Parece que nos quedamos sin Llorente para toda la temporada. Y antes de que se desborde el catrastrofismo si el Almería consigue puntuar en Anoeta el sábado, es conveniente incidir en varios detalles. El primero de todos pasa por quitarse el sombrero ante Joseba. Temporadón el suyo, aunque dentro de algunos años lo único que se mirará es que anotó sólo cinco goles. Ni siquiera se comprobará cuántos partidos jugó. Pero el valor de Llorente no está únicamente en las veces que mete el balón en la portería contraria, no. De hecho, su última acción reseñable, en Villarreal, fue una perfecta asistencia de cabeza a Aranburu para que fuera él quien marcara. No es la primera que da. Su taconazo a Xabi Prieto en la primera jornada de esta Liga, también curiosamente ante el Villarreal, quedará como una de las mejores acciones de la temporada. Y su trabajo. Qué manera de vaciarse en un terreno de juego, sirviendo como punta de lanza de una de las grandes armas de esta Real, la presión arriba. Y su experiencia. Qué forma de enseñar a los demás lo que es jugar con la camiseta txrui urdin. Es un ejemplo del camino a seguir para cualquiera.
¿Se acaba el mundo en su ausencia? No. Y él mismo sería el primero en decirlo. Hagamos memoria. Llorente se lesionó después de la primera jornada de Liga. A partir de ahí, cada vez que ha jugado lo ha hecho con molestias. Sin estar al cien por cien pero ha jugado. Cuando no lo hizo, su sustituto fue Tamudo. Gol en Almería. Gol ante el Real Madrid en Anoeta. Gol en Pamplona. Gol en tres jornadas consecutivas Ninguno de los tres sirvió para ganar, pero es que el problema de esta temporada para la Real no es el gol. El problema está atrás. ¿Otro dato para confirmarlo? Todos y cada uno de los partidos en los que Bravo ha conseguido dejar la portería a cero han acabado con victoria txuri urdin. Ni un solo empate a cero en lo que llevamos de temporada. Es decir, que goles se hacen. Y los hará Tamudo. O Agirretxe, que ya ha marcado uno en en Liga (al Deportivo) con tan solo 29 minutos de juego y otro en Copa en 160 minutos distribuídos entre los dos partidos ante el Almería, precisamente el rival de este sábado. O Aranburu, que ha superado sus mejores cifras goleadores. O Xabi Prieto, que está en promedio de hacerlo. Griezmann tiene gol, Zurutuza marcará alguno más... y los centrales todavía no han anotado, cuando todos sabemos que sobre todo Ansotegi siempre consigue alguno. Yo estoy tranquilo por ese lado.
Y lo estoy, además, porque la historia me permite estarlo. Los dos últimos grandes delanteros de la Real, Darko Kovacevic y Nihat Kahveci, han tenido lesiones de larga duración vistiendo la camiseta txuri urdin. ¿Pasó algo? Sí, que la Real perdió a un gran jugador durante meses, pero no se derrumbó por ello. Ojo, que estamos hablando de Kovacevic y Nihat nada menos. Y la Real sobrevivió. Como sobrevivirá ahora a la lesión de Llorente. ¿Por qué? Porque el éxito de este equipo es colectivo. Está claro que grandísimos jugadores han vestido la camiseta realista, pero el punto fuerte es el grupo, el equipo, la colectividad. Ese es el auténtico valor histórico de la Real, pero también uno de los aportes esenciales de Martín Lasarte a este conjunto. Por eso hay que estar tranquilos. Y lo digo antes del partido del Almería, y lo seguiré diciendo aunque el resultado de este fin de semana sea adverso. Porque la Real es la Real. Y sabiendo que Llorente es un ejemplo a seguir, la Real en sí misma también lo es con sus valores. Y los valores no se pierden porque falte un jugador. Habrá que cambiar cosas, porque la de Llorente es una baja importante y porque cada jugador es diferente. El contexto, que decía Lillo. Pero la Real seguirá siendo la Real, ya lo veréis.
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