La Real busca ante el Barcelona (sábado, 18.00 horas, Anoeta, Canal + Liga, Gol TV) un hueco en la historia. Ganar sería histórico porque el equipo de Tito Vilanova aún no ha perdido en la Liga y eso, además, permitiría al equipo txuri urdin ser el responsable directo de mantener su mítico récord de imbatibilidad, las 32 jornadas sin perder de la temporada 1979-1980. Al menos empatar también sería histórico porque sería la tercera temporada consecutiva, todas desde el ascenso, en que el equipo realista habría sido capaz de detener a la apisonadora blaugrana. El reto es más que interesante para este equipo que tanto tiempo llevamos calificando como en crecimiento. Enfrente estará el que para muchos es el mejor equipo del mundo y para algunos incluso el mejor de la historia. Estará un jugador que tiene cuatro Balones de Oro y tantos campeones del mundo que casi mejor no contarlos. Para la Real, un reto bonito. Pero ojalá que el cuadro realista no se confunda. No es un partido para disfrutar o "de otra Liga". Es un partido de once contra once y con tres puntos en juego. Contra el Barça, sí. ¿Y qué? Un partido al fin y al cabo. Y en víspera de San Sebastián. Que suenen los tambores.
Aunque parecía que la enfermería se había vaciado, Montanier tuvo que confeccionar la lista para recibir al Barcelona con dos bajas. Zurutuza se cayó por una anemia (ojo, es lo que le tuvo parado a comienzos de temporada, y físicamente se le ha notado bastante bajo en los últimos partidos, además de no saltar al campo ni un minuto contra el Deportivo) y Ansotegi por las molestias que le han dado guerra durante la semana. Ellos se suman a Cadamuro, concentrado con la selección argelina que disputa la Copa de África que arranca mañana. Así, el técnico francés sólo tuvo que hacer un descarte por decisión técnica y no hubo sorpresas: el elegido fue un Javi Ros al que, una vez recuperados Elustondo y Markel, quizá habría que buscar una salida en este mercado invernal. Vuelven a la convocatoria los tres sancionados de la pasada jornada, Mikel González, Iñigo Martínez y Dani Estrada.
Como de costumbre, y salvo situaciones muy delicadas como la de la semana pasada, no se esperan sorpresas atrás. Jugarán Bravo en la portería, Mikel e Iñigo en el centro de la zaga y en los laterales Carlos Martínez y De la Bella (que suma cuatro tarjetas amarillas, coincidiendo con el lógico deseo de José Ángel de marcharse en busca de los minutos que aquí no le da Montanier). Illarramendi tiene sitio seguro en el centro del campo, pero a partir de ahí se abre el abanico de posibilidades. Casi seguro Elustondo será su acompañante, probablemente sentando a Pardo. No se puede descartar tampoco a Markel. No olvidemos que esos tres centrocampistas fueron los escogidos en el Camp Nou. No obstante, no parece probable que siente a Xabi Prieto, Vela o Griezmann, que formarían la tripleta de medios ofensivos. Si el mexicano jugara en punta, Montanier podría alinear a Illarra, Elus y Markel. De no ser así, Agirretxe e Ifrán compiten por la punta de ataque. Zubikarai, Estrada, José Ángel y Chory Castro completan una convocatoria en la que no hay más centrales que los titulares y Montanier opta por la polivalencia como solución ante una emergencia.
Al arrancar la jornada, la Real ocupa la novena posición con 26 puntos. No tiene margen de mejora en la tabla, porque le precede el Levante con cuatro puntos más. Europa se ha alejado a cinco y la Champions a ocho. Los datos del Barcelona asustan y son sobradamente conocidos. Campeón de invierno invicto con 55 puntos de 57 posibles, sólo ha cedido un empate, ante el Real Madrid. Como visitante cuenta sus partidos por victorias, diez de diez. El equipo txuri urdin sólo ha ganado la mitad de los diez choques disputados como local, con tres empates y dos derrotas, y apenas suma dos victorias en los últimos siete encuentros de Liga que ha vivido Anoeta. Hasta la temporada pasada, la Real acumuló cuatro años consecutivos, los tres en Segunda y el del regreso a Primera, venciendo al menos a un líder en su estadio. La visita del Barcelona será la única oportunidad de hacerlo en esta Liga 2012-2013. La Real busca consolidar su buena racha contra el Barça, que no gana en Anoeta desde el regreso txuri urdin a la máxima categoría. En la temporada 2010-2011 se ganó por 2-1 y en la 2011-2012 el resultado fue de 2-2, en ambas con remontada realista. El cuatro veces Balón de Oro, Messi, nunca ha marcado en San Sebastián.
A pesar de la diferencia de potencial entre ambos equipos, la historia de estos duelos en San Sebastián es favorable a la Real. De los 66 encuentros ligueros disputados, todos ellos en Primera, 26 acabaron con triunfo txuri urdin y 17 con victoria blaugrana, con 23 empates para completar la estadística. 16 de esos choques se han jugado en Anoeta, y sólo en cuatro de ellos se quedaron los tres puntos en casa, con siete empates y cinco derrotas. El Barça no fue capaz de ganar en el nuevo estadio hasta su sexta visita, por 0-2 en la temporada 1998-1999. La siguiente vez que lo hizo, en la 2001-2002, consiguió su mayor goleada, 0-6, marcando sus seis tantos en una primera mitad sonrojante para el equipo entonces de Clemente. La mayor victoria realista, 4-1, la consiguió en dos ocasiones, en las campañas 1930-1931 (goles de Cholín, Mariscal y dos de Bienzobas) y 1987-1988 (Górriz, Bakero y dos de Zamora). El encuentro con más goles fue el 4-3 de la temporada 1979-1980, que se solventó con un gol en el último minuto de Diego después de que marcaran Periko Alonso, Kortabarria y Satrústegui.
La pasada temporada, la Real dejó uno de sus mejores tardes en el encuentro contra el Barcelona. Y eso que todo empezó verdaderamente mal. El desastroso arranque del partido, unido a planteamiento táctico deficiente, hizo que en los primeros veinte minutos de juego el Barça metiera no menos de media docena de balones a la espalda de la defensa. En dos de ellos, Xavi y Cesc pusieron un contundente 0-2 cuando apenas habían transcurrido once minutos. El Barça se relajó y probablemente dio ahí el partido por ganado. Y durante la primera mitad, la Real no expuso argumentos para pensar lo contrario. Pero en la segunda mitad todo cambió. La Real sacó su casta. Agirretxe pudo marcar nada más regresar de los vestuarios, y sí lo hizo a los doce minutos de la reanudación, con un imponente testarazo. Cuatro minutos después, Villa hizo una absurda cesión atrás desde el campo contrario que Agirretxe, genial, cazó, dribló a Valdés y disparó a puerta. Busquets la sacó con la mano, el balón dio en el larguero y el rechace lo marcó Griezmann. El árbitro dio el gol, la ley de la ventaja, y amonestó a Busquets. Anoeta disfrutaba. El marcador no se movió más, pero el partido murió en el área del Barça. La Real logró un punto que supo a gloria.
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