
El cierre de 2007, por tanto, se salda con un sonoro fracaso. Un fracaso evidenciado por el elevado número de jugadores que han vestido la camiseta txuri urdin en estos doce meses, 35, algo que no es sólo achacable al descenso y la salida de bastante jugadores, sino también a la pésima planificación de la plantilla que tanto daño hizo en la temporada 2006-2007, tanto en verano como en el mercado de invierno. Han debutado cinco potrillos del Sanse (Estrada, Carlos Martínez, Castillo, Markel Bergara y Viguera) y se han marchado jugadores históricos del club como Darko Kovacevic y Aitor López Rekarte. Dos son los entrenadores que ha tenido la Real en este año. Lotina fracasó estrepitosamente en su intento de dejar a la Real en Primera. Coleman, muy criticado al principio, parece que ya se ha ganado la confianza de los aficionados. Y eso que no sabemos si seguirá a partir de las elecciones del 3 de enero.
Más triste ha sido la situación institucional. Tres presidentes ha tenido la Real en estos últimos doce meses. Miguel Fuentes se marchó apenas una semana antes de que se consumara el descenso tras unas informaciones que hablaban de un elevado control accionarial por parte de su familia. Le sucedió María de la Peña, hasta entonces su vicepresidenta. Y ella sufrió el descenso y la tensa y bochornosa Junta de Accionistas en la que los grandes grupos de acciones ratificaron al Consejo. Pero se acabó marchando, convocando elecciones y dejando en el cargo al más efímero de los presidentes en la historia realista, Juan Larzabal. Más incluso que del Consejo, 2007 ha sido el año de Iñaki Badiola, el candidato chino a presidir la Real, con sus propuestas económicas, sus anuncios de fichajes y, a partes iguales, la polémica y la ilusión que ha generado.
Lo más irónico de todo esto, es que 2007 por sí solo no ha dejado cifras tan malas para la Real. 38 partidos ha jugado en los últimos doce meses. Y si esto del fútbol se jugara por años y no por temporadas, la Real habría sumado 50 puntos. Un registro lo suficientemente holgado para no haber bajado a Segunda. Pero el lastre que arrastraba la Real de la primera mitad de la pasada temporada era demasiado pesado. En Primera la Real jugó 20 partidos, de los cuales perdió la mitad, ganó seis y empató cuatro. En Segunda, los números son los que refleja en la actualidad la clasificación: 18 partidos jugados, siete victorias, otros tantos empates y cuatro derrotas. Hemos perdido más que ganado, y eso se nota en el ambiente.
En 2007 hemos cantado gol 37 veces (hasta 16 jugadores realistas han anotado al menos un tanto; Díaz de Cerio ha sido el máximo goleador del año con seis, todos menos uno ya conseguidos en Segunda División, seguido de Savio, con cinco) , aunque demasiadas ni siquiera nos dejaron buen sabor de boca. Nos hemos lamentado de ver a Riesgo o Bravo recoger el balón de su portería una vez más, 38. De la Copa del Rey, casi mejor ni hablar. Otro año más, eliminados en primera ronda, esta vez ante Las Palmas, rival que jugó todo el partido con diez jugadores pero que aún así ganó a la Real.
De este 2007 sólo se pueden recordar con cierto cariño dos partidos en Primera. La completa victoria ante el Atlético de Madrid (2-0), rival al que además gusta mucho ganar al público de Anoeta, y el triunfo por 3-1 ante el Celta de Vigo, en el día en que todavía creíamos posible el sueño de la permanencia, el día en que Darko marcó su último gol, el día en que Anoeta vio su último gol en Primera. En Segunda, si es que en esta categoría podremos algún día recordar un partido como grande, destaca el 2-0 que los de Coleman le endosaron al Málaga, líder entonces de la categoría. Y con diez jugadores de la cantera durante casi todo el encuentro.
Adiós, 2007. Hasta nunca.