Me llamaréis loco o iluminado, pero cada día que pasa tengo más confianza en el futuro de la Real. Sí, a pesar de todo lo que está cayendo, mi confianza crece. Miro la foto que se hizo el equipo en Tenerife. Todos recordando a su delantero centro caído con una camiseta de apoyo. Y digo todos, que eso es nuevo en estas lides. Suplentes, técnicos y demás miembros de la expedición incluídos. Todos, y digo todos, son una piña. Son la Real de la que dependemos todos y a la que tenemos que apoyar. Y en esa misma foto, cinco chavales. Tres niños con una camiseta de portero y otros dos de txuri urdin. Cinco críos de la Real. En Tenerife. Ilusionados como lo estuvimos todos en algún momento del pasado. Con el equipo. Ese es el ejemplo, ese es el camino a seguir. Hay que estar con el equipo, en todo momento y en cualquier lugar de la geografía española. Porque ellos son los que nos darán la alegría al final y por ellos, sí, tengo confianza pese a todo.
Tengo confianza por los simples y fríos datos, porque miro la clasificación de este año y la comparo con la del año pasado. La Real es hoy undécima con 16 puntos. El año pasado era decimotercera con los mismos puntos. Pero si el año pasado la distancia con respecto al primer y tercer clasificado era de once y siete puntos, respectivamente, ahora lo es de ocho y cinco. El año pasado, la Real luchó por el ascenso, sin que muchos creyeran en el equipo (aunque al final todos se proclamaran realistas), hasta la última jornada. Lo tenía conseguido casi al final de la penúltima jornada y un infortunio de esos que te suceden cada quince o veinte años dio al traste con el sueño de volver a Primera lo antes posible. ¿Por qué este año no iba a ser posible? Yo confío. Por encima de cualquier otra consideración. El ascenso es en junio, no en noviembre. La temporada pasada debía habernos enseñado algo.
Además, la mirada tiene que ser optimista. Habiendo perdido el juego que nos deslumbró en los primeros compases de la temporada, habiendo perdido durante meses a dos de los chavales de Zubieta de más categoría, habiendo perdido de vista lo que sucedía en el terreno de juego por la vorágine de las polémicas en los despachos y habiendo sufrido unas cuantas injusticias arbitrales, la Real está a cinco puntos del ascenso y sólo ha perdido dos partidos. ¿Y si la Real entrara ahora en una buena racha? ¿Y si la suerte del descuento de Tenerife y Tarragona se prolongara a otros terrenos? ¿Y si, como ha dicho Tayfun (que algo sabrá de ésto), la Real se convierte en un equipo temible cuando Necati alcance el nivel que todos esperamos y regresen al once Xabi Prieto y Elustondo? Alguna vez nos tiene que tocar la suerte de forma más prolongada. Nada de respiros efímeros como el que nos dio Labaka en Tenerife. Algo más permanente, algo que nos dé la vida de verdad. Nos lo merecemos después de tantos reveses y tanto sufrimiento.
Y seguiréis pensando que estoy loco, pero tengo fe incluso en el apartado institucional. Ni soy badiolista ni soy antibadiolista. No me gustan los frentes, y más después de lo que se ha visto en la Real durante los últimos años, con la ausencia de límites y de ética en las tácticas para derribar a algún que otro presidente, con la falta de veracidad en tantas informaciones, con la nula justicia que se ha hecho con quien de verdad ha hecho cosas por la Real. Pero sí tengo clara una cosa y quiero decirla, porque todavía hay quien se empeña en defender lo contrario. Que la Real esté donde está no es responsabilidad de Badiola. Ese informe tan alabado por los detractores del presidente (porque pide la remoción del Consejo, claro), el de los administradores concursales, sentencia que la Real tiene una contabilidad realmente dudosa y que se empezó a cavar el pozo en el que está hundido el club con Astiazarán en la presidencia. Y con los que le sucedieron. Lo que todos sabíamos, vamos. ¿Le importa eso a alguien? Obviamente a algunos no.
Y en ese terreno, me pongo del lado de Badiola en una cuestión polémica. Dicen que el presidente se quiere ir matando y por eso está desvelando documentos que pueden ayudar a que la deuda de la Real crezca. Lo que está haciendo es probar que hay irregularidades desde mucho antes de su llegada al club. Es exactamente lo que dijo que iba a hacer con la due diligence, desvelar todas las prácticas irregulares e ilegales que llevaron a la Real al dramático punto en el que está ahora. ¿Qué quieren los detractores de Badiola que haga? ¿Callarse? ¿Convertirse en cómplice de delitos fiscales? No, eso es imposible, sea Badiola un ángel, un demonio o alguien a quien le quedan pocos días en el club. En esto hace lo que tiene que hacer. Lo que los accionistas tendrían que demandar a todo administrador que pase por la Real. Y ojalá sean ellos los que tomen nota para impedir en el futuro irresponsabilidades similares a las vividas, que son las que han desembocado en lo que tenemos hoy.
Pero, claro, las palabras se las lleva el viento con demasiada facilidad. Las mías no. Pero otros sí practican ese prodigioso arte de decir una cosa y la contraria según convenga. Por eso, y si no fuera por la triste situación en que nos hallamos quienes estamos abocados a escuchar por la radio un partido en Tenerife o ver desde la grada de Anoeta otro contra el Alicante, es divertido contrastar lo que se decía hoy y lo que se ha dicho antes. Hoy hay un periódico en el que se dice que, con los mismos puntos que el año pasado, "entonces la plantilla era mejor, había estabilidad en el club y en la caja unos cuantos millones de euros que se malgastaron de forma irresponsable y caprichosa". ¿La plantilla mejor? ¿Quién la defendió a comienzos de la temporada? Yo sí, pero el mismo periodista que hoy escribe eso redactaba hace justo un año que la Real era un equipo "demasiado ingenuo". ¿Estabilidad en el club? Qué curioso, De la Peña dimitió apenas cuatro días después de disputarse la 12ª jornada, la misma que se acaba de jugar este año, tras constantes peticiones para que se fuera. Si eso es estabilidad...
Y queda lo mejor. ¿Unos cuantos millones en caja...? Eso sí que es de risa. ¿No es la empresa de Badiola acreedora de la Real precisamente por el pago de los fichajes de invierno, entre otras cosas? ¿Qué dinero había en la caja de la Real, si ya se había retrasado en el pago a los equipos convenidos y tuvo dos denuncias en verano por impagos a la plantilla? Pero como todo vale, yo me quedo con lo que de verdad me importa. Con esa plantilla unida, con esos cinco chavales de la Real en Tenerife. Y con lo que los chicos hagan cada fin de semana en el césped. Con la Real, vamos.
3 comentarios:
Que me apunto, que yo también me apunto y que creó en la Real,
Y otra cosa, atención pregunta. ¿Que lema llevan de apoyo a Díaz de Cerio?
Gran artículo como casi siempre, eso que dices del Diario Vasco también cuando lo leí me lleve las manos a la cabeza, que cara tienen y como mienten.
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