viernes, marzo 27, 2020

El 29 de junio, la fecha más tardía en la que la Real ha jugado un partido oficial

Crónica de El Pueblo Vasco del 30 de junio de 1928.
Vivimos momentos de incertidumbre en torno al futuro de la temporada 2019-2020. Nadie sabe por ahora cuándo se va a reanudar la competición, si es que finalmente se puede hacer o, lo que es más importante ahora mismo para la Real Sociedad, cuándo y en qué condiciones se va a jugar la final de la Copa del Rey para la que tan brillantemente se ha clasificado. Lo que parece cada vez más claro es que la competición se extendería por todo el mes de junio y probablemente hasta julio, mes hasta ahora inhábil para la competición ya que los contratos profesionales se cierran a 30 de junio. La tendencia, con la presencia de competiciones internacionales, es la de finalizar los partidos de clubes cada vez más pronto, y de hecho nunca ha jugado la Real un partido de Liga, Copa o cualquier otra competición en el mes de julio. Hay que retroceder muchas décadas para encontrar la fecha más tardía en la que el conjunto txuri urdin ha disputado un encuentro oficial, el 29 de junio.

Ese fue el día en el que se jugó el tercero y último partido de los que constó la final de Copa de la temporada 1927-1928. Real Sociedad y Barcelona se vieron las caras en el partido que debía dirimir el campeón de la competición el 20 de junio, pero empataron a uno. Entonces no había previsión de prórroga o penaltis para decidir el campeón, por lo que hubo que ir a un partido de desempate dos días después... que también acabó en tablas, de nuevo a un gol. La cercanía de los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928, cita en la que estuvieron varios jugadores de la Real, obligó a suspender la final hasta ese mencionado 29 de junio. En ese tercer encuentro de una final que forma parte de la épica txuri urdin por la resistencia que opuso a muchas injusticias arbitrales y deportivas, la Real sucumbió con claridad por 3-1. Samitier hizo el 1-0 para el Barça, logró empatar Zaldua al cuarto de hora, pero en cuatro minutos fatídicos antes de la media hora de juego Arocha y Sastre hicieron los goles que sentenciaron al equipo txuri urdin.

No, el 27 de junio, fecha que recordarán los afinados realistas amantes de las efemérides puesto que es el día en el que la Real se alzó con el título de Copa en La Romareda en el año 1987, no es la fecha más tardía en el calendario en el que se ha jugado un partido oficial, aunque sí en épocas modernas. Como todo el mundo sabe, la parada de Arconada en el lanzamiento definitivo desde los once metros en la tanda de penaltis, fue la que le devolvió las mieles del triunfo al equipo txuri urdin. Ese mismo día, la Real ya había jugado otro partido antes, en 1965, continuando con las casualidades, con el Atlético de Madrid y en la Copa, aunque en Atotxa y cuando la Real militaba en Segunda Disión. Aún así, los realistas llegaron a las semifinales de la Copa. El equipo madrileño había sentenciado esta eliminatoria en el partido de ida, jugado una semana antes, con un rotundo 8-1, pero la Real brindó un bonito espectáculo a su parroquia ante el segundo clasificado de la Liga y posterior campeón de la Copa, al que arrancó un gran 3-3, los tres goles de Urreisti.

Si hablamos de un partido de Liga, el más tardío que ha disputado la Real en una temporada es uno de enorme significado nostálgico. El 24 de junio de 1989 la Real batía por 2-1 al Sporting de Gijón en la última jornada del campeonato, la 38ª fecha del calendario. Nada destacable a priori en un partido que se ha jugado docenas de veces en Primera e incluso en Segunda División, pero como recordarán los más avezados seguidores, aquel fue el día que pusieron punto final a sus carreras deportivas dos leyendas del calibre de Luis Arconada y Jesús Mari Zamora. Martín Begiristain y Fuentes fueron los goleadores realistas de aquella jornada, los que permitieron que la hinchada de Atotxa pudiera despedir a sus dos mitos con la sonrisa que siempre deja una victoria de la Real.

