Rotura de ligamento lateral interno, rotura de retináculo interno y rotura capsular con posible desinserción de menisco interno. Esta es la lesión que figura en el parte médico de Gari Uranga. Traducido al lenguaje del aficionado, el realista se pierde lo que resta de temporada. Al mismo tiempo que escribo estas líneas, Gari está siendo operado en la Clinica Quirón de San Sebastián. Horas antes se había confirmado la gravedad de la lesión que sufrió cuando faltaban diez minutos para el final del partido ante el Sevilla, tras una entrada de Martí y después de dejar el balón en los pies de Elustondo para que éste tuviera una de las mejores ocasiones de la Real en el encuentro.
Nada más caer al suelo, Gari ya estaba pidiendo el cambio aunque no era posible, ya se habían hecho los tres permitidos. Sabía lo que se había hecho en la rodilla. Y se han confirmado los peores pronósticos. Gari, al término del partido en Sevilla, transmitía muchísima tranquilidad y prefería quedarse con el punto conseguido en el Sánchez Pizjuán antes que mostrarse desolado por su lesión. "Hemos puntuado contra uno de los mejores equipos y lo mío se queda para mí. Es un punto importante. El destino ha querido que me haya lesionado hoy y no hay más vueltas que darle. No me queda otra que apoyarme en las personas que más me quieren y más quiero. Soy joven y me queda mucho por dar todavía", aseguró.
Ojalá que el regreso de Gari se pueda producir en Primera. Sería muy duro para él ver cómo la Real desciende sin poder darlo todo en el campo, como está acostumbrado a hacer. "Espero poder celebrar la permanencia. Apoyaré al máximo de la forma que pueda", dijo el realista desde Sevilla, anticipando ya la gravedad de la lesión. Gari era, hasta ayer, el segundo realista que más minutos había jugado en esta temporada, después de Rekarte. Como delantero o como extremo, ha contado desde el principio tanto para Bakero como para Lotina.
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