viernes, junio 09, 2023

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2022-2023 (5) Olabe, ingeniero de lujo

El verano que se antojaba más incómodo para Roberto Olabe ha sido la mejor demostración, otra vez, de lo bien que hace las cosas desde que asumió el mando de la dirección deportiva de la Real. Si el final de temporada agitó las aguas con la inesperada no renovación de Adnan Januzaj, el cierre del período de fichajes trajo otra bomba bestial: el Newcastle pagaba más de 70 millones de euros para hacerse con los servicios de Alexander Isak. La primera medida era bastante impopular, como lo era por ejemplo el traspaso de Joseba Zaldua o eliminar la competencia de nivel contrastado a Remiro con la salida de Matty Ryan, y la otra mermaba el potencial del equipo de una manera notable, más aún cuando varios de los hombres ofensivos del equipo estaban en recuperación de lesiones graves, caso de Oyarzabal o Barrenetxea, o tratando de encontrarse a sí mismos tras muchos meses de baja como Carlos Fernández. Y más aún se complicaban las cosas cuando Olabe respondió con rapidez para hacer el fichaje más caro de la historia del club, Sadiq, y este se lesionaba en su segundo partido para perderse la temporada completa. Seguro que el de mediados del mes de septiembre no era el escenario que imaginaba Olabe.

Pero su acción durante el verano y durante el año es, sencillamente, sobresaliente. A la vista están los resultados, que seguramente encajarán con lo que estaba en sus planes pero que también habrá sorprendido a más de uno. Olabe reaccionó con rapidez al poderío financiero de la Premier que se llevó a su goleador, con la recuperación de nuevo como cedido de Alexander Sorloth, que acabó siendo el máximo goleador del equipo, y el ya mencionado fichaje de Sadiq, cuyo regreso se espera con ganas ya para el próximo curso. Eso ya habla de lo bien trabajado que tiene el mercado, de las opciones que maneja cuando hay un imprevisto. Pero el hecho de que apostara como lo ha hecho por Take Kubo y Brais Méndez es para quitarse el sombrero. El primero venía de un número muy alto de cesiones bastante infructuosas, y eso, hay que reconocerlo, provocó recelos entre los aficionados. El segundo llegó a la Real con un coste alto, que muchas veces se acepta más fácilmente para fichajes extranjeros que para jugadores de la Liga. Y los dos han dado un rendimiento magnífico, dándole la razón a un Olabe que sigue demostrando un nivel de acierto fuera de lo común.

Y es que al director deportivo de la Real no le tiembla la mano a la hora de tomar decisiones con su entrenador, Imanol. Dejar salir a Portu, un jugador muy querido, parte fundamental del equipo campeón de Copa, no conseguir el regreso de un Raphina que había caído de pie en el vestuario y entre la afición, buscarle una salida a Lobete sin darle siquiera la oportunidad de una pretemporada que confirmara si tenía o no opciones de hacerse un hueco con los mayores o no buscar un recambio de características parecidas a Monreal después de que este colgara las botas después de un año en blanco tampoco fueron decisiones fáciles. Y viendo el que todavía es su más palpable fracaso, el de Modibo Sagnan, ya definitivamente desvinculado de la Real, la apuesta por el perfil de Momo Cho, un jugador muy joven, sin apenas experiencias y alto coste, 12 millones de euros, tampoco era el que generaba más confianza entre los aficionados.

Obviamente, tras ver cómo ha salido la temporada, es más fácil entender todo lo que quería Olabe con estos movimientos. Una vez más, ha rejuvenecido la plantilla. De nuevo ha encontrado jugadores de un perfil que se adaptan a lo que necesita su entrenador. Ha logrado, y ya van unas cuantas veces, moverse en mercados muy distintos, con aspiraciones diferentes, conocidos y desconocidos, con una inversión económica muy bien medida, y ha conseguido que la plantilla de la Real salga más fuerte de lo que era, confiando siempre en potrillos que apuntalen el proyecto, aunque no todos consigan triunfar a la primera, como ha pasado con un Karrikaburu al que hubo de buscarle una cesión en Leganés para que cogiera minutos y experiencia y sin hacer locuras que hipotequen el futuro del club, por mucho que se pueda dudar del pago de 15 millones por Brais o 6,5 por Kubo, inversiones que comenzaron a ser rentables desde el primer día.

La Real cuenta además con un un ingeniero de lujo que no para de trabajar. Durante el curso, la Real ha conseguido la renovación de todos los futbolistas que tenían cercano el final de su contrato. Él sabrá cómo, pero ha convencido a Silva de que siga un año más defendiendo la camiseta txuri urdin para orgullo de todos los aficionados; ha conseguido que no haya cantos de sirena para un jugador como Zubeldia, revelación en el centro de la defensa, ni siquiera cuando el Athletic estaba en disposición de invertir para suplir la marcha de Iñigo Martínez (¡qué historia tan analizable la suya!); ha firmado la renovación de Zubimendi, sin necesidad de subir su cláusula de rescisión, por polémico que esto fuera en su momento, pero con el convencimiento de que no escuchará la presión mediática desde Barcelona; y, por supuesto, ha hecho que Oyarzabal siga vinculado al club del que hace ya tiempo que es santo y seña. Sólo ha quedado pendiente una gran tarea, la renovación de Merino.

Con el salto a la Champions, hay nuevos retos para Olabe, que tiene que tomar decisiones trascendentes. En el horizonte más cercano están las decisiones sobre los laterales, el puesto más flojo del equipo; ver qué pasa con una delantera en la que, por unas razones o por otras, hay cuatro nombres de los que hablar (Sorloth, Sadiq, Carlos Fernández y Karrikaburu); seguir buscando un sustituto para Silva si este está a punto de vivir su última temporada en la Real, aunque viéndole quién sabe; y por supuesto seguir peinando el mercado para darnos sorpresas tan agradables como las que ha firmado en el tiempo que lleva dirigiendo los destinos de la nave txuri urdin. Si Imanol se ha ganado a pulso la confianza del aficionado, de Olabe no se puede decir nada distinto. No acertará siempre, nadie puede hacerlo, pero su trabajo es irreprochable año tras año y en unas condiciones mucho más complicadas de lo que podamos imaginar, por mucho que la situación de la Real, económica y deportiva, sea más que solvente. Aunque el brillo que buscamos los aficionados está siempre sobre el césped, tenemos una joya en los despachos, renovada por cierto hasta 2026, y hay que saber valorarla también.

