domingo, abril 03, 2011

REAL SOCIEDAD 1 - HÉRCULES 3 Enhorabuena, la Real ya es un equipo ramplón

La Real se ha convertido en un equipo ramplon. Y sólo hay una explicación posible, el intento continuado, desmedido, desalantador y empecinado en que lo sea. Son muchos los que eso creían de su equipo, y lo han creído con tanta fuerza que ya lo creen todos, ya incluso los jugadores. A fuerza de cortar las alas del sueño europeo, nos hemos convencido de que sólo se puede luchar por la salvación. Pues bien, ya es lo único por lo que se puede luchar y encima con un desánimo notable. A base de restar importancia a la temporada que estaba haciendo Xabi Prieto, él se ha convencido de que no es un jugador importante. Ya no lo es. Tanto hemos dicho que esta temporada era para aprender, que ahora ya nos dejamos enseñar por cualquiera. Y con el empeño de pensar que cada rival que viene a Anoeta es el Ajax de Cruyff (por usar la famosa metáfora de Lasarte), hemos conseguido que todos lo parezcan. Incluso dos colistas de la Liga que se han paseado sin oposición por Anoeta. Que el Hércules gane 1-3 es una afrenta a la dignidad que el escudo que el equipo lleva en su camiseta obliga a demostrar. Que venza, además, haciendo tan poquito, es una muestra de que querer es poder y no querer es, indudablemente, ni siquiera poder intentarlo. Enhorabuena a todos, la Real ya es un equipo ramplón.

En demasiadas ocasiones las gentes del fútbol se llenan la boca con palabras altisonantes con la que quieren esconder muchas cosas. La de esta semana era "final". Si esto de hoy era una final, la actitud con la que la Real y el Hércules han saltado al campo, sobre todo la Real, es para morirse de la vergüenza. La primera mitad fue terrible, infame, nefasta. Por parte de los dos equipos, pero sobre todo por la del cuadro txuri urdin, que jugaba en casa, que era el que tenía la oportunidad de que el día de hoy zanjara su batalla casi por completo. Si eso sucede después de que Lasarte dijera en la rueda de prensa del viernes que los entrenamientos de la semana habían sido de los mejores de la temporada y, encima, con los mejores hombres disponibles sobre el campo, es que algo grave está pasando. Grave fue el resultado, pero también la actuación de la Real, que pone incluso en entredicho el trabajo que se hace en Zubieta. Quizá lo segundo más grave que lo primero. Lo que está claro es que nada funcionó como debiera desde el inicio. Ni había salida de balón, ni había fútbol, ni se generaron ocasiones de gol, ni hubo una especialmente clara contundencia defensiva. No hay, en esos primeros 45 minutos, casi nada rescatable en la actuación de los once jugadores que vistieron de blanquiazul.

Greizmann y Xabi Prieto fueron de lo más destacable dentro de ese bajísimo nivel, porque ambos intentaron cosas, metieron balones en el área y buscaron crear fútbol y ocasiones de peligro, aunque no siempre con suerte. Sobre todo destacaron un par de jugadas del joven francés, aunque, empeñados en decir que está cansado y sin chispa, la acabó perdiendo. Incluso su puesto en el campo, aunque eso vendrá luego. El extremo zurdo tuvo el gol en sus botas en una magnífica jugada personal que Calatayud envió a córner. Aranburu también, en un disparo desde fuera del área tras una cesión atrás de Xabi Prieto. Tamudo estuvo a punto de llegar a un centro de Griezmann que tocó hacia atrás un defensa arriesgándose incluso el gol en propia puerta. Todo eso sucedió en los últimos diez minutos de la primera mitad, minutos que maquillaron una primera media hora absolutamente horrenda, nefasta y desquiciante, en la que ningún jugador realista fue capaz de encadenar tres pases seguidos. Zurutuza, que durante casi toda la temporada ha sido esa brújula futbolística, probablemente protagonizó hoy su peor partido, fallando controles fáciles, perdiendo muchos balones en el centro del campo y mostrándose incapaz de combinar ni con los extremos ni con un Tamudo que rozó la desesperación.

Antes de llegar a esos minutos, el Hércules mostró sensaciones contradictorias. Por un lado, llegaba con una facilidad insultante hasta la frontal del área sin hacer nada espectacular, forzando alguna llegada de peligro, sobre todo una que sacó abajo Bravo (enfadado como siempre por lo solo ante el peligro que le dejan con demasiada frecuencia). Por otra, parecía conformarse con el empate, pues no apretaba más de lo necesario y varios de sus jugadores, en especial su portero, el despreciable Calatayud (todavía le recuerdo machacando miserablemente el punto de penalti antes de que Savio fallara aquel penalti que nos dio la sensación de enviarnos a Segunda hace cuatro años). La primera media hora daba ventaja a los puntos al Hércules. El arreón final de la primera mitad obligaba a pensar que el empate era justo, porque ambos pudieron marcar. Como la Real atacó después, cabía pensar que la segunda parte tendría que comenzar con una continuación de esos correctos minutos del equipo txuri urdin. En absoluto. Y cabe pensar que eso se debe a cierta complacencia, a que todavía quedaban posos de la semana de que esta final se iba a ganar porque sí. Y porque sí ya no se gana a nadie en el mundo del fútbol. Por muy malo que pueda ser el rival.

