jueves, octubre 28, 2010

REALSOCIEDAD 2 - ALMERÍA 3 La Real no entiende la Copa

La Real no entiende la Copa. Pero no la Real de Martín Lasarte, sino la Real como club, como entidad y como equipo. No quiere jugarla, no desea disputarla, no tiene la intención de escribir ya más páginas épicas en esta competición, que se sumen a las de Zaragoza en 1987, Santander en 1928 o Madrid en 1951 o 1988. Si ni con una eliminatoria tan de cara como ésta es capaz el equipo txuri urdin de hacer algo, lo mejor es escribir el epitafio, retirarse de forma permanente de la Copa del Rey, no volver a jugarla. O al menos jugarla con el Sanse para que disfruten los chavales. Porque al final lo único que deja este torneo son noches sonrojantes, tristes, de decepción. La única forma de encajar lo sucedido en Anoeta es con la incredulidad justa y necesaria, porque lo de hoy ha sido un compendio de todos los males que aquejan a la Real en el torneo del KO desde hae dos décadas. Dos décadas, que se dice pronto. Obviamente, para que el Almería ganara hoy 2-3 en San Sebastián, al nefasto despliegue realista se han sumado notables dosis de infortunio y algo de colaboración arbitral. Si no, por lo visto, no sería un partido de la Real.

Si alguien no ha visto el partido, que sepa que antes de la descomunal debacle (es el mejor término para definir lo visto) de la segunda mitad la Real no hizo mal las cosas. Al descanso el resultado era de 2-0 y la previsión para la segunda parte era que, con un poco de inteligencia, el resultado podía ser de escándalo a favor del equipo de Martín Lasarte. El técnico uruguayo aseguró que no iba a hacer una revolución, pero los seis cambios que introdujo hacen que el rérmino sí sea ese. Y conste que la revolución es lógica, aunque la Real no tenga dos onces, porque el domingo hay partido en Málaga. Zubikarai ocupó la portería, Labaka suplió a Mikel González y Dani Estrada a Carlos Martínez. Elustondo entró en el doble pivote junto a Rivas y Aranburu adelantó su posición hasta la mediapunta, quedando fuera Zurutuza. Sarpong y Griezmann completaron la línea de tres centrocampistas con Agirretxe por delante. Con esos elementos sobre el césped, el partido comenzó de forma inmejorable. A los siete minutos, Sarpong cumplió con su ritual y creó un gol aprovechando un error defensivo. Esta vez marcó, su segundo gol con la Real, con un gran disparo y buenas dosis de oportunismo.

En el minuto 31, Elustondo rubricó una gran jugada de Agirretxe para poner el 2-0. Qué bien iba el partido sin necesidad de protagonizar una actuación irreprochable. El caso es que la defensa parecía segura. Zubikaria había tenido dos grandes intervenciones. Diego Rivas estaba haciendo un gran partido para responder a las críticas que recibió tras el partido contra el Deportivo. Agirretxe se fajó con la defensa, al ver reducidas sus opciones de tener una ocasión de gol, con la Real ya en ventaja, a cazar uno de los muchos balones largos que recibió. Griezmann y Sarpong se cambiaron de banda continuamente volviendo locos a los defensas del Almería. La cosa, más o menos, marchaba, con algunos errores, con algunas actuaciones personales mejorables, pero marchaba. Las muchas facilidades que estaba dando el equipo de Lillo, con grandes ideas pero poca calidad, hacían prever uno de los partidos más cómodos desde hace tiempo. Mucho más incluso que el que se jugó en el mismo escenario el pasado lunes contra el conjunto de Lotina. Pero no. Esto es la Copa. Y la Real no entiende esta competición. Si faltaba alguna demostración, la de hoy tiene que ser la definitiva porque un corazón txuri urdin no puede aguantar más decepciones como ésta en la competición del KO.

¿Qué pasó en la segunda mitad? Qué difícil encontrar una explicación. Los hechos son que Aranburu se retiró en el descanso, presumiblemente a medias por la mala primera parte que había realizado y las molestias que arrastró tras el partido del Depor. Lillo, a cambio, respondió con modificaciones tácticas y no de jugadores. Esos son los fríos hechos. Aranburu es un jugador criticadísimo desde hace unos años, pero incluso jugando por debajo de su nivel no hay en la Real un jugador que sujete el centro del campo como él. Markel no lo es. Elustondo tampoco, a pesar de que hoy sí demostrara esa llegada al área que se le pide cuando juega como pivote ofensivo. ¿Lo hay en el filial? Si es así, que juegue, que éste es un equipo de cantera y todos celebraremos su aparición. Pero si no, Aranburu es bastante más que importante en este equipo. Viguera es un buen jugador pero no presiona, no hace el mismo trabajo y no cubre el mismo terreno. Mucho hay que sujetar el partido para permitir tantos espacios. Cierto que el partido estaba para ser ganado con más ventaja, por lo que el error no está en el cambio, pero el efecto es el que es.

