La convocatoria para afrontar este partido es la única que podía ser, habida cuenta del compromiso del Sanse en su lucha por el ascenso, y es la que forman todos los jugadores disponibles de la primera plantilla, es decir, los 22 supervivientes que están en teoría en disposición de ser alineados. Y decimos en disposición porque el partido ante el Atlético de Madrid evidenció que hay jugadores que, sin estar lesionados, están pidiendo a gritos el final de la temporada. Isak, que abandonó el último partido por precaución, está entre los 22 escogidos, de los que se caen Ayesa y Pacheco, que regresan al Sanse. Los cuatro jugadores que siguen de baja por cuestiones médicas, de los que Imanol no rescata a ninguno y que él mismo dijo que parece difícil que lo haga antes de que acabe la Liga, son Aihen Muñoz, Merino, Sangalli y Carlos Fernández.
Como se trata de no dar ventajas a los rivales y el físico está condicionando los onces más que las posibilidades técnicas o tácticas, adivinar el equipo con el que la Real se enfrentará al Valladolid es complicado. Sí se puede dar por seguro que Remiro será el guardameta, y que en la defensa estarán los dos ausentes del miércoles, Gorosabel y Le Normand, seguramente junto a Aritz y Monreal, si este último está para jugar. En el centro del campo hay muchas opciones. Illarra podría volver, aunque Zubimendi y Guevara tienen más opciones de estar en esta línea, seguramente junto a Silva. Y en ataque lo normal es que jueguen Oyarzabal, Januzaj e Isak, aunque Portu, uno de los mejores en Madrid, tiene opciones de seguir en el once. Parecen con más probabilidad de empezar en el banquillo Moyá, Sagnan, Zubeldia, Zaldua, Guridi, Roberto López, Merquelanz, Barrenetxea y Bautista.
A pesar de su orgullosa derrota en Madrid ante el Atlético, la Real mantuvo la quinta posición. Eso sí, perdió ventaja. Ahora sus 56 puntos colocan al equipo txuri urdin uno por encima de sus dos rivales, con el average particular ganado al Betis e igualado al Villarreal, con cuatro goles de ventaja en el general para un posible empate a puntos. El Valladolid, con el agua al cuello, es decimoctavo con 31 puntos, a dos de la salvación. La Real tiene una última oportunidad de mejorar sus irregulares números en casa, donde solo ha ganado ocho de los partidos disputados, a pesar de que solo Barcelona, Atlético y Real Madrid han marcado más goles como local, ya que Anoeta ha visto 30 goles de los suyos. El Valladolid, por contra, llega después de diez jornadas sin ganar, sumando seis de los últimos 30 puntos en juego. Muchísimo empate, un ritmo insuficiente para salvarse. Los pucelanos han puntuado en once de sus salidas, cinco de las últimas siete acabaron en empate, pero solo han sido capaz de ganar en dos, 1-3 al Granada y 0-1 al Getafe.
La Real tiene muy a su favor la estadística histórica ante el Valladolid. En Primera División se han visto las caras en 39 ocasiones y 26 fueron triunfos del equipo txuri urdin, por solo cuatro de los pucelanos y nueve empates. En Anoeta la estadística es aún más contundente, quince partidos, doce victorias locales, dos visitantes y una sola igualada. En uno de esos partidos, el de la temporada 2001-2002, se registró la que todavía es la mayor goleada al Valladolid por parte de la Real, 6-0, con dos goles de Tayfun y uno de Xabi Alonso, Khokhlov, De Paula y Luiz Alberto. El 1-3 de la campaña 2003-2004, la primera vez que el Valladolid ganó en Anoeta, es su triunfo más claro en Donostia. Además, Real y Valladolid se han visto en Segunda en dos encuentros más, uno de ellos, el de la temporada 1940-1941, con la mayor goleada de la historia del club, 14-2. En la fase de ascenso de la 1942-1943 también hubo un duelo entre ambos equipos, con un 4-4 como resultado en Atotxa.
En el último precedente, el de la 2019-2020, la Real recibió al Valladolid a finales de febrero del pasado año, ganó el equipo local. Fue el último partido en Anoeta antes del parón por el confinamiento, y supuso la tercera victoria consecutiva que ponía a los de Imanol en la pelea por la cuarta plaza del campeonato. La primera parte fue tensa y sin ocasiones de gol, pero en la segunda el equipo txuri urdin dio un paso adelante y se mostró muy superior al Valladolid. Isak gozó sin fortuna de las mejores ocasiones hasta que llegó el único gol del encuentro. Una sensacional combinación de Oyarzabal con Zaldua por la banda derecha permitió al capitán colocar un centro fantástico para que Januzaj lo rematara de cabeza a la red desde dentro del área pequeña. Era el minuto 60. La reacción del Valladolid fue tímida, pero Sandro, ex de la Real, tuvo una muy clara ocasión para empatar. Remiro lo evitó y los tres últimos puntos que se jugaron en Anoeta antes de la pandemia se quedaron en casa.
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