Millones de veces me he imaginado allí, en la grada de El Molinón, en aquel 26 de abril de 1981, mojándome sin paraguas, sufriendo lo indecible, afónico de tanto animar, viendo cómo la Real se jugaba la Liga. Con la radio lamentando que el Real Madrid ganara en Valladolid. Diciéndole a los de alrededor que no la vamos a perder como el año anterior, que todavía queda tiempo. Que este equipo y todos nosotros, nos merecemos esa instante inolvidable de felicidad. Que vamos a marcar, que tiene que haber un gol antes de que Enríquez Negreira pite el final. Y me imagino volviéndome loco de felicidad, gritando gol con toda mi alma, alzando los brazos al aire, con lágrimas en los ojos. Me imagino campeón. Me lo imagino porque no estuve allí. ¡Ojalá hubiera sido uno de los miles de realistas que vivió el instante de felicidad más grande que la Real ha dado jamás! Ni siquiera, a mis tres años, fui consciente de que aquel día estaba teniendo semejante importancia histórica.
Lo sucedido queda para la posteridad. Fue el día en que, como dijo el gran Gorka Reizabal, la Real se convirtió en el más grande de los pequeños y en el más pequeño de los grandes. Contarlo por escrito no tiene, ni por asomo, la misma emoción que haberlo vivido. Ni siquiera que haberlo soñado. Tampoco que haberlo visto. Pero si no lo has vivido, hay que leerlo. Hay que verlo. Hay que soñarlo. Cerrad los ojos. Escuchadlo como lo escucharon los oyentes de Radio Nacional.
Lo sucedido queda para la posteridad. Fue el día en que, como dijo el gran Gorka Reizabal, la Real se convirtió en el más grande de los pequeños y en el más pequeño de los grandes. Contarlo por escrito no tiene, ni por asomo, la misma emoción que haberlo vivido. Ni siquiera que haberlo soñado. Tampoco que haberlo visto. Pero si no lo has vivido, hay que leerlo. Hay que verlo. Hay que soñarlo. Cerrad los ojos. Escuchadlo como lo escucharon los oyentes de Radio Nacional.
Pero para soñar como se tiene que soñar, sólo hay una forma de escuchar este gol. Con la voz de Joxean Alcorta. La suya era la voz de la Real y en mi imaginación, en mis sueños, es la voz del gol de Zamora, es la voz del instante más feliz que, incluso sin haberlo vivido, anida en mi corazón txuri urdin. Y han pasado ya 30 años desde el día en que volamos, en que el cielo dejó de ser nuestro límite, desde que ganamos lo que había que ganar. 30 años. Felicidades, realistas. Lo vivierais o no, este día es vuestro. Es nuestro. Es de la Real.
3 comentarios:
Has cambiado esto
Aniversario, aniversario.
Dejaremos el enlace aunque me quedo con el tuyo al de la página de la Real
http://www.realsociedad.com/caste/home/real.asp?menu=110100&id=121737
Vamos Juan, que menuda página tienes.
Un abrazo
Campeón.
Tenia seis años y recuerdo ese día escuchando la radio en el pueblo con el gol de Zamora, esa temporada me había hecho de la Real y grite el gol como un loco, desde entonces hasta ahora siempre Txuri-urdin.
Algún día volveremos a ganar un titulo, ahora lo importante es salvarnos.
Luis, ya iba siendo hora de un pequeño cambio, ¿no...? Muchas gracias por todo.
Cityground, afortunado tú que viviste ese día. Yo sólo sueño con él. Yo también estoy convencido de que volveremos a ser campeones.
Publicar un comentario