La actitud de ambos equipos en esa segunda mitad fue idéntica a la del comienzo del partido. Es decir, nefasta. En absoluto propia de un partido que ambos había calificado de final. Casi daban ganas de solicitar un cambio en el reglamento para exigir que estos partidos resten puntos a los dos equipos. Y en eso, sin que nadie pudiera pensar que iba a suceder algo en el partido, marcó el Hércules. Kiko Femenía, el único jugador de calidad que se mostró hoy sobre el césped (se encontró también con el infortunio de De la Bella, su marcador, que tuvo que retirarse lesionado antes de la media hora cuando estaba cuajando un muy buen partido; Mikel González ocupó su lugar y Labaka salió como central), metió un gran balón al segundo palo que remató Portillo. Ahí empieza otra de las grandes características de esta Real, la de quitapenas. Demasiados deprimidos han encontrado consuelo frente a la Real esta temporada. Demasiados. Portillo no había marcado un gol en toda la Liga. Y marcó en Anoeta. Para completar la barra libre del altruismo que es el equipo txuri urdin, Drenthe, ese sobrevaloradísimo jugador y nefastto profesional, marcó dos más. Lleva cuatro en toda la Liga, y tres de ellos se los ha metido a Bravo, uno en el partido de ida y dos en el de vuelta. Impresionante.

Cuando el Hércules se puso 0-1, quedaban todavía más de veinte minutos para el final del partido. Pero a fuerza de hacer creer a este equipo que es incapaz de remontar un partido, ya ni se lo plantea. Hoy no se lo planteó. Hoy deambuló por el campo sin crear peligro. Lasarte, cuyo fuerte no suele ser revolucionar los partidos en las segundas mitades (aunque a veces, como en Santander, sí lo consigue), no sólo no ayudó sino que cercenó las posibilidades de la Real con sus cambios. Es bastante incomprensible que Griezmann ceda su lugar en el campo a Sarpong. El primero, por cansado que pudiera estar, había llevado peligro en el partido. Sarpong no lo hace desde las cuatro o cinco primeras jornadas de Liga. Desde entonces, nunca ha sido el revulsivo que se esperaba de él y hoy no lo ha sido. El tercer y último cambio fue retirar a Diego Rivas para introducir a Ifrán. ¿Cambio ofensivo? Sí, pero no. Zurutuza retrasó su posición para formar el doble pivote junto a Aranburu, e Ifrán se marchó arriba con Tamudo. Al eliminar la presión en la salida del Hércules, aunque fuera la de un Rivas hoy liviano, fue imposible que la Real creara una sola jugada de peligro. Aún más, posibilitó los contraataques de los alicantinos, que convirtió dos goles más y pudieron ser tres.

Especialmente sangrante es el tercero gol, el segundo de Drenthe. Con 0-2, nada ya que ganar por convicción, y en el minuto 89, la Real ocupó una desmadrada posición en el campo, en el que sólo Zurutuza (¡Zurutuza, nada menos!) cerraba un contraataque de Drenthe con 60 metros de carrera por delante. Una cosa es perder y otra cosa es hacerlo por el desbarajuste colectivo. Y aunque en los momentos difíciles siempre parezca injusto u oportunista acordarse de los que no están, es inevitable pensar el daño que le ha hecho a este equipo la lesión de Llorente. No creo que el delantero realista hubiera permitido perder de esta manera un partido como el de hoy. O como el del Málaga. Al menos no así. Y faltaba la triste puntilla del partido, ya en el 92, el primer gol de Ifrán con la camiseta txuri urdin. Lo que tendría que ser un motivo de gozo se convirtió en una broma. Pero como a este equipo le hemos dicho que los primeros goles de los delanteros no sirve para ganar, pues qué más da que otro marque y la Real no sume. A Ifrán le ha pasado lo mismo que esta misma temporada le sucedió a Tamudo o a Sarpong. Lo que le pasó por ejemplo en su día a Agirretxe. Carlos Martínez le sirvió un espléndido balón para que el uruguayo anotara. Ese era el camino para jugar, dos toques seguidos y buscar las bandas. Pero la Real lo ignoró y prefiero demostrar que es un equipo pequeño. Lo es. Me duele decirlo, pero lo es.