No fue un partido estrictamente de Liga, sino de la fase de permanencia en Primera, pero algo más tarde se jugó el último encuentro de la temporada 1954-1955. El 26 de junio de 1955, la Real se plantó en Barcelona con la necesidad de ganar al Espanyol y que el Oviedo no ganara en Zaragoza, y se dieron ambos resultados, por lo que el conjunto txuri urdin se mantuvo en Primera. El partido en la Ciudad Condal terminó con el resultado de 1-2. Y eso que hubo que remontar. Zubillaga marcó el empate y Elizondo logró el gol del triunfo cuando apenas quedaban dos minutos para el final del partido.

En Segunda División, lo más tarde que ha jugado la Real fue el 20 de junio de 2009. La jornada final de aquella temporada, que llevó al conjunto de Juanma Lillo a Elche, no ofreció al equipo txuri urdin más que el consuelo de los tres puntos, puesto que la opción de luchar por el ascenso se había ido ya unas partidos antes. El Elche se adelantó al filo del descanso, pero nada más arrancar la segunda mitad Agirretxe puso las tablas con una bonita jugada personal que, tras el rechace del portero, tuvo que finalizar con una vaselina de cabeza. Y en el descuento, la Real se llevó el triunfo con un gol de Elustondo, que recogió un rechace dentro del área para enviar el balón al fondo de la portería.

lunes, marzo 09, 2020

PREVIA Eibar - Real Sociedad. Al asalto de la Champions

Oyarzabal, en el partido de la temporada pasada.
Tras la bofetada de realidad arbitral y, burocrática y federativa que supuso la injusta derrota del Camp Nou, la Real disputa el partido aplazado que tiene contra el Eibar (martes, 20.00 horas, Ipurua, Movistar La Liga) pensando en el asalto de los puestos Champions. Está justo a eso, a tiro de un partido, y el derbi gipuzkoano es una muy buena oportunidad para dar un nuevo golpe sobre la mesa y recordar que la Liga tiene que ser la mejor preparación de la final de Copa. Contando con la competición del KO, la Real solo ha perdido dos de sus últimos once partidos, ambos con polémica arbitral y lejos de Anoeta, por lo que Ipurua, campo en el que la Real nunca ha ganado en Primera, es también una buena oportunidad de que el equipo txuri urdin recupere el cartel de ser uno de los mejores a domicilio de la competición.

Era fácil anticipar que Imanol se iba a guardar todas sus cartas durante el mayor tiempo posible. La cercanía del partido en Barcelona, el desgaste en la Copa del Rey y sobre todo la comodidad del desplazamiento hacen que sea perfectamente factible el plan orquestado por el técnico txuri urdin, el de concentrar al equipo el mismo día del encuentro y, por tanto, anunciar la convocatoria al llegar a Ipurua. Con todo el equipo a priori ya con el alta médica, tendrá que hacer cuatro descartes. Por lo dicho en la rueda de prensa, Illarramendi y Zurutuza van a ser dos de ellos, y lo seguirán siendo, durante más tiempo el primero, hasta que cojan la forma física. Salvo sorpresa, los dos restantes saldrán del trío que forman Gorosabel, Aihen y Sangalli, a menos que Aritz no esté totalmente recuperado para entrar en la lista definitiva.

Si Imanol sorprendió en Barcelona con la cantidad de cambios que introdujo, se entiende como una misión muy complicada la de adelantar el once que dispondrá ante el Eibar. Remiro es seguro bajo palos, Zaldua volverá al lateral derecho y se antoja razonable que Monreal siga en el izquierdo. Le Normand, Llorente y Aritz se juegan las dos posiciones de central, y seguramente primará mucho su estado físico. Zubeldia volverá al centro del campo para acompañar a los teóricamente insustituibles Merino y Odegaard, y da la sensación de que, repitiendo Isak, volverán al once tanto Januzaj como Oyarzabal. Si esto es así, las bazas ofensivas para la segunda parte serían Barrenetxea, Portu y un Willian José al que Imanol dio cariño y tiene opciones de estar en el equipo inicial si la táctica se asemeja a lo que el técnico puso en marcha en Miranda.

