Desde que se produjo el descenso a Segunda División, la Real vive en el complicado alambre de tener la cantera como base tanto por necesidad como por elección. Hay que reconocer lo complejo de convencer a la gente de que haces lo que quieres cuando no tienes otra posibilidad. No es descabellado decir que el éxito o el fracaso de esa apuesta descansa ya casi exclusivamente en los jugadores que ahora mismo están en el primer equipo. Viéndolo con absoluta frialdad, el modelo será un éxito si llega el ascenso. Si no se consigue, casi todos lo darán por fracasado. Porque serían ya tres tentativas con esa hoja de ruta sin volver donde este equipo debe estar siempre. Porque los logros, los debuts y las buenas sensaciones quedan eclipsadas por el hecho de seguir un año más viendo Anoeta con sus gradas a medio poblar y con rivales que no despiertan ilusión.
Entre los jugadores de la cantera, los hay que ya llevan muchos años, que ya han demostrado, en mayor o menor medida, más o menos tiempo, un potencial suficiente al menos para vestir esta camiseta. Aranburu, Mikel González, Ansotegi, Labaka, Elustondo o Xabi Prieto formarían este grupo Los hay que acaban de aterrizar, y que todavía son capaces de despertar ilusión y progresar. Agirretxe es su cabeza visible, pero también hay que incluir a Sarasola, Esnaola, Viguera, Zubikarai y los que todavía están a caballo entre el Sanse y la Real. Pero hay tres jugadores en la primera plantilla realista que han salido ya de este segundo grupo pero no han encontrado acomodo en el primero. Y por eso están ante la oportunidad definitiva. Si esta temporada no demuestran su valía, algo que todavía no han terminado de hacer, estarán en una situación difícil. Me refiero a Carlos Martínez, Dani Estrada y Markel Bergara.
Los tres presentaron credenciales ilusionantes cuando llegaron al primer equipo. Charlie debutó con unas ganas que sus compañeros no demostraban y, siendo un defensa, aportó dos goles y mucho amor propio. Estrada ascendió al primer equipo, todavía en Primera División, con unos números anotadores en el Sanse muy interesantes para un extremo y con cierta polivalencia. Y Markel ha sido inernacional en todas las categorías y es de los pocos potrillos de los que venimos oyendo hablar desde hace años. Pero el primer equipo y lo que le rodea han devorado ya por completo las expectativas que se tenían en ellos. Hoy la gente recuerda del lateral su limitada técnica y sus muchas lesiones (de hecho, ahora mismo está lesionado y se va a perder buena parte de la pretemporada). Al extremo por no haber dejado huella cuando ha jugado y, dos campañas y media después, por no haber anotado todavía un solo gol con el primer equipo. Y al mediocentro por no haber podido suplir lo que Elustondo ofreció al equipo antes de lesionarse la pasada campaña y por no haber dado un auténtico salto de calidad, a pesar de haber dejado atrás las lesiones que le taparon en su primer año.
Todavía es pronto para saber el protagonismo que Martín Lasarte quiere dar a estos tres jugadores. Parece que, a pesar de la salida de Gerardo y de la baja de Carlos Martínez, la Real no va a fichar un lateral derecho y que el puesto se lo van a jugar el propio Carlos Martínez y Dani Estrada, con lo que al menos uno de los dos tendrá que dar un paso al frente si quiere triunfar en la Real. Da la sensación de que Markel lo va a tener mucho más complicado. Pugna con la credibilidad que se ganó Diego Rivas en el final de la temporada pasada (y con los elogios que le ha dedicado públicamente el entrenador), con la ilusión que despertó Elustondo en lo poco que pudo jugar, con la veteranía de Mikel Aranburu y con el empuje de los potrillos Illarramendi (se especula con el interés del Athletic y es internacional en categorías inferiores), Ros (una de las mejores noticias de la pasada campaña) y Albistegi (del que se habablan maravillas durante la anterior pretemporada, justo antes de que se lesionara de gravedad).
Pero lo cierto es que está todo en manos de Carlos, Dani y Markel. El éxito de cualquiera de estos tres jugadores, o de los tres, dará mayor credibilidad a la apuesta de cantera que debe ser siempre símbolo de este club. Y curará también algunas de las heridas que han dejado Castillo o Díaz de Cerio, jugadores que han menospreciado la posibilidad de vestir esta camiseta que tanto queremos. Reconozco que tengo más confianza en Carlos Martínez que en Estrada y Markel. Quizá porque del lateral esperaba menos y me ofreció mucho en su primera campaña. Quizá porque de los otros dos esperaba mucho y no he visto aún demasiado. Quizá los tres han pasado por ese síndrome de la segunda temporada, que tan difícil parece para tantos profesionales. Quizá. Pero ahora parten de cero, con una nueva oportunidad y con un entrenador que les acaba de conocer. Que tengan suerte, porque su suerte será, probablemente, la de la Real.