jueves, junio 08, 2023

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2022-2023 (4) Imanol o barbarie

Imanol o barbarie, se ha llegado a leer en redes sociales en alguna ocasión en la que los resultados no eran los deseados y había quien pensaba que el banquillo txuri urdin podía estar en mejores manos, y la verdad es que es una frase a la que no le falta cierta razón. No porque Imanol sea el entrenador perfecto o porque quien tenga la suerte de sucederle en el cargo, ojalá que dentro de mucho tiempo, vaya a tener necesariamente que fracasar en su empeño, pero es francamente difícil imaginar un técnico más adecuado para la Real que quien ahora mismo ocupa su banquillo. Esto es así por muchas razones, pero podemos quedarnos con una fundamental y a todas luces indiscutible. De las 152 jornadas de Liga en las que Imanol se ha sentado en el banquillo, el equipo txuri urdin ha estado en puestos europeos en 140 de ellas. El dato es una salvajada, se mire como se mire, pero evidencia algo de enorme calado: con Imanol nos hemos olvidado de mirar hacia abajo y la ambición de estar todavía un peldaño más arriba no ha dejado de crecer. Ojo, lo decimos en un equipo que hace quince años estaba en Segunda División peleando contra el peligro de no volver a la élite.

De aquello hay otros responsables, por supuesto, pero Imanol es ya una parte esencial de la historia reciente de la Real. Es de Orio, sí, y no es mediático. Pero es tan de la Real como el más forofo de los aficionados, puede que más aun, y mucho mejor entrenador de lo que se le ha reconocido en muchas ocasiones. Podremos discutirle que ponga a Rico en lugar de a Aihen, que siga dando minutos al criticado Gorosabel, que apostara por Oyarzabal cuando era patente que no tenia ritmo, que no diera bola a Navarro cuando en la Copa se salía y no teníamos soluciones arriba, que no haga los cambios pronto, que el equipo siempre se le caiga en una época más o menos parecida de cada temporada o que sea exageradamente fiel a una idea concreta de juego que nos haya llevado a estrellarnos en los grandes duelos europeos que hemos vivido. Podemos, desde luego. ¿Pero para qué? Eso no deja de ser una tertulia de bar a la que le falta la información que el técnico procesa, la de los entrenamientos. Y los resultados que está conseguido de sus plantillas avalan su trabajo, su idea, su forma de ser y de entrenar. ¿Se puede mejorar? Obvio, aunque con la progresión que lleva el equipo bajo su mando, progresar ya supone entrar en el terreno de lo que para muchos puede ser un imposible.

El nombre de Imanol, ese que se ha sumado esta temporada al palmarés del Premio Miguel Muñoz que distingue al menor entrenador de Primera, y eso no es algo que decida precisamente la esfera txuri urdin,, está ya inscrito en un selecto grupo de entrenadores de la historia de la Real, incluso ya mirando por encima del hombro a nombres legendarios. Quien ha ganado más veces que nadie en el Santiago Bernabéu entrenando a la Real, ha roto también la maldición de tres décadas del Camp Nou. Pero anécdotas puntuales al margen, ha llevado a la Real a Europa por cuarta temporada consecutiva. Con las lógicas diferencias, eso es algo que sólo había hecho Alberto Ormaetxea. Palabras mayores. Y puede que no se valore lo suficiente, pero lo ha hecho además sin darlo por hecho en ningún momento, sin restarle méritos a los logros del equipo, sin asumir que, justo o no, estos eran los puestos que pertenecían a la Real. Siempre ha dado valor a los suyos y nunca se ha puesto por encima de nadie. Puede que no sea lo más mediático, pero no se puede poner en duda su eficacia.

Tampoco parece que se haya valorado en su justa medida el crecimiento técnico y táctico que ha experimentado el equipo. Cada vez tiene más variantes, las que se inventó para suplir la ausencia de Oyarzabal y para volver a incorporarle al equipo, hasta la defensa de cinco ya da menos miedo que hace no tanto tiempo cuando la aplica en momentos puntuales, y con los fichajes de este curso ha podido experimentar con ideas distintas, en las que los puñales por banda no son los laterales sino extremos como Kubo, Cho y Barrenetxea. Cierto es que ha dejado muy clara la existencia de una segunda unidad compuesta por potrillos y que ha gozado de menos oportunidades, sobre todo en el tramo decisivo del curso, cuando los Turrientes, Guevara o Navarro apenas si han aparecido, pero aún así da la sensación de que es un entrenador con el que todos sus jugadores van a muerte, y eso es algo vital en un vestuario. Ver a Imanol jaleado por sus jugadores cuando golpea el baúl metálico es la anécdota, lo trascendente es que eso mismo se siente después en el campo. La forma en la que ha hecho crecer a magos como Odegaard en su momento o Kubo en este curso es digna de elogio.

Por poner los pies en la tierra, un ejercicio siempre complicado cuando el resultado es tan bueno, podemos pensar que sigue sin encontrar la cura para esos períodos negros de la temporada, los que hasta ahora solían llegar en noviembre pero que el atípico Mundial de Qatar retrasaron. O que con algunos jugadores no ha sabido encontrar cómo aprovecharles más, a algunos como Illarra o Navarro cuando mejor parecían estar, y a otros directamente condenándoles a un cierto ostracismo. Es verdad que esto último obedece a que Imanol ha impuesto una competencia feroz en la que medio equipo está cada semana en el alero para fortalecer su guardia pretoriana, la que forman los innegociables Remiro, Zubeldia, Le Normand, Zubimendi, Merino y Silva, pero lidiar con el peligro de haya jugadores fuera de tono es evidente. Da igual, con Imanol todo parece brillar. Y con su brillo, luce la Real de una manera maravillosa. Había quien pensaba que estaba de paso, pero la Real ha encontrado un entrenador que podría marcar una época, una que con lo conseguido hasta ahora ya es inolvidable.

miércoles, junio 07, 2023

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2022-2023 (3) Los jugadores

1. Remiro (8)

Partidos jugados: 50. Titular: 50. Minutos: 4.500.
Amarillas: 1.
Remiro es un tipo de portero que genera debate. Es esencial para el tipo de juego que quiere Imanol., y su manejo del pie es descomunal. Bajo palos es mejor portero de lo que muchas veces se le reconoce, y su principal punto flaco sigue siendo el dominio del área. Sus salidas hacen que parezca un portero más frágil  de lo que realmente es y sus fallos, es humano como todos y puede tenerlos, suscitan demasiada atención. El número de porterías a cero del curso avala su enorme valor para esta Real, que se construye desde lo que él hace, de lo bien que conecta con su defensa y desde sus pases.

