Calificar la eliminación copera de la Real con una valoración más suave que la de fracaso sería faltar a la verdad. Lo de hoy ha sido un fracaso, puro y duro. Sin paños calientes. Porque la Real ha tirado la Copa. Otra vez. Pero este año duele más, si cabe, porque es el año del centenario. Quedan cinco días para que el equipo txuri urdin cumpla cien años de vida, pero los jugadores que han saltado hoy al campo no han podido, sabido o querido ser conscientes de lo que representa la camiseta que llevan. Es triste empezar de esta forma la temporada en la que se pretende celebrar algo tan bonito como un centenario. Y es duro caer una vez más a las primeras de cambio con errores ya conocidos. Porque la Real ha hecho hoy un partido que tendría perfecto encaje en la temporada pasada. O en alguna de las anteriores. Los silbidos finales del público se quedan cortos, supongo que acogiéndose al tópico de que ahora la Copa no distraerá del objetivo del ascenso. Pero no vale esa explicación. Y menos cuando tu entrenador apuesta por ganar "todo lo que se nos ponga por delante". Porque así, ganar, poco.
La alineación fue más o menos la prevista. Asier Riesgo ocupó la portería. De ser el objeto de las iras del club por no aceptar una salida, pasó a jugar de titular por delante de quien a principios del verano estaba llamado a ser el primer portero del equipo, Zubikarai. El público silbó a Riesgo, pagando con él una situación de desánimo prolongada en el tiempo con muchos jugadores, renovaciones frsutradas y directivas que no les satisfacen. La principal apuesta del once de Lasarte era el doble medio centro, formado por Markel Bergara y Gorka Elustondo. Y fracasaron. Ese fue el primer defecto conocido de la Real de Martín Lasarte. Entre Markel y Elustondo no fueron capaces de frenar el control del Rayo en el centro del campo, con dos veteranos como Movilla y Michel, ni tampoco dar salida al balón, debido a una alarmante falta de movilidad. Sin centro del campo en el que apoyarse, la salida de balón corría a cargo de Riesgo y de los centrales, Mikel González y Ansotegi. Y eso ya lo hemos visto. Cierto es que ahora la Real toca más el balón en la defensa que en la etapa de Lillo, pero no consigue enlazar con el ataque y provoca finalmente el imposible balón largo.
El Rayo saltó más cómodo al campo, pero sin peligro para la portería de Riesgo. Cuando lo llevó, marcó, y eso dice poco del equipo realista. Un golazo, muy difícil de defender (si acaso, y si ánimo de volver a cargar las tintas sobre el mismo jugador al que se responsabilizó del gol en Las Palmas, se podría haber cerrado desde la banda derecha, pero Dani Estrada llega algo tarde al corte), pero una muestra de que la segura defensa de la Real no está todavía preparada para hacer frente a todo aquello que sea diferente. Es lo mismo que sucede en el segundo gol rayista, ya en el tramo final del partido. Otro golazo, prácticamente imposible de defender. Pero es que la Real no llega nunca a lo prácticamente imposible y eso deja un margen importante a todos los equipos rivales. Porque ellos, y no los realistas, sí llegan en algún momento a hacer algo más de lo que se espera de ellos. Al Rayo no le han hecho falta más que tres tiros a puerta para salir de Anoeta con dos goles y forzar una buena intervención de Riesgo. Las jugadas no estuvieron mal defendidas, pero tampoco vimos nada extraordinario en los nuestros.
El segundo defecto ya conocido está donde siempre, arriba. A la Real no es que le falte gol, es que le falta llegada. Cuando hablo de llegada no me refiero al frío dato de cuántas ocasiones de peligro genera, que también, sino la sensación. Esta Real no asusta porque no ofrece algo diferente arriba. Es decir, lo mismo que le ha venido sucediendo en los dos años que lleva penando en la Segunda División. Y esto es así porque el equipo juega los partidos en tercera, y sólo en alguna contada ocasión logra meter la quinta velocidad. La Real comenzó jugando el partido como si no fuera con ella. Ni chispa, ni velocidad, ni empaque, ni entidad. Nada. Y terminó jugando como si fuera un partido de Liga con empate en el marcador, en absoluto como una eliminatoria de Copa en la que se acercaba la derrota minuto a minuto. Ese es el tercer error conocido, que es el principal mal que aqueja a este equipo en el torneo del K.O. Todos lo sabemos, pero nadie lo soluciona. Ni siquiera colgar balones al área, subir con todo arriba, provocar que Riesgo tenga la opción de subir a rematar un corner. Sin la épica propia de la Copa, es imposible avanzar en este torneo.
