La temporada ha empezado tal y como pensaba que iba a empezar y cada vez estoy más convencido de que terminará tal y como la he imaginado. No hay demasiados sorpresas para mí en este arranque liguero. Si acaso, el papel protagonista que ha adquirido Markel Bergara, con el que no contaba para nada y que arranco incluso antes de la lesión de Elustondo. Por lo demás, estas cinco jornadas de la segunda Real de Montanier desprenden las mismas sensaciones que las 38 de su primera temporada en el banquillo txuri urdin. Y serán las mismas de todas las que sigan teniéndole como entrenador de la Real, sean las 33 que faltan para el final de la Liga, menos si por algún avatar de la competición es cesado o más si se mejora, por mínimamente que sea, y es incluso renovado. Esta es la Real de Montanier y ya todos sabemos cómo es. Y en el fondo, aun con ganas de mantener muy vivo el espíritu crítico, me planteo si conseguimos algo dándole más vueltas a las evidentes flaquezas de su trabajo o las anheladas posibilidades de mejora que no van a llegar.
Es una situación que me entristece porque siento que la Real está en una posición inmejorable para hacer cosas importantes, con una plantilla que atesore enormes posibilidades y una edad en sus jugadores que hace pensar en un futuro dorado. Y por más cosas. No me gustó cómo llegó Aperribay a la Presidencia del club, pero ha conseguido cambiar radicalmente mi opinión sobre él. Lo ha hecho con su trabajo y con algunas decisiones valientes y de gran calado para la Real, cuestiones por las que no puedo más que aplaudirle, desde su política de renovaciones hasta la firmeza en la defensa de los derechos del club ante el chantaje de Mediapro. No comulgo con algunos movimientos de Loren, pero no sólo ha hecho algunas cosas bien, sino que este verano ha hecho un trabajo fantástico, fichando bien, barato y en los puestos en los que se veían carencias. Sólo le ha faltado para ser perfecto, y creo que no es culpa suya sino de la falta de sinceridad del entrenador, que Ifrán saliera cedido para no amargarle la vida al uruguayo otro año más. Pero el trabajo de ambos se ve entorpecido por la nula ambición de Montanier, ya dijo que no entendía la euforia de los aficionados y ahora vemos por qué, y los grandes agujeros negros en su labor.
Sin embargo, creo aconsejable que haya una tregua. Por mi parte, desde luego, ya está en vigor. No seré yo quien juzgue a lo largo de esta semana el trabajo del entrenador, ni sus métodos, ni sus deficiencias, ni sus entrenamientos, ni siquiera su convocatoria. No voy a ser quien desee una debacle de la Real el próximo sábado ni quien dé por buena una derrota (¡eso nunca y bajo ninguna circunstancia!) si con eso se consigue, que no creo que fuera el caso, el cese del entrenador. El motivo es más que evidente: llega el derbi. No entendería que Anoeta hiciera de Montanier el protagonista del derbi mientras haya un partido en juego. Porque con el balón en marcha y el marcador incierto, cuenta mucho más la Real que Montanier. Cuenta mucho más la necesidad de ganar al Athletic (por honor, por orgullo y por muchas más razones) que el desafecto que podamos sentir por el actual técnico txuri urdin. Cuenta más respetar el alma de la Real que hacer justicia con los méritos de su entrenador. No hablo de censurar las críticas, no. Hablo de posponerlas porque esta semana ya no van a tener ningún efecto más. Todos hemos dicho lo que teníamos que decir. Y ahora toca aferrarnos a los aspectos más emocionales de ser de la Real.
Como se ha hecho de los duelos contra el Barcelona y el Real Madrid partidos que no son de nuestra Liga, eso convierte el partido del sábado, independientemente de las opiniones que podamos tener cada de nosotros, en el más importante de la temporada. Afrontémoslo como tal. Sin concesiones al rival en forma de censura al rendimiento o al trabajo de los nuestros. Que las críticas, que no pueden ser nuevas porque los síntomas están ya muy enquistados, esperen unos días. Y juzguemos después del derbi. Incluso inmediatamente después en la forma en que sea necesaria para que quede claro el sentir de la afición. Yo seré el primero en entonar un "Montanier dimisión" si claudicamos en el derbi. Pero que el Athletic vuelva a tener miedo de Anoeta. Que sienta que está en un territorio hostil en el que no gustan sus operaciones para quitarnos jugadores de cualquier edad y condición. Que padezca las ansias de revancha, siempre deportiva, por el trato que recibió la afición en San Mamés la temporada pasada. Que comprenda que nuestros jugadores quieren vestir la camiseta txuri urdin y no la rojiblanca aunque la Real no pueda igualar los salarios que pagan al otro lado de la autopista. Y que acaben rendidos ante un equipo que puede y quiere ser mejor.
Una tregua por el derbi. Al menos de una semana. Montanier, ahí la tienes. Me cuesta, porque creo que el equipo lleva un camino equivocado y criticable, pero ahí la tienes. Haz lo que quieras, que yo hasta después de ver cómo sale el partido contra el Athletic ya no pienso abrir la boca para censurar nada de lo que hagas. Pero gana el maldito derbi, sin excusas, prepara de una vez al equipo para que sólo valga ganar, que los dos duelos contra los bilbaínos de la temporada pasada todavía me duelen en el corazón.
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