lunes, octubre 13, 2008

469 kilómetros para esto

Son 496 los kilómetros que separan Madrid de San Sebastián. Esos son los que me hice para estar el sábado en Anoeta (y para volver después a Madrid, que es cuando más se nota el cansancio de estas pequeñas locuras que acometemos de vez en cuando). Lo que antaño era un viaje de alegría para ver a una Real ilusionante, ahora es un tránsito de sufrimiento para ver qué nos depara una nueva tarde en Segunda. Y eso se nota en las gradas del estadio realista. Primero por su aspecto. 15.000 personas. Qué digo personas, valientes hay que llamarles tal y como están las cosas. Esos son los incondicionales, los que contra viento (mucho en Donosti el sábado) y marea (más incluso después de los últimos resultados) se sientan cada quince días en uno de los más de 32.000 asientos azules del mejor estadio de Segunda División.

Lo primero que uno ve al entrar al estadio son las banderas. "2008 Primeran". Si ya decía yo, por mucha confianza que tuviera en el ascenso a la primera intentona, que no había que poner el año por si acaso... Mal presagio. Me giro hacia atrás y veo el cartel de la Peña Elustondo. Vaya, justo el que no juega... Mal presagio. Y así llegamos al segundo mal que se palpa en la grada por el tránsito de sufrimiento en Segunda: el silencio casi absoluto en la grada, que me lleva a recordar tardes gloriosas en un Anoeta llena y ilusionado. Tardes hoy algo olvidadas... Mal presagio. Y el gol que no llega. Se cumplen los malos presagios. Incluso se oye algún que otro silbido en la habitualmente tranquila parroquia donostiarra. Y la tristeza del marcador final me recuerda esa distancia kilométrica.

469 kilómetros para esto. Es lo que uno piensa cuando sale desangelado de Anoeta. 469 kilómetros para que la Real no gane. Para ver a Díaz de Cerio dando vueltas en el suelo después de un mal tiro y a Necati señalándole el pase que le tenía que haber dado. Para ver Anoeta semidesierto contra un rival que no esperaba haber visto nunca (pero cuyos aficionados se merecen también un aplauso, porque la decena de jerezanos que estuvieron en Anoeta se metieron nada menos que 869 kilómetros para ver a los suyos). Sí, 469 kilómetros para esto. Pero lo único seguro es que, pese a todo, los volveré a hacer. Porque cuanto peor, mejor. Cuanto más sienta que la Real necesita a su gente, más estaré allí. Y seguro que no voy a ser el único.

2 comentarios:

Rubén dijo...

Muchos kilómetros, eh, muchos. Y menuda "m..." de partido, por decirlo de una forma elegante.

Si te das cuenta, al equipo cada vez se le acaban antes las pilas. Contra el Zaragoza, duraron 45 minutos (la segunda parte), contra el Alavés, media hora y contra el Xerez, poco más de 15 minutos.

Me imagino que mucho del bajón del equipo será por las bajas de Elustondo y Xabi Prieto, pero en octubre no podemos estar dando esta imagen tan triste.

Lo más destacable del equipo es el gran momento de forma en el que está Mikel González. Lo hace todo muy bien en la defensa y si jugase junto a Ansotegui, sería tremendo. Además, Zubikarai está con una confianza superior a la de Bravo (debería de ser titular).

Hablando de Elustondo, ahora que no puede jugar, me acuerdo de Gorka Larrea. ¿Por qué lo dejarían escapar?

Un abrazo!

cityground dijo...

Un viaje largo que no fue correspondido con el tres puntos, pero bueno siendo algo positivos parece que el equipo mejoro (cosa fácil) respecto a los últimos partidos.

Me preocupa la falta de gol, sino es De Cerio parece que nadie es capaz de marcar, a ver si Necati va cogiendo la onda porque va a ser vital.

Iré Anoeta para el Real-Huesca, mis dos equipos frente a frente, por primera en mi vida va delante el Huesca lo que me da un sensación muy extraña.