martes, julio 28, 2009
domingo, julio 19, 2009
Los que están y los que no
Siempre me ha gustado mucho ver la fotografía del equipo. Me ilusiona, me trae recuerdos, me despierta sensaciones. Me vale la fotografía de cualquier partido, pero sobre todo me gusta la del primer entrenamiento de la temporada. No importa el sufrimiento que tengas acumulado de la temporada anterior, ver esa imagen despierta en mí de nuevo la ilusión de lograr los objetivos. De volver a Primera. Comparas esa foto con la del año anterior y ya te puedes ir haciendo una idea de los que están. Y sobre todo de los que no están. Para mí ha sido un alivio que en esta foto no esté Xabi Castillo. Nos hemos librado en el último suspiro, apenas por unas horas, pero yo no quiero que esté en la Real un jugador que no quiera vestir su camiseta. Castillo hacía meses que no quería jugar en el equipo txuri urdin, y con eso ha conseguido que muchos deseemos con mucha más fuerza que él no juegue aquí. La operación de su venta, además, me parece formidable. Vamos a ganar mucho dinero con un jugador por el que no íbamos a ver casi nada.
Además de la agradecida ausencia de Castillo (y la de Díaz de Cerio, aunque ésta ya se había asumido y agradecido hace tiempo; da pena pensar que algún día volverán a Anoeta y serán silbados, pero es el camino que ellos mismos han elegido), esta foto permite sacar otras conclusiones. La primera es una que llevamos demasiado tiempo viendo. Después de casi un mes de continua burla sobre la llegada de Johnathan Estrada, ahora parece que la actitud es la contraria. Ahora se apuesta por él como elemento ilusionante. Que si ha marcado un buen gol en el entrenamiento, que si deja detalles interesantes... Sigo sin entender esta espiral de opiniones e ideas contradictorias que nos rodea por intereses que no comprendo. Me temo que pasará lo mismo si Carlos Bueno se convierte finalmente en jugador de la Real. Todas las informaciones que se han publicado estos días se olvidarán, incluso se negarán, si ambos jugadores rinden y se convierten en los extranjeros que tienen que marcar la diferencia. Pero por lo visto interesa más difamar antes que conocer.
No voy a presumir de que conozco a jugadores a los que no he visto jugar nunca, ni siquiera a algunos que he visto poco, como Nsue. No sé si los nuevos elevarán el nivel de la plantilla, como tampoco sé la respuesta que ofrecerán los potrillos que suben del Sanse. Pero lo que sí sé es que esta plantilla, al margen de las decisiones que pueda no compartir del club y del director deportivo, o del rendimiento que dé el nuevo entrenador, Marín Lasarte (al que tampoco voy a juzgar sin conocer), me sigue gustando. Lo que conozco me gusta. Su base me ilusiona. Ya sé que a la mayoría no, que muchos prefieren pensar que la defensa es un coladero liderado por Labaka, aunque fuera la menos goleada de la temporada pasada. Ya sé que muchos creen que no tenemos capacidad de construcción en el centro del campo, despreciando lo que puede ofrecer lo que nos ha dado Zubieta. Que la mayoría apuesta por que Estrada y Bueno sean más como Dramé y Germán Herrera antes que como Savio y Nihat. Que Aranburu está acabado y que Xabi Prieto no será el líder de este equipo.
A mí, en cambio, me produce una enorme tranquilidad saber que tenemos cuatro de los mejores porteros de la categoría, que incluso son mejores que muchos de Primera. Me da igual a quién se pueda traspasar y quién jugará, confío por completo en los cuatro. Me gusta que mantengamos a los tres centrales de la temporada pasada, aunque sigo pensando que un Schurrer les haría crecer a todos una barbaridad. Me gusta, aunque sé que no es popular, que los laterales sean jóvenes y de la cantera. Me gusta el fútbol que puede generar el centro del campo, porque, sí, creo que tiene esa capacidad aunque la temporada pasada no la mostrara demasiado. Me gusta que Zubieta siga surtiendo a este equipo de jugadores interesantes, aún en las peores circunstancias y cuando muchos prefieren fijarse en los que se van antes que en los que se quedan. Me entusiasma que se quiera dar el liderazgo a Xabi Prieto, porque creo que puede y debe asumirlo, dejarse de excusas y demostrar de una vez por todas que es el mejor jugador de la categoría. Y me gusta mucho, muchísimo, que Agirretxe nos haya hecho olvidar tan pronto a Díaz de Cerio.
