lunes, abril 20, 2009

Sigo creyendo

Llamadme ingenuo, soñador, iluso, inconsciente o directamente imbécil, pero yo sigo creyendo en el ascenso esta temporada. Seguro que alguno de esos adjetivos ya se os han venido a la cabeza leyendo el titular. Seguro que ahora estáis pensando en las cosas que no debo estar viendo para proclamar mi fe en este equipo. Que si marcamos pocos goles, que si no hemos ganado en Anoeta a los rivales directos, que si no hemos parado un penalti en cinco años, que si hay jugadores que no están dando la talla... Y ahí me juzgaréis equivocadamente. Lo veo. Ya lo creo que lo veo, y por eso duele tanto. Veo semana tras semana los males de este equipo y asumo que, en demasiadas ocasiones, esos males han pesado mucho más que los aciertos. Pero la razón no cabe en las cuestiones de fe.

Lillo habló en la rueda de prensa tras el partido de llegar a 77 puntos. De ganar todo lo que resta hasta llegar al 21 de junio, la fecha que tengo en mis sueños desde hace un año. Hoy leo en Mundo Deportivo que eso es lo mismo que les dijo a los jugadores en el vestuario tras el mazazo del sábado. Y que haya alguien que crea en que es posible, a mí me empuja, me anima, me respalda en mis sueños. Hay quien dice que ganar siete y empatar uno podría bastar. Pero puestos a soñar, soñemos con el universo entero. Ganemos los nueve partidos. Primero el Huesca. De tres en tres. Y luego ya veremos. Soy un soñador que hasta ahora ha tenido muchas más pesadillas que sueños. Y por eso sigo soñando que algún día habrá de llegar la compensación a Vitoria, a Valencia, a Vigo, a Sevilla. Sigo creyendo que algún día la Real nos dará una alegría, una sola, que compense tanto tiempo de sufrimiento, tantos reveses, tantas penas y tantas lágrimas. ¿Por qué no esta vez por imposible que parezca?

Y mi fe sigue ahí, tocada pero nunca hundida hasta que la realidad me diga lo contrario. Eso no quiere decir que no entienda perfectamente a quien piensa que ya no es posible. Asumo que mi fe es más inquebrantable que la de otros muchos realistas. Asumo que hay, y son mayoría, quien lo da ya todo por perdido. Pero a veces uno tiene la sensación de que hay demasiada gente esperando el fracaso para decir "os lo dije", "ya lo sabía yo" y cosas parecidas. Yo aquí me siento como Lillo, que ya apuntó algo parecido el año pasado antes de que no se consiguiera el ascenso y que ahora vuelve a sentirse así. Hace casi dos meses, con la derrota en Vitoria, ya se publicaron noticias que daban por imposible el ascenso. Y ahora, dos meses después, se vuelven a publicar las mismas noticias. Si la Real logra ahora una racha de tres o cuatro victorias seguidas, dentro de otro mes se volverá a publicar lo mismo. Y reconozco, aun siendo realistas y viendo el carácter épico que tiene el objetivo, que no lo acabo de entender.

La espiral autodestructiva es a veces demasiado grande y, sobre todo, demasiado cruel. Yo no voy a lapidar a Carlos Martínez por el penalti (que sigo sin ver; a veces nos olvidamos de que el árbitro tiene que verlo claro, no intuirlo o adivinarlo, que ante la duda no se debe pitara nada... y parece que contra la Real nunca hay dudas ni en penaltis, ni en expulsiones, ni en fueras de juego, y a veces parece que ni en las faltas en el centro del campo), ni siquiera por el fallo del segundo gol. He visto ya a demasiados jugadores en la cuneta o triunfando en otros equipos (Barkero y Llorente serían los ejemplos perfectos de esta segunda condición) por una falta de confianza que antes no se producía en la Real. Nunca nos quejamos de jugadores como Aldeondo, Pikabea, Imanol, Luis Pérez, Loinaz, Bengoetxea, Uría, Mujika, Dadíe, Zúñiga o Iturrino. Todos ellos jugaron en Primera con la Real, y algunos bastantes temporadas. Ninguno de ellos triunfó jamás fuera de la Real, pero aquí eran jugadores queridos, importantes y comprometidos. ¿Por qué ahora sólo vemos los fallos y debilidades de Xabi Prieto, Castillo, Aranburu o Carlos Martínez?