La derrota en Barcelona no alteró demasiado la clasificación. La Real, con un partido menos, sigue siendo sexta con 43 puntos, a tres de la cuarta plaza, en poder del Getafe, y ahora uno por encima de la séptima, que ocupa el Valencia. El Eibar se ha metido en problemas y es decimosexto con 27 puntos, solo dos por encima de la zona de descenso. El equipo de Imanol llega después de cuatro victorias en casa y dos derrotas fuera, de hecho no gana como visitante desde que superó 3-4 a Osasuna en el último partido lejos de Anoeta de la primera vuelta, y desde entonces ha cosechado tres derrotas seguidas (3-0 ante el Levante, 2-1 ante el Leganés, 1-0 ante el Barcelona), aunque sigue siendo el quinto mejor lejos de su campo. El conjunto armero suma una única victoria en sus seis últimos encuentros y en Ipurua gana tanto como pierde, seis partidos, marca tantos goles como encaja, 18, y solo ha logrado registrado un empate como local.

A nivel estadístico, lo más relevante es que la Real sigue sin conocer la victoria en Ipurua en partido de Primera División después de cinco visitas, con cuatro derrotas y un único empate, el registrado en la temporada 2017-2018, a cero, en el primer partido de Imanol como técnico txuri urdin. La otra forma de verlo es que el entrenador realista nunca ha perdido ni encajado un gol en Eibar. No son partidos de demasiados goles, y la victoria más clara del Eibar es el 2-0 de la temporada 2016-2017. El cuatro histórico lo completan dos partidos en Segunda, en los que, curiosamente, la Real no sabe lo que es perder. Logró su única victoria en la temporada 2007-2008, 0-1, gol de Gerardo de penalti, y empató a uno en la siguiente temporada. Ni en Primera ni en Segunda, los realistas nunca han conseguido marcar dos goles en Ipurua.

La pasada temporada, la 2018-2019, el triunfo se quedó en Eibar de forma bastante injusta y con una conclusión además muy cruel para la Real. El partido comenzó de manera inmejorable para los de Garitano, con buena imagen y un penalti a favor al cuarto de hora, clarísimo, tras ser Juanmi arrollado por el portero local. Willian José lo convirtió en el 0-1, pero se lesionó en el lanzamiento y tuvo que salir del partido. Cardona hizo el empate en el 26, después de rematar solo en el interior del área un pase de la muerte. Yuri en la primera parte con un potente zurdazo y Juanmi en la segunda con un buen cabezazo dentro del área pudieron adelantar a la Real. Siendo mejor, Garitano buscó el triunfo con la entrada de Merquelanz, su debut en Primera, y a los escasos segundos de estar en el campo se dejó la rodilla. Con la Real todavía en shock, Charles hizo el 2-1 con un cabezazo cruzado en el minuto 91.

viernes, marzo 06, 2020

PREVIA Barcelona - Real Sociedad. Otro reto para el finalista de Copa

Sangalli y Merino, en el encuentro de la temporada pasada.
La Real, flamante finalista de Copa, afronta una estación más en el camino de una temporada cargada de ilusión, y es uno de los retos individuales más importantes que le restan, si no el más importante: el estadio del Fútbol Club Barcelona (sábado, 18.30 horas, Camp Nou, Movistar La Liga). La Real de Imanol ganó en el Santiago Bernabéu la pasada temporada en Liga y la presente en Copa, pero el coliseo del Barcelona se resiste desde hace demasiado tiempo, hasta el punto de que el equipo txuri urdin ha ido viendo crecer un vergonzoso récord negativo que pesa mucho más de lo que la mayoría reconocerán. Perder sistemáticamente cada vez que se visita un estadio es algo triste, y esta Real, pese al cansancio copero, tiene que luchar por escalar este pico, que le servirá para seguir consolidando la imagen de gran equipo que está dando esta temporada en tantas tardes y noches para el recuerdo. Esta es de las grandes. Y permite seguir de lleno en la lucha por la Champions.

