Viene a ser curioso que en este periodismo deportivo que tenemos hoy en día, tan polarizado alrededor de Real Madrid y Barcelona, haya que agradecer la mención a la Real Sociedad en un libro que seguramente encontrará su grueso de compradores entre los aficionados madridistas. Ese libro es Xabi Alonso. Un modelo de futbolista, escrito por el periodista donostiarra Enrique Marín y publicado por Al Poste Ediciones. Pero quienes hemos leído durante años a Enrique Marín, y eso es algo que queda sobradamente corroborado en las algo más de 200 páginas del libro, sabemos que el punto de partida de esta obra no está ahí. Está en tierras donostiarras y en la camiseta txuri urdin. Y es que, habiendo jugado únicamente cuatro temporadas en la Real, Xabi Alonso es un mito del equipo de su tierra, de su equipo, del nuestro. No hay motivos para dudarlo, pero si los hubiera, este libro es una lectura imprescindible. Huele a Real Sociedad por todos sus poros, impregnando incluso sus etapas en el Real Madrid y en el Livepool o sus logros con la selección española.
Con Xabi creciendo, como persona y como futbolista, hay continuas referencias a su padre, Periko Alonso, uno de los componentes del inolvidable equipo campeón de la Real de principios de los años 80. También las hay a su hermano Mikel, también jugador txuri urdin durante siete temporadas aunque llegara a jugar diez partidos menos que su hermano. Su etapa en el Liverpool arranca con los pormenores de su traspaso desde la Real, narrado tanto desde el convencimiento de su necesidad en el entonces presidente del club, José Luis Astiazarán, como del pesar y la incomprensión de los aficionados que, con él y otros jugadores ya inolvidables, recuperaron la ilusión de luchar por lo más elevado. Su etapa en el Real Madrid está igualmente salpicada con recuerdos teñidos de txuri urdin, su debut en España como la camiseta madridista precisamente en el partido del centenario de la Real o la primera visita a Anoeta tras el regreso del equipo realista a la Primera División. Y, por supuesto, la todavía no descartada posibilidad de que acabe regresando a la Real para concluir su carrera deportiva, algo sobre lo que Marín no puede aportar demasiada luz, por desgracia y debido al hermetismo y a la profesionalidad de Xabi.
Lo que indudablemente atraerá al aficionado txuri urdin por encima de todo es el primer tercio del libro, junto con las mencionadas pinceladas que hay en el resto (sumando la entrega del Tambor de Oro, los reconocimientos tras lograr el Campeonato del Mundo o su paso intermitente y recortando por la selección de Euskadi, cuyo último paso le llevó a vestir de nuevo el 4 en la espalda del equipo local, en el partido jugado en Anoeta). Es en esos pasajes cuando se descubre al Xabi futbolista, cuando se recuerda que a la mayoría de los técnicos les atraía más su hermano Mikel, cuando se apunta que el Barcelona estuvo a punto de ficharlo y que Luis Uranga tuvo que pedir a Nuñez que mirara a otro lado y no vistiera al hijo con la misma camiseta que lució su padre tras hacer bicampeona a la Real. Pero también hay hechos más desconocidos, como la relación que le une a Xabi Prieto o cómo Mikel Etxarri tuvo que echar mano de Zamora y López Ufarte, entonces en el organigrama del club, para que convencieran a Periko de que la Real debía ser su destino.
En este libro hay otros dos argumentos de peso que interesarán al aficionado realista. Además de su documentado y ameno relato, una delicia accesible a cualquier lector interesado por el fútbol y no por todo lo que tristemente le rodea hoy en día, Enrique Marín recurre a diversas firmas y a algunas entrevistas. Entre las primeras están el apasionado periodista y confeso txuri urdin Iñaki Gabilondo, prologando el libro, y José Gabriel Mujika, director de El Diario Vasco. Entre las segundas, los dos hombres que hicieron posible su éxito vestido de txuri urdin, aunque fuera más efímeramente de lo que a todos nos hubiera gustado: el ya mencionado Mikel Etxarri y John Benjamin Toshack. El primero le fichó para el Sanse, y el segundo le repescó para el primer equipo en cuanto entró al vestuario realista por tercera vez, después de que Javier Clemente, el técnico que le hiciera debutar con la Real, decidiera que continuase su formación como cedido en el Eibar. Y en las palabras del propio Xabi: "De pequeño era de la Real, y de mayor también". Con eso queda todo dicho.
Que de las 23 fotografías que aparecen en el libro sólo dos sean de su etapa en la Real (por cariño, casi habría que sumar la de la entrega del Tambor de Oro; y se echa en falta, porque en realidad hubo muy pocas imágenes de ese hecho, su estampa con la bandera del centenario realista en la celebración del Mundial de 2010), demuestra que la razón editorial de este volumen no está en nuestro equipo. Pero el corazón sí. El corazón y una parte importante de su relato. Quizá este libro sirva para gente que idolatra al Real Madrid o a la selección española abra los ojos y vea más allá de lo único que se nos suele mostrar en los medios de comunicación. Quizá vean que la Real es algo especial para uno de sus ídolos y se pregunten las razones. Quizá descubran así que hay vida futbolística más allá del incontestable dominio mediático de dos equipos, en el que sólo ha conseguido meter la cabeza una selección tricampeona de la que Xabi Alonso también forma parte. Y quizá, con el resto de la lectura, el aficionado txuri urdin se dé cuenta de que su fábrica sirve para crear talentos descomunales que son capaces de lograr un palmarés tan brutal como el que se relata en las páginas finales de este libro.
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