La Real sabía que jugaba en Málaga contra dos fantasmas, contra su trayectoria como visitante y contra el mal reflejo copero de este equipo. Pero había un tercero. Previsible, de haber mirado la ficha del partido antes de su inicio, pero siempre con capacidad para sorprender al más pintado: el árbitro. González González. Un tipo especialista en no señalar penaltis a favor de la Real, en pitárselos en contra, en machacar al equipo txuri urdin a base de faltas y tarjetas asombrosas y en expulsar a integrantes de su banquillo. Hoy, tristemente, ha cumplido con ese lamentable expediente a la perfección. Pero la Real también ha cumplido con los suyo, con mucha más perfección todavía. Los tres fantasmas cayeron derrotados a manos del equipo txuri urdin, que sumó una gran victoria en Málaga que le sirve para asomarse a las proximidades de la zona europea de la clasificación. No fue un partido perfecto, cuál lo es, pero las virtudes superaron con mucho a los defectos en un ambiente hostil que minuto a minuto se iba tornando más negativo gracias a la actuación artbitral. Pero Griezmann, Llorente y Bravo, deteniendo un penalti, aseguraron el triunfo txuri urdin. Merecido triunfo, por cierto.
Lasarte sorprendió al alinear nuevamente el doble pivote formado por Elustondo y Markel Bergara. El mismo de aquella triste derrota en Pamplona. Una apuesta de riesgo, y más teniendo en cuenta lo sucedido el jueves en Anoeta ante el Almería. Lo cierto es que durante bastantes minutos fue un mediocentro superado por el partido en la faceta ofensiva, no por un Málaga que apenas tuvo dos fases del partido en las que dominó (mediada la primera mitad y en el tramo final, más que nada por la cercanía de un empate que nunca llegó), sino porque la salida de la Real era sobre todo a través de su línea de tres centrocampistas ofensivos. Sigue siendo mucho cambio para este equipo sustituir al doble pivote a la vez, pero también ha servido este partido para demostrar que no hubo tanta responsabilidad en estos dos nombres de la derrota ante Osasuna. Además, la cantidad de robos de balones en esa franja ha sido inmensa, en lo que sí han tenido mucho que ver tanto Markel como Elustondo. Y es que la actitud de la Real ha sido diametralmente opuesta a la que mostró en todos los partidos que había disputado hasta ahora como visitante. Por eso ha ganado, sobreponiéndose a todas las dificultades y también a sus propias limitaciones.
La primera mitad fue más o menos igualada, a pesar de que el Málaga disparó más contra la portería contraria. No mejor, porque apenas tuvo ocasiones claras de gol, pero sí mucho más. Bravo desbarató la mejor ocasión malaguista con una formidable parada abajo, donde suele dolerle a los porteros, y después Elustondo rechazó el segundo disparo local de la jugada. Una mala cesión atrás le dio al Málaga una segunda ocasión de marcar, pero la vaselina de Eliseu por encima de Bravo se marchó fuera. Era el minuto 23 de la primera mitad y ahí se acabó el aparente dominio local, el de su primera fase de cierta superioridad. La Real antes de eso respondió con un gran pase de De la Bella que no encontró rematador y después con un cabezazo de Llorente. Lasarte se encontró en esos minutos con un contratiempo inesperado. Ansotegi se marchó del campo lesionado y entró en su lugar Labaka, que mantuvo el tipo envidiablemente a pesar de saltar al césped sin apenas calentar y complementó a un formidable Mikel González. No se notó el cambio de forma negativa, más bien al contrario aunque fuera casualidad, porque fue justo por esos minutos cuando se acabó la presión del Málaga.
Y entonces llegó el gol de la Real. Un jugada iniciada por Bravo, que pasó por los pies de Xabi Prieto, y llegó a Llorente, que dio un magnífico pase al primer toque a Griezmann. El canterano francés se aprovechó de su velocidad, de su calidad y de la malísima salida de Arnau para poner el 0-1. No era injusto, ni mucho menos, que la Real se marchara al descanso en ventaja, porque su actitud era la de un equipo que quería ganar. Y más si tenemos en cuenta que a esas alturas del partido el ínclito González González ya había decidido mirar hacia otro lado cuando se produjeron dos jugadas de penalti en el área del Málaga, el primero un empujón a Llorente y el segundo una mano, una zamorana muy clara, de Eliseu. El comienzo de la segunda mitad corroboró que hoy tenía que ser el día de romper la racha como visitante y sumar tres puntos. Fueron los mejores instantes de la Real, controlando por completo el partido. Xabi Prieto y Zurutuza estuvieron a punto de marcar el segundo, y a los diez minutos de la segunda parte llegó ese tanto. Un maravilloso centro de Xabi Prieto encontró un rematador incomparable en Llorente. 0-2. ¿Partido resuelto? Nunca.
