Frente al Xerez (sábado, 18.30 horas, Anoeta; ETB-1, Canal Sur, TV3 y TVG) es hora de recuperar lo perdido. De que la Real vuelva a desplegar el juego que ilusionó en las primeras jornadas. De que los jugadores vuelvan a dejarlo todo el campo. De que se recuperen las sensaciones de un equipo que debe subir a Primera. De que se olvide la sensación que deja un periodo largo de decepciones. Y todo está en manos de los once jugadores que salten mañana al cesped de Anoeta. En sus manos está dejar atrás cuatro partidos sin ganar y, sobre todo, la deplorable imagen dada en Sevilla y en Vigo, impropia de un equipo que pretende y debe ser puntero en Segunda, algo a lo que obliga mucho más que la Historia de este club. En sus manos está que la Real recupere la senda de la que no debe salir nunca. La que debe seguir todo jugador que vista esta camiseta y defiende este escudo. La que pide todo seguidor realista, más allá de las victorias o las derrotas.
Juan Manuel Lillo no ha tenido que tomar muchas decisiones para hacer la convocatoria, ya que sólo tiene a su disposición 16 jugadores de la primera plantilla, y obviamente los 16 forman parte de la lista. Claudio Bravo está con su selección y deja la portería, una vez más, en manos de Eñaut Zubikarai; Ion Ansotegi no se ha recuperado todavía del golpe que le impidió jugar el partido liguero de Sevilla y el copero de Vigo (a pesar de que se desplazó con el equipo, pensando en el segundo encuentro); y Gorka Elustondo y Xabi Prieto todavía tienen algunas semanas más de recuperación. El portero Ramírez y el ya habitual Sio completan la lista de 18 para este encuentro.
Más difícil que la convocatoria tendrá Lillo la alineación. Se ha publicado que devolverá los galones a los principales jugadores de este equipo. Con eso se presume la vuelta a la titularidad de jugadores como Castillo, Aranburu, Díaz de Cerio, Marcos (que fue titular en Vigo, pero no en Sevilla) e incluso Diego Rivas, aunque habrá que esperar hasta la hora del partido para conocer los planes del técnico. Quizá los damnificados sean jugadores como Dramé o Markel Bergara, incluso Necati, aunque la escasez de efectivos arriba casi le garantiza minutos. Pero con sólo un entrenamiento en Zubieta antes del partido (la Real es el único equipo de Segunda que juega el sábado tras haber jugado el partido de Copa fuera de casa), es difícil saber por qué esquema pretende apostar el entrenador para este partido, ante un Xerez que tiene un punto más que la Real, a pesar de que ha perdido ya dos partidos esta temporada. Pero, dicen, mereció mucho más en ambos.
Aunque ahora demasiada gente prefiere ver la botella medio vacía, lo cierto es que esta jornada la Real puede volver a los puestos de ascenso, incluso dormir como líder de la categoría el sábado. Parte desde la séptima posición, con lo que tendría que adelantar a cuatro equipos, pero sólo está a un punto de la tercera plaza y a tres del liderato. Y vista la igualdad que hay en Segunda, no sería nada descabellado pensar en que ésta podría ser una buena jornada para los intereses realistas. El Xerez, además, es uno de los equipos que hoy está por delante de la Real y si cayera derrotado en Anoeta supondría adelantarle. Lillo afronta por segunda vez una racha de tres partidos sin ganar. La última vez fue en las tres últimas jornadas de la temporada pasada (como ahora, dos empates y una derrota, pero aquella derrota, la de Vitoria, fue mucho más dramática), por lo que no hubo posibilidad de ver cómo reaccionaría el equipo. Esta vez sí tenemos la opción de remontar el vuelo.
La estadística, esa ciencia que no decide partidos pero que de vez en cuando se cumple, está claramente a favor de la Real, aunque la mayoría de los precedentes, todos salvo el último, se produjeran en los años 40. Y es que el Xerez nunca ha ganado en sus visitas a San Sebastián. Siempre que se han visto las caras ha sido en Segunda División y sólo en el primero de los cuatro partidos en que se han enfrentado consiguió sacar un empate el equipo andaluz. Fue en la fase de ascenso a Primera de la temporada 42-43 y el resultado fue 1-1. Pese a todo, la Real consiguió subir y el Xerez no. Los tres partidos restantes acabaron con triunfo txuri urdin, por 3-1 en la temporada 44-45, por 2-0 en la 45-46 y por 4-2 la pasada temporada.
Ese encuentro fue de todo menos plácido para la Real, a pesar de que la primera parte y los primeros minutos de la segunda fueron un paseo. Buen juego y buen resultado, fruto de la clara superioridad. 2-0 al descanso, con sendos (y claros) penaltis transformados por Xabi Prieto y Víctor. Pero en una de esas ausencias realistas que tan a menudo hemos visto en los últimos años, el Xerez consiguió empatar, con menos de 20 minutos por delante. Lo diferente fue lo que aconteció después. La Real puso sobre el campo mentalidad ganadora y calidad a partes iguales. Y en los últimos diez minutos Díaz de Cerio, con otro gol decisivo que dedicó a Delibasic (al que dejó sin saltar al campo para intentar la remontada), y Garitano pusieron las cosas en su sitio. Eran los mejores momentos de la temporada, ya con Eizmendi en el banquillo y los fichajes de invierno sobre el campo. La semana siguiente, la Real volvería a puestos de ascenso. Dos semanas después, los perdió para ya no recuperar más esa posición de privilegio.
(Nota: Sigo queriendo ver a la Real por televisión, pero, a pesar de ser el equipo más televisado, no hay manera. Mi cadena autonómica todavía no ha televisado un solo partido de la Real, por lo que para verla sólo tengo una opción. Y, por eso, me voy a Anoeta a animar al equipo. La crónica y las fotos las tendréis aquí el lunes)
No hay comentarios:
Publicar un comentario