La batalla de Miranda deja una baja sensible en el equipo de Imanol, la de Aritz Elustondo, a consecuencia de una de las muchas entradas que el árbitro dejó sin amonestar. No hay mejor prueba del mal arbitraje que sufrió la Real en Anduva. El central se une a Illarramendi como las únicas bajas con las que cuenta el técnico txuri urdin para afrontar el encuentro del Camp Nou, lo que implica que ha tenido que hacer dos descartes. Estos han sido Sangalli y Zurutuza, ya incorporado a la dinámica de grupo. También lo está Llorente, que es la gran noticia positiva de la convocatoria. El central madrileño regresa después de una lesión que ha sido más larga de lo que habría cabido pensar. Por lo demás, son cambios, y se mantiene el grupo habitual desde hace ya meses, lo que viene a dejar claro que Imanol no está pensando en la final de Copa y sigue creyendo que el objetivo de llegar a Europa a través de la Liga tiene al menos la misma importancia.

Está por ver, en todo caso, cuantos cambios va a hacer Imanol con respecto al equipo que logró la histórica clasificación coopera en Anduva. Remiro seguirá bajo palos, y da la impresión de que Llorente volverá directamente al once para acompañar a Le Normand. La otra opción es Zubeldia. Zaldua y Monreal parece que repetirán en los laterales. Si es de central, Zubeldia estará en el centro del campo. Si no, entrará Guevara. Merino y Odegaard parecen innegociables. Por delante de ellos parece que jugará Oyarzabal, y los otros dos puestos están en disputa desigual. Portu y Januzaj pugnan por uno, mientras que Isak parece tener una clara ventaja con respecto a Willian José en el otro. De esta manera, el banquillo lo completarán Moyá como guárdameta suplente, Aihen, Gorosabel y Barrenetxea, con menos opciones de jugar.

La historia es contundente, el estadio del Barcelona es el peor lugar al que puede acudir. De los 72 partidos que ha jugado contra el Barça en la Ciudad Condal, 62 acabaron con victoria para el conjunto culé y solo tres se saldaron con triunfo txuri urdin. El resto, siete, acabaron en empate. Los 21 últimos encuentros, que se dice pronto, han sido derrotas de la Real, la peor racha de cualquier equipo en este escenario. Si hablamos de la generación perdida de la Copa, aquí también se pueden contar los seguidores que no saben siquiera lo que es puntuar en el Camp Nou. La última vez fue el empate a uno de la temporada 1994-1995, con gol de Imaz. El último triunfo, en la campaña 1990-1991, 1-3, con dos goles de Aldridge y uno de Atkinson. Es la mayor victoria allí de la Real, junto con el triunfo por el mismo resultado de la Liga 1978-1979, la primera que se logró allí, marcando entonces Satrústegui, Idígoras y Zamora. La derrota más dura fue el 8-2 de la 1950-1951.

En su último encuentro, el de la pasada temporada, la 2018-2019, la Real no estuvo lejos de puntuar. Hizo una gran primera mitad, con Juanmi y Willian José muy cerca de marcar, pero el Barcelona se adelantó en la última jugada antes del descanso, cabeceando Lenglet un córner y cruzando el balón para hacer inútil la estirada de Rulli. Pardo estuvo a punto de empatar con un disparo desde fuera del área, y el 1-1 sí llegó en el minuto 62, cuando Juanmi rebañó ante la salida del guardameta del Barcelona un sensacional pase de Mikel Merino. Pero en la jugada siguiente, Jordi Alba hizo el 2-1 que al final fue definitivo con un buen derechazo. Los dos equipos intentaron mover el marcador y tuvieron sus ocasiones, pero nadie más consiguió enviar el balón al fondo de las porterías. Pese a su buen partido, el equipo txuri urdin volvió a salir de vacío del Camp Nou.

