Si hoy debía ser la reválida de la Real, lo que hemos visto ha sido un auténtico jarro de agua fría, una decepción inmensa y la primera derrota de la temporada. El equipo txuri urdin, simplemente, ha hecho el ridículo hoy en Sevilla y se ha llevado un resultado muy merecido, incluso corto. Probablemente dentro de unos meses recordaremos este encuentro como el peor de la temporada (ya es casualidad, la pasada temporada también lo fue a pesar de que entonces se arañó un punto), pero hoy lo que deja la Real es una sensación preocupante. Todo salió mal, absolutamente todo, y nadie supo encontrar soluciones, ni desde dentro del campo ni desde fuera del mismo. La imagen fue terrible y lo que habrá que ver es si esto forma parte de una tendencia descendente, la de tres semanas sin conocer la victoria, o si es un accidente en el duro camino por el ascenso. Hoy, como dijo Lillo, parece una anécdota, pero la decepción es comprensible.
La sensación desoladora qie deja este equipo se acrecienta por los mensajes que algunos jugadores (el capitán, el primero) han dejado durante la semana, sobre todo mirando hacia la Presidencia del club. No seré yo quien ahora ataque ahora a los jugadores, de los que llevo meses alabando su capacidad de abstraerse de toda la corriente negativa que rodea a la Real desde hace demasiado tiempo, pero su imagen sufre un duro golpe. Pedir que se les deje tranquilos para después ver la nefasta e inaceptable imagen que han dado hoy ante el filial del Sevilla es algo que dice poco a favor de quienes hoy han vestido la camiseta txuri urdin (en realidad, la suplente verde y amarilla que, para supersticiosos, no termina de dar suerte; los tres partidos se han saldado con dos empates y una derrota).
Hoy los jugadores podían haber dicho "aquí estamos nosotros", pero han hecho justo lo contrario. Hoy, obviamente, no ha sido el día de la Real y ha dejado que el Sevilla Atlético llegue a bailarle por momentos, apenas ha generado ocasiones de peligro y no ha llegado a dar siquiera la sensación de que pudiera sacar siquiera un punto del estadio hispalense. Los valientes que estuvieron en la semidesiertas gradas del Sánchez Pizjuán (hoy algo más repletas que el año pasado, al parecer porque se han abierto las puertas ya iniciado el encuentro), los que tenemos que seguir los partidos por la radio y no tenemos ni siquiera la posibilidad de verlos en la pequeña pantalla y quienes sí han podido verlo en Euskadi, se han llevado, nos hemos llevado, una inmensa decepción.
Quizá los mensajes que tengan que mandar los jugadores de la Real a partir de ahora deban tener a la afición como principal destinatario, que se olviden como llevaban tiempo haciendo de lo que rodea al club y se dediquen a lo que saben: a jugar. Hoy no lo han hecho y lo único que han enseñado es una desidia inaceptable para este equipo, para este escudo y para esta camiseta. No sólo porque no salgan las cosas, que eso le puede suceder a cualquier equipo el día menos pensado, sino porque no se ha peleado, no se ha enseñado garra ni tampoco voluntad de ganar el partido. Y así, salvo que sucedan cosas muy extrañas (que incluso alguna ha habido durante el partido, lo que agrava aún más la derrota), es imposible sacar algo. El Sevilla marcó un merecido gol y ganó. Punto final.
Para empezar a buscar los problemas de la Real es posible que haya que mirar, horrible actitud al margen, al centro del campo. Rivas, Aranburu, Gerardo y Sergio fueron los escogidos por Lillo. Los tres primeros fueron los relevados por el técnico realista. Eso lo dice todo. La Real no hizo presión alguna y no supo robar balones en ningún momento, como tampoco logró recoger rechace alguno. Eso es un lujo que la Real no se puede permitir si el mediocentro es Diego Rivas. Una apuesta más ofensiva con Markel Bergara (que tuvo un cuarto de hora al final en el que nada pudo hacer) podría haber tenido el peligro de no cazar rechaces. Con Rivas es inadmisible, porque es el fútbol que mejor debe dominar el manchego. Sergio no ha respondido tampoco, como no lo termina de hacer esta temporada a pesar de sus dos goles, y Aranburu no está en su mejor momento después de la lesión. A Lillo le encanta hablar de los jugadores que se asocian. Aranburu, sin Elustondo, no consigue asociarse.
"No hay ni valoraciones que hacer", dijo un Lillo resignado. Pero es necesario hacerlas. Sobre todo porque la derrota coincide con la ausencia de dos jugadores, curiosamente muy criticados durante la temporada pasada, pero que ahora parece que se antojan imprescindibles: Elustondo y Xabi Prieto. Arriba un acelerado Necati (que salió en el once inicial por primera vez) y un desafortunado Díaz de Cerio (dos ocasiones, una muy clara que debió ser gol pero que no entró) no salvaron el día. Ni siquiera la defensa, hasta ahora muy solvente en este inicio de temporada, mantuvo el nivel, hasta el punto de que el gol sevillista es una jugada en la que un solo jugador local anotó un buen gol ante cinco defensores realistas. Lillo uso esta jugada para explicar todo el partido. Y no le falta razón. No es en absoluto que el Sevilla sea un mal equipo al que se tuviera que ganar inexcusablemente, al contrario, a pesar de que hasta ahora no había conseguido ganar un solo partido. Pero si la Real quiere subir estos son partidos, como poco, para disputar. Y sobre todo para mantener la media inglesa que se perdió la semana pasada con el empate ante el Alavés.
El rescate en esta calamitosa actuación del equipo podía llegar de dos formas. Y la Real tampoco las aprovechó. A balón parado, salvo el córner que acabó con la única ocasión de Díaz de Cerio, no hubo nada que rascar. Es más, el gol del Sevilla procede de una falta muy mal sacada por el único lanzador de la tarde, Gerardo (quizá en esto también se echó de menos a Elustondo). La otra opción era la arbitral. Y después de dos semanas en las que la Real tenía todo el derecho del mundo para quejarse, hoy contó con una decisión a favor, injusta a todas luces, que ni siquiera supo aprovechar. El árbitro señaló un libre indirecto al filo del área pequeña que acabó con una parada del portero sevillista. Si no aprovechamos los escasos regalos que nos llegan, malo. El Alavés lo aprovechó y el Hércules también. Nosotros no. E incluso podemos dar las gracias por habernos librado de la expulsión de Mikel González en el descuento.
"Como si no hubiese pasado". Esa es la actitud que Lillo quiere asumir ahora, para que no se produzca "parálisis por análisis". Quiere entender lo de hoy como un borrón que no va a tener continuidad, ni en la eliminatoria de Copa del miércoles en Vigo ni tampoco en las próximas jornadas de Liga. Ojalá sea así, porque lo vivido hoy invita a elevar el tono de las críticas contra el entrenador y contra el técnico. Pero si hace dos semanas se hablaba del regreso de la ilusión, no es ahora el momento de lanzar piedras contra el equipo. Tarde nefasta, imagen terrible. Ahora, borrón y cuenta nueva. Lo grande del fútbol es que muy pronto ofrece oportunidades de redención. El miércoles, la primera. El domingo, la segunda. Y ambas son necesarias. Pero hoy va a doler vernos en el octavo lugar, una clasificación que empeorará con la otra mitad de la jornada mañana, cuando habíamos recuperado el gusto de vernos entre los de arriba.
4 comentarios:
Vaya palo me he llevado con el resultado, espero que sea solo una mala tarde pero tengo mis dudas, el centro del campo que hemos sacado no me gusta demasiado, y me parece un lujo dejar a Marcos en el banquillo. Las bajas de Elustondo y Prieto parece que las vamos a notar, espero Necati aporte mas porque arriba estamos muy justitos.
Bufff, vaya palo, pero de los gordos, eh.
Fíjate lo ilusionado que estaba con ver a la Real, que emitían un partido del United y decidí no verlo hasta que no acabara el nuestro, pero no mereció la pena. Qué imagen tan lamentable. En ningún momento dio sensación de que pudiéramos hacer algo distinto.
Ahora bien, a perro flaco todo son pulgas. Cuando más necesitábamos a los jugadores en plena forma, se lesionan dos de los mejores: Prieto y Elustondo.
A ver la semana que viene, pero ya no es necesidad de ganar, sino al menos, de dar una imagen más creíble.
Un saludo!
Bueno bueno, no preocuparse, que sabremos levantarnos, sobre todo nosotros los aficionados
Es un pequeño tropezón en una larga carrera, era un partido fuera, así que podíamos contar con una derrota, sin entrar en como fue.
Por lo que si debemos preocuparnos es porque en la página de la Real, no aparezcan ya las votaciones, que mostraban lo optimista que somos en esta afición.
Un abrazo
Aupa la Real
Yo cuando vi el resultado me quede realmente sorprendido. Esta temporada os veía mucho más enchufados, no se pueden dejar pasar puntos fáciles como estos. Un abrazo y ánimo, que nosotros andamos bastante peor xD
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