¿Es tan imposible ganar en Barcelona? Sólo hay una forma de hacerlo, pensando que la presente (sábado, 22.00 horas, Camp Nou, La Sexta, autonómicas) es la mejor de las oportunidades. Jugar como si fuera la única, como si no volviéramos a tener otra la próxima temporada. Hay condicionantes que ayudan, como que el Barcelona esté entre medias de una dura semifinal de Copa ante el Valencia, las lesiones que afectan a la plantilla de Pep Guardiola o la escasa efectividad en los últimos partidos de Messi, alma mater goleadora de este Barça. Pero la Real también presenta bajas. Ganó en Valencia, pero se acobardó ante el Real Madrid. Al Barcelona le dejó jugar y le acabó remontando. Será, indudablemente, un duelo de canteras. La global del Barcelona y la pequeña de Zubieta de la Real. Será un partido de esos imposibles, en el que la Historia machaca las aspiraciones del modesto. ¿Pero quién dijo que los imposibles no pueden convertirse en posibles alguna que otra vez? Con soñarlo y lucharlo, independientemente del resultado, es suficiente.
Philippe Montanier se lleva a Barcelona 19 jugadores, algo que está convirtiéndose en costumbre para el técnico galo. La noticia está en el regreso a la lista de Demidov tras no jugar ante el Sporting, y la inclusión de Agirretxe, que acabó tocado precisamente ese partido. El primero era dudoso para el Camp Nou y el segundo parecía descartado esta misma mañana, pero los dos han entrado. Si ambos estuviean para jugar, el nombre añadido a la lista y que tiene todas las papeletas para quedarse en la grada (para así poder jugar el domingo con el Sanse) es Javi Ros, que entra así en la primera convocatoria de la temporada. Con la recuperación de estos dos jugadores, Montanier elude tener que tirar del Sanse con más intensidad para cubrir las ya de por sí numerosas bajas que tiene. Illarramendi, Elustondo y Zurutuza le dejan un agujero bastante profundo en el centro del campo, y a eso hay que añadir la ausencia de De la Bella. Xabi Prieto, en cambio, se ha recuperado de las molestias en el tobillo que tuvo durante la semana y ha entrado en la lista sin problemas.
La continuidad ya no es una opción para Montanier por las dos bajas que tiene en el centro del campo. La defensa, en cambio, parece que sí será la misma que jugó la pasada jornada. Es decir, Bravo en la portería, con Carlos Martínez y Dani Estrada en los laterales y Mikel González e Iñigo Martínez en el centro. Ansotegi y Cadamuro esperarán su oportunidad en el banquillo, a la espera de ver qué sucede con Demidov. Porque él es precisamente una de las opciones que tiene Montanier para solucionar la papeleta en el centro del campo, no sería la primera vez que le usa esta temporada. Aranburu y Markel parecen fijos en esa zona. Sería muy decepcionante que, ante tantas bajas, Pardo no tuviera aquí su primera gran oportunidad. Otra opción, menos realista, es que Xabi Prieto haga de Zurutuza. En ataque, Griezmann es el único que parece seguro. Agirretxe está siendo el delantero titular, pero es duda y muchos apostaban por Ifrán como delantero. Si la apuesta es la velocidad, Vela completaría el tridente por la derecha, donde Prieto también tiene opciones. Llorente lo tiene indudablemente más difícil y seguramente estará en el banquillo junto a Toño Ramírez.
Sólo los números de ambos equipos en la presente temporada ya asustan. Tras su goleada al Sporting en Anoeta, la Real es duodécima con 24 puntos. El Barcelona es segundo con 45, más del doble. El equipo de Montanier ha alcanzado una inestable tierra de nadie, a cuatro puntos del descenso, a cinco de Europa, siendo el cuarto mejor equipo de la Liga desde que cayera goleado en Vallecas. Como visitante, está dando guerra y no pierde precisamente desde el 4-0 del Rayo hace cinco salidas. Lejos de Anoeta la Real ha ganado tres partidos y ha empatado otros dos de los diez que ha jugado. Pero el Barcelona es el mejor equipo como local. Diez partidos, nueve victorias y un empate. Es el único que no conoce la derrota en casa. Ha marcado 43 goles y ha recibido sólo dos, los dos que le hizo el Betis en el último partido liguero que acogió el Camp Nou, a los que hay que sumar el empate a dos del Real Madrid en el Copa, que no impidió que los de Guardiola accedieran a las semifinales por su triunfo en el Bernabéu. El Barça, en todo caso, se ha dejado una derrota y tres empates en los últimos ocho encuentros, lo que abre cierta puerta a la esperanza.
La Historia, en cambio, da una severa bofetada a las aspiraciones de la Real de cara a este encuentro. No sólo ya por los datos generales de este duelo, por los 65 partidos jugados, todos ellos en Primera División, de los que 55 acabaron con triunfo del Barcelona, sólo tres con victoria del equipo realista y siete más resultaron en empate. Es que nada menos que las últimas catorce visitas de la Real fueron derrotas. No puntúa un equipo realista desde la temporada 94-95, con Salva Iriarte como entrenador, con un gol en el minuto 92, de Imaz tras rebotar en la espalda de Koeman, y y jugando con diez por la expulsión de Fuentes. Ningún jugador txuri urdin actual sabe lo que es, no ya puntuar, sino marcar en el Camp Nou, porque el último en hacerlo fue Nihat en el 2-1 de la 2002-2003. Como curiosidad, el ahora entrenador culé, Guardiola se hizo el propia puerta el 3-1 de la 199-2000. Las tres victorias de la Real allí fueron sonadas, 1-3 en las temporadas 78-79 (Satrústegui, Idígoras y Zamora) y 90-91 (Atkinson y dos de Aldridge ante el Dream Team ya campeón de Liga), y 2-3 en la 85-86 (dos de Zamora y Gajate). El 8-2 de la temporada 50-51 es la mayor goleada conseguida por el conjunto culé ante el donostiarra, al que ha marcado nada menos que 165 goles en sus 55 visitas anteriores, por sólo 36 tantos de color txuri urdin.
En el partido de la pasada temporada, la 2010-2011, la Real fue un invitado de primera fila a una goleada inevitable. El 5-0 final se llevó por delante una buena salida del equipo de Martín Lasarte que ya nadie recuerda, pero fue una salida que no llegó ni a los diez minutos de juego. Cuando el Barcelona marcó su primer gol en el minuto 9, obra de Villa tras un jugadón de Messi y Pedro, el partido estaba ya acabado. La Real se deshizo y la única pregunta que dejó en el aire era cuántos goles más iba a anotar el Barça. Y eso que el equipo blaugrana no se portó mal. Iniesta hizo el segundo antes del descanso, dejando mínimamente abierto el partido, pero a los dos minutos de la reanudación Messi hizo el tercero. La Real ya sólo tenía la opción de esperar el final del partido. Pero lo hizo mal, bajó los brazos y dejó una pobre sensación de falta de competitividad en un escenario inmejorable, que debía corroborar el gran arranque liguero de los de Lasarte. Al final, el Barça se conformó con redondear el 5-0 en los últimos minutos con un gol de Pedro y otro más de Messi. La derrota fue la única opción porque la Real sólo se dejó pensar en algo más durante nueve minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario