Cuando he dicho a lo largo de esta temporada que confiaba en el equipo, era una apuesta que incluía a Martín Lasarte en el lote. Veréis, soy un convencido de que una de las cuestiones que dieron con la Real en Segunda fue imitar a los demás y aceptar como imprescindible la vorágine de devorar entrenadores a la mínima. Para mí, que entre Ormaetxea y Toshack sumen 710 partidos en el banquillo txuri urdin y que los 16 entrenadores siguientes, entre ellos y Lasarte (¡16 nada menos!), se queden en 666 encuentros evidencia que algo estábamos haciendo mal. A la Real le hace falta continuidad. Siempre le ha hecho falta. No entiendo la impaciencia, cuando la paciencia es algo que forma parte de nuestro ser, de nuestro trabajo con la cantera. No comparto que a la mínima ya queramos echar al entrenador. No creo que estemos en ese punto, ni muchísimo menos. Y me duele la nula memoria que tenemos, no ya para recordar lo que pasó hace dos o tres años, sino hace menos de uno. Cuando en junio todos vitoreábamos a Lasarte por ser quien nos devolvió a Primera.
Eso no quiere decir que yo no vea los problemas del equipo o los errores del propio Lasarte, claro está. Lo mío no es un voto en blanco, no es un apoyo a ciegas, no es un mantenerle a toda costa. Es un respaldo consecuente con la forma de entrenar de alguien que ha conseguido sacar muy buen provecho a la plantilla de la Real. Si un bache basta para que nos lo queramos cargar, algo falla. Indudablemente. Por descontado, técnico y jugadores tienen su cuota de responsabilidad. Mucha. Casi toda. Pero me niego a cerrar los ojos antes el derrotismo absoluto con el que afrontamos cualquier situación y que lastra las posibilidades del equipo. Hablo de la prensa y de los aficionados. Solemos despreciar las virtudes de los nuestros y todo aquello que es positivo con demasiada facilidad. A veces lo damos incluso por sentado. Y no es así. Pero nos cuesta horrores el elogio. Sí, Anoeta se llena cuando las cosas van bien y está bastante más vacío cuando se pierden partidos. Pero no es sólo eso. Es que la crítica suele ser dañina, destructora, desalentadora. Cuando ganamos es porque el rival es muy malo, cuando perdemos es inaceptable que lo hagamos ante un rival cualquiera. No lo entiendo tampoco. El problema es siempre nuestro. Nunca hay mala suerte, nunca hay un árbitro que nos perjudica, nunca parece jugar el rival. Asumiendo todo lo criticable, no me parece justo.
Todos los realistas llevamos un entrenador dentro y casi todos decimos en alto nuestras soluciones. Yo tengo las mías, claro. Yo creo que es imperdonable el poco poderío de la Real a balón parado, que no aprovechemos mucho más a dos jugadores que van tan bien por alto como Xabi Prieto y Carlos Martínez. No entiendo por qué no se le da la alternativa definitivamente a Illarramendi, cuando los dos días que ha jugado ha sido el mejor y ha aportado frescura y cosas nuevas, o que Zurutuza no haya sido el mediocentro creativo en ningún once inicial, siquiera por probar. No comparto que Agirretxe haya contado con tan pocos minutos desde la lesión de Llorente, cuando es evidente que el trabajo de presión que garantizaba el gran fichaje de la temporada no lo puede hacer Tamudo (Agirretxe tampoco, pero su perfil se acerca más... y encima ha marcado cuando ha jugado). No me gusta que desperdiciemos a Mikel González en la banda convirtiéndole en un jugador vulgar cuando sigue siendo el mejor central de la plantilla. Y desde luego lamento que el equipo baje los brazos con tanta facilidad cuando se pone con el marcador en contra.
Estas cuestiones son posibilidades para Lasarte, materias que puede trabajar en Zubieta o aplicar antes de los partidos e incluso durante los mismos. Es sabido que los cambios no son su fuerte (por añadir una crítica más, para mí es incomprensible que Griezmann deje el campo para que entre un Sarpong que o nos engañó mucho en sus primeras apariciones o desde luego no tiene el nivel para jugar en la Real y es un nuevo Jonathan Estrada), pero para eso tiene un equipo técnico. Para eso tiene capitanes. Y para eso están los medios de comunicación y los aficionados, para alertarle de que algo falla, incluso si no lo dijera la clasificación. Lo que tengo claro es que entre todos hemos conseguido convertir una meritoria temporada de regreso a Primera División en una Liga más, que está incluso en riesgo de ser un sufrimiento que recuerde a los de las temporadas anteriores al descenso si no se corona con un broche de oro, es decir, la salvación holgada y algún triunfo sonado (y sigo teniendo entre ceja y ceja la visita del Barcelona, aunque fuera de Anoeta hay bastantes partidos tan apetecibles como complicados).
La Real no va a bajar. Me sorprende, de hecho, que haya tantos pensamientos negativos que crean que sí lo va a hacer cuando hay seis puntos de margen todavía. A mí lo que me preocupa y lo que me ocupa son las sensaciones. Esas que durante toda la temporada me decían que este equipo tenía aún más capacidad de lo que mostraba la clasificación y que ahora hemos perdido. Me gustaría que quienes piensan que la Real será uno de los tres que se irá a Segunda me dijera que cuatro equipos van a adelantar al txuri urdin en la clasificación de aquí al 22 de mayo. Porque el Almería tendría que sumar diez puntos más. El Hércules y el Málaga, seis. El Zaragoza, al menos cinco (queda por jugar el partido de vuelta, en Anoeta, con un ajustado 2-1 en la ida para el average particular). El Getafe y el Deportivo, dos (ambos tienen el average perdido, salvo que pensemos que los madrileños pueden ganar 0-5 en la última jornada de Liga). El Sporting, tendría que hacer lo mismo que la Real y además vencer en Anoeta. Son muchos los candidatos y demasiados realistas ven en Segunda a los suyos. Yo no. Las malas rachas no duran cien años. La nuestra se romperá. Si no en el Calderón, seguro dentro de diez días contra el Sporting. Eso sí sería una final. Mientras tanto, yo sigo con Lasarte y con el equipo.
2 comentarios:
claro que si, tienes toda la razón, con tus palabras, si me dejas tranquilo, tenemos equipo de primera y la racha estoy seguro que se va a romper ya sea el el Calderón o de aquí una semana contra el Sporting.
Es en esta la fase del campeonato donde la afición tenemos que estar siempre con el equipo.
Somos demasiado negativos en la Real de siempre. Eso no quita que estemos en una muy mala racha y haya que espabilar pronto si no queremos bajar a 2ª.
Confió en Lasarte y en los jugadores, la temporada pasada también se perdió bastante ventaja para subir y al final dieron la cara y ascendimos.
Hemos perdido mucha confianza y es muy necesario ganar un partido sea en el Calderón o ante el Sporting.
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