domingo, noviembre 09, 2008

Indignación

Éste es José Luis González González, el lamentable árbitro que pasó ayer por Anoeta, en el momento de su cobarde huída sin que el partido que arbitraba hubiera finalizado. Ver lo que ha escrito en el acta del partido frente al Eibar acentúa aún más, si es que eso es posible, la sensación de indignación con la que cualquier realista acabó ayer. El mismo tipo que no vio infracción alguna en la entrada que va a tener de baja a Iñigo Díaz de Cerio durante muchos meses, sí expulsó a Carlos Martínez en el descuento del partido. ¿Por qué? Según explica en ese acta por "levantarse del banquillo dando gritos con los brazos en alto y protestando reiteradamente diciendo: 'Ya está bien con vosotros, vosotros tenéis la culpa de todo'".

Ésta es la explicación que da de la suspensión del partido (porque, ojo, está suspendido; el árbitro mintió a los capitanes y delegados cuando les dijo que estaba finalizado): "En el minuto 89 cuando se tenía que reanudar el juego mediante un saque de banda a favor del equipo visitante a la altura del centro del campo en la zona de banquillos,fue requerida mi presencia por el asistente nº1 para comunicarme que debía expulsar al jugador nº20 de la Real Sociedad.Estando junto al banquillo local, al serle mostrada la tarjeta roja al citado jugador, desde la tribuna que se encuentra detrás del banquillo de dicho equipo, se lanzó hacia el terreno de juego una botella de plástico medio llena y cerrada con tapón, que impactó en el entrenador de dicho equipo D.Juan Manuel Lillo Diez, cayendo éste al suelo y provocándole una brecha en la frente por la que tuvo que ser atendido. A continuación nos retiramos al vestuario dando el partido por suspendido".

Es utópico pensar que alguien va a adoptar alguna medida contra este árbitro por suspender un partido sin motivo, por no explicarlo en el acta, por no tener ni idea de fútbol o por ir a un campo de fútbol a provocar a un equipo y a su afición. Pero nos queda el recurso del pataleo. De decir lo indignados que estamos con estas situaciones. Manifestar lo hartos que estamos de que la Real sea perjudicada día sí y día también. De que nos quiten la ilusión por cosas que no tienen nada que ver con el deporte y el rendimiento de nuestros jugadores. Y lo digo. Alto y claro. Yo no me voy a esconder, como sí que estoy seguro que van a hacer todos los organismos federativos y arbitrales. Lo de ayer fue un atropello, una vergüenza, una infamia. Y acaba con el peor de los resultados posibles: con un jugador lesionado y de baja por muchos meses. Y con una afición, la nuestra, provocada por un árbitro.

Decir "ya está bien con vosotros, vosotros tenéis la culpa de todo" es merecedor de tarjeta roja. Esto de ahí abajo, en cambio, es una "fortuita ". Lo dice también el árbitro en el acta. Si el árbitro tuviera conciencia, después de ver esta foto de aquí abajo le tendría que costar trabajo conciliar el sueño. Pero lo dudo mucho.


Ya no creo en el fútbol, porque ya he visto demasiadas cosas en los últimos años como para mantener intacta la ingenuidad, la inocencia y la ilusión. Pero ni siquiera un sinvergüenza como el que ayer pasó por Anoeta conseguirá que deje de creer en la Real. ¡Ánimo, Iñigo! Tu entereza es el orgullo de todos los que llevamos este escudo en el corazón y no nos vamos a olvidar de ti en ningún momento. Y aúpa Real, ganemos lo que parece que algunos tienen tanto interés en quitarnos. Yo no me voy a rendir. Nunca por lo que puedan hacer miserables como el árbitro que pasó ayer por Anoeta.

5 comentarios:

Unknown dijo...

"Ya está bien con vosotros, vosotros tenéis la culpa de todo".

De las peores frases que se ha oído en un campo de fútbol.