Obviamente, esta plantilla no es perfecta. Tampoco se ha terminado de construir, por otra parte. Pero se suele perder de vista con demasiada facilidad las circunstancias en las que vivimos. Estamos en Segunda División y en pleno proceso concursal. Hoy, por regla general, no vendrían a la Real jugadores como Savio, Mark González, Nihat o Kovacevic. Hoy sigue habiendo canteranos que cambian una carrera de txuri urdin por cinco minutos de fama en Primera. Y hoy no hay capacidad de fichar jugadores. Por eso, independientemente del resultado que den al final, el perfil de los jugadores que están viniendo es el único que se puede manejar: jugadores extranjeros de segundo nivel (como Estrada), suplentes en Primera (como Nacho) y jugadores jóvenes cedidos (como Fran Mérida o Nsue). La Real es grande, pero no confundamos la grandeza de su Historia con el momento actual. Estamos donde estamos y contamos con lo que contamos. Para mí puede ser suficiente si las cosas no se tuercen. Hace un año, Lillo sólo pedía que no hubiera lesiones. Yo pido algo más. Que además de no tener mala suerte, tengamos una pizca de la buena. Con eso, podremos subir. El 20 de junio de 2010, que nadie pierda de vista el objetivo.
Además de la agradecida ausencia de Castillo (y la de Díaz de Cerio, aunque ésta ya se había asumido y agradecido hace tiempo; da pena pensar que algún día volverán a Anoeta y serán silbados, pero es el camino que ellos mismos han elegido), esta foto permite sacar otras conclusiones. La primera es una que llevamos demasiado tiempo viendo. Después de casi un mes de continua burla sobre la llegada de Johnathan Estrada, ahora parece que la actitud es la contraria. Ahora se apuesta por él como elemento ilusionante. Que si ha marcado un buen gol en el entrenamiento, que si deja detalles interesantes... Sigo sin entender esta espiral de opiniones e ideas contradictorias que nos rodea por intereses que no comprendo. Me temo que pasará lo mismo si Carlos Bueno se convierte finalmente en jugador de la Real. Todas las informaciones que se han publicado estos días se olvidarán, incluso se negarán, si ambos jugadores rinden y se convierten en los extranjeros que tienen que marcar la diferencia. Pero por lo visto interesa más difamar antes que conocer.
No voy a presumir de que conozco a jugadores a los que no he visto jugar nunca, ni siquiera a algunos que he visto poco, como Nsue. No sé si los nuevos elevarán el nivel de la plantilla, como tampoco sé la respuesta que ofrecerán los potrillos que suben del Sanse. Pero lo que sí sé es que esta plantilla, al margen de las decisiones que pueda no compartir del club y del director deportivo, o del rendimiento que dé el nuevo entrenador, Marín Lasarte (al que tampoco voy a juzgar sin conocer), me sigue gustando. Lo que conozco me gusta. Su base me ilusiona. Ya sé que a la mayoría no, que muchos prefieren pensar que la defensa es un coladero liderado por Labaka, aunque fuera la menos goleada de la temporada pasada. Ya sé que muchos creen que no tenemos capacidad de construcción en el centro del campo, despreciando lo que puede ofrecer lo que nos ha dado Zubieta. Que la mayoría apuesta por que Estrada y Bueno sean más como Dramé y Germán Herrera antes que como Savio y Nihat. Que Aranburu está acabado y que Xabi Prieto no será el líder de este equipo.
A mí, en cambio, me produce una enorme tranquilidad saber que tenemos cuatro de los mejores porteros de la categoría, que incluso son mejores que muchos de Primera. Me da igual a quién se pueda traspasar y quién jugará, confío por completo en los cuatro. Me gusta que mantengamos a los tres centrales de la temporada pasada, aunque sigo pensando que un Schurrer les haría crecer a todos una barbaridad. Me gusta, aunque sé que no es popular, que los laterales sean jóvenes y de la cantera. Me gusta el fútbol que puede generar el centro del campo, porque, sí, creo que tiene esa capacidad aunque la temporada pasada no la mostrara demasiado. Me gusta que Zubieta siga surtiendo a este equipo de jugadores interesantes, aún en las peores circunstancias y cuando muchos prefieren fijarse en los que se van antes que en los que se quedan. Me entusiasma que se quiera dar el liderazgo a Xabi Prieto, porque creo que puede y debe asumirlo, dejarse de excusas y demostrar de una vez por todas que es el mejor jugador de la categoría. Y me gusta mucho, muchísimo, que Agirretxe nos haya hecho olvidar tan pronto a Díaz de Cerio.
Obviamente, esta plantilla no es perfecta. Tampoco se ha terminado de construir, por otra parte. Pero se suele perder de vista con demasiada facilidad las circunstancias en las que vivimos. Estamos en Segunda División y en pleno proceso concursal. Hoy, por regla general, no vendrían a la Real jugadores como Savio, Mark González, Nihat o Kovacevic. Hoy sigue habiendo canteranos que cambian una carrera de txuri urdin por cinco minutos de fama en Primera. Y hoy no hay capacidad de fichar jugadores. Por eso, independientemente del resultado que den al final, el perfil de los jugadores que están viniendo es el único que se puede manejar: jugadores extranjeros de segundo nivel (como Estrada), suplentes en Primera (como Nacho) y jugadores jóvenes cedidos (como Fran Mérida o Nsue). La Real es grande, pero no confundamos la grandeza de su Historia con el momento actual. Estamos donde estamos y contamos con lo que contamos. Para mí puede ser suficiente si las cosas no se tuercen. Hace un año, Lillo sólo pedía que no hubiera lesiones. Yo pido algo más. Que además de no tener mala suerte, tengamos una pizca de la buena. Con eso, podremos subir. El 20 de junio de 2010, que nadie pierda de vista el objetivo.
