Empieza el examen de nivel que la Real pasará durante las próximas cinco semanas (domingo, 12.00 horas, Rico Pérez; Canal +). En ese espacio de tiempo, el equipo de Martín Lasarte se va a enfrentar con cuatro de los siete primeros clasificados, y el primero será el Hércules. Quizá el más difícil por el presente del equipo alicantino y por el pasado realista en estadio. El rival txuri urdin no pierde como local desde hace un año y, para añadir más morbo estadístico al encuentro, la Real nunca ha sido capaz de ganarle allí en las 19 visitas que le ha rendido. Para este examen de nivel, además, Lasarte está obligado a presentar variaciones con respecto al once que ha venido jugando en los últimos partidos, en los que la Real ha encontrado el juego y el camino a seguir.
Dos son las bajas esenciales, que hay que sumar a la de Elustondo (que parece que podrá volver la próxima semana). Dani Estrada vio ante el Córdoba su quinta tarjeta amarilla de la temporada, síntoma de que todavía está aclimatándose al puesto de lateral y abusa de las faltas, pero también de que los árbitros amonestan a la Real con excesiva facilidad, demasiada teniendo en cuenta que este equipo es de todo menos violento. Zurutuza también causa baja, pero éste debido a una lesión que, además de motivar su cambio hace una semana en Anoeta, podría tenerle lejos del equipo entre dos y cuatro semanas. Cómo resolverá Lasarte estas dos ausencias es una incógnita que abre la puerta a un cambio de sistema además del obligado de nombres.
El técnico aseguró en su última rueda de prensa que el equipo podría jugar con tres centrales (como hizo Lillo la pasada campaña) a lo largo de la temporada, pero que no tener a Dani Estrada disponible limita las posibilidades de hacerlo en Alicante. En caso de salir con este esquema, Labaka, Ansotegi y Mikel González estarían atrás, con De la Bella y Carlos Martínez (que entra en la convocatoria por primera vez en la temporada; la duda es saber si está para aguantar los 90 minutos) en las bandas. Si siguen siendo cuatro los defensores, Mikel González y Carlos Martínez se jugarían el puesto de lateral derecho. Si gana el de Lodosa, el sacrificado en el centro volvería a ser Labaka.
La elección de la defensa condicionará lo que se vea en la faceta ofensiva. Parece seguro que Diego Rivas, Xabi Prieto, Griezmann y Agirretxe estarán sobre el campo. Pero eso deja una o dos plazas todavía por cubrir, en función del esquema. Markel Bergara podría tener su oportunidad, aunque Lasarte también podría optar por dar continuidad a Aranburu. La apuesta por Javi Ros (que se estrena en una lista esta temporada tras ilusionarnos en los últimos partidos de la pasada) parece más dudosa. En la mediapunta, el buen partido de Nsue hace una semana le da ventaja, aunque no hay que descartar que jueguen juntos Agirretxe y Bueno. Que el técnico hablara bien de Johnatan Estrada en la rueda de prensa previa al partido también hace pensar que podría tener su oportunidad, aunque parece más probable que sea en la segunda mitad antes que de inicio.
Cuando la Real bajó a Segunda, uno de los fantasmas que se esgrimieron fue el partido de las doce de la mañana. En ese horario, la Real sólo tiene el recuerdo de haber jugado alguna vez en Vallecas, y hace ya una década de aquello. El Rayo utilizó esa franja horaria para disputar sus partidos también en Primera, y así poder llevar gente al campo sin la competencia de Bernabéu o Calderón. El conflicto televisivo de los últimos años impidió que Canal + televisara partido alguno de la Real, que había firmado contrato con Mediapro (operador que, hasta esta temporada, no había ofrecido partidos de Segunda). Hasta hoy. La Real debuta en este horario casi dos años y medio después de consumar su ascenso, tras haber jugado ya 93 partidos en la división de plata.
El estado del terreno de juego del Rico Pérez también ha sido objeto de comentarios durante la semana y ojalá que no tenga que serlo durante y después del partido. Parece que ha mejorado en los últimos días gracias a una nueva siembra, pero el temor era encontrarse algo parecido al césped del Levante, campo en el que la Real cosechó su primera y hasta ahora única derrota de la temporada. El Hércules, invicto en los últimos quince partidos jugados como local, parece haberse aclimatado bien a un terreno en no muy buenas condiciones. Los alicantinos, además, tendrán en el once a un viejo conocido para le equipo txuri urdin, Delibasic.
Estadísticamente, Alicante es de las peores plazas para la Real. Allí jamás le ha ganado al Hércules (aunque el Rico Pérez vio una victoria txuri urdin el año pasado, ante el Alicante, este año en Segunda B) en los 19 partidos que ha disputado. De los catorce que jugó en Primera, sólo consiguió arrancar seis empates, todos ellos a cero o a uno y el último conseguido en la temporada 84-85. En Segunda, la estadística es algo más benévola con la Real, ya que logró dos igualadas en los cinco partidos jugados y, además, fue en sus dos últimas visitas. Viendo los datos con un prisma positivo, la Real no pierde en Alicante desde 1997 en la máxima categoría y desde 1948 en la división de plata. El peor resultado encajado allí por el conjunto donostiarra es el 4-1 que cosechó en Primera en la temporada 54-55 y en Segunda en la 46-47. La Real sólo ha conseguido marcar dos goles en Alicante en una ocasión, en el 4-2 de la campaña 48-49, que, eso sí, acabó en ascenso txuri urdin.
La pasada temporada, la Real debió romper ese maleficio alicantino y regresar del Rico Pérez con una victoria. No la mereció por juego, influído por la ausencia por lesión de Xabi Prieto, pero sí debió lograr los tres puntos gracias al gol de Labaka. El Hércules hizo mucho por empatar el partido, quizá incluso por ganarlo, pero ahí apareció Bravo. El partidazo del chileno es de los de recordar. Él debió ser el artífice de la victoria, el jugador que se habría llevado todos los titulares de la prensa al día siguiente. De la donostiarra alabándole, de la alicantina maldiciéndole. Pero apareció el árbitro. Hernández Hernández. Primero se inventó un penalti que Diego Rivas jamás cometió. Y como Bravo cometió la osadía de agrandar su espléndida actuación deteniéndolo, lo mando repetir. Ahí ya fue gol, el empate a uno definitivo. Fue la primera de unas cuantas actuaciones arbitrales perjudiciales para la Real. Aquel día se escapó el liderato para el equipo de Lillo. Casualmente, la condición con la que se presenta en Alicante el conjunto de Lasarte.
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