ha sido ese tipo de jugador, no ha cumplido en realidad el papel de veterano líder que tendría que haber jugado y no ha sido una referencia clara en el centro de la zaga. Cuando ha jugado, eso sí, no ha desentonado, eso es cierto, pero sin alardes. Por veterana, tendría que haber dado algo más. Y lo intermitente de sus apariciones tampoco ha ayudado a verle como un pilar en la zaga.

7. Juanmi (5)
Partidos jugados: 34. Titular: 18. Minutos: 1.722.
Goles: 6. Asistencias: 3. Amarillas: 3. Dobles amarillas: 1.
Ha sido la temporada más gris de Juanmi desde que llegó a la Real, y tendría que haber coincidencia general en que no ha sido siempre culpa suya. Porque él, en realidad, ha cumplido. Sus cifras goleadoras, siendo menos espectaculares que en temporada anteriores, han sido correctas. Y lo que ha sorprendido es que, manteniendo su olfato, como se vio en su formidable gol en el Camp Nou, haya perdido el favor de los dos equipos técnicos en favor de la baldía esperanza que fue Sandro. La duda es cuánto de aquel ostracismo ha acabado de decidirle para dejar la Real, donde es cierto que nunca ha llegado a ser titular. 

8. Merino (6)
Partidos jugados: 32. Titular: 25. Minutos: 2.200.
Goles: 4. Asistencias: 5. Amarillas: 8. Dobles amarillas: 1.
Es un muy buen fichaje para la Real, no hay otra manera de interpretar la temporada de Merino, incluso aunque haya tenido sus luces y sus sombras. Porque es verdad que no ha adquirido el papel que tendría que haber tenido en un centro del campo tan dubitativo durante toda la temporada y en el que nadie ha tenido la regularidad necesaria para considerarse imprescindible. Ha lucido de 8, donde quizá le ha faltado algo más de gol y de último pase, y tambien de 4 cuando las ausencias de Illarra y Zubeldia le llevaron ahí. La próxima temporada tiene que dar un paso adelante. 

9. Agirretxe (-)
Partidos jugados: 0. Titular: 0. Minutos: 0.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
La de Imanol Agirretxe va a ser siempre una de las grandes heridas de la historia reciente de este club. Esta temporada estaba llamada a ser la de su recuperación, pero su cuerpo se lo impidió. Arrancó la temporada, el 9 iba a ser suyo, pero la enésima recaída de la lesión que le produjo Keylor Navas en el Bernabéu le obligó a colgar las botas. No jugó ni un solo minuto, no pudo volver a volar para celebrar un gol, pero suyo fue el primero del nuevo Anoeta, en un emocionante homenaje, ante la nueva grada Aitor Zabaleta, y dejándonos con lágrimas en los ojos a todos los que tenemos la sangre txuri urdin. Qué pena dio su marcha.

10. Oyarzabal (8)
Partidos jugados: 41. Titular: 40. Minutos: 3.500.
Goles: 14. Asistencias: 4. Amarillas: 3.
De verle correr como pollo sin cabeza en el primer tercio de la temporada, porque trabajo nunca le ha faltado, a erigirse en la estrella con mayúsculas de este equipo. Qué manera de hacer que el peso del 10 en la espalda y el brazalete de capitán en el brazo no sea una rémora sino un acicate. Sus goles, cifra récord en su carrera y a la altura de los jugadores más elogiados y cotizados de Europa, son los que han hecho que la Real viva buena parte de la segunda vuelta sin preocuparse por la zona baja y soñando con opciones europeas. Es, a sus 22 años, el referente incuestionable de este equipo. Y con margen de mejora.

11. Januzaj (5)
Partidos jugados: 24. Titular: 16. Minutos: 1.475.
Goles: 2. Asistencias: 4. Amarillas: 2.
Qué lástima que un jugador de su calidad no se haya decidido a convertirse en una estrella que pudiera brillar con la misma categoría del Carlos Vela al que estaba llamado a suplir en el olimpo txuri urdin. Resulta curioso que Garitano, con su forma de entender a la Real, hubiera supeditado su éxito aquí a la buena estrella del belga, pero es cierto que la Real notó mucho, y para bien, su regreso tras la lesión con la que volvió tras el Mundial. Pero Januzaj, con sus momentos de brillo, no ha terminado de explotar, también por sus lesiones. Muy poco gol y menos influencia de la que tendría que tener 

12. Willian José (5)
Partidos jugados: 34. Titular: 30. Minutos: 2.584.
Goles: 11. Asistencias: 5. Amarillas: 5. Rojas directas: 1
Puede parecer algo crítico no elevar hasta el notable a un jugador que ha marcado x goles en c partidos, pero Willian José ha passdo varios tramos de temporada muy perdido. Con Garitano, desde luego, la desconexion del brasileño con el juego del equipo fue uno de los síntomas más claros del camilo equivocado. Lesiones y su injusta expulsión en Vigo tampoco le han ayudado. Y no hay que olvidar que x de sus goles han llegado desde el punto de penalti, por lo que es obvio que a Willian José hay que exigirle más. Capacidad tiene para ello.