2. Sola (5)
Partidos jugados: 16. Titular: 6. Minutos: 594.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 2.
Con la brutal irrupción que tuvo en el primer equipo antes de salir cedido, y a pesar de las graves lesiones sufridas, se esperaba mucho más de Sola en todos los sentidos, en presencia, en rendimiento y en confianza. Aun saliendo del equipo Zaldua, ha sido la tercera opción de Imanol para el lateral derecho y muy pocas veces desde el inicio. No ha tenido un papel importante en el equipo ni ha podido explotar sus virtudes ofensivas, que eran su principal baza para pelear dignamente por el puesto con Gorosabel primero y con Aritz después. Para permanecer en la Real, debe dar un paso adelante.
 
3. Zubimendi (9)
Partidos jugados: 44. Titular: 42. Minutos: 3.747.
Goles: 1. Asistencias: 4. Amarillas: 14.
Claramente, uno de los ejes esenciales de esta Real de Champions. Su posición de pivote le ha convertido en el jugador de referencia en los dos aspectos del juego, el defensivo con ayudas salvajes a la zaga, incrustándose en ella cuando hace falta, y el ofensivo, como la conexíon necesaria con el talento. Por buscarle un pero, abusa de los agarrones para cortar jugada rival. Pero su manejo del balón, su posicionamiento en el campo y su dominio de la propuesta futbolísitica de la Real hacen de él un jugador sensacional. Y ojo, con la cabeza necesaria como para estar al margen de los rumores de fichaje o de su participación en la selección.

4. Illarramendi (6)
Partidos jugados: 31. Titular: 18. Minutos: 1.519.
Goles: 1. Asistencias: 2. Amarillas: 7.
Es innegable que Illarramendi no es el jugador que salió o volvió de la Real y que las lesiones y la inactividad le han pasado factura, pero es igualmente cierto que cuando ha jugado lo ha hecho a buen nivel, hasta el punto de que sorprendiera alguno de los periodos sin presencia en el equipo que decidió Imanol. Recolocado ya como interior y no como pivote, Imanol le ha utilizado con acierto en partidos que exigían más firmeza en el centro del campo, y ha recuperado el ritmo que el año pasado parecía no tener. Sorprende que, otra vez, haya contribuido a clasificar a la Real para la Champions y decida salir del quipo.

5. Zubeldia (9)
Partidos jugados: 39. Titular: 36. Minutos: 3.183.
Goles: 1. Asistencias: 2. Amarillas: 13.
Menudo temporadón de Zubeldia. Viendo lo que ha hecho este año, el debate sobre su reconversión ha quedado ya totalmente obsoleto. Ha sido el mejor central del equipo, y teniendo al lado a Le Normand eso es una tarea titánica. No ha mostrado puntos débiles, un titán en el corte, sobresaliente por alto, atento a las ayudas en el lateral, e incluso con una rapidez bastante notable en las contras rivales. Si queremos seguir con el debate, podemos preguntarnos si es una temporada brutal o si puede tener continuidad, pero si se da el segundo caso Imanol ha encontrado un central descomunal para muchos años.

6. Aritz (6)
Partidos jugados: 36. Titular: 24. Minutos: 2.216.
Goles: 1. Asistencias: 1. Amarillas: 5.Roja directa: 1.
Con Aritz confluyen el cambio de estatus de los centrales de la plantilla decidido por Imanol y la constatación de que el lateral derecho es uno de los flancos más débiles de la plantilla. Adelantado por Zubeldia y Pacheco en el centro, ha jugado de central en contadísimas ocasiones, sobre todo en el primer tercio de la temporada, pero se ha convertido en el principal contendiente para el lateral junto con Gorosabel. A un nivel más bajo de lo acostumbrado, pero con la elevadísima entrega habitual. Casi siempre se ha notado para bien su entrada en el equipo, aunque ha tenido muy poca regularidad. Estar casi dos meses fuera por lesión tampoco jugó a su favor.

7. Barrenetxea (7)
Partidos jugados: 25. Titular: 9. Minutos: 927.
Goles: 3. Asistencias: 1. Amarillas: 4.
Barrenetxea ha vuelto, y es una de las mejores noticias de la temporada. Salir de una lesión tan grave como la que tuvo no es fácil, pero da la sensación de que ya la ha dejado atrás. El punto débil del jugador que habíamos visto era su influencia en los partidos. Sin apenas presencia en la primera vuelta, su papel de revulsivo en la segunda mitad del campeonato, y no sólo entrando desde el banquillo sino en el mismo estado anímico del equipo en sus peores momentos, ha sido vital y da la sensación de que todavía no ha tocado techo. Ha ganado en valentía, encara mucho más y tiene más participación en el juego. Ha visto el camino y ya sólo le queda seguir avanzando,

8. Merino (8)
Partidos jugados: 43. Titular: 37. Minutos: 3.168.
Goles: 3. Asistencias: 9. Amarillas: 6. Roja directa: 1.
Es un jugador extraordinaria, pero da la sensación de que el trote de las dos últimas temporadas le ha pasado factura. El Merino de antes del Mundial al que asombra que no fuera, en todo caso, fue estratosférico y se convirtió en el máximo asistente de la Liga, por encima de estrellas de más renombre. Pero tras reanudarse la competición se le notó a un nivel más bajo, fallando pases nada habituales en él. En el tramo decisivo de la competición, no obstante, pareció remontar. Aunque sea uno de los goleadores de la histórica victoria en el Camp Nou, se echa en falta algo más de colmillo de cara a la portería rival.

9. Carlos Fernández (5)
Partidos jugados: 30. Titular: 10. Minutos: 823.
Goles: 1. Asistencias: 0. Amarillas: 7. Doble amarilla: 1.
Tres años después, seguimos sin saber cuál es el papel real que puede tener Carlos Fernández en el equipo. Siempre hay grandes esperanzas puestas en él, y su combatividad es encomiable y le hace ganar puntos. Pero a veces, como ante la Roma, parece pasado de revoluciones. Otras, en cambio, es un delantero peleón que ofrece muchas alternativas, y que sí puede ayudar al equipo, junto a Sorloth o como su sustituto. Casi es una metáfora perfecta de su paso por la Real que su momento de mayor felicidad sea su papel en el gol en propia puerta que permitió la remontada ante el Rayo. Los delanteros necesitan goles y Carlos no los tiene.

