La pasada semana nos dejó Juan Bagur. Nito o Juanito le llamaban los suyos. Poca repercusión ha tenido la noticia, a pesar de que estamos hablando del quinto guardameta que más veces ha defendido la portería de la Real Sociedad, sólo por detrás de Arconada, Alberto, Bravo (le ha superado esta misma temporada) y Esnaola. Jugó un total de 203 partidos, 145 de ellos en Primera, 26 en Segunda, 27 en la Copa, cinco en la fase de permanencia en Primera de la Liga 1954-1955, a lo largo de las trece temporadas que permaneció en San Sebastián. Es natural de Menorca y eso le convierte en el portero español no vasco que más tiempo se puso bajo palos con la Real, aunque él siempre se consideró vasco. Y eso que durante mucho tiempo no fue titular por la presencia de un monstruo como Eizaguirre. Cuando se publicó este cromo, en el álbum Campeones editado por Bruguera para la temporada 1957-1958, Bagur venía de jugar 29 de los 30 partidos de la Liga anterior y los siete de la Copa, pero la irrupción de Araquistain le fue dejando sin partidos.
Bagur debutó en la Real en un encuentro de Copa sin historia que se jugó el 13 de junio de 1948. El equipo txuri urdin se había plantado en las semifinales de la competición, pero fue arrollado por el Sevilla en el partido de ida de esa ronda. Galarraga, que era el portero titular de la Real por aquel entonces, tuvo que recoger el balón del fondo de su portería nada menos que en siete ocasiones y sus compañeros sólo pudieron oponer un gol, logrado ya al final por Pérez. En Atotxa, el 7-1 fue imposible de remontar, pero al menos la Real ganó el partido por 1-0. Un partido insulso, por cierto, que apenas se recordará por ser el primer partido del portero. "Ni siquiera nos cupo en suerte medir las posibilidades del debutante Bagur. El Sevilla no dio al joven meta ni una sola oportunidad", dice la crónica de El Diario Vasco de aquel día.
Su protagonismo fue absoluto en las dos campañas siguientes. Se convirtió en el portero del ascenso en 1949 y el de la permanencia en 1950, jugando todos los partidos de ambas Ligas. Pero Eizaguirre volvió a la Real en el verano de 1950. Se pasó dos campañas sin jugar en Liga, sólo en Copa, incluso teniendo que suplir al titular, lesionado, en la final de la competición del KO que perdió la Real contra el Barcelona en Chamartín. A pesar de su alargada sombra, Bagur, cuyo contrato vencía en 1952, decidió renovar por otros cinco años más, y de nuevo firmó por el mismo periodo de tiempo cuando finalizó ese segundo contrato. Y jugó bastante, a pesar de que Eizaguirre era el titular. Aunque su deseo era acabar su carrera profesional vestido de txuri urdin, la irrupción de otro gran portero, Araquistain, le llevó a plantearse el traspaso. Y a la Real, que siempre ha vivido en una importante precariedad económica, el dinero de la venta le venía fenomenal.
El Diario Vasco informaba de la presencia en la grada de Atotxa de José Samitier, secretario técnico del Real Madrid, viendo el Real Sociedad - Oviedo de la temporada 1959-1960. Bagur ya no jugaba, bajo palos estaba Araquistain. Ya ese mismo día se daba por seguro el traspaso al equipo blanco, y se hacía con una colección de elogios hacia el ya entonces casi ex realista: "En todo momento portero de indudable categoría, fueron muchas las ocasiones en las que puso a prueba su condición de un donostiarra más, amante como el primero de los colores blanquiazules". Bagur se marchó pues al Real Madrid, donde estuvo hasta la temporada 1961-1962. En ese tiempo, y aunque sólo jugó cuatro partidos oficiales, ganó una Liga, una Copa de Europa y una Copa Intercontinental, siendo el único jugador de Menorca que ha logrado el máximo título europeo. Fichó después por el Racing, precisamente cuando Araquistain volvió a cerrarle las puertas de la titularidad ahora en el Madrid. En Santander jugó una temporada, hasta que se retiró para atender su negocio familiar de alimentación en Menorca, donde residió hasta su muerte con 85 años.
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