La Real vuelve a Anoeta para jugar contra el Girona con el mismo objetivo inabarcable de los últimos tiempos: convertirlo en un fortín (sábado, 17:00 horas, Anoeta, sin televisión). Con una magnífica racha fuera de casa (cuatro puntos en dos partidos), los partidos como local del conjunto txuri urdin siguen siendo la asignatura pendiente. Y ahora cobran especial importancia porque se jugarán dos de forma consecutiva, y los dos ante rivales presumiblemente asequibles (Girona y Huesca). No por eso hay que darlos por ganados de antemano, ni mucho menos (recordemos que la pasada temporada el conjunto de Lillo no logró dos victorias seguidas hasta la segunda vuelta), pero estos seis puntos son un medio inmejorable para ver a la Real en puestos de ascenso dentro de dos semanas.
Para ganar al Girona, Martín Lasarte se encuentra con dos bajas sensibles, Nsue y De la Bella. El primero se ausenta por la insensatez (consentida por todos, la Real también) del calendario, que ubica un Mundial Sub-20 con las ligas nacionales ya iniciadas. El segundo no estará por lesión. En el caso del lateral, el recambio está claro. Sarasola debutará esta temporada, después de haber jugado dos partidos con el primer equipo en las dos últimas temporadas. A lo que habrá que estar pendiente es a la ausencia de un lateral en el banquillo, ya que Carlos Martínez, lesionado en el primer entrenamiento de la pretemporada, aún no entra en los planes del técnico y ha optado por no convocar a Morgado, que participó en algún entrenamiento esta semana. Un contratiempo en forma de lesión o expulsión olibgará a Lasarte a buscar una fórmula de emergencia, quizá el desplazamiento de Mikel González a la banda.
La ausencia de Nsue ofrece más variantes al técnico realista. Lo normal es que Xabi Prieto juegue en la banda y no como mediapunta, por la falta de alternativas en ese puesto. Así, y ante la ausencia de Zurutuza todavía por lesión, el puesto por detrás del único delantero se lo juegan Agirretxe (en el caso de que jugara Bueno en punta; de optar por uno de los dos, parece presumible que el titular sea el canterano), Sergio y Aranburu. El capitán regresa a la convocatoria, y esta vez ya parece que para quedarse. No obstante, quizá el técnico piense que es pronto para darle la titularidad y que juegue los 90 minutos. La presencia de Borja Viguera en el banquillo hace pensar que una de las opciones más probables es que jueguen juntos Agirretxe y Bueno. Aunque es una opción que no dio buenos resultados en el anterior partido de casa, ante el Murcia, no es para nada una mala elección, ya que los dos están dando un buen rendimiento.
Hay morbo en la portería, alimentado por el propio Lasarte, quien no confirmó quién será el meta titular. Riesgo ha cuajado muy buenos partidos aprovechando la ausencia de Bravo, aunque lo normal sería que el chileno esté bajo palos. Zubikarai, de momento, se queda como tercer portero del equipo y no entra en la convocatoria. El resto del equipo será, a priori, el mismo de las dos últimas jornadas. El centro de la defensa será para Ansotegi y Mikel González (Labaka esparará en el banquillo), el lateral derecho para un Dani Estrada que todavía no tiene la competencia de Carlos Martínez, el mediocentro para Diego Rivas y Elustondo (el técnico dijo que ve crecer al canterano con cada partido) y la banda izquierda en ataque para Johnatan Estrada. Griezmann, que todavía no ha debutado con el Sanse, sigue siendo un habitual en las convocatorias del primer equipo, pero parece que todavía no entrará en el once titular.
Anoeta espera ver la primera victoria de la temporada, después de que la Real lograra su primer triunfo en Tarragona. Esos tres puntos colocaron al conjunto txuri urdin en el pelotón que aspira a colocarse ya en cabeza, todavía sin perder un encuentro, con cinco puntos en la tabla, a dos del líder y sólo uno de los puestos de ascenso. No parece probable que la Real se meta ya esta jornada entre los tres primeros, puesto que tendría que superar a seis equipos de una sola tacada, pero lograr los seis puntos de los dos partidos consecutivos en casa que le esperan sí que parece garantizar un lugar en el triplete de cabeza. Además de la portería, habrá que estar muy pendientes de lo que suceda en el ataque. Los tres goles de la Real esta temporada se los reparten sus delanteros, Agirretxe y Bueno. Es clave para lograr el ascenso que mantengan ese podería anotador, pero también que el resto de líneas colaboren en esta faceta.
Si la Historia contara, la Real ya podría dar por ganado este partido. Pero no es así y la estadística sólo sirve para hablar de tendencias, nunca de hechos irrefutables. El caso es que el Girona siempre ha perdido en sus visitas a San Sebastián. En cuatro ocasiones ha jugado contra la Real como visitante y cuatro han sido las derrotas que ha cosechado, todas ellas en Segunda División. Los tres primeros enfrentamientos fueron en temporadas afortunadas para la Real. Paradójicamente, el primer partido se disputó en la peor temporada de la centenaria Historia txuri urdin, la 35-36, que acabó con el descenso a Tercera que la Guerra Civil impidió hacer efectivo (de ahí que se pueda hablar de fortuna para la Real en aquella triste campaña). El 3-2 a favor de la Real fue uno de los pocos resultados positivos que se lograron entonces. En los dos siguientes ejercicios en los que se cruzaron sus caminos, la Real acabó subiendo a Primera. Fue en las temporadas 42-43 (1-0) y 48-49 (5-1).
Esa buena racha de finales positivos se truncó la temporada pasada, aunque el triunfo se quedó también en casa. La Real fue muy superior al Girona y logró un cómodo 2-0. Aranburu hizo el primero tras el rechace de una gran jugada de Xabi Prieto, y Sergio hizo el segundo al anotar una falta directa. Como era costumbre en Anoeta la pasada campaña, el primer tiempo fue muy aburrido y concluyó con el resultado inicial. En la segunda mitad, la Real hizo valer su superioridad técnica y consiguió sumar la tercera victoria consecutiva, tras derrotar en Anoeta al Sevilla Atlético y fuera al Xerez, líder entonces de Segunda. El equipo entrenado por Lillo se colocó con esta victoria a cinco puntos de los puestos de ascenso, y parecía reengancharse a la lucha por el ascenso respondiendo a tres derrotas consecutivas y cuatro jornadas sin ganar. Pero fue un espejismo. La distancia ya nunca fue menor a esos cinco puntos.
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