13. Moyá (6)
Partidos jugados: 13. Titular: 13. Minutos: 1.170.
Amarillas: 1.
Menos brillante que la pasada temporada, Moyá ha cumplido en todo caso con el papel encomendado. Cuando Rulli cayó a los infiernos, el balear estuvo listo pasa colocarse bajo los palos y cumplir. De hecho, el antecedente de la temporada pasada tendría que haber bastado para que Garitano confiara antes en él. Su lesión justo con el cambio de entrenador nos deja una de las incógnitas de la temporada, saber qué habría pasado si Imanol hubiera tenido que elegir desde el primer día entre Rulli y Moyá. Su veterana es de las que hacen falta, y más en un equipo tan joven. 

14. Pardo (5)
Partidos jugados: 25. Titular: 18. Minutos: 1.447.
Goles: 1. Asistencias: 2. Amarillas: 3.
Sigue siendo la mayor incógnita que hay en esta plantilla. Cuando juega nunca parece estar entre lo peor del equipo, pero casi siempre paga los platos rotos. El ostracismo al que le sometió Garitano fue un castigo excesivo, sangrante y nunca explicado. Que en el primer partido con Imanol marcara un gol nada menos que en el Santiago Bernabéu parecía el enésimo nuevo comienzo para él, pero su lesión aquel día hizo que tardara en volver, e Imanol tardó mucho en darle confianza, máxime teniendo en cuenta el exiguo centro del campo con el que ha contado la Real y las muchas lesiones en esa zona. Su futuro en la Real no está claro.

15. Elustondo (7)
Partidos jugados: 29. Titular: 25. Minutos: 2.362.
Goles: 1. Asistencias: 1. Amarillas: 6.
Es un seguro. Lo es por corazón y por condiciones. La confianza de Garitano en Zaldua le cerró el lateral derecho y la teórica apuesta por Llorente y Navas también el centro de la zaga. Con el paso de las jornadas ha dejado de ser el primer recambio y se ha convertido en la presencia constante, en ese jornada que siempre merece un notable y que está para cubrir un roto y un descosido. Todavía tiene que crecer más, pero es uno de esos puntales en los que perfectamente se puede sustentar un proyecto de futuro, guía para canteranos y apoyo para foráneos. Aporta una tranquilidad sobresaliente cada vez que juega.

16. Merquelanz (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 0. Minutos: 5.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
No se puede tener más mala suerte en el fútbol profesional que lesionarte de gravedad el mismo día del debut con el primer equipo. Aunque sea un tópico, todos sentimos como propio el dolor de la rodilla de Merquelanz cuando, solo cinco minutos después de sustituir a Illarra en Ipurúa, cayó al suelo en una pugna por el balón. Nadie tuvo dudas de que la cosa era grave. Y para colmo, hablamos de un jugador que ocho meses antes de aquello estaba llamado a sustituir a Vela en el primer equipo y sufrió la misma lesión en la otra rodilla. La mejor noticia es que ya está recuperado y la próxima temporada estará para dar guerra y demostrar lo que vale.

17. Zurutuza (5)
Partidos jugados: 24. Titular: 16. Minutos: 1.409.
Goles: 2. Asistencias: 1. Amarillas: 3.
Hace ya tiempo se acuñó aquello de que Zurutuza era el faro de la Real. Si él está bien, la Real también. Es difícil por tanto que se pueda evaluar de manera positiva el juego del equipo si Zurutuza es el decimocuarto jugador de la plantilla en minutos jugados. Muchas ausencias por diferentes lesiones y una intermitencia absoluta en su rendimiento. Pero sí, sigue siendo un jugador clave cada vez que pisa el campo, porque añade pausa y tranquilidad a un equipo que suele ser o muy timorato o muy deslabazado. 