Pues bien, a todos los que querían que la Real fuera un equipo ramplón y sin posibilidades de soñar con ser algo más hay que darles la enhorabuena. Y eso incluye a los que visten la camiseta de la Real, no penséis que es un ataque furibundo contra los pesimistas que siempre rodean al equipo, no. La Real es fuerte si cree en sí misma y ya no lo hace. Perder 1-3 es un descalabro inconcebible y difícil de asimilar. Supone la sexta jornada sin ganar antes de visitar el Vicente Calderón. Lo gracioso, perdonadme que me lo tome con ironía, es que el descenso sigue estando a la misma distancia, a seis puntos. Pero ahora la Real ya sólo tiene a tres equipos por debajo antes del pozo del descenso. Y es triste porque la responsabilidad es propia. El Hércules no es un buen equipo. No ha ganado por fútbol. Tampoco el Málaga o el Racing superaron a la Real. Pero todos ellos ganaron con facilidad. El equipo ha mostrado una tristísima debilidad mental que da la razón a los agoreros, a los que piensan en lo ramplón que puede llegar a ser este equipo. Y el caso es que con dos toques y una leve presión arriba daba para llegar al área y generar peligro. Pero si no se quiere creer, no se puede. Y esta Real ya no cree porque no ha sabido soñar y ya ha dilapidado el espléndido trabajo que había hecho hasta ahora. Eso ya se ha olvidado y casi nadie lo va a recordar. La cosa ya sólo puede empeorar.

5 comentarios:

Doctora dijo...

Hombre,el equipo está pasando una mala racha y tiene pinta de que ya se ha cargado la buena imagen que dio al principio de la temporada,pero siempre es mejor que estas crisis sean al final y no al principio,especialmente para un recién ascendido.
Debes ser optimista,piensa que a partir de ahora la cosa sólo puede ir a mejor y si el próximo partido es contra el Atleti no dudes que así será ;P

Anónimo dijo...

La cosa se ha puesto muy fea. Yo creo que sacar 1 punto de 18, jugando en casa con 3 colistas y fuera con Espanol, Depor y Racing, es para echar al entrenador ya.
Lo típico que se dice en estos casos, que no se puede echar a la plantilla, pues eso, fuera el entrenador, y que venga un cambio de mentalidad y de todo. Si seguimos esta línea nos vamos al pozo, y lo que nos queda es para echarse a temblar Atlético, Athletic, Barça, Valencia y Sevilla...y además Sporting, Zaragoza y Getafe...no se yo dónde vamos a rascar algún punto.
La Real está donde está porque se lo ha ganado a pulso. Una lástima. Sufriremos mucho todavía.
Lasarte fuera ya.

javilanzarote dijo...

El tema se ha complicado, pero no tanto en cuanto a puntos sino en juego. La Real no tiene juego en estos momentos, y es lo más me enfada, que no se juegue a nada. Creo que con la distancia que tenemos y con poco que mejore la Real nos salvamos seguro, pero esta rachita tiene que servir para que los dirigentes vean que algo hay que reforzar el equipo para el año que viene.

payo yanguas dijo...

¡Qué desidia!¡Cómo se deja ir la Real!¡Qué poca garra!¡Qué defensa!
También yo creo que Lasarte ha agotado su crédito. Si se le concede más el riesgo es extremo. ¿A qué proponemos esperar? ¿A que llevemos 1 punto de 27 o de 33?

LOREN KANPORA! Sarpong&Sutil no aportan nada. Y a Rivas le dejaremos ir para que Markel "crezca"
Amosanda!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Doctora, muchas gracias por tus palabras... Soy optimista, aunque el partido del domingo fue una debacle complicada de las de verdad... A ver qué pasa entre el Pupas clásico y el moderno, que es lo que empezamos a ser nosotros...

AGY, aunque es verdad que la racha es terrible, yo no creo que la cosa esté tan fea. Peor lo tiene el mismo Hércules, que está seis puntos por detrás. Miremos de verdad donde estamos: mitad de la tabla. ¿No es lo que esperaban casi todos a comienzos de temporada? Respeto mucho tu opinión, pero yo respaldo a Lasarte, no creo que haya hecho nada tan grave como para echarle.

Javi, está claro que el juego de la Real es ahora mismo preocupante. Pero a rachas. En Santander se demostró que se puede jugar bien, generar peligro y marcar. En lo que estoy de acuerdo es en que hay que reforzar para el año que viene. Pero reforzar de verdad. Uno o dos jugadores bastan, pero buenos.

Payo, eso mismo es lo que más me molesta de estos partidos: la desidia. Pero no veo agotado el crédito de Lasarte, ni mucho menos. Por el bien de todos, ojalá el técnico uruguayo me acabe dando la razón. En Loren, en cambio, tengo menos confianza. Mucha menos.