lunes, julio 13, 2009
El rival del centenario
Cuando uno repasa la Historia de la Real, se da cuenta de que no son muchos los equipos que han tenido una verdadera presencia, que han estado en los momentos más importantes de la ya casi centenaria trayectoria de este club, que han definido lo que es de verdad el equipo txuri urdin. El Athletic de Bilbao podría ser uno de ellos, además de por la rivalidad geográfica porque estuvo en la inauguración de Atotxa y fue el primer rival en Liga. El Barcelona es otro, como rival de todas las finales de Copa que disputó el equipo txuri urdin, excepción hecha de la de 1987, en la que derrotó al Atlético de Madrid. Pero mi percepción siempre ha sido que el equipo que marca la Historia de la Real, por completo y por encima de todos los demás, es el Real Madrid. Fue el equipo madridista el rival de las Ligas que se escaparon en 1980 y 2003. Fue el que sucumbió al poder de los Arconada, Zamora, Satrústegui y López Ufarte en 1981. Fue el que cayó derrotado en la primera Supercopa de la Historia, la que está en las vitrinas de la Real. Y fue el equipo contra el que se inauguró Anoeta.
Para mí, esos son motivos más que suficientes para justificar la presencia del Real Madrid en el partido que servirá para conmemorar el centenario del club, a pesar de que me consta que no ha sentado bien a algunos realistas. Si se piensa en frío, lo cierto es que es un inmenso acierto, un logro y un alivio la presencia del Madrid. Quizá no era para algunos el rival soñado, pero dadas las circunstancias actuales en las que vive la Real, es lo mejor que se podía conseguir. Y no es un rival precisamente malo. A los motivos históricos hay que unir el millonario proyecto de Florentino Pérez, lo que servirá para que Anoeta vea a un equipo con figuras de talla mundial como Cristiano Ronaldo, Kaká, Benzema, Casillas... y los que quedan por venir. Si Xabi Alonso ficha finalmente por el Madrid (o Claudio Bravo, cosa que no parece que esté todavía descartada), el partido servirá también para saludar a viejos conocidos (Manzisidor el primero), profesionales que mantienen el respeto de los realistas porque supieron salir del club txuri urdin como sólo lo hacen los grandes.
Hay gente que no entiende que el rival sea el Real Madrid. Para mí, la relevancia del club blanco en nuestra Historia y en la del fútbol mundial le convierten en uno de los rivales ideales para un encuentro de estas características. Pero hay más. Hoy por hoy el Real Madrid es un equipo inalcanzable para la Real. Así de claro, así de cierto, así de triste. No juega en Anoeta desde 2007 porque ese es el año en el que la Real bajó al pozo de la Segunda División. Toda la historia que hemos tenido contra el club blanco le ha convertido, probablemente para casi todos los realistas, en el rival al que más gusta vencer. Hace dos años que no tenemos la oportunidad de retarnos con ellos sobre un campo de fútbol. Dos larguísimos años. Y no le vencemos desde aquella gloriosa tarde de 2003. Entonces jugaban Ronaldo, Zidane, Figo y los demás galácticos. Quien diga que no guarda aquella tarde como una de las más grandes de su vida txuri urdin por lo que pueda pensar del Real Madrid, se engaña. Aquella tarde fue de las grandes porque el rival era de los grandes.
Hay quien piensa que el rival tendría que haber sido extranjero, para dar así más renombre a esta cita. Pero ahí nos encontramos con varios problemas. Se habló de Boca Juniors (que fue el rival del partido con el que se conmemoró el 75 aniversario del club), pero todos sabemos que el tirón de este equipo no es el mismo que el de otros conjuntos europeos. Se habló del Liverpool (y hubiera sido algo emotivo porque, junto con el Inter, es el rival europeo más recordado de la trayectoria de la Real por el Viejo Continente), pero en las fechas que se barajaban los equipos ingleses están ya con la temporada iniciada. Y en cuanto al dinero, hay que ser conscientes de que casi nadie hace favores a cambio de nada. La Real no puede permitirse el lujo de pagar lo que un equipo de nivel está acostumbrado a recaudar, porque no tiene ese dinero, y los administradores concursales, si están en su sano juicio, no pueden autorizar el pago de una ingente cantidad de euros a cambio de una apuesta por recuperar algo de dinero con los derechos televisivos y la taquilla.