18. Gorosabel (3)
Partidos jugados: 7. Titular: 6. Minutos: 454.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Temporada absolutamente perdida para el lateral diestro, que ha tenido mala suerte en todo. La vuelta de Zaldua le colocaba desde el principio en la suplencia y con pocas opciones, pero cuando el titular cayó él tampoco pudo estar como le habría gustado. Muchas lesiones, pocos momentos memorables y demasiados pocos minutos disponible. Para colmo, la irrupción de Sola no parece dejarle muchas posibilidades para el futuro, sin que en realidad tengamos demasiados elementos de juicio con lo que le hemos visto sobre el campo para saber si puede ser un jugador valioso para la Real.

19. Theo (2)
Partidos jugados: 28. Titular: 26.  Minutos: 2.336.
Goles: 1. Asistencias: 2. Amarillas: 5. Rojas directas: 1.
Siempre es una pena que un jugador con espléndidas condiciones físicas y técnicas no tenga la mente puesta en convertir esas cualidades en armas para ser un gran jugador de fútbol. Theo las tiene y, con cuentagotas, las ha demostrado en su estancia en la Real. Pero sus carencias defensivas, su dejadez en la marca y la autopista que los rivales han aprovechado por su banda han costado tantos puntos que resulta complicado quedarse con lo bueno para evaluar una cesión que ha sido catastrófica. Su actitud no ha parecido la mejor para ganarse la opción de quedarse aquí o la de volver al Real Madrid con opciones de ser alguien allí

20. Kevin Rodrigues (3)
Partidos jugados: 7. Titular: 7. Minutos: 482.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 1.
El juicio es muy parecido al de Gorosabel, solo que el portugués partía desde una posición mejor, la de tener un año más de experiencia en el primer equipo. Pero el resultado, el mismo. Por el escaso rendimiento de Theo tendría que haber jugado más, pero se ha pasado la mayor parte de la temporada en el dique seco y recuperándose de lesiones. Aún así, sigue teniendo cartel fuera de la Real y durante el curso se han escuchado rumores sobre ofertas que han de hacernos pensar que todavía puede tener mucho que decir como txuri urdin.

21. Bautista (3)
Partidos jugados: 19. Titular: 5. Minutos: 663.
Goles: 1. Asistencias: 0. Amarillas: 1.
Si ha jugado tan poco esta temporada, asusta pensar el papel que pensaban darle desde la dirección deportiva y el banquillo si Agirretxe hubiera estado en condiciones de ser parte de la plantilla esta temporada. Asusta también que en un equipo de cantera se le dé dorsal del primer equipo a un jugador en el que parece confiarse tan poco. Es verdad que este año Bautista ha respondido menos contundentemente de lo que lo había hecho hasta ahora sin sumar muchos más minutos que en esta Liga y que muchas de sus presencias en el campo, casi todas de una brevedad terrible, han sido bastante inanes.

22. Raúl Navas (5)
Partidos jugados: 16. Titular: 14. Minutos: 1.311.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 4.
Quizá haya sido el peor ejercicio de Navas en la Real, con una intermitencia absoluta en las alineaciones que le han impedido coger la forma que le hubiera gustado y han propiciado largas ausencias en el equipo, no siempre por lesiones. El centro de la zaga ha sido lo más intermitente de la temporada, y eso hace que sea difícil medir la aportación de cada uno de los centrales. La de Navas, desde luego, ha parecido mejorable, y ahí puede estar la razón de que haya terminado la temporada casi sin jugar, solo 24 minutos en las siete últimas jornadas. Tiene que apretar los dientes y sacar galones para ser el que fue. 

23. Sangalli (5)
Partidos jugados: 19. Titular: 13. Minutos: 1.098.
Goles: 1. Asistencias: 4. Amarillas: 0.
Cualquier juicio que se pueda hacer sobre Sangalli tiene que girar necesariamente en torno al ictus que sufrió. Un jugador que vuelve tan rápido después de algo así merece aplausos y el reconocimiento más sincero. El mejor Sangalli lo vimos, no obstante, antes de eso, en San Mamés. Y después aportando asistencias que pocos jugadores en el equipo han sido capaces de dar. A veces muy desaparecido en los encuentros, no va a tener fácil alcanzar un puesto muy protagonista en el futuro, pero da la sensación de ser de los que no se rinden, y jugadores así siempre hacen falta en una plantilla. Más aún si es de casa.

24. Sandro (2)
Partidos jugados: 26. Titular: 11. Minutos: 1.155.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 4.
Nadie podrá quejarse de la actitud de Sandro, que lo ha dado todo en cada partido que ha jugado, pero es insostenible que un jugador cedido, llamado a reivindicarse personalmente y con el claro objetivo de mejorar lo que haya en casa, no haya sido capaz de marcar un solo gol en toda la temporada. Se le ha notado ansioso y tenso en cada partido, y hasta dejó aquel golpeo al suelo en el partido ante el Sevilla como muestra de lo que ha sido su actuación a lo largo de todo el curso. Es imcomprensible que durante algún tramo dela temporada la Real se planteara incluso la compra del futbolista.

