Un punto consiguió la Real en el Vicente Calderón y bien pudieron ser los tres. El Atlético de Madrid demostró que el equipo txuri urdin ha perdido este año una gran oportunidad de conseguir alegrías mayores. Esa es la lectura amarga no sólo de este partido sino también de la temporada. Si éste es el nivel de un equipo que está en la final de la Europa League y que hoy quería quemar sus últimos cartuchos para luchar por la Champions League, es más que evidente que el conjunto de Philipe Montanier podría haber sido un digno rival en esa contienda. Pero no hemos querido esas cotas, y por eso no las hemos peleado. Una lectura más amable habla de las cosas que hizo bien la Real. Sólo el conjunto visitante pudo adelantarse en una mala primera mitad, pero fue el Atlético el equipo que consiguió marcar tras la reanudación en prácticamente su único disparo entre los tres palos. Cuando Montanier, casi más rápido que nunca en introducir sus cambios, colocó casi toda su artillería sobre el césped, el emapte se veía venir. Incluso sin grandes ocasiones, las concesiones del Atlético facilitaron la labor. El empate en el descuento dio a la Real un premio justo, aunque en realidad escaso.
Las primeras decisiones de Montanier desde que se alcanzó las salvación no tuvieron gran trascendencia. No es que tuviera mucha margen, pero alguna de las concesiones que podrían haberse esperado no llegó. Vela fue suplente, lo que se podría entender como un intento de ocultarle para no encarecer su precio este verano, pero acabó jugando y siendo otra vez decisivo, por lo que si ese era el objetivo no se puede dar por conseguido. Por la derecha jugó Carlos Martínez en lugar de Estrada, siendo el único beneficiado por las rotaciones de este final de temporada. Ni Ifrán ni Llorente tuvieron ocasión de entrar en el once, en el que sí tuvo hueco Agirretxe. Y, como cabía imaginarse, fue Aranburu el centrocampista que se quedó en el banquillo, junto con Ansotegi como central suplente. Nada demasiado descabellado, tampoco nada demasiado arriesgado. El resultado en el campo se aproximaba a lo que cabía esperarse, una Real sin demasiada intensidad que se encontró, para su sorpresa, que el Atlético tenía aún menos ritmo de conquista. No parecía que los colchoneros se estuvieran jugando mucho más que los realistas.
No tuvieron muchas ocasiones ninguno de los dos contendientes, aunque los nueves de cada equipo se buscaron la suya. Falcao lo intentó en el minuto 10, pero su disparo con rosca se marchó fuera. Agirretxe buscó el gol de cabeza en el 18, después de una buena jugada de Xabi Prieto y Zurutuza, pero remató blandito y Courtois no tuvo problemas. A partir de ahí, las escasas llegadas de gol que hubo hasta el descanso fueron todas realistas. Griezmann tuvo una clarísima ocasión desde el borde del área, pero pifió el disparo. Quien sí hizo un golpeo espléndido fue Illarramendi ya al filo del descanso, forzando un corner. La Real estaba teniendo la virtud de anular con sobresaliente eficacia las pocas intentonas del Atlético, pero le estaba faltando control en el centro del campo y precisión en la frontal del área. Siempre dio la sensación de que el entramado ofensivo estaba demasiado a expensas de que alguno de sus atacantes hiciera una genialidad mucho más que de un plan programado y efectivo.
En realidad, la primera parte fue muy pobre y de escasa intensidad, y el 0-0, aún siendo poco generoso con el único equipo que de verdad intentó marcar, la Real, no podía considerarse injusto. El Calderón, de hecho, abroncó a los suyos en los últimos minutos y cuando Iglesias Villanueva señaló el descanso. El colegiado gallego pudo comerse un penalti por mano de un nerviosísimo Miranda en los últimos instantes, n el corner posterior al mencionado disparo de Illarra. Lo reclamaron varios jugadores realistas y pudo serlo. De hecho, hubo un par de manos clamorosas fuera del área por parte de ambos equipos. Será que esa infracción le cuesta al colegiado. En esos 45 minutos iniciales, Zurutuza fue el realista más destacado. Algún detalle de Xabi Prieto, el habitual entusiasmo de Carlos Martínez (incluso aún fallando algunos pases, siempre se agradece su entrega) y la lucha de Agirretxe a la hora de presionar la salida atlética. Pero fútbol elaborado se vio muy poquito en el Calderón en el primer acto. El Atlético mantuvo el encefalograma plano durante todo el partido. La Real mejoró tras el descanso.
