Mirad esta foto. Forma parte de uno de los episodios más hermosos de la historia reciente de la Real. Es, concretamente, la alineación que presentó el equipo txuri urdin en su segundo partido de la Champions League de la temporada 2003-2004, el que venció brillantemente en el estadio del Galatasaray. El segundo jugador de la fila de abajo, empezando por la izquierda, es Mikel Aranburu. Sí, el mismo Mikel Aranburu que hoy lleva el brazalete de capitán. El mismo que el sábado en Girona, si juega, cumplirá nada menos que 300 partidos con la camiseta de la Real. El mismo que ha vivido casi todo lo que se puede vivir defendiendo el escudo de este equipo, un debut ilusionante, una trayectoria destacada de un hombre de cantera, casi un título de Liga, aventuras europeas, una grave lesión y hasta el descenso a los infiernos de Segunda. Sólo le falta el ascenso. Pero llegará también.
De un tiempo a esta parte, la vorágine (tan destructiva como autodestructiva) en la que vive inmersa la Real se cobra víctimas en todos los estamentos que rodean al club y del propio equipo. Ahora parece que flota sobre el ambiente la necesidad de jubilar a Aranburu. El sábado se oyeron algunos pitos que muchos se han lanzado rápidamente a calificar como una reacción del público en contra de Aranburu. Yo no tengo tan claro que fueran tan personalizados contra el capitán (¿o es que he caído en la campaña pro Aranburu que quieren lanzar algunos para contraponerle a Badiola...?), dado el mal partido que hizo todo el equipo, pero asumiendo que sea así, lo cierto es que encaja con lo vivido en los últimos tiempos y hasta ahora. Mikel Aranburu tiene 29 años. Y ya queremos jubilarle. A un tipo que casi gana una Liga con la Real. A un jugador que defendió esta camiseta en la Champions.
No pongo en duda que Aranburu no está precisamente en su mejor momento futbolístico. Más bien al contrario, es una pena que un jugador de su calidad (que la tiene, todavía recuerdo que el jugador que verdaderamente me entusiasmó el día que se venció al Madrid de los galácticos fue precisaemente Aranburu) todavía no nos la haya mostrado más que con cuentagotas desde que volvió tras la gravísima lesión que sufrió en El Sardinero (y que todavía me tiene asombrado que no fuera ni siquiera falta para ese peligroso árbitro, que ahora ronda la Segunda División, llamado Pino Zamorano). Y quizá su juego merezca el banquillo. ¿Pero silbarle? No me parece justo. Al menos no durante los partidos. Las reacciones, al final. Durante los encuentros, apoyo incondicional. ¿O es que no queremos todos que la Real vuelva a Primera cuanto antes?
Pues esa misma es la ilusión de Aranburu: volver a Primera con la Real. Si el objetivo es el mismo, ¿por qué los medios de unos y otros parecen tan diferentes...? Aranburu es Historia de la Real, pero también presente. Y eso merece un respeto. No seamos tan destructivos. Así sólo podemos perjudicar a la Real.
3 comentarios:
kaixo. Estuve en el campo con la camiseta de aramburu.
No daba credito a lo que oia de el.Criticar a Aramburu es no querer a la Real porque el es la Real. Si me dicen que me quede con uno ,Sin duda Aramburu.
Tambien escuche criticas a Necati y
me gusto ,nos dara buenas tardes.
Gracias.
AMEN
Creo que fue de los primeros en decir que se quedaba en La Real cuando sabia que estabamos o ibamos a bajar a 2º.
Creo que siente los colores cómo el que más, pero tal vez un par de partidos en el banco no le vendrian mal.
Jubilarlo no, pero darle un descanso, todo es ciclico y no dudo en que vuelva a ser el que era.
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