26 Guevara (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 1. Minutos: 90.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Lleva tiempo sonando, de hecho fue Eusebio quien le dio la alternativa en el primer equipo con unos minutos en Copa, y Guevara sigue intentando asomarse al primer equipo. Las muchas bajas en el centro del campo le permitieron ser titular en Anoeta ante el Levante y disputó 90 minutos notables, dominando con mucho acierto su parcela y convirtiéndose en una alternativa más que válida para lograr más minutos. No los ha tenido este año, pero seguro que dará guerra la próxima temporada. Tiene hechuras para ello.

27. Le Normand (7)
Partidos jugados: 7. Titular: 5. Minutos: 528.
Goles: 0. Asistencias: 2. Amarillas: 2.
Aunque acabara lejos del once inicial, incluso de las convocatorias de Imanol, fantástica irrupción en el primer equipo la de Robin Le Normand, que desde el principio jugó con el aplomo de un veterano. De hecho, siendo justos, no dio ni una sola razón para volver al Sanse en ninguno de los partidos que disputó con el primer equipo. Seguro por alto, bien en el corte, con la suficiente velocidad para aguantar a delanteros veloces, tiene unas condiciones espléndidas. Si las sabe explotar y si se le da una mayor confianza, puede ser un central para muchos años.

28. Roberto López (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 0. Minutos: 28.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
La media hora que jugó ante el Espanyol no da para mucho, pero el nombre de Roberto López lleva sonando bastante tiempo, por lo bien que lo ha hecho en las categorías inferiores y porque es un jugador que han querido otros equipos de renombre, y hay muchas ganas de verle con los mayores. Tiene que ser uno de los nombres del futuro, y más teniendo en cuenta el déficit constante en el primer equipo de jugadores de sus características.

29. Aihen Muñoz (7)
Partidos jugados: 11. Titular: 8. Minutos: 954.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Con permiso de Barrenetxea, el gran descubrimiento de Zubieta de esta temporada. Le tocó entrar en uno de los puestos más complicados y cambiantes de los últimos años, el lateral zurdo, y desde el primer minuto dio la sensación de ser un veterano. Jugó a su favor la poca paciencia que le quedaba a Anoeta con Theo, pero independientemente de eso su rendimiento sobre el césped fue sobresaliente, en ataque y en defensa, vaciándose en cada partido y sin manifestar especiales problemas ante ninguno de los delanteros y extremos que tuvo delante. Merece confianza.

34. Barrenetxea (7)
Partidos jugados: 9. Titular: 5. Minutos: 400.
Goles: 1. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Deslumbrante e inesperada aparición, dio el salto al primer equipo sin pasar por el Sanse, lo que da una idea de las esperanzas que se tienen puestas en él. El desparpajo y la calidad que ha demostrado sobre el campo, lanzándose de cabeza a regatear a jugadores hasta del Real Madrid con la misma determinación que si estuviera en Segunda B en categoría juvenil, justifican que Imanol le diera un puesto fijo en el once al final de la temporada. Su debut goleador, la guinda a unos pocos partidos que han sembrado una semilla de esperanza que prolonga las sensaciones que Oyarzabal o Griezmann dejaron años atrás.

35 Sola (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 1. Minutos: 90.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Solo un partido le ha bastado para convertirse en una opción más que sólida para el lateral diestro de cara a la próxima temporada. Jugó ante el Leganés y maravilló por su empuje ofensivo, que incluso le dejó muy cerca de debutar con gol. Mostró un físico excepcional durante los 90 minutos para subir y bajar la banda sin descanso, en la mejor tradición de la larga lista de laterales que ha ido sacando Zubieta en la última década. Sola es otra muestra más de que la cantera realista sigue produciendo en masa lo que en otros lugares solo sueñan. Apostar por él no parece nada arriesgado.

36. Zubimendi (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 0. Minutos: 6.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
El más testimonial de los debuts de esta temporada. Muy poco se puede sacar en conclusión de los apenas seis minutos que jugó ante el Getafe. Imanol apenas le permitió saltar al campo para recibir la ovación de Anoeta después de entrar en la lista por las numerosas ausencias de efectivos del primer equipo. El centro del campo tiene pinta de tener muchos aspirantes para la próxima pretemporada.