domingo, febrero 28, 2016

REAL SOCIEDAD 1 - MÁLAGA 1 Agirretxe vuelve para rescatar un punto

Agirretxe regresa, Agirretxe marca.
La Real no pudo lograr la quinta victoria consecutiva, pero al menos consiguió rescatar un punto en un partido complicado, a cara de perro, ante un Málaga que siempre complica mucho las cosas en sus visitas a Anoeta de los últimos años. Ese punto lo rescató Imanol Agirretxe, que reapareció en la segunda mitad y se aprovechó de una clarísima situación de fuera de juego para subir el empate al marcador, después de que el Málaga se adelantara en el tramo inicial de la segunda mitad y después se limitara a tratar de defender su renta. A los puntos, por ocasiones y por ser el equipo que llevó el peso durante más minutos, quizá la Real mereció la victoria, y el sensacional partido de Rubén Pardo bien tendría que haber servido para que el Málaga se marchara de vacío de Anoeta, pero no se le pueden restar méritos al equipo de Javi Gracia y tampoco hay que olvidar que el tanto del empate no debió subir al marcador. Al menos se sigue sumando, y eso siempre es bueno.

Antes de llegar a ese frenético final en el que la victoria y la remontada parecieron posibles, Eusebio no se reservó ninguna sorpresa en el once y alineó a los once jugadores previstos. Como era más que previsible, el centro del campo lo formaron Reyes, Pardo y Xabi Prieto, y los tres hombres de ataque fueron Bruma, Vela y Oyarzabal. El canterano fue el hombre más adelantado, solventando así la única duda que quedaba por aclarar en el once. Sea por las ausencias o por el planteamiento siempre molesto para la Real de Javi Gracia, lo cierto es que el partido fue muy parejo. Incluso el Málaga pareció entrar mucho mejor en él, y en los primeros cinco minutos ya disfrutó de dos saques desde la esquina y una buena ocasión en la que Rulli tuvo que salir a los pies de Juanpi para evitar el 0-1. El problema para la Real en defensa era que sus laterales se veían desbordados y en ataque que no conseguía sacar el balón con claridad de su área. La conclusión es obvia: la ausencia de Illarramendi le hizo daño al plan de Eusebio y Gracia sabía que iba a ser así.

En todo caso, la Real mostró poderío ofensivo. Sobre todo Oyarzabal fue quien sostuvo al equipo txuri urdin en los primeros minutos, y estuvo cerca de marcar desde la línea de fondo aprovechando un despiste de Kameni que Undiano Mallenco convirtió en saque de puerta, además de provocar la amarilla para Recio. Bruma también lo intentó desde la frontal, y de nuevo Kameni se confío y estuvo a punto re regalar el gol, pero eran los minutos de dominio más claro del Málaga, que gozó entonces de sus mejores ocasiones. Un disparo de Cop desde la frontal lo despejó con firmeza Rulli hacia su lateral derecho, y muy poco después Iñigo Martínez se vio obligado a cortar con un agarrón una internada de Juanpi que le habría dejado solo frente al guardameta realista. Undiano Mallenco, demasiado políticamente correcto en la señalización de faltas por leves toques y quisquilloso sobre todo con los defensas realistas, sí acertó en esta ocasión al mostrarle la tarjeta amarilla al central realista, amonestación que le supondrá además un partido de sanción.

En esa falta, Recio buscó la escuadra a la derecha de Rulli y no le faltó demasiado para encontrarla. Con la mayor entrada en juego tanto de Yuri como de Zaldua, la Real volvió a tomar la iniciativa del partido llegando al ecuador de la primera parte. Kameni desbarató con una buena parada un disparo de Xabi Prieto, aunque la jugada ya estuviera anulada por fuera de juego. Poco a poco los realistas fueron encerrando al Málaga y en el tercer córner consecutivo que consiguieron forzar, el balón acabó estrellado en el larguero tras un barullo en el que entraron al remate tanto Reyes como Oyarzabal. La respuesta del Málaga estuvo muy cerca de convertirse en el primer gol del partido, pero el sensacional cabezazo de Charles se marchó lamiendo el poste izquierdo de Rulli. Los minutos finales de la primera mitad fueron de la Real, aunque sólo Bruma estuvo cerca del gol, con un disparo, tras un centro al segundo palo de Zaldua y de primeras, que no consiguió colocar entre los tres palos.

La segunda mitad pareció comenzar con el mismo dominio realista con el que finalizó la primera. A Xabi Prieto le faltaron unos pocos centímetros para llegar a rematar un sensacional envío de Pardo, que ya se había hecho dueño y señor del partido, y Bruma protagonizó una buena jugada en la que buscó el pase para Oyarzabal, cuyo disparo se estrelló en la defensa. Pero cuando parecía que el dominio de la Real era más claro, llegó el jarro de agua fría. Una buena jugada del Málaga que no pareció del todo bien defendida y en la que Iñigo Martínez rompía la línea del fuera de juego acabó convirtiéndose en el 0-1. Recio buscó la subida de Morales por la banda derecha del ataque visitante y su pase mordido, además de evitar a Rulli con ese defecto en la trayectoria del balón, sirvió para que el esférico llegara a los pies del mejor jugador del Málaga, Cop, para que este lo introdujera sin oposición en la portería realista. Tocaba remar, y en este caso la Real remó mucho. Con poco brillo, e incluso si se quiere con algo de precipitación por momentos, pero con muchísimo corazón.