Me parece que expulsar a alguien por decir eso, alguien que acaba de ver peligrar la carrera de un amigo sin que un señor pitara nada ni parara el juego, alguien que por muchas circunstancias está caliente, expulsarle por eso es ridículo.

En un fin de semana se pillan muchas frases mucho peores y que los árbitros hacen que no oyen (con buen criterio).

César dijo...

No estoy de acuerdo con la interpretación que se hace d elo sucedido en Anoeta. La desafortunada lesión de Díaz de Cerio es fortuíta y no es ni falta. Y la suspensión del partido me parece una decisión correcta. En la entrada se califica de huída cobarde cuando yo pienso que es una "Honrosa retirada". Lo que si que critico son las declaracioens de Lillo. Actos de este tipo son injustificables...

Ánimo a Díaz de Cerio

P.D. pASARSE POR MI BLOG:

http://donquijotedelacancha.wordpress.com/

César dijo...

Hola de nuevo Juan Rodríguez.
No te preocupes por la extensión del comentario. Me agrada saber todas las opiniones y distintos puntos de vista, y sobre todo tan cercanos a los hechos acontecidos. Además, te has expresado muy correctamente, argumentando muy bien. Aun así, defendiendo la postura del árbitro, rebatiré algunos aspectos:
En primer lugar, ya he dicho que no voy a valorar la actuación del árbitro, porque como persona que es, puede tener una mala tarde. Lo que me parece excesivo es decir que es la oveja negra del colectivo arbitral, porque se trata de un árbitro de contrastada experiencia que ha ganado el premio guruceta a mejor árbitro de segunda en el año 2005. Puedo entender la indignación de los realistas al ver que el árbitro no se daba cuenta del jugador lesionado, pero hay que decir que el balón, tras el choque, siguió en juego, y el árbitro concentrado continuó fijo en el balón sin darse cuenta de la jugada. El árbitro se sentiría igual de mal que todos los que vimos la situación de Días de Cerio.

Respecto a la suspensión del partido. Me gustaría en este caso que tú y el resto de los aficionados de la Real tuviérais un poco de empatía. El colegiado se encontraba con un estadio entero en su contra, lanzando objetos que apuntaban hacia él. Yo en su lugar nose si también me hubiera ido de ahí el primero. En ocasiones la situación juega un papel importante y puede llevar al árbitro a tomar decisiones que posiblemente no sean las más apropiadas, como no avisar de la suspensión. Sigo pensando que la suspensión es la medida correcta, y repito que el árbitro estaba solo, y puede equivocarse.

También quiero decir que la crítica no tiene nada que ver con que sea la Real Sociedad, ni lo que se busca es que la sancionen. No estoy negando que la real apueste por el juego limpio, y lo hiciera en Málaga. Lo que me limito a decir, es que al árbitro se le culpa de todo. Igual que ocurrió, con la expulsión. Pude ser que se vean insultos más graves que no sean castigados, pero un jugador no puede culpar a un árbitro de una lesión que se ha producido fortuitamente.

Y respecto a las acusaciones de Lillo, te animo a que oigas este audio:

http://www.cadenaser.com/deportes/audios/larguero-parte-07-11-08/csrcsrpor/20081109csrcsrdep_1/Aes/

A través de esta dirección se accede al larguero del sábado por la noche, tendrás que escuchar unos minutos hasta que se hable de la real. Las declaraciones me parecieron una intención de Lillo de justificar al agresor, lo que me parece censurable.

Y para acabar, decir que conozco varios árbitros, y todos ellos me han transmitido honestidad, profesionalidad y personalidad. La apariencia de los árbitros esconde a personas normales, que se frustran por los errores cometidos. Me gustaría saber lo que pasa por la cabeza del árbitro del sábado. Estará dolido por los errores que como humano cometió y dolido por el trato que se le dió. Desde el colectivo arbitral siempre se defenderá al árbitro, que actúa en minoría en este tipo de desenlaces. Pocos saben lo que es arbitrar, y solo los que prueban cambian de opinión. Yo aun pienso que hubiera hecho en el lugar del árbitro, y te puedo decir que en muchas ocasiones la situación te desborda, y es entonces cuando se necesita ayuda y comprensión.

