sábado, abril 18, 2009

REAL SOCIEDAD 1 - TENERIFE 2 Lágrimas y orgullo

Lágrimas. Sólo veo lágrimas. Desde hace algún tiempo, Lillo viene diciendo que jamás había visto algo como lo que le está sucediendo a la Real esta temporada. Hoy se ha añadido una pica más, una de las que duelen. ¿Definitiva? Qué sé yo, sólo veo lágrimas. Y también orgullo. Porque hoy la Real ha sido la Real, ha jugado un partido magnífico, sobre todo en una primera parte en la que destrozado, arrinconado y ninguneado a un equipo que el año que viene es más que posible que juegue en Primera División. Hoy ha sido la Real que tanto hemos deseado, una Real valiente, una Real pletórica de entrega, una Real con mucho fútbol en sus botas. Y cuando el fútbol hizo justicia con la Real, ha aparecido un árbitro para hacerle otra injusticia más. Las lágrimas esconden el orgullo un instante. Pero sólo un instante. Somos la Real. Y por mucho que nos quiten, por mucho que le den a los contrarios, por mucho que al rival le favorezcan las decisiones arbitrales o las sospechas extradeportivas, lo seguiremos siendo. Ni las lágrimas pueden esconder el orgullo que siento por esta camiseta ni el amor que siento por este escudo. Nos hagan lo que nos hagan.

Hace nada menos que quince años, escuché a John Toshack decir que era muy fácil venir a pitar en Anoeta. El partido de hoy es la enésima muestra de que el galés tenía razón. Claro que entonces se acababa de jugar contra el Real Madrid. Y no es lo mismo salir cabreado con el árbitro por no ganar al Real Madrid que por perder en Segunda contra el Tenerife. En todo caso, ha sido muy fácil para Lizondo Cortés, árbitro descendido de Primera, permitir todas las faltas en el centro del campo del Tenerife sin mostrar una sola tarjeta amarilla. Ha sido muy fácil para el árbitro no mostrar a Sicilia la segunda amarilla a pesar de las constantes faltas a Xabi Prieto y a pesar de cortar una jugada de la Real con la mano, en la que el colegiado ha dado la ley de la ventaja, evitando así el dilema de la amonestación. Ha sido muy fácil sacar una tarjeta amarilla por pérdida de tiempo cuando el reloj marcaba 48 minutos y 50 segundos y pitar cuando señalaba 49 minutos y 14 segundos. Y, sobre todo, le ha sido muy fácil, sorprendentemente fácil, pitar penalti en contra de la Real un minuto después de que el equipo txuri urdin marcara el 1-0.

Otro penalti inexistente, otro partido que se va a la basura, otros tres puntos que se le quedan a la Real en el camino. Carlos Martínez arriesga para cortar una peligrosa internada de Kome, pero llega claramente al balón. Y lo que debiera ser una situación de duda, se convierte siempre en una certeza contra la Real. Los segundos de indignación, un sentimiento en el que ya tenemos demasiada práctica, dan paso a la rabia. Páralo, Bravo, páralo y devuelve la justicia a ese deporte que tanta gente sumerge en el fango semana tras semana. Pero no. El chileno no cazó un penalti formidablemente lanzado por Nino. No hay justicia para este Real. Nunca parece haberla. Más bien lo contrario. El enésimo acto prevaricador de un juez, en este caso de Lizondo Cortés, sacó por completo a la Real del partido, que de ahí en adelante sólo pudo mostrar orgullo. Pero con 50 puntos y otros tantos de orgullo no se puede subir a Primera. Porque si fácil fue para Lizondo Cortés pitar penalti con el salto de Kome, más fácil todavía fue no pitarlo cuando Xabi Prieto siguió persiguiendo el gol a pesar de ser golpeado dentro del área minutos después. No hay premio para las conductas deportivas. Nunca lo hay. Al menos no si la Real está de por medio.

Y acaba el partido y la única sensación que queda es la de asco. Por eso se hace dificilísimo hablar de fútbol después de lo que se vivió en Alicante, en Albacete, en Anoeta ante el Zaragoza y en un día como el de hoy. Pero hablemos, porque la Real, por encima de todo lo que le está tocando vivir en los últimos años, es fútbol. Lillo apostó por un esquema valiente y el equipo respondió. Tres atrás, Carlos Martínez y Castillo, dos laterales con vocación ofensiva, junto con un Ansotegi que ha realizado probablemente su mejor partido en la Real y que, tristemente, acabó desquiciado con el árbitro. Por delante, Gerardo (espléndida primera parte la suya, incorporándose al ataque de manera constante y dejando en Carlos la función defensiva), Diego Rivas y Markel Bergara. Por delante, un Aranburu que ha hecho unos minutos sensacionales y que tuvo clarísimas ocasiones en el tramo inicial del partido, y la tripleta atacante formada por Xabi Prieto, Marcos y Abreu.