Como muestra de esa mejora, Agirretxe pudo marcar nada más regresar del vestuario. En una ocasión inmejorable tras recibir un pase de Zurutuza desde la derecha, tiro el balón fuera. Eso es justo lo que le falta a Agirretxe, un mayor instinto asesino que le haga convertir esta clase de ocasiones. Si lo hiciera, su crecimiento sería imparable. Llega el momento de los tópicos futbolísticos: el que perdona, lo paga. Y sólo seis minutos después del fallo de Agirretxe, se adelantó el Atlético. Gabi conectó un buen disparo desde la frontal del área ante el que Bravo nada pudo hacer. Igual sí el resto del equipo, porque la presión sobre el mediocentro rojiblanco pareció escasísima, carente de tensión, casi una invitación a que hiciera el disparo que finalmente conectó. 1-0 y se desvanecía la esperanza de puntuar en el Calderón Se inició así una fase del partido en la que pareció que la Real se podía salir del mismo. Nada que no hayamos visto, no ya en una situación análoga de ausencia de objetivos al final de una temporada como la actual, sino incluso en otros partidos de esta misma Liga.
Pero, para sorpresa de todos, poco, muy poco sucedió en esos minutos. A Bravo ni se le vio, pues nada atacó el Atlético. Mikel González y Demidov tuvieron una de las tardes más plácidas de toda la temporada. Tanto es así que la noticia de ese tramo de partido estuvo en que Montanier reaccionó antes de lo acostumbrado a la hora de introducir sus cambios en el partido. El primero, no obstante, no fue el esperado. Sacó a Agirretxe del terreno de juego para meter a Ifrán. Delantero por delantero, como en tantas otras tardes. Y, dado que la temporada está acabada, que el rival estaba demostrando un nivel muy bajo y que el marcador era adverso, quizá habría sido la oportunidad de probar algo diferente. No lo hizo Montanier, que prefirió seguir confiando en su sistema habitual. La mejor oportunidad de esos minutos la tuvo precisamente Ifrán, en el disparo de una falta que Courtois no llegó a ver en ningún momento. Si hubiera cogido puerta, habría sido el empate. Lástima haber tenido tan pocas oportunidades de ver al uruguayo ensayando disparos, podría haber dado algunos puntos esta temporada.
Sin quitar mérito a una Real que sacó un empate en el descuento después de ir perdiendo en un estadio maldito como el Vicente Calderón, lo cierto es que el Atlético puso mucho de su parte para no ganar. Primero fue Gabi quien se autoexpulsó, tras ver su segunda amarilla por golpear con su piel en alto en la cabeza de Carlos Martínez. Quedaban 17 minutos para el final. En poco más de cinco, Montanier colocó sobre el césped a Llorente (por Illarramendi, un cambio ambicioso) y a Vela (por un desaparecidísimo Griezmann). Pero la llave del partido se la dio a la Real el técnico local, Simeone. Verse con diez jugadores sobre el campo y una ventaja de un solo gol provocó en el argentino un miedo desmesurado para lo que en realidad se estaba viendo. Reiró del campo a sus dos atacantes, Adrián y Falcao, para meter en el campo a Diego y Godín. Ese segundo cambio, un defensa por un delantero, fue una declaración de intenciones tan evidente que la Real no pudo hacer menos que encerrar al Atlético en su área, quedando los locales sin la más mínima idea de cómo enganchar un contraataque, a pesar de que el conjunto txuri urdin sirvió alguno en bandeja
Pudo marcar un muy activo Ifrán, que en las dos oportunidades que le ha dado Montanier esta semana ha cumplido con creces a pesar de que han sido pocos minutos, pero Courtois despejó a corner, uno de los muchos que forzó la Real en este tramo final del encuentro. Y en uno de esos saques de esquina, la Real encontró el justo premio a su esfuerzo final. Vela acabó rematando un barullo en el área, tras tocar el balón Ifrán y Llorente, e incluso protestar una mano de Juanfran antes de que el balón cayera a pies del mexicano para que hiciera nada menos que su duodécimo gol de la temporada. Dio la impresión de que si el partido hubiera durado más, habría caído del lado txuri urdin. Claro que también se podría pensar en que el mal encuentro del Atlético, unido a la tranquilidad de la que goza la Real desde el pasado fin de semana, daba la oportunidad de haber disfrutado algo más desde el principio. El equipo txuri urdin suma 44 puntos. Suena irónico que siga más cerca de Europa que del descenso, pero esto está acabado aún teniendo que jugar dos jornadas más.
2 comentarios:
Francamente, si no ganamos a equipos como el Sporting, el Racing o ayer a la Real jugando en el Calderón, el año que viene no merecemos estar en Champions y ya está.
Por otro lado, si los partidos durasen 89 minutos el Atleti estaría tercero...
Doctora, estoy totalmente de acuerdo contigo. La Real vino salvada y sin demasiada intensidad, pero es que el Atleti le puso aún menos... y eso que sí se jugaba cosas. No sabía que se le hubiera ido tantos puntos en el descuento. Eso da mucha, mucha rabia. La Real también ha tenido su ración de eso otras temporadas...
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