Las continuas faltas del Málaga permitieron a Pardo colgar varios balones al área, y el Málaga, aunque no Kameni, sufrió lo suyo para defenderlos. El más peligroso fue uno de los primeros, que encontró una buena peinada de Xabi Prieto que nadie acertó a alcanzar en el segundo palo. La Real tuvo muy poca claridad en los metros finales en esos minutos, a pesar de tener al Málaga prácticamente embotellado y de mover el balón con cierta facilidad en torno a la frontal del área. El juego siempre pareció más volcado sobre la derecha, donde se juntaban con mucha frecuencia Zaldua, Xabi Prieto, Vela, más desacertado que en jornadas precedentes, y Oyarzabal. Y choca que Eusebio no viera que el partido necesitaba romperse, más cuando esta ha sido la primera semana en mucho en la que sí tenía pólvora en el banquillo como para añadir esa chispa al desarrollo del juego. Su primer cambio, doble para meter a Granero y Agirretxe, llegó nada menos que en el minuto 74, cuando el Málaga empezaba ya a tener razones fundadas para creer que podría sacar los tres puntos de Anoeta sin necesidad de que Kameni se erigiera en el héroe del encuentro.

Así, después de que Undiano continuara con su malísimo arbitraje plagado de faltas y tarjetas (llegó a mostrar nueve, cuatro para la Real, cinco para el Málaga) y siendo cómplice de las continuas pérdidas de tiempo y parones en el juego que beneficiaban al equipo visitante (si los mismos árbitros dicen que los cambios son 30 segundos y las lesiones un minuto, ¿cómo pudo añadir sólo tres minutos con seis cambios realizados, una larga atención a Albentosa y esas mencionadas pérdidas de tiempo?), Agirretxe tardó apenas siete minutos en demostrar que dos meses de lesión no han frenado en absoluto sus brutales números de la temporada. Paradójicamente, con la ayuda además del equipo arbitral comandado por Undiano. Un balón colgado al área lo impulsó de cabeza Xabi Prieto en posición legal, pero quien sí estaba en fuera de juego era Agirretxe, que aún así cazó el balón en el aire de forma inapelable para Kameni. Las protestas del Málaga, completamente justificadas. Aún así, quedaban seis minutos y se olía ambiente de remontada en la fría noche donostiarra.

Pero Eusebio prefirió ser cauto, quizá demasiado. Se conformó con sumar a su delantero centro, a Granero en un centro del campo más técnico y a bajar a Reyes a la defensa (los sustituidos fueron un Bruma peleón y un Mikel González que protagonizó una buena actuación), pero no quiso meter más madera. Y estaba el partido para cometer locuras. Locuras que, quién sabe, igual habrían dado al traste con ese punto tan sudado, pero quedaban seis minutos, nueve con el pírrico descuento que ofreció Undiano, y estaba en el banquillo un chaval con números acreditados de goleador en el Sanse y que seguro que tenía sed de sangre. Bautista se quedó sin debutar y Eusebio no agotó el tercer cambio en un partido de muchísimo desgaste. Aún así, los once realistas sobre el campo no cesaron de intentarlo, y volcaron su ataque a la izquierda. Primero fue Oyarzabal quien buscó el pase de la muerte desde la línea de fondo para que Agirretxe no pudiera controlarlo, y el partido acabó con una cabalgada de Yuri por la misma banda que tampoco encontró un pase claro ni un rematador afortunado.

Como la Real no logró ese gol del triunfo, se queda en cuatro la racha de victorias consecutivas, pero tal y como fue el partido ante el Málaga el punto no es malo. La Real se ha acostumbrado a no perder, y una racha de trece de quince puntos posibles no es algo a desdeñar en absoluto, e incluso permite ir al Vicente Calderón el próximo martes con menos presión y con la sensación de que no es algo imposible sumar allí también. Cada vez que Gracia se presenta en Anoeta se intuye una noche de perros, y esta vez no fue una excepción. Al contrario, se agravó con los imposibles horarios que la Liga impone a la Real y el temporal que hizo que apenas algo más de 12.000 valientes realistas estuvieran en las gradas. Pero el equipo txuri urdin peleó, encontró de nuevo al mejor Pardo, confirmó que Oyarzabal es una de las grandes noticias de la temporada, vio cómo Agirretxe sigue en plena vena goleadora y demostró que, ahora mismo, si alguien quiere ganar a esta Real va a tener que pelear mucho.

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