10. Oyarzabal (7)
Partidos jugados: 28. Titular: 17. Minutos: 1.453.
Goles: 4. Asistencias: 1. Amarillas: 2.
Estamos todavía lejos de volver a ver al mejor Oyarzabal, eso lo sabe él, lo ha dicho y se ve sobre el campo. Por eso Imanol le ha ido dosificando, pero asumiendo que el regreso a su nivel solo se puede lograr con minutos. Su pelea es incuestionable, y ese es el primer paso innegociable en este proceso, pero con todo ha marcado cuatro goles en media temporada. Sus números son más que interesantes para las condiciones en las que ha estado. La lesión, en todo caso, es cosa del pasado y no parece que haya tenido secuelas de ningún tipo, por lo que cabe esperar al capitán en su esplendor más pronto que tarde.

11. Momo Cho (6)
Partidos jugados: 24. Titular: 7. Minutos: 770.
Goles: 2. Asistencias: 3. Amarillas: 1.
Su aparición en el equipo elevó las expectativas sobre un jugador que era un absoluto desconocido para la mayoría, dos asistencias en cinco partidos auguraban un papel decisivo en el equipo. Pero varias lesiones le dejaron inédito hasta bien entrada la segunda vuelta y ya no ha tenido tiempo de recuperar el ritmo que le permita ser decisivo. En todo caso, parece un jugador muy interesante, con una capacidad de desborde que le puede ser muy útil a la Real, aunque tiene que mejorar de cara a portería. Imanol le ha utilizado sobre todo desde el banquillo, su afán tiene que ser el de pelear por la titularidad y no quedarse sólo en ese papel.

12. Aihen Muñoz (7)
Partidos jugados: 27. Titular: 23. Minutos: 2.044.
Goles: 0. Asistencias: 1. Amarillas: 4. 
Se puede decir sin ningún problema que ha sido el mejor lateral del equipo esta temporada, y eso que Imanol parecía tener a Diego Rico como su predilecto para la izquierda. Aihen, no obstante, ha vuelto a hacerse el sitio que casi nadie parece confiar en que tenga (entre el Mundial, las lesiones y las suplencias, apenas jugó 107 minutos en cinco meses, entre octubre y marzo), y que encontró su mayor premio con su papel asistente decisivo en la remontada en Anoeta ante el Rayo. Jugadores como él, encima de casa, nunca sobran en la Real que juega tres competiciones, por mucho nivel que tuviera un extraño venido de fuera, que ahora mismo no es el caso.

13. Zubiaurre (5)
Partidos jugados: 1.Titular: 1. Minutos: 90.
Amarillas: 0.
Papel absolutamente testimonial el de Zubiaurre. Era evidente que no iba a tener los minutos que tuvo Ryan la pasada temporada y no se esperaba que discutiera la titularidad a Remiro, pero sigue siendo una decepción que Zubieta siga sin ser el vivero de porteros que ha sido siempre. No da la sensación de que el papel de Zubiaurre pueda cambiar incluso aunque Olabe no quiera apostar por otro portero del corte de Ryan o Moyá, que aporte experiencia a la portería. El hecho de que solo haya jugado una de las eliminatorias de Copa a partido único y ante rivales de inferior categoría no invita a pensar que Imanol confíe lo suficiente en él.

14. Kubo (9)
Partidos jugados: 44. Titular: 34. Minutos: 2.916.
Goles: 9.  Asistencias: 9. Amarillas: 3.
La sensación de la temporada. Su fichaje generó recelos porque venía rebotado de un número excesivo de cesiones sin demasiado éxito, pero se ha convertido en uno de los emblemas de esta Real. Números extraordinarios tanto en goles como en asistencias, papel de líder, carácter en todo tipo de situaciones y un rendimiento extraordinario, como demuestran las habituales intoxicaciones informativas sobre salidas a poco que un jugador asome la cabeza. Con su juventud y lo bien amueblada que tiene la cabeza solo cabe esperar lo mejor en el futuro. Y con lo ambicioso que es, puede ser el jugador más apetecible de ver en una Real de Champions,

15. Diego Rico (5)
Partidos jugados: 28. Titular: 22. Minutos: 2.496.
Goles: 1. Asistencias: 0. Amarillas: 5.
Muy lejos de dar el salto que él mismo esperaba. Imanol le dio la confianza casi absoluta para ser el titular de la banda izquierda, pero su influencia en el equipo ha sido muy escasa. Si su presencia ofensiva es uno de sus puntos fuertes, un gol en Europa y ninguna asistencia en todo el curso parecen números muy escasos para él. Se le ha visto alguna que otra laguna defensiva y algún que otro escarceo ofensivo descontrolado que ha dejado al descubierto mucho campo que proteger para sus compañeros, lo que no ayuda a que su valoración sea más positiva. Es la mejor muestra de que los laterales no han sido precisamente lo más destacado de esta Real.

16. Guevara (5)
Partidos jugados: 16. Titular: 8. Minutos: 783.
Goles: 1. Asistencias: 0. Amarillas: 2.
Que en todo 2023 apenas haya jugado 64 minutos repartidos en tres partidos da una idea clara del papel de Guevara en esta Real. Cuando Imanol ha tenido disponibles a todos sus centrocampistas, ha sido la última opción. Y eso que en el primer terció tuvo una presencia notable incluso jugando como titular en cuatro partidos de la Europa League y siendo uno de los cambios en Anoeta contra el United cuando estaba en juego la clasificación. Es difícil saber ahora mismo cuál puede ser su papel en la Real, le beneficia la salida de Illarra pero están empujando otros potrillos del Sanse.

17. Robert Navarro (7)
Partidos jugados: 26. Titular: 6. Minutos: 874.
Goles: 6. Asistencias: 2. Amarillas: 2.
Míster Copa del Rey, marcó en todos los partidos de la competición salvo contra el Barcelona... aunque también estuvo a punto de hacerlo ahí. Da la sensación de ser el jugador más infrautilizado de la temporada a tenor de su rendimiento cuando ha jugado, aunque el temor de que haya podido bajar los brazos, ojalá que no, está ahí. Cierto que la competencia es feroz, pero Imanol apenas le dio ocho minutos en los últimos tres meses de competición, y en un partido además, en San Mamés, que ya parecía más que perdido. Es uno de los expedientes X de la temporada porque no se corresponde su rendimiento a lo que ha jugado.

