El rival de este sábado, el Deportivo de la Coruña, fue la última víctima del acierto goleador de Darko Kovacevic, antes de la lesión y de la sequía ante la portería que afecta al serbio. Fue el 23 de octubre de 2005, hace nada menos que 16 meses. Aquel gol fue el primero de aquella tarde. Luego marcaría Jauregi el 2-0 con el que acabó el partido. Darko se volvió loco de alegría al anotar ese tanto, el primero desde que falleció su madre. Los jugadores realistas ya le habían dedicado el gol y el triunfo en Zaragoza una semana antes, un partido que el serbio no pudo disputar.
"Fue un día muy especial para mí y ese tanto uno de los más importantes de mi carrera por lo que suponía para mí. Se lo quiero dedicar a mi ama, que seguro que me está viendo desde arriba, a mi familia, a la afición y a mis compañeros, que me han ayudado mucho". Estas fueron las palabras de Darko después de marcar aquel gol. Entonces, después de ocho jornadas, las aspiraciones de la Real parecían apuntar alto aunque los resultados rompieron aquellos sueños. Tampoco este año está el equipo txuri urdin para muchas alegrías.
Ayer habló Darko en rueda de prensa tras el entrenamiento. Dijo que no sabía lo que iba a hacer si ante el Deportivo cierra ese ciclo sin goles. "Me da igual, puede ser que me quede congelado", afirmó, aunque sí tiene claro que "ojalá se repita" lo de su anterior partido contra el Depor, un partido en el que, por cierto, los gallegos tuvieron que saltar al cesped de Anoeta con una vieja segunda equipación de la Real, de color rojo (manías de un árbitro tan peculiar como Medina Cantalejo). Y ojalá se repita. Ojalá marque Darko y gane la Real. Ojalá podamos volver a decir aquello de "si Darko gol, no problem", que popularizó el serbio nada más llegar a San Sebastián cuando apenas sabía castellano.
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