Me sorprende la poca contundencia con la que se defiende a la Real desde hace ya unos cuantos años. Y me sorprende aún más porque contrasta con la contundencia que sí emplean otros para atacar a la Real. Lo cierto es que, por desgracia, esto se podría aplicar a muchos ámbitos de la vida cotidiana del conjunto txuri urdin. Desde la imagen que se tiene del club dentro y fuera de nuestras fronteras o ante las instituciones futbolísticas, hasta el juego del equipo y los aspectos positivos que pueda ofrecer, pasando por el deseo de jugadores propios y ajenos por vestir la camiseta realista. Pero hablemos de la relación con el Athletic de Bilbao, ahora que se ha vuelto a poner sobre la mesa de debate gracias al intento de su Fundación de seguir tocando en la cantera propia de la Real. Qué poca contundencia ha habido en la respuesta, la misma que encontramos siempre en este asunto, cuando los hechos demandaban una actuación mucho más clara, sincera y, cómo no, contundente.
Si echamos la vista atrás, todos recordaremos que desde Bilbao nos han llegado frases como que el Athletic debe ser el equipo de Euskadi, que los mejores jugadores vascos deben vestir la camiseta rojiblanca. Todos recordamos a Balenziaga besando el escudo de su camiseta del Athletic el día en que fue presentado. A aquella efímera presidenta del Athletic diciéndole de todo por el caso Zubiaurre a una Real que, como se demostró en los juzgados, tenía razón. A Díaz de Cerio apalabrando su salida de la Real con dirección a la capital vizcaína antes de lo que la normativa le permite. A chavales y chavales de la cantera que huyeron al Athletic por promesas que muchos considerarían poco éticas. A profesionales que antepusieron su bolsillo a la camiseta txuri urdin. Todo eso es lícito, todo eso es legal. Y también es contundente. Porque, equivocados o no, leales o no, desde Bilbao actúan con contundencia.
Contundente fueron las declaraciones de un vicepresidente del Athletic, el pasado verano, en las que admitió sin ningún género de dudas, sin ningún rubor y sin ningún rasgo de hipocresía, que a su equipo le hubiera interesado mucho que Osasuna descendiera a Segunda. Como le interesaba en su momento que la Real no estuviera en Primera e incluso que pasara largos años en Segunda. Es obvio que, en la posición de debilidad que te garantiza no estar en la élite, más y más jugadores optarán por salir de la Real (o de Osasuna, en caso de haberse producido ese descenso), tanto de su primer equipo como de sus filiales, y que su destino más probable siempre será el Athletic, por cercanía geográfica y por motivos económicos. Por muchas dudas o enfados que nos despierte el origen del dinero del Athletic, el caso es que tiene más que los demás. Más que nosotros. Incluso en nuestros momentos más boyantes. Por eso, porque está en juego nuestro futuro, la respuesta tiene que ser contundente.
¿Que alguien nos dice que nosotros tenemos extranjeros o jugadores no canteranos? Se contesta con datos, que no mienten y hablan de un porcentaje mucho mayor de jugadores procedentes de Zubieta en la Real que de Lezama en el Athletic. ¿Que nos dicen que el Athletic es un equipo de cantera? Se recuerda cuántos jugadores de Zubieta o Tajonar visten hoy la camiseta rojiblanca para dejar muy claro que son más de los que la gente parece pensar.¿Que nos hablan de formación de chavales? Se recuerda el dineral que se gasta el Athletic en el fichaje de jugadores que sólo han visto Lezama en los periódicos. ¿Que nos dicen desde Bilbao que ellos son un equipo campeón? Se les recuerda que el último equipo vasco en levantar un título fue la Real en 1987. ¿Que se quejan de las actuaciones de equipos más grandes con su cantera? Se recuerda lo que hacen ellos con la nuestra. Siempre con la verdad por delante. Con el respeto que muchas veces no se nos tiene a nosotros. Y con contundencia.
No entendí que Badiola fuera tan tibio con el Athletic. Quizá es que no quería molestar a otro poderoso más y entendió que la estrategia amable funcionaría mejor. No fue así, como ha quedado sobradamente demostrado desde que nos fuimos a Segunda. Quizá al actual presidente le sucede lo mismo, y quizá tiene motivos para hacerlo, motivos que desconocemos quienes no nos movemos en los ámbitos necesarios. Pero la carta con la que Aperribay ha contestado a la Fundación del Athletic y su pretensión de que chavales guipuzcoanos visiten San Mamés y abracen la filosofía bilbaína (sea cual sea ésta, porque ya me han perdido con tantos giros, excepciones y tergiversación de los hechos reales) no me parece suficiente.
Yo hubiera preferido contundencia. Porque lo que llegó desde Bilbao no fue un error. Forma parte de la política expansionista del Athletic que todos conocemos. Forma parte de su deseo de que nos pudramos en Segunda División para así poder atraer a coste cero a todos los jóvenes futbolísticos que salgan de los campos guipuzcoanos. De su intención de ser el primer y único equipo vasco en la élite. Objetivos todos ellos lícitos, insisto, pero que nosotros no podemos dejar que supongan la desaparición de la Real, de su cantera y de sus valores.
El Athletic (como club, entre sus seguidores habrá de todo) es un depredador sin escrúpulos, y ya es hora de que lo tratemos como tal. Con contundencia. Es decir, de un modo diametralmente opuesto a como lo ha hecho Aperribay o lo hizo antes Badiola. La carta del presidente de la Real parece el escrito de un amigo a otro que puede haber cometido un error de mala fe. Y eso no es lo que ha llegado desde Bilbao. Lo del Athletic es una OPA hostil permanente, un reto continuado a la supervivencia de la Real, un deseo de agarrar todo lo que nos es propio por mucho que eso amenace nuestro futuro. Añoro aquellas épocas en las que una puñalada por la espalda como fue el fichaje de Etxeberria encontró la contundente respuesta de Luis Uranga, una ruptura de relaciones real y con todas las consecuencias.
Eso es lo que pide a gritos el Athletic en estos momentos. Después, y también con la contundencia de los grandes días, habrá que ganarles sobre el terreno de juego. Paso a paso, primero subiendo a Primera y después demostrándoles que no somos inferiores a ellos en nada, aunque la Historia ahora nos esté haciendo pasar un trago más amargo que de costumbre.
2 comentarios:
Si y además el Sr. lehendakari dice que lo que une a todos los vascos es el "Bilbao".
Genial
Auyantepuy, la verdad es que es difícil entender tanto interés de los poderes públicos, sí...
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