18. Gorosabel (5)
Partidos jugados: 35. Titular: 25. Minutos: 2.185.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 4.
Otra demostración de que los laterales son el eslabón más débil de este equipo. Sin la competencia real que se esperaba de Sola, ni siquiera así Gorosabel ha sido titular indiscutible y ha tenido que pelear con Aritz, aunque da la sensación de que, por características, sea el lateral derecho preferido por Imanol. No obstante, no ha sido capaz de destacar en ataque y en defensa ha mostrado algunas lagunas también. Sus centros, constantes porque su llegada al área rival es una de sus virtudes, han desesperado bastante. Y su condición física, dando sensación continua de cansancio, no ha ayudado a que pueda ser el lateral fiable que necesita el equipo.

19. Isak (6)
Partidos jugados: 2. Titular: 2.  Minutos: 154.
Goles: 1. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
El último servicio de Isak a la Real fue la obscena cantidad de dinero que pagó el Newcastle por él y que asegura el buen estado de las cuentas del club. Y su despedida fue con gol, un golazo, al Barcelona, aunque no sirviera para puntuar. Se fue dejando la convicción de que es un jugador de condiciones increíbles, que ha dejado muy buenos momentos en la Real. Solo dos partidos en este curso antes de marcharse en los últimos días de la ventana de fichajes de verano.

19. Sorloth (7)
Partidos jugados: 46. Titular: 37.  Minutos: 3.148.
Goles: 16. Asistencias: 4. Amarillas: 5.
Lo mejor de Sorloth es espectacular, pero tiene una segunda cara que le convierte en un delantero a veces difícil de entender. Sus números son muy buenos, y de hechos todos sus goles salvo el que marcó en el Metropolitano sirvieron para que la Real ganara. Es capaz de marcar en cinco jornadas seguidas o en hacer solo dos tantos en 16 partidos. Cuando está a pleno rendimiento, es muy versátil, abarca mucho campo y tiene más calidad de lo que parece indicar su altura. Pero en los días malos da la sensación de no entender los desmarques o de no ser nada incisivo. Con Kubo ha hecho buena sociedad.

20. Pacheco (6)
Partidos jugados: 25. Titular: 19. Minutos: 1.828.
Goles: 0. Asistencias: 1. Amarillas: 3.
Ha sido el tercer central, el primer recambio de una pareja indiscutible, y lo cierto es que combina unas cualidades formidables con algún error en el pase que ha tenido su importancia. Su caso recuerda bastante al de Le Normand, con el que comparte algunas características, por lo que cabe esperar evolución, quizá si es capaz de encontrar más regularidad que la que ha tenido esta temporada. De hecho, no ha sumado más de cuatro partidos seguidos, lo que en un central complica bastante que el rendimiento sea notable. Tras el Mundial, su papel se ha visto muy reducido, a pesar de lo castigado que estuvo por ejemplo Zubeldia.

21. Silva (9)
Partidos jugados: 34. Titular: 31. Minutos: 2.355.
Goles: 3. Asistencias: 8. Amarillas: 4.
Cada partido que juega con la Real es un regalo. Verle es un placer gigantesco para cualquiera que disfrute del fútbol y que alguien como él haya decidido jugar en la Real al final su carrera es algo que tenemos que valorar como algo impresionante. Se echa en falta algún gol más por su parte, pero lo compensa con creces con el fútbol que genera y con las asistencias que reparte. Se le ve algo desquiciado con los árbitros... y muchas veces con razón. Su renovación por una temporada más da lustre a un proyecto que cada vez parece más atractivo para los realistas y para los que ven desde fuera sus buenos resultados. Mago, maestro, ejemplo.

22. Turrientes (5)
Partidos jugados: 13. Titular: 3. Minutos: 315.
Goles: 0. Asistencias: 1. Amarillas: 1.
Desde el mes de noviembre, solo ha jugado siete minutos, los finales del partido de ida contra la Roma. No hay mucho más que decir sobre el papel casi invisible que ha tenido durante todo el curso, con solo un partido completo y apenas trece presencias en la temporada. Es otro de los casos que habría que analizar con mucho detenimiento, porque se esperaba mucho más de él. Es aún muy joven, y eso hace que se puedan mantener las esperanzas en que se convierta en un jugador importante, pero no parece un caso fácil, sobre todo si Imanol no consigue encontrarle un hueco.

23. Brais (7)
Partidos jugados: 47. Titular: 38. Minutos: 3.256.
Goles: 11. Asistencias: 8. Amarillas: 1. Roja directa: 1.
Un gran fichaje, aunque ha tenido dos caras. El Brais de la primera mitad de la temporada fue espectacular y silenció con rapidez todas las críticas que se escucharon por su coste. Sus siete goles y tres asistencias en la primera vuelta y su dominio del balón parado le pusieron a un nivel superlativo. Tras el Mundial, su rendimiento bajó, y su expulsión en Copa ante el Barcelona pareció un cierto punto de inflexión en su rendimiento. En la segunda vuelta, sólo un fogonazo, la asistencia a Sorloth en el Metropolitano. La calidad ya la ha demostrado. Si a eso añade constancia en su rendimiento, que no en su intachable actitud, no habrá nada que reprocharle.

24. Le Normand (8)
Partidos jugados: 41. Titular: 39. Minutos: 3.515.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 7.
Es un central descomunal, al que a falta de la confianza de Francia le ha llegado al final la confianza de la selección española, aunque ha dado la sensación de ser un pelín menos férreo en esta que en la pasada temporada. Eso y el hecho de que Zubeldia ha estado a un nivel brutal. Pero sigue demostrando partido a partido que tiene una fiabilidad tremenda, que entiende el posicionamiento de apertura del juego de la Real como pocos y que en el cuerpo a cuerpo es capaz de plantar cara a Lewandowski o al delantero que sea. Sigue abusando un poco de los agarrones en el balón parado, jugándose algunos penaltis y tarjetas.

25. Sadiq (6)
Partidos jugados: 3. Titular: 1.  Minutos: 128.
Goles: 1. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
No se puede tener peor suerte. Sadiq fue un fichaje de urgencia, negociado por Olabe para sustituir a Isak, por la cantidad de dinero más grande pagada por el club en su historia. Debutó con gol ante el Atlético de Madrid, no le hicieron falta más que un par de entrenamientos y diez minutos de juego para demostrar que encajaba en el juego de la Real, y con media hora en su segundo partido su rodilla se hizo añicos. Tiene tanta fe que que se pasó meses apuntando a volver antes de que acabara la temporada. Y da la sensación de que con él en el campo la Real habría marcado muchos más goles. Que lleguen la próxima temporada, es un fichaje de futuro.

