Cosas del destino, no podía terminar la temporada de la covid sin un positivo que trastocara los planes de Imanol. Zubeldia será quien se pierda la última jornada de la Liga por esta causa, aunque en principio eso no debería alterar demasiado los planes del técnico txuri urdin. Eso ha hecho que Imanol no haya dudado en incluir en la convocatoria del primer equipo a Pacheco, a pesar de la enorme importancia del partido del Sanse de este fin de semana, el que puede devolverle a Segunda Division. La otra cara de la moneda es Carlos Fernández, que se ha sumado al grupo a tiempo de colarse en la convocatoria. Las bajas, por tanto, son las de Aihen, Illarramendi, Merino y Sangalli. El resto de los convocados, por tanto y hasta un total de 22, es el resto de los integrantes del primer equipo.
Ya no hay más, esta es la final que tiene que jugar la Real por su título particular en la Liga, la quinta plaza, y está claro que Imanol lo pondrá todo sobre el césped. Remiro estará en la portería, con Gorosabel y Monreal en los laterales y Aritz y Le Normand en el centro de la zaga, aunque las palabras de Imanol pueden hacer pensar que el estado físico de algún jugador pueda abrir la puerta a Pacheco. La medular la compondrán Zubimendi, Guevara y Silva. Y en ataque, con la eterna duda de Portu o Januzaj, parcece que con más opciones para el belga, estarán Oyarzabal e Isak. Para el banquillo quedarían de esta manera Moyá, Sagnan, Zaldua, Guridi, Roberto López, Barrenetxea, Merquelanz, Bautista y Carlos Fernández.
Las cuentas son claras. La Real, con 59 puntos, es quinta y es el único equipo que depende de sí mismo para lograr esa plaza. Si gana, no hay más posibilidades. Si pierde, la mantendrá si no ganan el Betis en Vigo ante un Celta que ya ha acabado el curso o el Villarreal en Madrid ante un Real que disputa el título. Todos los posibles empates a puntos, que solo se pueden dar con derrota de la Real y empate de sus rivales, benefician al conjunto txuri urdin. Osasuna, rival realista, es undécimo con 44 puntos. La Real no empata un partido desde la jornada 30, 2-2 en Valencia, y desde entonces ha sumado cuatro victorias y tres derrotas y busca su octavo triunfo como visitante en la Liga. Lejos de Anoeta solo ha perdido seis encuentros. Osasuna, por su parte, viene de poner en entredicho el título del Atlético y de ganar sus tres últimos partidos como local, aunque es un equipo poco goleador en su estadio, solo 21 tantos, una cifra inferior a la de todos los equipos que le preceden en la tabla.
Siempre estará en la memoria la derrota en El Sadar que ayudó a condenar a la Real a su descenso de la temporada 2006-2007, por el factor emocional que contenía, pero Pamplona no es un mal lugar históricamente hablando para el equipo txuri urdin. 33 encuentros jugados, de los que doce se los quedaron los realistas, con ocho empates y trece triunfos para Osasuna. Igualdad casi absoluta, que en los últimos años incluso se vuelca del lado realista: no ha perdido en sus cuatro últimas visitas, dos triunfos y dos empates. La mayor goleada de la Real, 0-3, se logró en dos ocasiones. La primera, en la temporada 1980-1981, con tres goles de Uralde; la segunda, en la 1982-1983, los anotadores fueron Begiristain, Bakero y Zamora. 3-0 es también la victoria más clara lograda por Osasuna ante la Real, fue en la campaña 1957-1958. También hay igualdad virtual en los encuentros disputados por estos dos equipos en Segunda División: tres ganó la Real, siempre por la mínima, 0-1 o 1-2, y cuatro Osasuna.
En el último precedente, en la temporada 2019-2020, la Real venció en El Sadar por 3-4. La exhibición txuri urdin de la primera parte fue enorme, con un Odegaard sensacional. El noruego dio a Oyarzabal la asistencia para el 0-1 en el minuto 15. Tres minutos después, Portu le robó el balón a Estupiñán y se plantó delante de Herrera para hacer el segundo. Odegaard, de libre directo, sumó el 0-3 en el minuto 28. En el descuento de la primera mitad, Aridane hizo de cabeza el 1-3 y dio comienzo al ejercicio de orgullo de Osasuna. A los cuatro de la reanudación, un error de Llorente permitió a Chimy Ávila poner el partido en un brete con el 2-3. En el 72, Roncaglia fue expulsado por un manotazo en la cara a Le Normand e Isak puso el 2-4 en el 79 aprovechando una sensacional asistencia de Zubeldia. El partido parecía sentenciado, pero Osasuna le puso picante a seis minutos del final, con un nuevo gol de Chimy Ávila en jugada personal. Más sufrida de lo esperado, pero la Real sacó una gran victoria de Pamplona.
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