Y ahí entramos en la parte más esencial de lo que significa la elección del Real Madrid. No se conocen los pormenores del acuerdo firmado con el Real Madrid (todavía; espero que se hagan públicos los detalles de este partido, y las presentaciones de los nuevos jugadores realistas son buenas oportunidades para interrogar sobre ello al presidente, Jokin Aperribay), pero lo que todo el mundo da por seguro es que el club blanco no cobra un euro por su presencia en Anoeta. Sí se llevará, siempre según todas las informaciones que se han publicado, un porcentaje de taquilla y derechos televisivos. Hay que ser claros y decir que este partido no se podría jugar si el equipo invitado quisiera cobrar, luego la presencia del Real Madrid es algo que tiene que ser agradecido. Además, por mucho que se lleve de taquilla y televisión, las ganancias de Florentino Pérez se quedarán muy lejos de lo que su equipo podría conseguir jugando un amistoso en cualquier otro lugar el día 15 de agosto. Y en las arcas de la Real también se quedará algo, que por poco que sea es siempre una buena noticia habida cuenta de la situación de las finanzas del club. El Madrid prácticamente garantiza el lleno, como lo hacía en sus visitas ligueras y como lo hizo en la inauguración de Anoeta.
Se ha publicado que el Barcelona (que, por cierto, tiene como director deportivo al ex realista Txiki Begiristain sin que eso se haya notado en ningún aspecto de las relaciones con la entidad culé) sí quería cobrar por anticipado para venir al partido del centenario. Es de dominio público que hay mayor simpatía entre el aficionado realista por el Barcelona antes que por el Madrid, y que sean los blancos los que vengan a este partido no va a cambiar nada, eso es evidente. Pero lo cortés no quita lo valiente. El Barça tricampeón, siendo también otro rival de primerísimo nivel para este evento, no ha querido mojarse tanto como lo ha hecho el Real Madrid. Llevo años oyendo hablar a gente de la Real del magnífico trato que siempre reciben en la casa blanca (el Real, y eso no es de dominio público, prestó toda su colaboración a la Real en tareas logísticas y organizativas cuando los nuestros dieron el salto a la Champions League y me consta que en la Ciudad Deportiva, como ahora en Valdebebas, siempre se ha tratado de maravilla al equipo txuri urdin), y añado esta gentileza a esos comentarios.
Para mí, y al margen del porcentaje de los beneficios que se lleve, es un detalle imprescindible de agradecer y recordar que el Real Madrid esté en una fecha que debe ser simbólica y hermosa para todos. Para mí, será como un partido de competición, en el que una vez más querré ganar al Real Madrid como sea. Y espero que el mejor acto del centenario sea el ascenso en 2010, para que ésta del 15 de agosto sea la última vez que tengo que imaginarme que el Real Madrid es un rival en partido oficial.
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viernes, julio 10, 2009
Elche, 20 de junio
Estamos ya con Martín Lasarte a punto de aterrizar en San Sebastián y sin fichajes totalmente cerrados y confirmados, pero con un objetivo muy claro. Tercera temporada en Segunda División y el mismo final deseado: el ascenso. Como la Real vive en un universo en el que las casualidades están a la orden del día, comenzará y finalizará la temporada 2009-2010 ante los mismos rivales que los que inició y acabó la 2008-2009, Las Palmas y Elche. La ciudad alicantina, nuevamente, vuelve a ser el lugar en el que se ansía la fiesta final por el ascenso, la que este año no pudo ser a pesar de la victoria con goles de Agirretxe y Elustondo. Y puestos a buscar curiosidades que nos permitan mirar el futuro con optimismo, resulta que el Elche no le ha ganado a la Real desde que volvimos a Segunda y Las Palmas es el único equipo ante el cual el conjunto txuri urdin sólo conoce la victoria en los cuatro enfrentamientos disputados desde el descenso.
Me gusta mirar con optimismo esa pequeña curiosidad y me gusta mirar con optimismo el calendario. El inicio, excepción hecha del partido en Las Palmas (que va a ser complicado), me parece asequible. Tras los canarios, jugaremos en casa ante Murcia, Girona y Huesca, y fuera ante el Nastic. La temporada pasada la Real ganó esos cinco partidos, y, teniendo tres encuentros en casa, no sería descabellado pensar en un objetivo de al menos doce puntos a finales de septiembre. No, desde luego, si queremos ser ambiciosos. La primera vuelta nos deja las visitas a Soria, Alicante y Vallecas, las plazas más difíciles del campeonato. Numancia, Hércules y Rayo tendrán que venir a Anoeta cuando los puntos empiecen a ser ya vitales. El Betis jugará ante la Real primero en San Sebastián y después como local. Para el derbi contra el Real Unión habrá que esperar hasta el 6 de diciembre. Y mucho ojo con el complicado final de Liga que, siempre a priori, nos espera: en las cinco últimas jornadas visitaremos a Betis y Cádiz y recibiremos al Celta antes del final en Elche.