26. Arambarri (6)
Partidos jugados: 3. Titular: 0. Minutos: 58.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Es bastante atípico que un jugador del Sanse, y más aún siendo central, solo tenga oportunidades, en plural, en competición europea, pero es justo lo que le ha pasado a este central. Arambarri sólo se ha asomado al primer equipo en los minutos finales de tres jornadas centrales de la fase de grupos de la Europa League, y no ha estado mal. Contribuyó a que la Real acabara esos tres partidos sin encajar ningún gol y a sumar tres victorias que resultaron decisivas para lograr la primera posición del grupo. Por edad, en todo caso, está en una situación complicada, lleva ya algunas temporadas sumando algunos minutos pero su salto al primer equipo es complejo.

28. Ander Martín (-)
Partidos jugados: 4. Titular: 0. Minutos: 82.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Viendo sus números de la pasada campaña, cabía pensar que Ander Martín iba a tener alguna opción más en este curso, pero no ha sido así. Poco más de media hora le hemos visto sobre el césped, muy, muy poco para valorarle en su justa medida, pero al menos sí demuestra que Imanol le ha seguido teniendo en cuenta. Por posición, no lo va a tener fácil, pero al menos lleva ya dos temporadas asomándose a la élite y tiene ahora una pretemporada por delante para mostrar sus virtudes.

30. González de Zárate (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 0. Minutos: 28.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Sigue siendo una de las mayores esperanzas de la cantera para el centro del campo y la salida de Illarramendi da la impresión de que puede darle la oportunidad en pretemporada optar a un puesto, sobre todo si hay otras decisiones que afecten a jugadores que se muevan en esa zona del campo. Técnico, polivalente como para jugar en caso de necesidad en el centro de la defensa aunque sea un centrocampista mucho más claro, sólo disfrutó de media hora ante el Sheriff y en Anoeta, en el partido más cómodo de la fase de grupos de la Europa League. Su momento en el primer equipo podría estar cerca.

31. Olasagasti (-)
Partidos jugados: 4. Titular: 0. Minutos: 74.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Apenas cuatro ratos en el primer equipo, tres de ellos eso sí de manera consecutiva y hasta en escenarios del más alto nivel como el Santiago Bernabéu, no sirven para evaluar mucho su rendimiento con el primer equipo en este curso, pero Olasagasti sigue siendo un jugador que apetece mucho ver con los mayores. Lo que hemos visto hasta ahora invita a pensar en que es un buen centrocampista que, además, tiene llegada. Como en el caso de González de Zárate, este verano puede ser muy importante para él, para sumarse de inicio a la segunda unidad del centro del campo y buscar oportunbidades.

33. Karrikaburu (5)
Partidos jugados: 12. Titular: 3. Minutos: 342.
Goles: 2. Asistencias: 0. Amarillas: 1.
La buena estrella que le acompañó en su irrupción en el fútbol profesional aumentó la presión sobre Karrikaburu de una forma descomunal y el hecho de no abrir la lata y marcar su primer gol le pesó una barbaridad. Para evitar semejante nivel de ansiedad, la Real optó por cederle al Leganés, donde marcó tres goles en sus siete últimos partidos. Es muy joven todavía y hay que tener calma con él. De momento, sus dos goles en Copa ante el Coria sirven para que esa losa de no haber marcado ya haya desaparecido y ahora empieza un nuevo curso al que tiene que llegar con la mente limpia, con ilusión y con ganas de demostrar lo buen delantero que parece.

34. Magunazelaia (-)
Partidos jugados: 5. Titular: 0. Minutos: 99.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Es interesante comprobar cómo el tramo final de la primera mitad del campeonato, antes del parón para el Mundial, y sobre todo en los partidos centrales de la fase de grupos de la Europa League, sirvieron para que Imanol diera minutos y experiencias imborrables a jugadores del filial. Magunazelaia fue una de las incorporaciones más sorprendentes. Pelear, pelea, y ese es el primer paso. Le hacen falta seguramente más goles para encontrar hueco en un primer equipo en el que va a haber bofetadas por tener minutos, pero debutar en el primer equipo siempre es importante.

42. Marín (6)
Partidos jugados: 17. Titular: 6. Minutos: 675.
Goles: 0. Asistencias: 1. Amarillas: 1.
El potrillo en el que más confianza ha depositado Imanol a lo largo de la temporada, y a un nivel muy alto, con muchas presencias, en todo momento ha dado muestras de madurez y de no desencajar en las líneas de más calidad del equipo. Tiene una buena capacidad de asociación y su intensidad está a la altura de que hay que esperar siempre de un canterano que cuenta con sus primeras oportunidades en el primer equipo. Se nota que es muy del gusto de su entrenador, y sería extraño que no siguiera contando con más oportunidades, sobre todo con la carga extra que siempre supone jugar la Champions.

martes, junio 06, 2023

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2022-2023 (2) Europa, un paso más en una asignatura todavía pendiente

Si hay una piedra con la que la Real de Imanol sigue tropezando año tras año, con sus matices, esa es Europa. En la temporada en la que se cumplían 40 años de su mayor logro continental, aquellas semifinales de la Copa de Europa en la que un gol en fuera de juego del Hamburgo hizo añicos el sueño de jugar una final, muchos imaginamos que la Real podría volver a hacer historia. Y la hizo, aunque de forma mucho más modesta de lo que podíamos imaginar, sobre todo si tenemos en cuenta que tres de los cinco últimos campeones de la Europa League han sido equipos de la Liga española, dos de los cuales han quedado por debajo de la Real en la Liga esta misma temporada. Dicho de otra forma, ganar en Europa es posible, pero al equipo txuri urdin, por la razón que sea, todavía no le da.

¿Por qué? Es difícil de decir, sobre todo porque en esta Europa League ha habido un cambio con respecto a las dos anteriores. Las dos primeras experiencias europeas de Imanol fueron sufridas. Costó clasificarse para las rondas eliminatorias y, de hecho, se consiguió en la jornada final del grupo inicial, pero esta temporada se dio un paso adelante gigantesco. La Real dominó un grupo complicado con mano de hierro. No está teniendo mucha suerte el equipo txuri urdin en los sorteos, eso es cierto, aunque eso también con los coeficientes que mejoran a base de competir en Europa y hacerlo con solvencia. Pero tocó en suerte un coco conocido, el Manchester United, un equipo que un año atrás estaba jugando en Champions y que ganó en el Santiago Bernabéu aunque cambió su plantilla casi por completo, y una cenicienta desconocida, el Omonia de Nicosia.