La alineación de la Real fue toda una declaración de intenciones. Hoy tocaba jugar al fútbol y al fútbol jugó la Real. Magníficamente. Los primeros cinco minutos apuntaban a un intercambio de golpes, y la escasa en efectivos defensa realista seguro que ha puesto el corazón de más de un realista en la garganta. Pero pronto el equipo de Lillo se convirtió en dueño absoluto del partido. Anoeta está acostumbrado a llegar 0-0 al descanso, pero hoy fue muy distinto. Hoy premió al equipo con una gran y merecidísima ovación. La Real hizo 45 minutos completísimos, los más completos de la temporada en casa y mereció sobradamente irse ganando a los vestuarios. Lillo acertó con el plantemiento y los jugadores respondieron con una lección de fútbol y de casta. El comienzo de la segunda parte ofreció un Tenerife algo más ofensivo, pero llegó el gol de Abreu. Jugadón de Xabi Prieto y detalle de clase, otra vez de cabeza, del delantero uruguayo. Abreu no había tocado mucho balón, pero está en la Real justo para esto, para marcar la diferencia. Y la marcó en un momento mágico que nos llevó a seguir soñando con volver a Primera.

Pero los marcadores cortos e igualados dan la oportunidad a que todo lo que rodea al fútbol, todo lo que emponzona este deporte, todo lo innoble que altera la competición deportiva, aparezca. Y así llegó el penalti. Un minuto después de la alegría, llegó el mazazo. El golpe arbitral, medido y preciso, tuvo continuación en un golpe futbolístico. Una cesión atrás de cabeza efectuada por Carlos Martínez se convirtió en un error fatal que acabó en el 1-2. Nino marcó los dos goles visitantes. Uno asistido por el árbitro y otro por un jugador realista. La crueldad con la que el fútbol trata a la Real no tiene límite. Porque cada golpe que recibimos parece ser el peor, pero siempre hay otro que acaba superándolo. El penalti de Savio, los dos goles de Vitoria, el penalti para el Zaragoza que nos privó de ser segundos. Seguro que quedan más cosas por ver porque la avaricia no tiene límites. Seguro. Porque nada parece ser suficiente a la hora de hundir a este equipo. Nada.

"Nosotros no hemos hecho gol cuando hemos sido muy superiores. Eso es lo primero que tenemos que evaluar", fue lo primero que dijo Lillo en la rueda de prensa, cuando le preguntaron por el penalti. Autocrítica antes que rabia contra el árbitro. Una lección más que hace todavía más incomprensible la actitud que se tiene con respecto a este equipo. "Yo voy a pensar que es un año de muy mala suerte. Cada vez que han tomado una decisión que luego se ha descubierto que no ha sido tal, siempre ha sido hacia este lado", añadió el técnico, recordando una jugada en la primera parte en la que también se pudo haber pitado penalti a favor de la Real (y que ETB no nos ofreció repetida). Y es que esa es la cuestión. ¿Tanta mala suerte contra el mismo equipo es posible? Lo que no es posible es hacer hoy algún reproche a la Real hoy y Lillo lo sabe y lo dijo. Va a ser fácil escuchar críticas al equipo durante la semana, incluso quien se suba a la ola catastrofista y diga que lo de Carlos Martínez es penalti. Pero no hay nada que reprochar a la Real. Nada.

Lo de hoy era una final. Y sea como fuere, se ha perdido 1-2. Lejos de Anoeta, la jornada ha sido tan nefasta como se esperaba. Han ganado Rayo, Zaragoza y Salamanca, que además adelanta al conjunto txuri urdin en la tabla. La Real es séptima, a nueve puntos del Rayo, tercero en la tabla y a doce del Tenerife, ahora líder, que pueden ser mañana trece si vence el Xerez mañana en Vitoria. ¿Se ha acabado esto? Ahora mismo reconozco que me da igual. Porque hoy, otra vez más, ha perdido el fútbol. Y la Real con él. Quedan nueve partidos y lo único que quiero es ver en el campo el mismo orgullo de hoy. Somos la Real. Para bien y para mal. Pero luego Lillo dijo que el objetivo son los 77 puntos, es decir, conseguir las nueve victorias de aquí al final de la temporada, siempre yendo de una en una. Y reconozco que esa frase me ha subido el ánimo. Ánimo Real. Yo jamás abandonaré. En Primera o en Segunda. Ahora vamos a Huesca. A por ellos.