También es parte de esta debacle que el Almería de Lillo diera un paso adelante y entendiera dónde estaban los puntos débiles de la Real. Lillo es otro que cosecha críticas allá por donde va, críticas de quien no quiere entender las limitaciones de los equipos que entrena. Y San Sebastián no fue una excepción, ni mucho menos. Lillo quiere jugar al fútbol y a veces no tiene los mejores mimbres para ejecutar sus ideas. Pero entre equipos de nivel semejante, sus ideas valen y saca partido a plantillas que seguramente no valen tanto. Sus ideas colocaron a la Real a un descuento en Vitoria de subir y al Almería le dejaron en Primera División en una posición muy holgada cuando su equipo tendría que tenerle sufriendo hasta el minuto 90 del último partido. El caso es que tiró a su equipo hacia arriba, colocó a su hombre de más calidad, Corona, en la mediapunta y lanzó balones continuamente a su banda izquierda. La que tenía que defender Estrada, el eslabón más débil de toda la defensa, y que además no contó con la ayuda de un Sarpong fundido, que hoy ha demostrado que tiene calidad para jugar en la Real pero no capacidad, al menos por el momento, para hacerlo en el once inicial y el partido completo. Lillo explotó esa zona, y desde ahí llegaron casi todas las ocasiones de gol del Almería.

Lo gracioso es que los goles del Almería no llegaron por la debacle que protagonizó la Real, por la caraja que le entró a buena parte de los jugadores que tenía Lasarte sobre el césped y al propio entrenador, que reaccionó tarde a lo que estaba suciendo. No, no fue por eso. El primero del Almería fue producto de un rechace de infortunio. Goitom dispara, el balón rebota en la pierna de Ansotegi y el efecto que adquiere despista a Zubikarai. Cierto es que se mascaba la tragedia y que el gol visitante se veía venir. Pero no así. Mala suerte e infortunio es lo que le cayó encima a la Real, cuando en realidad lo que merecía era un golpe futbolístico. Fue el mismo infortunio que le dejó sin premio tras el partidazo contra el Real Madrid. El segundo gol llegó en parte por la caraja del equipo y en parte por la actuación arbitral. Una jugada a balón parado muy mal defendida por la defensa txuri urdin acabó en gol de Ulloa, tras ayudarse de la mano para que Ansotegi no pudiera despejar. Era el 2-2, era otra vez Ulloa, pero esta vez, como en el partido de Liga que se jugó en Almería, no era el minuto 93. Era el 71. En cinco minutos, la Real había echado por tierra su trabajo de la primera mitad y se había puesto cuesta arriba una eliminatoria que veinte minutos antes estaba ganada.

Por su caraja, por el infortunio y por el arbitraje. Pero sobre todo por la caraja. Y es que la caraja continuó, porque Lasarte no fue capaz de ponerle freno. Cinco minutos después del empate, Xabi Prieto entró por un Sarpong que andaba pidiendo el cambio a gritos desde mucho tiempo antes. La eliminatoria ya estaba viciada, por no decir perdida. Ya no era el partido cómodo que tenía el equipo en la primera mitad, sino un ejercicio de impotencia insufrible, otro más en la Copa. Lo curioso es que el Almería forzó a Zubikarai más en la primera mitad que en la segunda (donde sí tuvo que sacar un pie milagroso; su actuación está fuera de toda duda pese al marcador final), y lo curioso es que la Real tiró de orgullo para tratar de, al menos, ganar el partido y viajar a Almería con una mínima ventaja. Tuvo llegadas de peligro, tuvo ocasiones de gol en los pies de Viguera y Griezmann, también Agirretxe tras un buen pase de De la Bella que se quedó en un mal intento de cesión al corazón del área. Y estuvo sobre todo en un remate al palo tras un gran centro de Xabi Prieto, ya con Llorente por Agirretxe sobre el campo. En el contraataque tras ese tiro al palo, 2-3 para el Almería. Y encima tras un control raro de Ulloa que le dio ventaja con respecto a la defensa. Más infortunio.

El Almería estaba muerto al descanso. La Real estaba ya casi clasificada ante un Primera División, 22 años después de la última vez que consiguiera algo que hoy ya parece una proeza imposible y de proporciones históricas. Y sin embargo, al final la cosa cambió de una forma asombrosa. Ni la Real merecía ganar 2-0 al descanso ni el Almería mereció ganar 2-3 al final. Pero la sensación que se queda después del suicidio colectivo que protagonizó el equipo txuri urdin hará que muchos piensen que ya serán 23 años los que sumará la Real sin eliminar a un Primera y que entiendan como justísima la derrota txuri urdin en el partido de ida. No me atrevo a quitarles la razón a los pesimistas porque el fútbol no se puede analizar fría y desapasionadamente. Hoy se ha demostrado que hay jugadores imprescindibles en la Real. Como Xabi Prieto, como Zurutuza o como Carlos Martínez. Hoy se ha demostrado que a Sarpong, a pesar de sus ilusionantes apariciones, le falta mucho para pelear por un puesto en el once. Que Estrada no está para jugar 90 minutos al máximo nivel. Que el único doble pivote que puede sacar a día de hoy la Real es el que forman Rivas y Aranburu hasta que el Sanse aporte otra cosa.