La Real arrancó su andadura europea a lo grande, triunfando en Old Trafford con un gol de penalti de Brais Méndez. El Manchester United se ha convertido en un rival habitual en los últimos años, es el único contra el que la Real ha jugado en tres temporadas en competición europea, y aunque los resultados habían sido más o menos parejos, salvo en la debacle de Turín dos años atrás, faltaba dar ese pequeño gran paso. Si la Real ganaba en el Teatro de los Sueños, los techos estaba rotos. Cualquier escenario podría ser asequible. La manera en la que se ganó, maniatando a un United que no supo qué hacer en todo el partido, y con las ausencias de puntales como Le Normand u Oyarzabal, disparó las expectativas y colocó a la Real en el camino de lograr lo que en años anteriores se había resistido, la primera plaza del grupo.

El equipo de Imanol inició de esta manera una andadura triunfal en su grupo, contando las cinco primeras jornadas por victorias. Primero superó al Omonia con más sufrimiento del debido, 2-1, con un gol de Sorloth a diez minutos del final tras el empate mediada la segunda mitad que lograron los chipriotas. El Sheriff se tuvo que rendir a la Real en las segundas partes, 0-2 en la primera vuelta del grupo con goles de Silva y Aritz, y 3-0 en Anoeta, en el comienzo de la segunda mitad del grupo, con Sorloth, Rico y Navarro como goleadores. En la quinta jornada, la Real volvió a ganar por 0-2, coronando tres partidos sin encajar gol, marcaron Navarro y Brais, y consiguió llegar a la última jornada en la primera posición del grupo y, por tanto, dependiendo de sí misma.

El hecho de haber sumado diez goles a favor y solo uno en contra suponía que en el duelo contra el Manchester United en Anoeta la ventaja era doble. Valía ganar, empatar... y hasta perder siempre y cuando fuera por un solo gol de diferencia. La Real jugó para sumar los tres puntos, hizo un espléndido partido, pero Garnacho adelantó al United en la primera ocasión de los Diablos Rojos... y casi en la única. A pesar de jugar en el alambre, los muchachos de Imanol controlaron a su rival en todo momento, sin conceder apenas llegadas al área de Remiro. Y aunque no consiguieron batir a De Gea y poner algo de justicia en el marcador, la del grupo estaba fuera de toda duda: la Real había conseguido ser primera y, por tanto, esquivar la primera ronda eliminatoria y a los equipos directamente rebotados de la Champions, que era lo que había provocado su eliminación en las dos temporadas anteriores, ante el propio United y ante el Leipzig alemán.

Pero aún esquivando a rivales de entidad que cayeron en ese primer cruce, tampoco tuvo demasiada suerte la Real. Su rival en los octavos de final fue la Roma, el conjunto entrenado por Mourinho que la pasada campaña había sido el campeón de la Conference League. El hecho de que el Betis hubiera sido su rival en la fase de grupos y que hubiera podido ganar en el Olímpico por 1-2 alimentó las esperanzas de que la Real rompiera el gafe que tenía en eliminatorias de este nivel, algo que el equipo txuri urdin no supera desde hace demasiados años, desde la Copa de la UEFA 1998-1999 con Bernd Krauss como entrenador. Pero los realistas mostraron la cara más endeble, la que que no habían tenido en la fase de grupos, y el escollo romano se convirtió en insalvable.

¿Fue una eliminación merecida? Por muchas razones habría que decir que no. La Roma no jugó más que la Real, pero aprovechó sus dos mejores ocasiones en el primer partido, el que se jugó en suelo italiano. Una derrota por 1-0 dejaba la eliminatoria más abierta, pero la Real cometió el enorme error de conceder un segundo gol a balón parado en el minuto 87, en esos minutos en los que no hay que perder los que ya no se ha ganado. El 2-0 era una losa enorme y con él, en un Anoeta volcado, se cometió el segundo error: no salir a morir en el partido de vuelta. La Real optó por jugar como lo hizo en la ida, esperando ocasiones, ocasiones que además llegaron pero con cuentagotas. Y aunque la Real mereció ganar el partido, un partido en el que solo hubo 50 minutos de juego efectivo con la colaboración de un mal arbitraje en un encuentro que con el añadido se extendió hasta los 100.

Europa esquivó una vez más a la Real. Hay un paso adelante claro, porque se ha demostrado que se puede competir a este nivel, porque la fase de grupos ya no es un escollo. Pero las eliminatorias sí lo son. Pesan mucho, quizá porque llegan en un momento de la temporada en el que la Real no está al mismo nivel, por la responsabilidad o por cualquier otra razón. El caso es que no es posible pasar una ronda si no se consigue marcar, y eso fue lo que sucedió ante la rácana Roma que, eso sí, llegó hasta la final, que perdió en los penaltis contra ese Sevilla de Mendilibar que tanta envidia despertó aquel día. Europa sigue esperando y algún día esa alegría tiene que vivirse en Anoeta. Quién sabe si será en Champions.

lunes, junio 05, 2023

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2022-2023 (1) Honor a una gesta histórica

A veces los términos grandilocuentes tienden a restar mérito a la realidad, pero es que no hay otra manera de calificar la temporada 2022-2023 como una que ha sido histórica para la Real Sociedad. Qué tendrán los años acabados en tres que siempre han acabado en el siglo XXI con el equipo txuri urdin clasificándose para la Champions League, la máxima competición continental. El conjunto de Imanol ha hecho historia y sigue mostrando una progresión gigantesca desde que el de Orio cogió las riendas del banquillo. Ha conseguido que algunos vieran la posibilidad de no alcanzar la cuarta plaza como un fracaso, y eso, viniendo de donde venimos, habla de los elevadísimos estándares en los que nos ha colocado el técnico realista. Cuatro clasificaciones europeas consecutivas no es algo que se vea con frecuencia, de hecho en la historia de la Real es algo que sólo había conseguido Alberto Ormaetxea. Pero coronar este ciclo, que no está ni mucho menos acabado, con el salto a Champions es algo que tiene un mérito descomunal, mucho más si atendemos a los condicionantes a los que ha tenido que hacer frente el equipo.

