Iñigo, en el último partido sin remontada, el del Bernabéu. |
Empecemos por el dato preocupante. La Real de Eusebio ha encajado el primer gol en 20 de esos encuentros y apenas ha sido capaz de darle la vuelta a un marcador. Fue la pasada temporada en Anoeta y ante el Eibar, en el tercer encuentro que dirigía Eusebio en la competición. El equipo armero se adelantó en el minuto 3 con un tanto de Borja, y un doblete de Agirretxe en los minutos 10 y 89 sirvió para certificar la única remontada hasta la fecha de la era Eusebio. En cinco partidos más la Real encajó primero, pero al menos sí fue capaz de empatar. Lo hizo la pasada temporada en Getafe y en Vallecas (en este encuentro empató en dos ocasiones tras recibir un gol) y en casa ante el Deportivo y el Málaga, y en la presente temporada ha repetido esa reacción ante el Espanyol también en Anoeta, aunque eso fue ya en la tercera jornada de Liga.
Los datos de remontadas completas en contra son, por desgracia, más numerosos. En 26 ocasiones comenzó marcando la Real y tres veces acabó el partido con una derrota txuri urdin. La pasada temporada se vivió esa situación con el Eibar en Ipurua (Zurutza adelantó a la Real en el minuto 6 y Sergi Enrich en la primera parte y Escalante en la segunda firmaron la victoria de los locales) y con el Getrafe en Anoeta (marcó primero Vela, pero Sarabia y Álvaro, este de penalti, remontaron para los madrileños), y en la presente ha sido el Athletic Bilbao el que volteó el derbi en San Mamés (Zurutuza abrió el marcador, Muniain, Aduriz y Williams golearon para el Athletic e Iñigo puso después el 3-2 final). Además, la Real acabó empatando otros dos partidos en los que había abierto el marcador, la pasada temporada en casa ante el Levante y en la presente, de nuevo en Anoeta, ante el Barcelona.
Dicho con otras palabras, la Real de Eusebio solo ha sido capaz de sumar ocho puntos después de empezar perdiendo, pero se le han escapado hasta trece en partidos que ya tenía encarrilados en el marcador. El dato es muy trascendente, sobre todo si tenemos en cuenta que este es un equipo que empata muy poco: siete de sus 47 partidos, un 14,9 por ciento. Y este dato es más contundente en la presente temporada, con dos empates en veinte partidos, un 10 por ciento. Además, en las 21 victorias de la Real tras adelantarse en el marcador, el rival se quedó a cero en quince, lo que quiere decir que marcar un solo gol le da al equipo txuri urdin muchísimas opciones de ganar un partido sin tener que hacer nada más. Esa seguridad que tiene la Real cuando se adelanta, contrasta con su fragilidad cuando se ponen las cosas complicadas, porque en diez de las catorce derrotas realistas tras marcar primero el rival ni siquiera hubo un gol que hiciera pensar en la remontada.
La Copa no mejora el escenario en absoluto. La pasada temporada, Las Palmas remontó el gol inicial de Bruma con dos tantos de Asdrúbal y Hernán, aunque en la vuelta fuera la Real la que igualó con un gol de Canales el que previamente había marcado Willian José, entonces jugador del equipo canario, reacción inútil porque no evitó la eliminación. Esta temporada, la Real marcó primero en cuatro ocasiones y solo ganó dos, calcando además los resultados. Marcó primero en Valladolid y ganó 1-3, abrió el marcador en Anoeta ante el Villarreal y firmó el mismo resultado. Pero en los partidos de vuelta de ambas eliminatorias fue el primer equipo en marcar y el partido acabó 1-1, aunque la reacción de sus rivales no impidió la clasificación realista. Contra el Barcelona encajó primero en los dos y ambos encuentros se saldaron con derrota, confirmando que la Real de Eusebio no entiende de remontadas.