La Real despide el año con un punto en Balaidos. Tan bueno y tan malo como se quiera ver, pero el optimismo obliga a pensar que es bueno. Bueno porque el Celta tuvo dos balones en los palos de Bravo que pudieron darle la victoria. Bueno porque la portería se ha vuelto a quedar a cero. Bueno porque la Real sí hizo esta vez un final de partido con opciones de ganarlo. Bueno porque supone sumar cuatro de los últimos seis puntos en juego. Bueno porque, pese a las objeciones que se puedan poner a la Real, el equipo sigue mejorando. Y bueno porque la salvación se mantiene a cinco puntos después de haber jugado fuera de casa. Para hacer el punto bueno de verdad, habrá que empezar el año ganando al Osasuna.
El partido empezó con la buena noticia que todos estábamos deseando, el debut de Elustondo con el primer equipo, y encima como titular. No estuvo mal el chaval en los 45 minutos que disputó (cambio táctico para recuperar el esquema de partidos anteriores, con Garitano junto a Rivas), aunque se le vio algo perdido en ocasiones en el seno de ese trivote que diseñó Lotina para la ocasión, completado con Aranburu y un Diego Rivas al que se vio perdido durante todo el encuentro. Pero la entrada de Elustondo trajo una mala noticia: la suplencia de Kovacevic. Que Darko es imprescindible para este equipo es algo que más o menos todos tenemos claro. La última media hora del partido debería bastar para convencer a los incrédulos. Tuvo dos ocasiones de gol, una falta a la que no llegó por centímetros y un cabezazo forzado que se fue por encima del larguero. Pero el juego que generó, las salidas que dio el equipo y la cesión que Xabi Prieto (que se creció durante todo el partido, incorporándose al centro y convirtiéndose en muchas ocasiones en el cerebro del juego realista; sobresaliente por primera vez en la temporada) debió convertir en el 0-1 son motivos más que suficientes para no sacarle del once inicial. La Real nunca ha ganado un partido si Darko estaba disponible para jugar y se ha quedado en el banquillo.
La sensación que deja el partido, en todo caso, es la de sí pero no. Sí juega mejor la Real, pero no basta para ganar partidos. Sí parece que tiene más presencia en ataque, pero no se traduce en demasiadas ocasiones de gol. Sí defiende mejor (gran partido de Mikel González que sigue progresando), pero pequeños y tontos errores devienen en ocasiones del rival. Sí opta la Real a ganar los partidos, pero se resisten los tres puntos. Sí parece que la Real no es un equipo tan malo como indica la clasificación, pero no termina de salir de la zona de descenso. Lotina sí acertó esta vez con los cambios, que dieron más opciones ofensivas en el tramo final del partido. Queda alguna que otra incógnita del arbitraje, sobre todo una jugada casi al final con Xabi Prieto que bien pudo ser penalti a favor de la Real.
Hoy se pudo ganar y se pudo perder. Y por eso el punto es positivo. A pesar de que el Celta es un equipo batible, que tampoco demostró gran cosa y que en casa tiene severos problemas. A pesar de que algunos veíamos la posibilidad de dos victorias seguidas (que podrían ser tres si Anoeta vuelve a ser un fortín) que habrían sido un bálsamo incomparable para cerrar un año que todos esperamos olvidar cuanto antes.
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