
El último movimiento ha sido la salida del Consejo de Iñaki Alkorta (el club decía en la nota oficial que por motivos profesionales) y la renuncia de Luis Ansoalde a los cargos de vicepresidente y portavoz (sin que se especifique motivo alguno) pero mantiendo su puesto dentro de la Junta Directiva. Juan Larzabal es el nuevo vicepresidente y Luis Mendiola el nuevo portavoz de la directiva que sigue presidiendo María de la Peña.
Yo me pregunto si es del todo normal que estos cambios se produzcan apenas un mes después de la Junta Extraordinaria. ¿Qué ha pasado en ese tiempo para que deje sus cargos Luis Ansoalde? De él se llegó a publicar que podría ser la cabeza visible de la Junta para esta próxima temporada sustituyendo a De la Peña, aunque al final no fue así. Pero pasamos del todo a la nada. Y, como publica el diario As, la salida de un consejero sin el nombramiento de otro nuevo supone un incumplimiento de los estatutos del club, que exigen un mínimo de trece consejeros, cuando hay doce en la actualidad.
Esta circunstancia se suma a otras tantas que están marcando la actuación de este Consejo. Hoy se anuncia en la web de la Real que la presidenta ha concluido un ciclo de reuniones con personas cercanas a la Real, pero no se especifica mucho más sobre esas reuniones. Seguimos esperando que el Consejo dé a conocer las cifras económicas en las que se encuentra ahora mismo el club (que no se nos olvide que fue este Consejo, aunque presidido por Fuentes, el que llegó a alertar de riesgo de disolución nada más coger el club de manos de José Luis Astiazarán), un asunto que De la Peña parece esquivar cada vez que se le pregunta. No se pudo abordar este asunto en el punto de ruegos y preguntas de la última Junta porque la presidenta se lo saltó a la torera tras ser ratificada la Junta.
Y tampoco hay que olvidar que este Consejo no ha sumido la responsabilidad del histórico fracaso con el que se saldó la temporada pasada, el descenso a Segunda 40 años después. Dimitió Jesús Mari Zamora, que era al parecer la cabeza visible del proyecto deportivo, pero tampoco eso ha quedado claro. Nadie ha asumido el descenso como resultado de una labor directiva y del club. Absolutamente nadie. Eso es lo verdaderamente grave. Que en esta inédita situación para miles de realistas que nunca habían visto al equipo en Segunda nadie ha asumido su propia responsabilidad.
El oscurantismo sigue presidiendo la gestión de este Consejo. El oscurantismo y, hay que decirlo con claridad, el fracaso. No hace falta más que echar un vistazo a las cifras de fichajes, traspasos, su resultado deportivo y la situación actual de la Real. Una vez tenemos entrenador y director deportivo que pueden encabezar el proyecto que devuelva a nuestro equipo a Primera División, las elecciones deberían tener ya fecha. Habrá que pedirlo durante el tiempo que haga falta. Por el bien de la Real.