7 comentarios:

Urbano dijo...

Buenas tardes Juan

Siempre espero con impaciencia tus comentarios, casi siempre coincidentes con lo que yo tambien siento y veo. He seguido el partido por la television canaria en internet, y esta vez me temo que no estoy del todo de acuerdo contigo. Para mi es un claro penalty, tan claro como estupido...¿como es posible que entre al trapo y de forma tan poco inteligente Carlos Martinez en esa jugada?, no ha sido su mejor tarde... pero yo me voy hoy con la sensacion que llevo arrastrando toda la temporada... este equipo no da para mas, desde luego no para subir (ojala me trague estas palabras), y la mayoria de las veces (no hoy) me deja frío, muy frio, o muy quemado a pesar de las actuciones arbitrales, tan sospechosas en tantas ocasiones.

En fin, no hay mal que cien años dure, el ejemplo del Sorting está ahí

Rubén dijo...

Pues yo tampoco puedo estar de acuerdo contigo. Hoy hemos visto a una Real bastante floja. Bueno, para qué engañarnos, hoy he visto un partido más de esta temporada. No sé dónde has visto el buen fútbol de los nuestros. Ojo, todo es opinable, por supuesto, pero a mi no me han gustado nada de nada.

Además es la actitud. No hay rabia. Ves a Bravo, que actua como si fuesen ganando, perdiendo tiempo, con lentitud, con parsimonia, esperando a que llegue el delantero para coger el balón... Luego te fijas en el resto de futbolistas y juegan igual en el minuto 6 o en el minuto 88. No sé, así es muy difícil, independientemente, por supuesto, de que los árbitros vengan a Anoeta con una clara predisposición de pitar en contra.

Una verdadera pena. Un abrazo!

Urbano dijo...

Hola de nuevo

Hoy he vuelto a ver un amplio resumen de 5 minutos del partido de ayer, he vuelto a ver la jugada del penalty y lo único que me sale es enfadarme...pero con Carlos Martinez. Me alegra, o mejor dicho, me entristece ver que Rubén coincide conmigo (aunque yo ayer al menos en la primera parte disfruté con el juego) en que la cosa no va como debería tanto en nivel de juego como en actitud.

Hay algo que no se como explicar..., tengo 39 años, soy de un pueblo de Zaragoza y ya recuerdo vivir aquella infausta tarde de domingo de 1980 en el Pizjuán pegado a la radio sufriendo con la Real. He visto ya muchas plantillas, muchos jugadores, supercracks, buenos, normales, y algun otro. Por encima de todos ellos, yo me sentía orgulloso de que mi equipo fuese distinto, amen de la cantera, por ese plus en ganas, actitud, implicación, un "algo" que no todos equipos tienen y que a mi me hacía sentirme orgulloso de lucir la camiseta txuri-urdin en mi pueblo.

Ahora veo a mi equipo y, perdonadme la licencia, es como si nos hubiesen robado nuestro "mojo" (como a Austin Powers con el Dr.Maligno), algo me falta. Pese a ello, me dejo los ojos cada sábado en el ordenador viendo los partidos, sufro con el juego, sufro con los árbitros y jamás hasta ahora he dejado de ver o escuchar un partido por mal que nos fuese.

Mi sobrino tiene 15 años, es de la Real, posters, melodía en el movil, fondo, etc. Yo he visto a Zamora, Arconada, Aldridge, De Pedro, Aranzabal, Kodro, Aranzabal, Darko, Karpin, Xabi, y otros muchos, pero el...

Verlo me hace recobrar la esperanza, si un chaval aragonés que solo ha visto a la Real en segunda y por debajo del décimo puesto en primera, se pone nuestra camiseta para ir al instituto entre un mar de Messis, Raules, Iniestas, etc, no todo está perdido.

Lo malo es que el sábado vuelvo a la realidad, y el equipo no me transmite ese "no se que" que durante años ha hecho. Algo me falta...

