La Real tiene ansiedad. No específicamente el equipo, pero sin duda sí el entorno. Lo dijo Coleman hace dos años. Lo repitió, con otras palabras, Lillo. Y ahora lo reitera Lasarte. Y la victoria en Tarragona (sábado, 18.00 horas, Nou Estadi; ETB-1, Canal 33, Telemadrid-La Otra) sería el mejor remedio posible contra esa ansiedad. Tres puntos calmarían mucho los ánimos, encrespados desde hace demasiado tiempo, tras dos empates en Liga y la derrota y consiguiente eliminación en la Copa. Tan importante como los tres puntos sería que el equipo comenzara a recuperar las sensaciones de la pretemporada, porque, de lo contrario, esa misma ansiedad llevara a los más pesimistas a pensar, cuando queda casi toda la competición por delante, que el ascenso es una quimera. El entrenador realista parece tranquilo y eso es ahora mismo lo más importante. Pero la tranquilidad necesita también sumar de tres en tres.
Las convocatorias internacionales están haciendo daño a la Real desde el principio. Claudio Bravo no llega a tiempo de disputar este partido, aunque la portería está en magníficas manos, las de Riesgo (más que probable titular en Tarragona) y las de Zubikarai. Nsue, a quien jugar 20 minutos ante Lietchenstein con la selección sub-21 le impidió estar ante el Murcia, vuelve esta semana a la convocatoria (y tiene muchas posibilidades también de entrar en el once titular), pero el lunes se marchará al Mundial de la categoría. El calendario de Segunda es un galimatías, una falta de respeto a los equipos y un llamamiento a la insumisión. Es triste el perjuicio que se causa a los clubes, y hay que decirlo y denunciarlo cada vez que se tenga ocasión. Como ahora, cuando la Real puede perder a uno de sus fichajes durante más de un mes. O cuando Bravo se vaya presumiblemente al Mundial con Chile cuando el equipo txuri urdin se puede estar jugando el ascenso.
A pesar de que la imagen no ha sido la esperada en los tres primeros partidos oficiales, Martín Lasarte no parece que vaya a hacer demasiados cambios en su equipo. De momento, en la convocatoria sólo hay uno, el mencionado regreso de Nsue por un Aranburu que se quedará en Zubieta mejorando su puesta a punto. Su inclusión en la lista de hace una semana queda ahora ya como un regreso algo anticipado y, esto es lo preocupante, como una muestra de falta de confianza en algunos jugadores del primer equipo que no estuvieron entre los elegidos, principalmente un Viguera que todavía no ha debutado esta temporada. El equipo se asemejará bastante al que saltó al césped de Anoeta para medirse al Murcia, con el único cambio previsible de Nsue, que entrará en la mediapunta por Bueno, recuperando el esquema más habitual en el técnico uruguayo, el 4-2-3-1.
Lo normal es que Mikel González y Ansotegi sigan siendo la pareja de centrales, al igual que Elustondo y Rivas la de mediocentros. De la Bella y Estrada siguen sin rival en las bandas (Carlos Martínez todavía no ha entrado en ninguna convocatoria por su lesión y Sarasola no parece estar para al técnico al mismo nivel que el catalán procedente del Sevilla Atlético), al igual que Prieto. La duda está en la izquierda, aunque parece probable que Johnatan siga jugando antes que Griezmann. En la mediapunta, todo apunta a que el escogido será Nsue (hasta el momento ha demostrado ser el realista más en forma), aunque Sergio cuenta con opciones de entrar. Agirretxe, autor del único tanto anotado por la Real en partido oficial (en Las Palmas) será el 9 titular. Ojalá al final del partido podamos hablar de ellos y no de los árbitros, que ya han castigado a la Real en los dos partidos ligueros que llevamos.
Tarragona es una plaza bastante propicia para la Real. De sus siete visitas en Primera y Segunda División, tres se saldaron con victoria y dos más con empate. Sólo en dos ocasiones venció el Nastic, y de eso hace ya medio siglo. La última vez que vencieron los locales fue en la temporada 49-50, por 2-1, cuando ambos conjuntos militaban en la máxima categoría. La última visita en Primera se saldó con victoria txuri urdin. Fue en la temporada 07-08, y a cinco jornadas del final. Los goles de Garitano, Savio y Ansotegi mantuvieron vivo una semana más el sueño de permancer en Primera, un sueño que se truncó casi por completo en la siguiente jornada, en Pamplona. En Segunda, la Real nunca ha perdido como visitante ante el Nastic, con dos empates y otras tantas victorias.
Una de esas victorias fue la que se produjo la temporada pasada. Ya en noviembre, fue el primer triunfo fuera de casa logrado por los de Lillo y fue tan merecido como afortunado. La Real hizo una muy buena primera parte, y se adelantó con un golazo de Moha desde fuera del área, el único que al final marcó con la camiseta txuri urdin. El Nastic empató avanzada la segunda parte, con la colaboración de un árbitro que machacó a la Real a base de faltas inexistentes. Una de ellas acabó en el fondo de la portería realista. Y el Nastic se creció, convirtiendo la soñada defensa de tres de Lillo en una de cinco (incluyendo a Dramé, pues éste fue el único partido de Liga que jugó en toda la temporada). Pero en el último minuto, cuando nadie esperaba la reacción realista, Agirretxe bajó un balón imposible y Díaz de Cerio empalmó un precioso derechazo. 1-2 y tres puntos para la Real.
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