Yo también me he extendido un poco. No quiero que parezca que tengo nada en contra de la real, tan solo me limito a destacar hechos en los que aprecio que un árbitro ha sido tratado injustamente por el mero hecho de hacer su trabajo, ya sea de forma más o menos acertada.

1 saludo, amigo

Juan Rodríguez Millán dijo...

César, no puedo sentir empatía por el árbitro cuando eso es precisamente lo que él no siente por los jugadores de la Real. Viendo a un compañero con diez meses de baja por delante, en la situación en la que está la Real y no pudiendo ganar el partido, no hay derecho a que expulse a un jugador por decir "Ya está bien con vosotros, vosotros tenéis la culpa de todo". El árbitro no tuvo empatía con Carlos Martínez.

No me puede servir la explicación de que el árbitro sigue el juego en la entrada a Díaz de Cerio. Primero porque el balón queda tras el despeje entre el jugador de la Real y el árbitro. Segundo porque nadie de la Real sigue la jugada, ni siquiera cuando la portería queda desierta por la salida del meta del Eibar. Todos vieron la gravedad de la jugada menos el árbitro y eso es inconcebible.

Insisto en que la actuación del árbitro en la suspensión es claramente contradictoria: no se puede decir que vela por la integridad de los participantes en el encuentro y después preocuparse sólo por la suya, salir de allí sin preocuparse de nadie más y esquivando la conversación con jugadores de la Real, concretamente con Sergio.

La explicación que das del momento de la suspensión la achaco a la sesgada difusión de lo sucedido que se ha dado en los medios de comunicación. Para empezar, hay pocos estadios más cómodos para pitar que Anoeta. El público no es caliente ni siquiera para animar a la Real, te lo puede decir cualquiera que lo conozca, y media una pista de atletismo enorme entre el campo y la grada. Además, había poco más de media entrada.

Y el público no estaba lanzando objetos. Una persona lanzó un objeto. No hubo más. Las declaraciones de Lillo que me indicas son de la rueda de prensa, y no sé dónde véis la justificación a la violencia. Creo que se habla con mucha ligereza del tema. Para empezar, el tipo que lanzó la botella jamás había hecho algo parecido en 27 años de socios de la Real. No le defiendo, por supuesto, pero ¿alguien es capaz de asegurar lo que haría o no haría en un momento de ofuscación? Yo, desde luego, no puedo hacerlo, y te aseguro que estoy muy sensibilizado con el tema de la violencia porque, por desgracia, la he vivido de muchas formas en mis propias carnes. Jamás he tirado nada a un campo. ¿Nunca lo haré? Mucho decir, creo que para cualquiera.

Con esos argumentos que me das, se suspenderían todos los partidos que se juegan. ¿O acaso no se tiran objetos en San Mamés, Nou Camp o Bernabéu? ¿Premiamos la puntería? ¿Si se le da a alguien es grave y si no podemos hacer la vista gorda con la conciencia tranquila? Esa es la injusticia para con la Real, que es la única perjudicada en esta historia, sobre todo por Iñigo Díaz de Cerio.

César dijo...

Juan Rodríguez, agradezco tu participación en el blog. La presencia de un árbitro en ocasiones frena a aficionados a que comenten jugadas, pero en tu caso lo has hecho y de forma muy educada. Siento no estar de acuerdo en muchos aspectos del partido, pero lo que si te doy la razón es que tu tienes la ventaja de que lo viviste desde cerca, y yo me limito a hablar de lo que he visto en los resúmenes y documentandome. Unir nuestros puntos de vista es una tarea imposible, pero me ha gustado saber opiniones contrarias. Animo desde aquí al delantero de la real, y te animo a que cualquier discrepancia con la labor arbitral que tenga la real la comentes en el blog siempre que te parezca oportuno.

1 saludo, compañero de disputas