Yo me veo en la obligación de seguir apoyando a este equipo. Qué rápido olvidamos cómo hemos llegado a tener este equipo. Olvidamos que tres titulares indiscutibles no jugaron ante el Tenerife por lesión, dos de los cuales se han perdido casi toda la temporada, y otro más por sanción. Olvidamos que, hasta el inconcebible penalti que le señalaron a Bravo ante el Zaragoza, este equipo se había levantado de todos los golpes que había recibido y estaba metido de lleno en la lucha por el ascenso. Olvidamos que comenzamos la temporada con una plantilla de 20 jugadores y que no pudimos pagar por fichaje alguno. Olvidamos todos los puntos que se han quedado en el camino por decisiones arbitrales injustas y que hoy podrían tener a la Real no sólo entre los tres primeros, sino incluso como líder de Segunda. Olvidamos la moral que da que las cosas salgan bien y lo difícil que es levantarse cuanto todo, absolutamente todo, sale mal.

Para todos los que no creéis en el ascenso, os voy a dar un dato más para reforzar vuestra posición. Nunca jamás la Real ha ganado nueve partidos seguidos. Nunca. Lo máximo que ha alcanzado es seis triunfos consecutivos. Fue en la temporada 87-88, en la que la Real se proclamó subcampeón de Liga y de Copa. Pero es lo que tienen los imposibles, que sólo se cumplen en los sueños. Y yo sigo soñando. Sigo animando. Sigo creyendo. Hasta el final.

5 comentarios:

cityground dijo...

Me alegra ver que sigues manteniendo la esperanza, mientras haya posibilidades matemáticas hay que seguir peleando y salir a ganar cada partido aunque yo siga sin ver opciones reales en estos momentos, igual dentro de tres semanas las cosas cambian y encadenamos varias victorias y los de arriba pinchan casi todos.

Esta temporada me has levantado muchas veces la moral leyéndote, sigue así.

Espero ver un buen partido en el Alcoraz, si gana el Huesca bien pero si gana la Real parte de mi también se alegrara y mucho.

Luis dijo...

Pues yo no veo, porque no creer.

Cada día me alegro mas de ser de la Real.

Vamos a primera.

iñigo oliberos dijo...

Te había escrito un post, pero los duendes informáticos me la han jugado y te lo vuelvo a teclear , más o menos.

Soy agnóstico total, pero proceso una única religión, la Real y mientras exista gente que crea en ella su corazón palpita. Su corazón está vivo. Mientras vea a gente como el chico de la camiseta sobre el que escribía ayer en mi blog, este club se que tiene un corazón que late.

Sí cuantos púgiles casinoqueados en un último esfuerzo han vencido en el último asalto dejando ko a su rival.

Es la hora de que el pura sangres saque su clase y poderío. Es el inicio de la recta final , el momento en que hay que apreatar con fusta para que el caballo vuele ¿y por qué no?

ya toca que a otros se les quede la cara de tontos y no siempre a nosotros.

Te dejo estos links , que escribí en momentos de desesperanza, tras lo de vitoria. Están basados en victorias imposibles, pero reales.

http://laporteriadefrutas.blogspot.com/2009/03/seabiscuit.html

http://laporteriadefrutas.blogspot.com/2009_03_01_archive.html

saludos

haritz
http://laporteriadefrutas.blogspot.com/

iñigo oliberos dijo...

http://laporteriadefrutas.blogspot.com/2009_03_01_archive.html


http://laporteriadefrutas.blogspot.com/2009/03/seabiscuit.html


estos son los links. Se escribieron desde el corazón, mi corazón txuri urdin.

haritz

Juan Rodríguez Millán dijo...

Cityground, soy así, probablemente insensato pero muy creyente en la Real... Ante todo, disfruta del partido y del ambiente, y ojalá los dos equipos tengamos algo que celebrar el día 21 de junio.

Luis, yo de eso no dejo de alegrarme nunca. Por mucho que pase. Con la Real, a muerte.

Haritz, ya ves que compartimos religión. Como tú dices, ya nos toca una alegría. Me pasaré por tus enlaces.