Si miramos los datos fríos, la Real ha vivido prácticamente toda la temporada en puestos europeos, que es lo que nos conduce a ver una proeza como algo casi lógico. Desde la victoria en Anoeta ante el Villarreal de la octava jornada, el equipo txuri urdin jamás bajó de la sexta plaza, y desde que ganó 1-2 en el Sánchez Pizjuán sólo ha conocido la zona Champions, siendo tercero o cuarto. El colchón que le dieron las dos rachas de cinco victorias consecutivas que cosechó em la primera vuelta hizo que su plaza no llegara a peligrar ni en los peores momentos de la temporada, cuando el Villarreal apretaba, o cuando antes lo hicieron el Betis o incluso el Athletic, crecido tras prolongar los malos resultados recientes de la Real en San Mamés. Sería absurdo negar que ha habido momentos malos en la temporada, no demasiados, pero no olvidemos que la Real ha sido el único equipo en no recibir ni un solo gol del Real Madrid y que este año se ha roto el pesado estigma que se arrastraba en el Camp Nou, logrando allí una nueva victoria, pasillo mediante al campeón, 32 años después de que un once txuri urdin saliera de allí con el triunfo.

No se consigue buena cuarta plaza por casualidad o de rebote, y menos aún si tenemos en cuanto que la Real salió de la 36″ jornada del campeonato con opciones matemáticas de ser subcampeón cuando quedaban solo seis puntos en juego. Casi nada. Ese sueño, o el de la tercera plaza que también habría permitido jugar la Supercopa de tan extraño formato y dudoso escenario como la que organiza la Federación desde hace algunos años, se truncó perdiendo en ese penúltimo partido en el Metropolitano. Fue la derrota más dulce de la temporada junto con la cosechada en Anoeta ante el Manchester United en la última jornada de la fase de grupos de la Europa League, que no impidió que la Real fuera primera por delante de los ingleses. Que durante muchos tramos de temporada el ritmo de puntuación se asemejara al del equipo subcampeón de 2003, habla muy claro del gigantesco e histórico mérito que tiene el equipo de Imanol.

El técnico txuri urdin lo decía en el discurso que dio en el vestuario tras certificar la cuarta plaza, la Real destaca no sólo por el qué sino por el cómo ha llegado hasta aquí. Si repasamos buena parte de la temporada, sus partes de bajas eran casi más extensos que las convocatorias que podía confirmar el técnico realista. Que la Real acabara el partido del Bernabéu con Zubeldía de lateral izquierdo, y que eso diera para sacar un punto del campo de un equipo que entonces luchaba por la Liga, habla a las claras del coraje con el que se ha hecho frente a las ausencias. Pocos equipos podrían sostenerse de una manera tan ejemplar con tantas ausencias si estas incluyen, por ejemplo, a su fichaje más caro de la historia y a su estrella y capitán, pero Sadiq y un Oyarzabal ya de vuelta pero todavía con camino por recorrer nos obligaron a vivir de esta manera. Con una cierta Silvadependencia, desde luego, pero qué equipo no notaría en su juego la ausencia de un jugadorazo de ese calibre y que algún día explicará cómo demonios le convenció Olabe para venir a Donostia.

Puede que no seamos del todo conscientes del nivel de exigencia que ha adoptado la Real de Imanol, pero sí hay una racha de esta temporada que demuestra hasta donde nos está llevando. En noviembre, diciembre y enero, rodeando el parón por el Mundial. la Real ganó nueve partidos oficiales consecutivos por primera vez en su historia. Nueve, cinco de Liga y cuatro de Copa. En total, el equipo txuri urdin ha jugado 51 partidos y ha ganado nada menos que 30, algo nunca conseguido en la historia, superando las 28 que se lograron con John Toshack en el banquillo en la temporada 1987-1988. Estamos acostumbrándonos tanto a ver a una Real ganadora que casi cuesta asumir que, de vez en cuando, lo normal es perder. Y además ha cambiado una dinámica que estaba pesando en las últimas temporadas, y era el resultado contra los equipos punteros. Ya hemos indicado que se ha ganado a Real Madrid y Barcelona, pero a eso hay que sumar un empate contra el Atlético de Madrid y otra victoria contra el Villarreal. Se puede perder, se ha perdido de hecho, pero también se gana, y eso ha sido decisivo para llegar a la cuarta plaza y para, por qué no decirlo, para soñar con cotas mayores. La peor racha sin ganar ha sido de cuatro partidos, y de ellos solo se perdió uno. Los números son impresionantes.

Esa dinámica, además, contagia al desempeño del equipo en la Copa. No es algo nuevo, ya que Imanol ha potenciado esa competición de una manera espectacular. La Real juega la Copa para ganarla. Es así de sencillo. Disputado con absoluta humildad las eliminatorias ante rivales de menor entidad, ante los que la eficacia ahora mismo es absoluta, y se enfrenta a los equipos de Primera de tú a tú. De esta manera, el equipo txuri urdin superó a Cazalegas, Coria y Logroñés sin tacha, con un balance de diez goles a favor y solo uno en contra, mostró eficacia absoluta para superar al Mallorca en Anoeta y dejó un espléndido sabor de boca en el mejor de los escenarios, el Camp Nou y a partido único. La Real se despidió de la Copa con honor, a pesar de jugar una hora con diez jugadores por la expulsión de Brais, por un exiguo 1-0 y con claras ocasiones para empatar durante la segunda mitad. La Real perdió, porque puede perder, pero jugó para ganar. Y ese es, seguramente, el cambio de mentalidad más notable que ha generado Imanol.

Sin eso, es imposible explicar que un equipo que hace trece años estaba subiendo a Primera División después de tres durísimos años en Segunda, celebre ahora el regreso a la máxima competición continental y corone cuatro años seguidos en Europa. El éxito de la temporada es indiscutible, y no sólo por lo que refleja la clasificación, sino por la forma en la que se está consiguiendo todo. Esta es nuestra Real, es reconocible y es grande, vive un momento dulce. Algún día llegarán las vacas flacas, de eso no hay duda, pero ahora mismo la Real está en la cresta de la ola. Y nos estamos acostumbrado a ello. Que no nos ciegue el brillo de los éxitos, porque esto no es lo habitual. 71 puntos es una burrada, la segunda mejor marca de la Historia tras los 76 que se lograron con el subcampeonato de la 2002-2203. Esto es, sencillamente, lo que corona las eras grandes, y esta es una de ellas. Honor para la Real después de un curso sobresaliente.