Remontarle un 0-2 al Barcelona no es tarea fácil, pero la de esta temporada 2011-2012 no es la primera vez que el equipo blaugrana sufre semejante correctivo en Anoeta. En la temporada 1997-1998 también consiguió dos goles de ventaja y acabó cediendo un empate. Era otro Barça. Era otra Real. Pero el resultado fue el mismo. 2-2. Y Anoeta lo celebró, como el pasado sábado, como un triunfo. Aquel Barça lo entrenaba Louis Van Gaal y llegó a San Sebastián como líder de Primera (acabó siendo campeón), pero después de dejarse remontar un 1-3 en Salamanca hasta perder 4-3. La Real, comandada por el alemán Bernd Krauss, era tercera en la tabla (su puesto final), después de una brillante racha de 17 partidos sin perder y de haber caído derrotada únicamente en el Nou Camp, una vuelta atrás, y en el Santiago Bernabéu, en la tercera jornada de Liga, con lo que en Anoeta seguía invicto. Alberto era el Zamora, con sólo doce tantos encajados. Luis Enrique, el Pichichi, con los mismos goles anotados. Era, a priori, todo un partidazo en la cumbre el que se celebró el 11 de enero de 1998.
El Barça siempre ha sido mucho Barça. Aquel se presentó en Anoeta con dos Balones de Oro como Figo y Rivaldo. Con Guardiola como capitán. Y con la colección de jugadores holandeses que se trajo consigo Van Gaal a Barcelona. El equipo culé dominó el partido. Las ocasiones más claras fueron de la Real, en la primera parte en las botas de Rekarte y Kovacevic, pero el control del fútbol parecía en poder de los blaugrana. Ya en el minuto 1, Rivaldo había avisado con un buen disparo, pero Alberto, en esta su mejor temporada en la portería de la Real, respondió de maravilla y evitó el gol. No puedo hacerlo casi media hora después. El 0-1 llegó en el minuto 29, con una jugada de tiralíneas que bien podría firmar el Barça actual. Guardiola metió un precioso balón a Anderson, su disparó lo rechazó Alberto y Luis Enrique, que aquel año tenía el olfato de gol desarrolladísimo, llegó antes que el guardameta y la defensa realistas para introducir el balón en la portería txuri urdin. Fue un jarro de agua fría, porque cuando llegó el gol el partido parecía ya más o menos equilibrado.
En la segunda parte, la Real parecía agotada por el esfuerzo sin premio de la primera. En el minuto 63, casi todos vieron acabado el partido cuando Rivaldo lanzó una falta e introdujo el balón en la portería realista sin que nadie la tocara. Todos, menos Alberto, que se había percatado de que el árbitro había decretado libre indirecto y que, por tanto, el gol era ilegal, por mucho que se enfadara Figo. Pero el 0-2 llegó igualmente, y lo hizo sólo siete minutos más tarde. Otra gran combinación colectiva del Barça, con la Real llegando tarde a la presión, permitió a Sergi galopar por su banda izquierda hasta el área y meter un precioso balón en paralelo a la línea de fondo que Anderson convirtió en gol. Sólo quedaban 20 minutos y parecía que la Real no tendría fuerzas para levantar el partido. Pero sólo lo parecía, porque aquella Real tenía unas increíbles dosis de motivación extra, sobre todo jugando en Anoeta. Krauss había puesto en el campo a De Paula por un desafortunado Cvitanovic y a Kühbauer por Gracia, dando más profundidad al equipo. El austriaco tuvo una buena ocasión de recortar distancias, pero la mandó a las nubes.
Así se llegó al minuto 82. Craioveanu alcanzó la línea de fondo y su centro atrás encontró un inusual rematador: Loren. El capitán realista reverdeció sus laureles de delantero y se quedó en el área buscando el milagro. Él puso la primera piedra para la remontada y recogió el balón con rapidez para llevarlo al centro del campo. Se mascaba el empate. El técnico alemán hizo su última cambio, más ofensivo todavía: Mutiu por Mild. La Real tenía cinco atacantes... y a cualquier otro como Loren que pasara por el área. En el minuto 88, Guardiola estuvo a punto de hacer un gol en propia puerta, pero Hesp lo pudo despejar a tiempo. Y así llegamos al minuto 89. Kühbauer lanza desde la esquina. Loren peina en el interior del área y el balón cae dentro del área de meta, en un espacio inmensamente grande para lo pequeña que en realidad es. Y allí aparece De Paula, que pone el pie para hacer el 2-2 y desatar el delirio en Anoeta. En los más de 26.000 espectadores que acudieron, en toda la plantilla de la Real. El enfado de Luis Enrique era descomunal. Ya no hubo más ocasiones de mover el marcador, pero aquel fue el clásico partido que, si llega a durar cinco minutos más, se queda en Anoeta.
Real Sociedad (Bernd Krauss): Alberto, Fuentes, Loren, Pikabea, Rekarte, Mild (Mutiu, 87'), Imaz, Gracia (Kühbauer, 70'), Cvitanovic (De Paula, 45'), Craioveanu y Kovacevic.
Barcelona (Louis Van Gaal): Hesp, Sergi, Bogarde, Abelardo, Reiziger, Guardiola, Celades, Luis Enrique, Figo (Roger, 87'), Rivaldo (Giovani, 72') y Anderson.
Goles: 0-1, minuto 29, Luis Enrique; 0-2, minuto 70, Anderson; 1-2, minuto 82, Loren; 2-2, minuto 90, De Paula.
Árbitro: Esquinas Torres. Tarjetas amarillas a Imaz y Luis Enrique.
Estadio de Anoeta, 26.400 espectadores.
El Diario Vasco: "Un punto de orgullo. Loren en el minuto 82 y De Paula en el 90 remontaron la ventaja azulgrana en un final trepidante, que premió la fe de los realistas".
Marca: "Barça: otra cantada. De Paula empató un choque el Barça dominaba por 0-2 a falta de ocho minutos para el final".
AS: "Otro final de manicomio. Los de Krauss remontaron un 0-2 en siete minutos y acabaron empatando".
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