El Málaga languideció durante veinte minutos por el partido, veinte minutos en los que la Real demostró una abrumadora superioridad, veinte minutos en los que el equipo local, ya con dos cambios ofensivos sobre el césped, sólo logró una ocasión de gol, un balón al larguero de Eliseu que llegó en el minuto 64. En realidad, ahí debió morir el partido, pero entró en juego de nuevo ese actor ya conocido por todos que se llama González González. Comenzó su sibilina labor de no señalar faltas a favor y sí todas en contra, de sacar tarjetas amarillas a los jugadores realistas (incluso a Xabi Prieto ¡¡¡por protestar!!!, el mismo motivo por el que acabó expulsando a Balbi; cómo escucha este árbitro lo que se dice en el banquillo de la Real), y la no tan sibilina de seguir siendo decisivo en las áreas. Primero, obviando otra mano en el área malaguista y después señalando un penaltito de esos light que a favor parece que nunca caen. Mala conciencia tendría que ni siquiera se atrevió a expulsar a De la Bella, que ya tenía una injusta amarilla desde la primera mitad. Bravo respondió como lo que es, actualmente el mejor portero de Primera División. Detuvo el penalti, despejó un segundo disparo y Labaka sacó bajo los palos el tercer remate de la jugada. ¿Partido resuelto? Tampoco.
Y es que en la jugada siguiente el Málaga marcó gol, en un pase desde la banda izquierda de la defensa realista (no tuvo De la Bella su mejor partido, ni tampoco Carlos Martínez), con una respuesta levemente tardía de Labaka al desmarque de Juanmi. 1-2 y el partido seguía muy vivo, mucho más de lo que merecía el Málaga a esas alturas de partido. Los dos cambios que le restaban a Lasarte sirvieron para apuntalar el centro del campo. Aranburu (que estuvo un poco fallón) entró por Zurutuza y Diego Rivas por Elustondo. No hubo más que una jugada de verdadero peligro para la portería de Bravo, un balón en profundidad al que no llegaron los delanteros malaguistas. El resto lo controló a la perfección el equipo txuri urdin, con esas armas que tanto se le piden: la presión y la intensidad. Cuando esta Real juega con una concentración absoluta es un equipo verdaderamente difícil de superar. Y cuando Xabi Prieto se dedica a controlar los partidos como lo ha hecho en el tramo final, es prácticamente imposible que se escape un resultado favorable. En los últimos minutos se ha jugado poco. En el descuento, de cinco minutos, casi nada. Ese otro fútbol que tanto se le pide a la Real. Y Xabi Prieto disfrutando. Pasándolo fatal por los nervios, sí, pero así es como gana la Real.
Ya ha comenzado la labor de reivindicación mediática de Elustondo y Markel. Han estado mucho mejor que en Pamplona, pero han influido menos de lo necesario en el fútbol de ataque del equipo. Un punto a mejorar, lo que ganando siempre es maravilloso. Griezmann (al que en el galimatías arbitral le han perdonado su quinta tarjeta amarilla, increíble viendo lo que estaba señalando González González) le ha demostrado a Sarpong lo que tiene que hacer para ser titular en la Real, trabajar de forma incansable, además de influir en el resultado. Llorente es sencillamente imprescindible cuando juega como lo hace hoy. Y si Xabi Prieto saca la magia a relucir, tres cuartos de lo mismo. Labaka es otro jugador que sale reforzado, a pesar de ese segundo de retraso en el gol del Málaga, porque es el central menos valorado y ha respondido muy bien incluso saliendo en frío. Lasarte ha tenido los arrestos necesarios para ir a por el partido y para arriesgar con Elustondo y Markel. Muchos le habrían crucificado de perder, el fútbol es así. Y sobre todo el equipo. Porque hoy ha jugado la Real, toda la Real. Individualmente unos han estado mejor y otros peor. Pero la Real ha estado soberbia.
Los tres puntos de hoy colocan provisionalmente a la Real en la novena posición. En función de los resultados que quedan puede perder una o dos posiciones, y los puestos europeos pueden alejarse, como mucho, hasta los tres puntos (a esta hora es uno). Pero la distancia con respecto al descenso es de seis puntos. Los mismos que ha conseguido el equipo esta semana, con cinco goles a favor y uno sólo en contra. Y aunque está claro que fuera de casa el rendimiento no ha sido el necesario hasta el día de hoy, hay que pensar que las decisiones arbitrales de Almería y Valencia le han restado puntos a la Real. Puntos que ahora habrían disparado al equipo de Lasarte en la clasificación. González González es un árbitro que demuestra partido a partido una inquina hacia la Real que asusta. Pero hoy el equipo txuri urdin ha sobrevivido al arbitraje de este protagonista nunca deseado en un partido de fútbol. Y eso también vale mucho. Buen partido, notable mejora como visitante, tres puntos muy golosos y una semana de tres partidos en seis días que sólo ha quedado empañada por lo de la Copa. Porque en Liga, seis puntos de seis. Y ahora llega el Racing a Anoeta. Como siempre, partido a partido.
4 comentarios:
Genial!
Ahora, lo de que Bravo es el mejor portero de primera división es una licencia poética, no? :)
en este momento es el portero más en forma del campeonato sin duda
Como nos hacía falta ganar fuera, cuando se juntan Griezmann, Llorente y Prieto en ataque llegan buenos goles como los de Málaga. Que bueno es Bravo, al final sufriendo como siempre pero disfrutando con el triunfo.
Lasarte arriesgo con el doble pivote y salió bien, espero que Markel y Elustondo vayan cogiendo confianza y lo hagan cada vez mejor.
Ahora a seguir fuertes en casa.
Mai, de verdad que no, je, je... Lo creo en serio y lo razono en la última entrada que he publicado.
Soro, por eso mismo lo digo. No pongo en duda que haya porteros con más cualidades, pero hoy Bravo es más decisivo.
Cityground, al final que los jugadores tengan confianza en sí mismos es lo mejor para la Real, y en eso Lasarte se mueve francamente bien. Hacía falta ganar fuera, sí.
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