El objetivo es claro y mi mirada sigue mantiendo el optimismo, pero el ambiente general sobre el club sigue siendo el mismo. Sigo pensando que Chris Coleman tenía más razón que un santo cuando lamentó la negatividad que rodeaba al equipo cuando él ocupaba el banquillo de Anoeta. Esa sensación lleva presente mucho tiempo en la Real, quizás desde la segunda campaña de Bernd Krauss (con el breve y hermosísimo paréntesis de la temporada del subcampeonato). Demasiado tiempo. Y eso lastra, aunque muchos prefieran ponerse la venda sobre los ojos o mirar hacia otro lado. No consigo quitarme de encima la sensación de que muchos prefieren un fracaso (más) que achacar a sus enemigos antes que un triunfo de la Real que esas mismas personas puedan apuntarse. Y eso es algo que ya hemos vivido y que sabemos de sobra que no ayuda.
Hay gente ávida de sacar las garras para despedezar a todo aquel que tenga algo que ver con el fichaje aún no concretado de Estrada. Es obvio que cuesta creer que un jugador con el que se cerró un acuerdo hace 20 días todavía no esté en San Sebastián y haya firmado su contrato. Pero la situación se me asemeja mucho a la que vivimos hace un año con Villanueva, el chileno que quiso traer Badiola, que incluso pasó reconocimiento médico en tierras guipuzcoanas y que al final, por motivos económicos derivados del no ascenso a Primera y la entrada en proceso concursal, no vino. ¿Salió ganando la Real de aquellos dardos cruzados? Seguro que no. Tampoco saldrá ganando de todo lo que se está diciendo sobre Estrada, máxime cuando todavía no sabemos si estará o no en la Real, si ha sido él culpable del retraso y si son realmente suyos actos y manifestaciones que se le han atribuído desde la distancia. Esperemos a ver qué pasa y después valoraremos.
También hay gente dispuesta a criticar la situación de Castillo, sea cual sea la resolución de este asunto. ¿Que se queda? Malo. ¿Que se va al extranjero? Malo. ¿Que se va al Racing o al Depor? Malo. No puede ser que todo lo veamos desde un prisma negativo. Que saquemos cerca de medio millón por un jugador que se va a ir gratis al extranjero ahora o donde quiera dentro de un año es una buena noticia, se mire por donde se mire, y al margen de la tasación de dos millones que se le impuso para valorar los derechos de formación. Hace apenas siete meses, se dijo de todo cuando Badiola traspasó a Balenziaga al Athletic por un millón. Y ahora resulta que Caparrós no cuenta de momento con él y busca un lateral izquierdo en el mercado. Fue una operación necesaria en su momento y ahora, visto el resultado, fue una buena operación. Aunque en su momento fuera un arma arrojadiza más en esta absurda guerra. Castillo y Balenziaga debieran hacernos abrir los ojos, pero no hay manera.
No nos calentemos la cabeza todavía con el futuro de Bravo, de Riesgo, de Bueno, de De la Bella o de cualquiera que pueda llegar o salir de este equipo. Lo dije el año pasado y lo dije hace dos: creo que la Real tiene una buena base para luchar por el ascenso, pero ese objetivo depende de muchas cosas que no están en manos de la Real. Por ejemplo, de los arbitrajes (espléndida noticia que González González haya subido a Primera, pero... ¿por qué demonios sube a Primera un árbitro tan incompetente y poco preparado? Demasiadas veces se nos empuja a pensar mal...). Por ejemplo, de los golpes de suerte del calendario (este año la Real tiene en dos ocasiones dos partidos seguidos en casa, y seis puntos consecutivos relanzan mucho, como hemos podido comprobar este año... precisamente por no haberlos conseguido durante buena parte del campeonato). Y por ejemplo de la fortuna que tengan los buenos fichajes (porque Necati era un fichaje a priori objetivamente bueno y su resultado ha sido nefasto).
Manteniendo la fortaleza defensiva que deja Lillo como legado y con un delantero que se acerque a los 20 goles (los 16 de Díaz de Cerio hace dos nos dejaron a las puertas del ascenso; si los once de Abreu en medio año hubieran sido 22 en toda la campaña, quién sabe...), el objetivo de subir a Primera estará mucho más cerca. Elche, 20 de junio. Ya está anotada la fecha en rojo en mi calendario. Es el día del ascenso. Tiene que serlo. Ya nos lo vamos mereciendo después de tantos golpes.
jueves, julio 02, 2009
Oscurantismo y confusión
Cuando se ha hablado del oscurantismo que ha rodeado a la Real en los últimos años, se suele hacer referencia a la propia institución, a las cuentas, a la economía. Creo que ese mal que ha aquejado al club desde hace demasiado tiempo está ya fuera de toda duda. Todos asumimos que, en mayor o menor medida, ha existido desde que Luis Uranga dejó la Presidencia y seguirá existiendo en el futuro, y no nos queda más remedio que considerarlo parte del paisaje (más allá del recurso del pataleo). Por desgracia, claro. Pero el oscurantismo y la confusión también han dado el salto a la parcela deportiva, a lo que más nos tiene que preocupar a quienes vivimos la Real desde fuera, a quienes nos dejamos la voz, el alma y el corazón por los once jugadores que defienden la camiseta txuri urdin sobre el campo a lo largo de cada temporada.
