Esto de sufrir y ganar se está convirtiendo en una costumbre. No creo que quede ya nadie que dude de la capacidad de esta Real Sociedad de manejarse en resultados cortos. Uno recuerda los partidos de esta temporada y victorias holgadas, lo que se dice holgadas, ha tenido muy poquitas. En Anoeta, quizá sólo la del Deportivo. Y es algo difícil de explicar, porque el partido de hoy ante Osasuna era de goleada. Hubo ocasiones de todos los colores, de todas las texturas y de todos los sabores. Pero no entró nada más que una, otra de Tamudo, que ha asumido con brillantez buena parte del rol que tenía Llorente en el equipo y, ahora sí, contribuye con puntos en la clasificación. Hoy su gol vale eso, tres puntos. Y eso es valiosísimo. Tanto antes como después, y sin jugar siquiera un partido de cine, la Real ha hecho méritos y ocasiones suficientes como para marcar, incluso golear. Como poco, elevar al marcador de Anoeta un resultado confortable. Pero no. No le va eso de ganar fácil a la Real por mucho que el partido lo pida. Hoy se han fallado ocasiones increíbles ante un rival que sólo ha inquietado en dos jugadas aisladísimas y en buena medida responsabilidad del equipo txuri urdin. Pero el 1-0 también vale. Y Europa está cerca.
Lasarte se ha matnenido fiel a sus principios, como suele hacer casi siempre y ha hecho pocos cambios. El más sorprendente ha sido la suplencia de Mikel González, que ha dejado su puesto en el centro de la zaga a Demidov (notable debut como titular en el equipo) y en la banda a De la Bella. Sarpong, como era de prever, fue el sustituto de Xabi Prieto, Estrada se mantuvo en la derecha y el doble pivote lo ocuparon Diego Rivas y Aranburu. Lo previsto, lo más sencillo. Y aunque mucho se habla de si este partido era una final para un Osasuna que lleva más de un año sin ganar fuera de casa o para una Real que con una victoria podía marcar una diferencia clara entre la lucha por la permanencia o por Europa, de final nada. El comienzo del partido fue frío, soso y bastante malo. Ni un equipo ni otro era capaz de controlar el balón, pero si alguien tenía cierto dominio era Osasuna. Un dominio lejanísimo del área de Bravo, al que no forzó a intervenir en todo el encuentro, pero dominio al fin y al cabo. Los primeros veinte minutos se fueron directamente a la basura sin que pasara gran cosa. Pero ahí apareció Zurutuza y el partido comenzó a cambiar.
Cuando el pelirrojo interviene en un partido, siempre puede pasar algo. Y lo que empezó a pasar es que la Real comenzó a llegar con peligro a la portería de Ricardo. Fue Zurutuza quien tuvo la primera gran ocasión de gol en una internada en el área que acabó con un disparo alto, muy molestado por un defensa rojillo que rozó el penalti. La tuvo después Griezmann, con un lanzamiento que se le fue arriba después de una buena jugada de Zurutuza. También Tamudo, quien remató al aire (como hizo en el Bernabéu) un espléndido pase de Aranburu por encima de la defensa osasunista. Y la volvió a tener Zurutuza después de espléndido centro de De la Bella. Esta vez sí hubo penalti, porque Monreal despejó con el brazo. Turienzo Álvarez, en un arbitraje deleznable y con un tufillo bastante anticasero durante toda la tarde, ni siquiera señaló córner. Inconcebible. Lo de disparar al aire le sucedió minutos después a De la Bella en el lateral del área pequeña, Demidov remató desviado de cabeza en un córner y Sarpong falló lo imposible de fallar después de una preciosa y preciosista jugada entre Griezmann y Tamudo. Todo esto sucedió entre el minuto 20 y el 45. ¿Y Osasuna? Como si no estuviera. Pero se llevó al descanso un 0-0 que no merecía.
La segunda parte ofreció más de lo mismo, aunque con una pequeña variación. En el segundo acto sí tuvo ocasiones Osasuna. Dos, concretamente, y las dos bastante achacables a la Real. La primera fue un disparo desde fuera del área de Nekounam que se estrelló en el larguero, ante la pasividad del equipo txuri urdin en el despeje. En más de un despeje. La segunda, fue un remate de Lekic en un córner, sin oposición alguna, que sacó De la Bella bajo palos. Otro córner. Otro remate claro. Como en tantos y tantos partidos. Esto es más importante de lo que parece y es un problema que no termina de encontrar solución. A veces será gol, como el de Cristiano Ronaldo en el Bernabéu, a veces la sacará un defensa txuri urdin bajo los palos como en la tarde de hoy. Dos ocasiones de Osasuna que podrían haber cambiado el destino del partido, precisamente porque las claras ocasiones de las que dispuso la Real no se convirtieron. Y en la segunda parte hubo más y de muchos jugadores distintos. Antes de que llegara Osasuna, Tamudo tuvo un buen disparo y Griezmann lanzó con fuerza una falta que forzó a Ricardo a intervenir. Entre las dos ocasiones de Osasuna, Estrada pudo inaugurar su cuenta como goleador del primer equipo culminando una preciosa jugada de la Real, pero la tiró fuera. El maleficio de Estrada sigue ahí.