Real Sociedad - Athletic, la final que la historia esquivó hasta ahora

El derbi vasco suma por fin una final de Copa a su leyenda.
Han tenido que pasar casi 120 años desde que nació la Copa, competición que nació en 1903, para que Real Sociedad y Athletic se vean por fin las caras en una final. Y eso que la Real ha ganado la competición en una ocasión, dos si consideramos lícitamente aquel título de 1909 logrado por el Club Ciclista, entidad que prestó su nombre a quienes fundaron después la Real por la necesitad de tener una antigüedad de un año para tener el torneo, que además de eso ha jugado otras cinco finales, y que el equipo bilbaíno llegó a ese último y decisivo partido en 37 ocasiones, de las que ganó 23 (serían 38 final y 24 triunfos contando aquella Copa Coronación de 1902 que no todo el mundo legitima) y perdió 14. Pero la historia por fin ha tenido ese guiño con el fútbol vasco que llevaba tanto tiempo.

Sí hay una suerte de precedente, el de 1910. La Copa de la Unión Española de Clubs de Fútbol fue un torneo triangular que se jugó en San Sebastián precisamente por el título logrado por el Club Ciclista un año antes. La Real ya existía, pero tenía el mismo problema de 1909, su falta de antigüedad, por lo que participó bajo el amparo del Vasconia. No fue una final, pero se dieron las circunstancias para que el último partido, el que enfrentó a Vasconia y Athletic, sirviera para que el ganador se llevara la Copa. Y ganó el Athletic por 1-0.

Y eso que la final vasca que se verá el próximo 18 de abril en Sevilla ha estado a punto de producirse en varias ocasiones. La primera de ellas fue la única en la que la Real fue quien pasó a una final que el Athletic no pudo alcanzar. Fue en 1951, en la gran temporada del equipo txuri urdin dirigido por Benito Díaz. Mientras la Real superaba al Real Madrid ganando 1-0 en Atotxa y 0-2 en el Bernabéu, en la que se conoció como la semifinal de los pitos por el hostil recibimiento a los realistas, el Barcelona eliminaba al Athletic empatando a cero en San Mamés y venciendo en la Ciudad Condal por 2-1.

En las otras dos ocasiones en las que se truncó la opción de jugar una final vasca por el tropiezo de uno de los dos equipos fue la Real el que no consiguió superar las semifinales. Sucedió en la temporada 1957-1958, cuando la Real cayó derrotada ante el Real Madrid, perdiendo contundentemente en Madrid por 4-1 y no pudiendo pasar del 1-1 en Donostia, y después, cuando más claro parecía que iba a llegar esta final, en la campaña 1968-1969. El Athletic eliminó al Granada, como ha hecho en la presente temporada, empatando a uno en tierras andaluzas y ganando en su campo por 2-0. La Real hizo la proeza de remontarle un 3-0 al Elche con un formidable 4-1 en el marcaron Urreisti, Silvestre por partida doble y Urtiaga, pero cayó en el partido de desempate jugado en Madrid por 2-0.

Hubo tres ocasiones más en que los dos equipos llegaron a semifinales. En una de ellas, en la temporada 1964-1965, fallaron los dos. El Atlético de Madrid destrozó a la Real en el partido de ida, 8-1, haciendo de la vuelta un trámite en el que el equipo txuri urdin lo intentó todo pero no pudo pasar del 3-3. El Athletic, por su parte, sucumbió ante el Zaragoza, que también logró un resultado claro en la primera manga, 5-0, y también arrancó un empate en San Mamés, 2-2.

En 1923 y en 1987 fue el sorteo lo que acabó con las opciones de que Real y Athletic se encontraran en la final, ya que ese fue el duelo de semifinales. En el primero de los duelos, ganó el Athletic, arrancando un empate a cero en San Sebastián y venciendo en Bilbao por 2-0. En la segunda de esas ocasiones, al 0-0 en Atotxa le siguió el 0-1 en San Mamés con gol de Balero que llevó a los de Toshack a la mítica final de La Romareda.

