Una vez digerido, pero desde luego no olvidado, el momento de éxtasis del pasado sábado, tengo claro que si hay un detalle que me alegra especialmente de cómo se produjo la victoria ante el Barcelona es que Agirretxe fuera el autor del gol definitivo. Ese gol llega en el momento de la temporada en el que más se debatía sobre las carencias que tiene el equipo en su puesto de delantero centro, ya que tanto él como Ifrán llevaban sin marcar desde la goleada de la Real en Mestalla. Y es un debate interesante al que me sumo. Pero, recordando los silbidos que escuchó Agirretxe en el partido contra el Deportivo, lo hago con la sensación de que muchas veces no valoramos en su justa medida lo que pueden ofrecernos algunos jugadores y aprovechamos con demasiada frecuencia un mal momento para arremeter contra algunos de ellos. En la plantilla, y por citar dos jugadores que hoy encuentran más elogios que críticas, han pasado por esa situación tanto Mikel González como Carlos Martinez. Y Agirretxe, como ya he escrito más de una vez, es un jugador que no lo ha tenido nada fácil para llegar al primer equipo o a la situación en la que está ahora.
Vamos a los hechos. Agirretxe lleva jugados 777 minutos en Liga y ha anotado cuatro goles, una media de un gol cada 194 minutos, es decir, un poco menos de un gol cada dos encuentros. Estamos de acuerdo en que es una cifra insuficiente para un delantero centro, más aún si el otro de la plantilla, Ifrán, apenas ha marcado un gol en los 789 minutos que ha jugado. Pero es una cifra que hay que matizar, porque a veces parece que fuera hay auténticos prodigios y nosotros nos tenemos que conformar con la morralla. La marca no es tan distinta de las de otros delanteros que probablemente, sin duda en algún caso, consideraríamos mejores que Agirretxe. Benzema marca un gol cada 188 minutos. Alexis no ha marcado en 726 minutos. Jorge Molina en el Betis marca cada 160 minutos. Saviola en el Málaga cada 203. Valdez en el Valencia cada 163. Martins, en el Levante, lo hace cada 215 minutos. Curiosamente, la pasada temporada Agirretxe marcó un gol cada 228 minutos y hubo coincidencia en que su temporada fue bastante positiva.
Otro hecho. El juego de la Real o su efectividad anotadora no se sustentan en la efectividad de su delantero. Primero, porque tiene otro hombre gol, Vela, que ya ha anotado ocho goles. Y otro dato a tener en cuenta ahí, la media del mexicano es de un tanto cada 189 minutos, no demasiado superior a la de Agirretxe. Es cierto que la importancia de Vela esta temporada es muy superior a la que dicta su cuenta anotadora (no hay más que recordar el partido del sábado y las dos tarjetas que le forzó a Piqué). Y segundo porque el resto del equipo ha hecho de la Real el cuarto conjunto más goleador de toda la Primera División. Con esos números, y a pesar de que es obvio que sus delanteros centros podrían llevar más tantos, es difícil pensar que la Real tiene un problema de cara a la portería contraria. La movilidad que tanto gusta a Montanier para sus hombres de ataque hace que el 9 goleador no sea una exigencia indispensable del conjunto txuri urdin, como si lo fue en épocas pasadas.
¿Es mejorable la marca de Agirretxe? Sin duda. ¿Catastrófica como para silbarle? Para mí, no. Recordando a los grandes goleadores de la Real, puede ser muy obvio que Agirretxe no es tan completo como Satrústegui, Aldridge, Kodro o Kovacevic. Desde luego, no tiene su instinto goleador. Pero no es, ni mucho menos, un mal delantero. No me convence la gestión que Montanier hace de ese puesto, ni la temporada pasada con la marginación sistemática de Llorente e Ifrán, ni en la presente con la del propio Ifrán en el primer tramo de la Liga o la de Agirretxe después. Creo que ambos son buenos delanteros centros que, en las condiciones adecuadas, tienen muchísimo que aportar a la Real. Creo que ver el desmarque que hizo Agirretxe nada menos que entre Mascherano y Puyol para culminar una de las tardes más gloriosas que ha vivido Anoeta es motivo más que suficiente para que los más críticos con él le den, al menos, un margen de confianza. El mío es mucho más amplio. Creo en Agirretxe. Y por eso me alegro tanto su gol del sábado.
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