A esta falta de épica tampoco ayudaron los cambios de Martín Lasarte. No por los jugadores que entraron, ya que Xabi Prieto dio categoría, Agirretxe peligro y Griezmann ilusión, sino por la salida de Carlos Bueno. Al uruguayo le faltan todavía cosas, pero ofreció, de largo, lo mejor del partido. La Real necesita un jugador como él, un broncas, un tipo que luche por todos los balones, que se pegue hasta con su sombra, que levante los brazos en las muchas faltas que provoca, que haga que el público se encienda. Mejor en la segunda mitad, pero le faltó el gol, que estuvo cerca de llegar en un buen cabezazo a pase de Estrada. Esa fue la primera gran ocasión de una Real que, sí es cierto, tuvo ocasiones sobradas y muy claras en la segunda mitad como para empatar e incluso ganar la eliminatoria. Pero hace falta algo más. Y ese algo más sólo llegó a ráfagas. Un par de toques de Prieto, dos disparos de Griezmann ("tiene ángel", dijo de él Lasarte; sin duda su debut es la noticia más hermosa e ilusionante de esta triste jornada) y la lucha de Bueno. Poco más.
Con los pies en el suelo, es obvio que la Real no iba a ganar la Copa. Pero el fútbol es ilusión y hoy la Real no sólo no ha generado ilusión sino que ha desilusionado. Porque ha presentado errores conocidos, que han sido causas notables de que este equipo siga en Segunda División. Porque ahonda la cruda herida que la Copa viene dejando ya en 22 de los cien años de vida de este grandioso equipo. Porque le cercena de raíz al año del centenario la posibilidad de ver un equipo de Primera en Anoeta. Porque carga de razones a quienes ven lo más negativo de esta plantilla. Ha habido cosas buenas, ha habido ocasiones, ha habido un arranque de furia que provocó posibilidades de dar la vuelta a la eliminatoria (quizá más provocado por el cansancio del Rayo que por méritos del conjunto txuri urdin). Por ello, sigo creyendo que hay motivos de sobra para pensar que este equipo se puede meter entre los tres primeros de la Liga al final de la temporada. Pero duele ver una derrota como la de hoy. Duele por la Copa. Duele por el centenario. Y duele sobre todo por la Real y los realistas, que ya han soportado mucho más de lo que sus corazones pueden soportar.
La próxima oportunidad para cambiar la mirada, el próximo domingo. Será la primera de las 41 que quedan. A por ellos.
5 comentarios:
Hola Juan, pues sí una decepción el partido, que no da buenas sensaciones.
El centro del campo se vio muy superado. Es cierto que faltaba nuestro mejor centrocampista (Rivas) y que Sergio apuntó ideas pero le falto precisión (al haber estado lesionado llega más justo). Pero ni Elustondo ni Markel dieron motivos para ser muy optimistas.
Otra cosa que me llamó la atención es la forma física, que nos superaron de largo. Estaban más rápidos todos (sólo hay que ver el carrerón que se pega Movilla para defender la ocasión de Griezmann).
Por lo demás Bueno por lo menos pelea (pero salvo el cabezazo poco más) y Nsue se le ve calidad (le faltó físico y en la izquierda perdió muchos enteros).
No me gustó la excesiva pitada a Johnatan en su primer partido oficial en Anoeta.
Los laterales muy justos, o mejoran mucho o nos pueden hacer mucha pupa.
Un saludo y felicitarte también por los espléndidos artículos en Mundo Real.
A ver si al Murcia...
Vaya, y yo que venía a desearte buena suerte con la nueva temporada futbolística...
Bueno, lo realmente importante para la Real Sociedad es ascender a primera división. Vi el partido del centenario que jugasteis contra el próximo campeón de Europa :-) y me pareció que tenéis un buen equipo (aunque Bravo me decepcionó con los fallos que tuvo, porque creo que es un buen portero). Además, uno de vuestros jugadores, De la Bella, es paisano de Santa Coloma... ascenso asegurado.
Que suerte,porque el equipo de mi ciudad ayer cayó en copa del rey...asique nada....A esperar...:(
Un bs
La decepción de todos los años en la Copa, pero no por repetida deja de joder.
Vi un poco el partido por internet y la sensación que me dio la Real es que le falta chispa, jugamos siempre al mismo ritmo cansino que la temporada pasada, es pronto pero necesitamos mas velocidad en ataque.
A ver que ofrecen Bueno y Nsue que tienen buena pinta, y el chaval Griezman debe tener minutos como revulsivo. Jonathan Estrada me deja algunas dudas y De la Bella cumple en su puesto.
Creo que deberíamos haber fichado algo mas, al Rayo lo vi como un buen equipo y eso que tenia bastantes reservas, con una plantilla mas completa que la nuestra.
Este año parece que tampoco...aunque nunca se sabe (soy de los que se ilusiona y desilusiona con facilidad)...pero con gente como Labaka, Estrada (me da igual quien de los dos, ambos pintan mal...aunque Dani, si cabe parece peor) o Riesgo jugando asi nos va a ir...
Al menos hemos reemplazado a los dos ******** sin problemas e incluso hemos mejorado con De la Bella y por supuesto Imanol.
Confio que con Prieto, Agirretxe e incluso Griezmann sea diferente
Un saludo
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