Perdonad que sea tan pesimista, a lo peor es que soy un optimista con cierta experiencia, al menos hasta el sábado que viene.

Como bien dices, Juan, somos la Real, y eso es lo importante, es lo que queda, y ahí estaremos con el Centenario, y en el ascenso, y en el descenso si es necesario...somos la Real.

Un saludo, y perdón por la chapa y la historieta del abuelete

Luis dijo...

Soy de la Real, y como siempre tengo esa fe ciega, de quien no quiere mirar, de quien cuando las cosas van mal, anima mas alto, mas fuerte, para que puedan sacar esa gota mas de esfuerzo.

No esta todo perdido, ahora solo nos quedan cosas por ganar.

Vamos a subir. Venga todos, como si solo valieran estas últimas nueve jornadas.

Un abrazo

Urbano, vete a ver a las chicas de futbol contra el Prainsa Zaragoza, y con tu sobrino, y veras donde hay mojo.

cityground dijo...

Pues ya si que no tengo esperanzas, y creo que contra el Tenerife perdimos por errores propios, no se puede perdonar tanto en la 1ª mitad, y el peanlti solo lo he visto una vez y me lo parece, el 2º gol del Tenerife es de chiste e imperdonable en una categoría profesional, vaya despejes y cesiones de cabeza.

Este domingo ire al Alcoraz a ver el Huesca-Real y por primera vez en mi vida prefiero que pierda la Real porque al Huesca le faltan unos poco puntos para confirmar la salvación mientras el ascenso de la Real me parece una utopia.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Está vez sí he generado debate, y de eso siempre me alegraré, sean opiniones coincidentes o no. Eso tenedlo claro, que siempre son bienvenidas...

Urbano, yo sigo sin ver el penalti por ningún lado. No sé dónde toca a Kome. Y que éste se levante tan rápidamente me lleva a pensar que no hay infracción. En todo caso, hemos llegado a un punto en el que ni siquiera eso me parece lo más importante de la labor arbitral. En contra se pita fácil, a favor nunca. La duda siempre se convierte en certeza hacia el mismo lado y eso, estadísticamente, es imposible. Y no es sólo el penalti, es todo lo demás. A mi parecer, Kome ya tendría que haber sido expulsado antes. Con la Real no hay tantos miramientos a la hora de expulsar a uno de sus jugadores.

De la misma forma que en eso no estamos de acuerdo (y de verdad que me alegro de que expongas tu punto de vista; escribe siempre que quieras y tan largo como quieras), en el sentimiento txuri urdin somos iguales. A mí me pasa lo mismo cuando voy a Donosti y veo a montones de críos con la camiseta de la Real. Eso vale más que cualquier otra cosa. Y ya sé que lo harás, claro, pero cuida a ese chaval de 15 años. Ellos son el futuro.

Luis, siempre me he tenido por optimista cuando hablamos de la Real, pero tú me superas sin duda. Sigue así.

Cityground, el segundo gol es tremendo, sí. Pero tampoco voy a cargar las tintas contra Carlos Martínez por ello. Pienso que, árbitro aparte, si no ganamos fue por fallar arriba, no en defensa. Te deseo lo mejor para el Huesca, pero yo a partir del domingo a las 20.00 horas.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Rubén, (no sé qué ha pasado, que se me ha borrado el párrafo que te había escrito en la respuesta anterior; voy a ello), también me mantengo en lo que dije del juego. Creo que la Real hizo 50 minutos espléndidos, hasta el penalti. Jugando con defensa de tres y asumiendo todos los riesgos del mundo, el Tenerife no tuvo una sola ocasión clara en la primera mitad. La posición de Aranburu nos dio más llegada al área que en cualquier otro partido. La presión se hizo de forma mucho más intensa y más arriba. Abreu hizo lo que tenía que hacer, marcar la que tuvo. Y tuvimos seis claras ocasiones de gol ante un equipo que, a tenor de lo que dice todo el mundo, es de lo mejor de la categoría y probablemente jugará el año que viene en Primera.

Ellos mismos, jugadores, técnico y periodistas del Tenerife, dijeron que hacía tiempo que no lo pasaban tan mal ante un equipo como en la primera parte de Anoeta. Tanto que hemos reprochado al equipo su falta de actitud en algunos partidos, se podría decir que jugando todos así habríamos ganado muchos más.