Casi parece obvio decir que ha habido mucho oscurantismo en el caso de Iñigo Díaz de Cerio, y suena casi a cachondeo que el ya jugador del Athletic diga que siempre ha ido de frente con la Real (es casi tan hilarante como escuchar a un producto de Zubieta afirmar sin rubor alguno que en Bilbao está como en casa). Nunca hemos sabido cuándo se interesó el Athletic por él, cuándo decidió escucharles, si el club le dijo que pensaba venderle en el mercado de invierno en el caso de que no quisiera renovar, ni los motivos por los que ha retrasado tanto el anuncio de su destino, cantado para todo el mundo desde el día en que afirmó que no seguiría en la Real, e incluso mucho antes. También es oscurantista que nadie detalle las razones por las que no renovó. Dimes y diretes, apuntes más o menos maliciosos de un bando u otro, pero nadie nos lo aclara. Ni el jugador, ni el club, ni quienes conocen la historia. Oscurantismo puro.
Hablaba recientemente de la sorpresa que me causó que los nombres de Oskitz Estefanía y Giovanni Sio estuvieran en la lista de bajas del Sanse. Sobre el primero se ha llegado a insinuar que había orden de arriba de que no diera el salto al primer equipo. ¿Orden de quién? ¿Por qué motivo? Del segundo, hay que rebuscar en foros para encontrar que podría haber sido el protagonista y causante de alguna pelea en el vestuario de Zubieta y que la razón para su salida del club es completamente extradeportiva y disciplinaria. ¿Tan difícil es salir a explicar los motivos por los que se prescinde de cada jugador? ¿No piensan el Consejo y el director deportivo que la gente se quedaría más tranquila si supiera por qué toman determinadas decisiones? El oscurantismo no ayuda, más bien al contrario. Pongamos por caso ahora que estos dos jugadores fichan por un equipo de Segunda y consiguen metas personales y colectivas como las que ansía la Real. ¿Quién saldrá entonces a explicar por qué se prescindió de ellos? La respuesta es obvia: nadie. Llegado el caso, veremos más oscurantismo.
La confusión se extiende sin control y, como siempre, el gran perjudicado es el equipo. A día de hoy no sabemos si la Real quiere que Gerardo continúe, si depende de que venga algún otro jugador o si directamente no quieren saber nada de él. Si no viste la camiseta txuri urdin la próxima temporada, será uno de los muchos jugadores que se han marchado del club sin poder despedirse de la afición. Y un profesional de los pies a la cabeza como Gerardo merecía sin duda esa oportunidad, la misma que no tuvieron tipos que han jugado en la Real durante mucho más tiempo, gente como Aranzabal o Kovacevic. Todavía resuenan en mi cabeza las palabras que dijo Darko al marcharse: "Me han tratado como una bolsa de basura". Esas son las cosas que engrandecen o destrozan la imagen de un club, y la nuestra ahora mismo no pasa por su mejor momento. Y todo por no ir con la verdad por delante. Si a Darko le hubieran dicho que no contaban con él, se podría haber despedido de la afición. Y todo el mundo habría quedado bien.
En el mercado de fichajes, la confusión es prácticamente inevitable, y en ese terreno suele ser hasta un punto a favor. No es bueno enseñar las cartas antes de que acabe la partida, y ese fue el motivo por el que se criticó que el Consejo tasara a Riesgo y Bravo en 1,6 millones (la pregunta ahora mismo no parece ya si se llegará a esa cifra, sino si la Real conseguirá que ambos porteros salgan de la plantilla; de no hacerlo, se encuentra con el problema de contar con cuatro guardametas). Pero hasta para eso la Real es especial. Hoy dos periódicos distintos ofrecen declaraciones de dos representantes igualmente diferentes del sevillista Armenteros para decir, y esto ya es el colmo, cosas diametralmente opuestas. En Mundo Deportivo leemos a un representante diciendo que no sabe nada y que, de haber algo, él sería el primero en enterarse. En Noticias de Gipuzkoa leemos a otro representante que habla incluso de una reunión con la Real (¡y al propio Armenteros halagado por el interés!).
Vivimos instalados en el oscurantismo y la confusión. Y de ahí nada bueno puede salir. Nada bueno ha salido de ahí en los últimos años, algo de lo que puede dar fe la situación en la que se halla el club: con el equipo en Segunda División, en proceso concursal y con una plantilla a medio construir y con demasiados temores de miembros que decidan seguir el mismo camino de Díaz de Cerio o Castillo en el futuro (¿Asier Riesgo, Mikel González...?). Pero parece que todavía no hemos aprendido. Desde fuera sólo podemos gritar lo que pasa, no vaya a ser que alguien, por fin, escuche nuestras peticiones de ayuda.
