Victoria por fin. Ni fácil, ni holgada, ni tranquila. Pero victoria, al fin y al cabo. Hace apenas un par de semanas, cuando se empató en Anoeta frente al Getafe, escribí que quince minutos no fueron suficientes, quince minutos de fútbol, quince minutos de valentía. Hoy ha habido quince minutos de fútbol. Y han bastado. Ya lo creo que han bastado. Un equipo que en catorce partidos completos había metido siete goles, ha hecho casi la mitad, tres, en esos quince minutos, los primeros de la segunda parte. Y, por paradójico que resulte, los autores han sido dos de los jugadores más discutidos y discutibles del equipo, Juanito y Diego Rivas. Ahora la pregunta que hay que hacerse es si era tan difícil crear peligro, tan complejo enviar un par de balones al área, tan irreal forzar un error del contrario que acabase en un gol en propia puerta. Lo ha sido hasta hoy. Pero estos quince minutos son a los que hay que aferrarse como si nos fuera la vida en ello.
Confieso que en el descanso estaba pensando ya en Segunda División. Y no debía ser el único. Una amiga, abonada de la Real, desde su asiento de Anoeta, me ha enviado un mensaje al móvil después de los primeros 45 minutos diciéndome que el año que viene pocos partidos iba a ver en Madrid, donde vivo. Y me imagino que el resto de espectadores de Anoeta debía pensar más o menos lo mismo. Que si no éramos capaces de ganar al Nastic, no había nada que hacer, que estábamos sentenciados, que íbamos a caer al pozo de la Segunda División. Pues no. Hemos cogido vida y aliento. No mucho, porque la salvación está a cinco puntos. Pero respiramos.
No es que el partido de la Real haya sido para tirar cohetes. Más bien al contrario, sobre todo en una primera parte en la que el Nastic ha podido controlar el partido mucho más a su antojo que la Real. Hubo errores de la pareja de centrales (el del segundo gol es de libro, y se repitió en una jugada casi idéntica a pocos minutos del final). Los laterales, ambos, hicieron un mal partido, con nula llegada y con mal trabajo defensivo. Kovacevic, aunque bajó balones en algunos de los muchísimos pelotazos que se lanzaron desde la defensa, y Xabi Prieto, que sí es verdad que forzó el error del primer gol, pasaron casi inadvertidos y siguen siendo los dos jugadores más imprescindibles de este equipo.
Pero también hubo cosas positivas. Sobre todo, que la sensación que muchos teníamos tras el segundo gol del Nastic, esa sensación de derrota que tantas veces hemos sufrido en los últimos años, quedó atrás con una remontada inmediata. Pocas alegrías me he llevado esta temporada como la llegada al área de Rivas para anotar el gol del triunfo. Por fin los mediocentros tienen llegada. Aranburu fue el mejor realista sobre el campo y que termine de coger la forma será decisivo para que la Real salga del abismo en el que se encuentra. Jesuli, aunque tuvo detalles que evidenciaron que todavía no ha asimilado dónde está la Real, demostró más garra que calidad y Gari se fajó con todo el mundo, como siempre. Hubo carácter. Pero que nadie pierda de vista que delante estaba el Nastic, ahora, y gracias a esta victoria, el colista de Primera División. Hay que seguir creciendo y veremos si los fichajes que se anuncian contribuyen a ello tanto como el regreso de jugadores hasta ahora lesionados como Skoubo o Mikel Alonso.
Y capítulo aparte merecen, una vez, los arbitrajes. Me da igual que alguien piense que lo digo por el puesto que ocupa la Real en la tabla, pero hay que decirlo. El arbitraje español es nefasto, lo demuestra jornada tras jornada, y la Real está siendo muy perjudicada. Lo de hoy se olvidará porque la Real ha ganado. Pero el primer gol del Nastic llega en una falta inexistente, a Jesuli le hacen un penalti clarísimo que además le cuesta una tarjeta amarilla por protestar y el tercer gol del equipo catalán lo marca un jugador al que segundos después Pino Zamorano expulsa del campo por llevar un anillo. Y todo eso sin contar la decena de faltas que, respectivamente, sufrieron Xabi Prieto y Gari Uranga. Basta ya.
El miércoles la Real tiene una buena oportunidad, una vez perdida la ansiedad de lograr la primera victoria, de dar un paso de gigante. El enfrentamiento entre Betis y Nastic le puede permitir colocar a ambos ya por detrás si se consiguen los tres puntos en Vigo. Pero llegamos con una sensación diferente. Esta vez, por primera vez, sufrir si mereció la pena y la Real sumó tres puntos de una vez.
1 comentario:
Supongo que lo conocerás, pero ya que insistes en criticar a los árbitros deberías visitar:
http://www.as.com/lectorarbitra/. Por otra parte, enhorabuena!!!
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