La Real desperdició también un libre indirecto en la frontal del área pequeña (por una cesión a Ricardo). Griezmann se la tocó a Sutil y su disparo se estrelló en una barrera que nunca estuvo a la distancia correcta (Turienzo seguía haciendo méritos, que después redondeó perdonando una tarjeta roja cuando una falta en la frontal evitó que Zurutuza enfilara a Ricardo). Tres minutos después, y tras sufrir más de una hora de pérdidas de tiempo y alguna que otra marrullería de Osasuna, llegó el gol de Tamudo. Un magnífico movimiento en el interior del área le colocó frente a Ricardo, que consiguió sacar su primer disparo. El rebote cayó de nuevo en los pies de Tamudo quien, de espaldas y con un toque cargado de sutileza, introdujo el balón en la portería rojilla. 1-0 y explosión de alegría en Anoeta. Merecida explosión de alegría. Con un resultado corto, pero justísimo, porque sólo la Real debía ganar hoy. En los 17 minutos que quedaban de partido, Bravo no tuvo que intervenir ni una sola vez, aunque Osasuna sí tuvo alguna llegada peligrosa. Pero a cambio Tamudo tuvo otra ocasión que se marchó ligeramente fuera, De la Bella disparó al palo y Sutil lanzó muy cerca de la escuadra una falta que había dejado al Osasuna con diez jugadores (primera superioridad de la Real en la temporada... sólo un minuto y medio y ganando).
Ha sido un carrusel de ocasiones de gol por parte de la Real. Un auténtico carrusel. Algunas llegaron por calidad, otras por el juego colectivo, otras por simple azar. Pero las ocasiones llegan. Hoy llegaron. Y por eso se ganó, porque el fútbol a veces compensa el buen trabajo. Ojo, que la Real saltó hoy al campo con bajas importantes. Se ha ganado sin Llorente y sin Xabi Prieto. Se ha hecho debutar como titular a un Demidov que ha realizado un completísimo partido. Aranburu ha estado sensancional en el centro del campo. Tamudo sigue vivo. Son muchas las buenas noticias que semana tras semana deja este equipo. Y habrá quien se quede con las malas. Como el decepcionante partido de Sarpong (¡cómo hubiera cambiado la percepción de su partido si hubiera marcado la ocasión que tuvo!), los cambios defensivos y a veces tardíos de Lasarte (que acabó con cinco atrás y dos pivotes y medio) o el sufrimiento final que siempre se instala en Anoeta, con un equipo que se echa atrás, cuando el marcador es tan corto como el de hoy. Pero allá ellos. Allá ellos porque se están perdiendo una buena temporada de un equipo que, además, tiene futuro. Porque mientras algunos siguen mirando hacia abajo, el juego y las prestaciones de la Real invitan a pensar en algo más, a tener ambición, a soñar otra vez.
Todo sea por informar a todos los realistas, el equipo de Martín Lasarte recupera los nueve puntos de ventaja sobre los puestos de descenso. Tres partidos cuando quedan quince por jugarse. 31 puntos. A unos diez de certificar la permanencia, un objetivo que unos cuantos ni siquiera veían de forma realista para este equipo, casi el mismo que subió a Primera hace unos meses. Novena posición. Pero con los mismos puntos que octavo y séptimo. Un gol más habría bastado para que la Real hoy durmiera en la séptima posicion, esa que por obra y gracia de la final copera entre Barcelona y Real Madrid da un billete para la Europa League. Y todos sabemos que la Real tiene menos puntos de los que merece, por fútbol y por arbitrajes. Por eso es el momento de soñar y de mantener viva la ilusión. Porque la Real está en la lucha por Europa. Porque Anoeta sigue siendo un fortín y ya ha visto siete victorias de color txuri urdin. Porque la Real tiene equipo, tiene plantilla y tiene espíritu. Porque igual en junio tenemos que seguir celebrando algo. Falta algún día grande de verdad, pero el viaje está siendo placentero. La próxima estación, de nuevo en Anoeta, ante el Mallorca. A ver si se mantiene la costumbre de sufrir y ganar. O incluso a ver si se gana sin sufrir. Pero primero ganemos.
2 comentarios:
Victoria muy importante porque varios de los de abajo también ganaron. Si ganamos al Mallorca empezare a soñar con Europa, pero lo importantes es lograr 4 triunfos para asegurar la permanencia que era y es el objetivo.
Tamudo se esta ganando la renovación y Demidov tuvo un buen debut, fallamos demasiadas ocasisones claras ayer.
Cityground, muy importante, ya lo creo, igual de importante que el partido de este lunes. Fallamos, cierto, pero generamos, y eso me parece más relevante. Si perdemos, que sea por fallar ocasiones, no por no llegar al área contraria. Gracias como siempre por el comentario.
Publicar un comentario