A modo de curiosidad, en ocasión los dos equipos jugaron la final... pero no se enfrentaron. Sucedió en 1913, y lo que sucedió es que Real y Athletic jugaron torneos diferentes en una Copa escindida. El equipo bilbaíno estuvo en el de la Federación Española de Clubes de Fútbol y la Real en el de la Unión Española de Clubes. Ambos perdieron la final, respectivamente ante el Racing de Irún y ante el Barcelona, y ambos jugaron desempate, dos en el caso del equipo txuri urdin.

Será la primera final Real Sociedad - Athletic, pero no la primera vez que se crucen en la Copa, por supuesto. Hasta en diez ocasiones se ha producido una eliminatoria entre los dos equipos, con saldo favorable a los bilbaínos. El conjunto txuri urdin, eso sí, ganó dos de las últimas tres veces que se vieron las caras, en la temporada 1981-1982 en los penaltis, remontando el 1-0 de San Mamés con un 3-2 en el que marcaron Kortabarria de penalti, Uralde y Satrus, y en la 1986-1987, donde una heroica resistencia en Atotxa en la ida con nueve jugadores acabó con 0-0 se hizo buena con el gol de Bakero en San Mamés que dio el pase a la penúltima final de Copa de la Real, la que se ganó con la irrepetible parada de Arconada en la tanda de penaltis.

martes, marzo 03, 2020

PREVIA Mirandés - Real Sociedad. Toda una vida esperándolo

Kovacevic, en el único precedente en Miranda, en la 2004-2005.
Han pasado 32 años desde la última vez que la Real salió victoriosa de una semifinal de Copa, toda una vida. Hay muchos aficionados realistas que, por edad, no han vivido esa gloria. Han tenido éxitos, tardes para el recuerdo, victorias inolvidables ante el Real Madrid, el Barcelona o el Ahtletic, clasificaciones europeas de enorme mérito, temporadas de gran fútbol, un ascenso. Nada de eso cae en el olvido. Pero una final de Copa no. El torneo del KO ha sido, durante dos largas décadas, una aguja clavada en el corazón txuri urdin. La Real de Imanol le ha dado la vuelta a esa situación y está en la antesala de una final (miércoles, 21.00 horas, Anduva, Cuatro y DAZN) y con la ventaja que le da el 2-1 del partido de ida. El campo del Mirandés, el milagro de esta Copa, será una pequeña olla a presión, pero si la Real quiere esta final tendrá que seguir siendo la Real que hemos visto esta temporada. Esto vale una final. Esto es el sueño de todos los realistas desde hace años.

Ante un partido de esta trascendencia histórica, era lógico pensar que Imanol iba a desplazar a Miranda de Ebro a todos los jugadores disponibles, y así lo ha hecho. Son 21 los efectivos que todavía pueden meterse entre los 18 escogidos, puesto que ya se han sumado a la dinámica del grupo tanto Llorente como Zurutuza, aunque ambos parece claro que estarán entre los tres descartes que hará el técnico txuri urdin al llegar a Anduva. Probablemente, el tercero que se quede fuera será uno de los laterales que hasta ahora tienen etiqueta de reservas, Gorosabel o Aihen, y que toda la pólvora esté disponible en el campo y en el banquillo por si el partido requiere una machada de última hora. El único que no entrar en el grupo es Illarramendi, ahora mismo el único inquilino de la enfermería realista. El resto, todos los que están en plenas facultades, estarán dispuestos para poner su granito de arena en el objetivo de llegar a la final.

Lógicamente, Imanol apostará por un once muy cercano al de su ideal, y eso significa que solo parece haber una duda, más aún por el hecho de haber tenido tiempo más que de sobra para recuperar después del partido de Liga ante el Valladolid, 48 horas más que el Mirandés. Así, Remiro estará bajo palos, con una defensa formada por Zaldua y Monreal en los laterales y en el centro Aritz y Le Normand, el único que ha jugado todos los minutos de la Copa hasta ahora. Zubeldia estará en el centro del campo, flanqueado por Merino y Odegaard. Parecen seguros Oyarzabal e Isak, y el más descansado Portu y el enrachado Januzaj se juegan la última plaza del once. De ser así, la responsabilidad en el banquillo para el hipotético caso de que sea necesario poner sobre el césped poder goleador recaería en Barrenetxea y el todavía algo perdido Willian José, a quien Imanol todavía tiene que recuperar para la causa, como ha hecho con el propio Januzaj en los últimos partidos.