Casi parece obvio decir que ha habido mucho oscurantismo en el caso de Iñigo Díaz de Cerio, y suena casi a cachondeo que el ya jugador del Athletic diga que siempre ha ido de frente con la Real (es casi tan hilarante como escuchar a un producto de Zubieta afirmar sin rubor alguno que en Bilbao está como en casa). Nunca hemos sabido cuándo se interesó el Athletic por él, cuándo decidió escucharles, si el club le dijo que pensaba venderle en el mercado de invierno en el caso de que no quisiera renovar, ni los motivos por los que ha retrasado tanto el anuncio de su destino, cantado para todo el mundo desde el día en que afirmó que no seguiría en la Real, e incluso mucho antes. También es oscurantista que nadie detalle las razones por las que no renovó. Dimes y diretes, apuntes más o menos maliciosos de un bando u otro, pero nadie nos lo aclara. Ni el jugador, ni el club, ni quienes conocen la historia. Oscurantismo puro.
Hablaba recientemente de la sorpresa que me causó que los nombres de Oskitz Estefanía y Giovanni Sio estuvieran en la lista de bajas del Sanse. Sobre el primero se ha llegado a insinuar que había orden de arriba de que no diera el salto al primer equipo. ¿Orden de quién? ¿Por qué motivo? Del segundo, hay que rebuscar en foros para encontrar que podría haber sido el protagonista y causante de alguna pelea en el vestuario de Zubieta y que la razón para su salida del club es completamente extradeportiva y disciplinaria. ¿Tan difícil es salir a explicar los motivos por los que se prescinde de cada jugador? ¿No piensan el Consejo y el director deportivo que la gente se quedaría más tranquila si supiera por qué toman determinadas decisiones? El oscurantismo no ayuda, más bien al contrario. Pongamos por caso ahora que estos dos jugadores fichan por un equipo de Segunda y consiguen metas personales y colectivas como las que ansía la Real. ¿Quién saldrá entonces a explicar por qué se prescindió de ellos? La respuesta es obvia: nadie. Llegado el caso, veremos más oscurantismo.
La confusión se extiende sin control y, como siempre, el gran perjudicado es el equipo. A día de hoy no sabemos si la Real quiere que Gerardo continúe, si depende de que venga algún otro jugador o si directamente no quieren saber nada de él. Si no viste la camiseta txuri urdin la próxima temporada, será uno de los muchos jugadores que se han marchado del club sin poder despedirse de la afición. Y un profesional de los pies a la cabeza como Gerardo merecía sin duda esa oportunidad, la misma que no tuvieron tipos que han jugado en la Real durante mucho más tiempo, gente como Aranzabal o Kovacevic. Todavía resuenan en mi cabeza las palabras que dijo Darko al marcharse: "Me han tratado como una bolsa de basura". Esas son las cosas que engrandecen o destrozan la imagen de un club, y la nuestra ahora mismo no pasa por su mejor momento. Y todo por no ir con la verdad por delante. Si a Darko le hubieran dicho que no contaban con él, se podría haber despedido de la afición. Y todo el mundo habría quedado bien.
En el mercado de fichajes, la confusión es prácticamente inevitable, y en ese terreno suele ser hasta un punto a favor. No es bueno enseñar las cartas antes de que acabe la partida, y ese fue el motivo por el que se criticó que el Consejo tasara a Riesgo y Bravo en 1,6 millones (la pregunta ahora mismo no parece ya si se llegará a esa cifra, sino si la Real conseguirá que ambos porteros salgan de la plantilla; de no hacerlo, se encuentra con el problema de contar con cuatro guardametas). Pero hasta para eso la Real es especial. Hoy dos periódicos distintos ofrecen declaraciones de dos representantes igualmente diferentes del sevillista Armenteros para decir, y esto ya es el colmo, cosas diametralmente opuestas. En Mundo Deportivo leemos a un representante diciendo que no sabe nada y que, de haber algo, él sería el primero en enterarse. En Noticias de Gipuzkoa leemos a otro representante que habla incluso de una reunión con la Real (¡y al propio Armenteros halagado por el interés!).
Vivimos instalados en el oscurantismo y la confusión. Y de ahí nada bueno puede salir. Nada bueno ha salido de ahí en los últimos años, algo de lo que puede dar fe la situación en la que se halla el club: con el equipo en Segunda División, en proceso concursal y con una plantilla a medio construir y con demasiados temores de miembros que decidan seguir el mismo camino de Díaz de Cerio o Castillo en el futuro (¿Asier Riesgo, Mikel González...?). Pero parece que todavía no hemos aprendido. Desde fuera sólo podemos gritar lo que pasa, no vaya a ser que alguien, por fin, escuche nuestras peticiones de ayuda.
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