La trayectoria de la Real en la Copa es inmaculada y ha ganado los seis partidos que ha jugado. Tres de ellos, fuera de casa: 0-8 al Becerril, 0-4 al Ceuta y 3-4 en el Santiago Bernabéu, con una media goleadora brutal a domicilio. El Mirandés, por su parte, ha ganado cinco de sus seis partidos, solo ha perdido contra la Real en la ida de estas semifinales, y ha superado en Anduva a tres equipos de Primera División. El equipo txuri urdin llega a este encuentro después de tres victorias consecutivas en Liga y mirando a Europa, tres puntos por detrás del tercero y con un partido menos, el burgalés en mitad de la tabla de Segunda, seis por encima del descenso y a cuatro del play off de ascenso, sumando nueve jornadas sin ganar y sin haber vencido en Anduva en Liga en lo que llevamos de año. El 1-0 le vale al Mirándes para pasar, pero si la Real marca un gol ya obliga a los locales a ganar por dos goles si quieren acceder a la final. El 2-1 lleva a los penaltis.

Aunque el 2-1 parezca un resultado común, a lo largo de su historia en la Copa la Real solo ha defendido esa renta después de jugar el primer partido en casa en tres ocasiones, y siempre sin estar vigente el sistema que da valor doble a los goles marcados en campo contrario en caso de empate, lo que implica que no se juega de la misma manera. Y el saldo es negativo para el conjunto txuri urdin. Solo se superó la eliminatoria con ese resultado en la ida en los cuartos de final de la temporada 1940-1941, cuando al 2-1 en Atocha le siguió un 0-0 ante el Atlético en Madrid. En la campaña 1979-1980, el duelo que deja un parecido más claro por varias razones, la Real cayó en semifinales y ante un Segunda División, el Castilla, tras perder 2-0 en el encuentro de vuelta jugado en el Bernabéu. El último precedente es en la Copa 1991-1992, con el Logroñés remontando el 2-1 de la ida con un 3-1 logrado en Las Gaunas.

Esta es la decimoséptima semifinal de Copa que juega la Real. El equipo txuri urdin superó esta ronda en cuatro ocasiones, en las temporadas 1927-1928, 1950-1951, 1986-1987 y 1987-1988. Un dato para la esperanza, en todas ellas salió triunfante jugando el partido de vuelta lejos de San Sebastián, y en tres de ellas después de lograr el triunfo en casa. De los dieciséis precedentes, solo en tres de ellos se quedó la Real sin marcar en el partido jugado lejos de su campo, y la última vez que eso sucedió fue en la temporada 1968-1969, cuando el Elche logró un 3-0 que compensó el 4-1 de Atotxa y desembocó en un partido de desempate que cayó del lado ilicitano. Las dos últimas veces que la Real jugó el partido de vuelta de una semifinales lejos de su casa alcanzó la final, en 1987 después de vencer 0-1 en San Mamés al Athletic y en 1988 con el histórico 0-4 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu.

Esta será la segunda ocasión en la que la Real visita el campo del Mirandés, y de nuevo lo hará en la Copa del Rey. El resultado de aquel partido, aunque dio con los huesos de los realistas en la calle, le valdría en esta ocasión para alcanzar su quinta final de Copa. El partido de aquella ronda a partido único en la temporada 2004-2005 acabó con empate a cero. El partido se jugó sobre un campo impracticable y se decidió en la tanda de penaltis. El portero del Mirandés, Triviño, se convirtió en el héroe local al detener tres lanzamientos desde los once metros, la última de esas paradas a De Paula. Dicho de otra manera, y después de dos encuentros jugados tras el partido de ida de esa misma ronda, el Mirandés nunca ha ganado a la Real en el tiempo reglamentario de un encuentro. Más datos para la esperanza antes de un encuentro que tiene que ser histórico para la Real.