Y sobre todo se ha demostrado que si la Real no juega concentrada 90 minutos, le gana cualquiera. Que ese cualquiera haya sido hoy Lillo hace que me alegre mucho por él. Muchísimo. Casi tanto como me alegraré por el valiente o valientes que quieran, algún día, devolver a la Real la gloria copera que presidió los 80 primeros años de su vida. La eliminatoria ya sólo puede dar una gran noticia, porque la mala de hoy sentencia al 99 por ciento la contienda. El partido de Almería sólo puede ser dos cosas: un trámite más de una competición en la que toda una generación de realistas no sabe lo que es llevarse una alegría, por mínima que sea, o una gesta de dimensiones épicas. Y las gestas son posibles. Lo que no quiero es que la Real se presente en Almería pensando que no lo es. Eso es lo que han pensado hoy y así han generado vergüenza ajena, han despreciado el esfuerzo de las más de 16.000 personas que han pasado la noche de un día laborable en el estadio de Anoeta y la de miles de realistas que quieren algo más de su equipo. Porque no cuesta tanto dar algo más de lo que se ha dado hoy. No tendría que costar con el escudo que llevan sobre el corazón.

5 comentarios:

Campanilla dijo...

DECEPCIONANTE. Esa es la primera palabra que se me viene a la cabeza después de lo visto ayer en Anoeta (yo era una de esas 16.000 personas que fuimos a animar al equipo un jueves a las 22 h.)
Como puede ser que el equipo de una buena imagen durante la primera parte de la que nos vamos al descanso 2-0 y salga (como poco” fumados”) en la segunda parte y hagan lo que hicieron ayer.

Yo estoy por prohibir los descansos (que se juegue todo seguido, como mucho como en las prorrogas 5 min o algo mas pero sin ir a vestuarios) porque para lo que les sirve a algunos muchas veces.

Estoy de acuerdo contigo en que casi es mejor que pidamos de inicio no jugar esta competición para lo que hacemos (esto creo que lo llevo comentado ya hace años), hacemos el ridículo con un 1ª, 2ª, 2ªB, con ¿un tercera también? (mira de esto no recuerdo, para estas cosas tengo muy mala memoria).

Del partido de ayer me alegro por los dos goleadores, Sarpong: por su 2 º gol (o casi tres si contamos el del Espanyol), de acuerdo que no está para estar en el once, pero si cada vez que sale al campo marca, que salga muchas veces. Y el otro es Elus, por él me alegro mas, por todas esas críticas que recibió junto con Markel de la lamentable actuación que tuvo TODO el equipo en Pamplona. (Y eso que tampoco me pareció que hizo un gran partido ayer), creo que es lo único bueno que puedo sacar del partido de ayer.

Para mí también Lasarte ando tarde con los cambios, bien que Aramburu (posiblemente por estar arrastrando molestias del partido del lunes) necesitase ser sustituido, pero yo habría sacado mucho antes de cuando lo hizo a Llorente, Aguirretxe no me gusto nada de nada (hubo un rato que no sabía ni que estaba en el campo), ¿Qué aporto al equipo? ¿El pase del 2º gol? (con eso no me vale, si quiere tener más oportunidades para jugar lo tiene que hacer bastante mejor de lo que lo hizo ayer).

Y no digamos de la entrada de Prieto para lo que sirvió casi mejor que no le hubiese sacado (con esto no quiero decir que lo hiciese mal), con el 2-1 se pedía a gritos la entrada de Xabi y ahí (mira lo que digo) si creo que hubiese sido muy posible que hubieran cambiado las cosas, o no porque la caraja que llevaba todo el equipo a esas alturas era descomunal.

Y ahora nos toca ir a Málaga, no sé si va a ser un día muy propicio para que den una buena imagen fuera de casa, después de cómo se dio el partido de ayer, pero bueno hay que centrarse de lleno en la liga e ir a Málaga a por todas. (Animo a todos los que hoy vais a pegar un gran paseíto para ir animarles).

AUPA REAL.

cityground dijo...

Otra decepción en Copa y de las gordas tal como estaba la cosa al descanso, la 2ª parte de la Real hasta el 2-2 fue penosa, se quedo demasiado a merced del Almería y se veía que los goles iban a llegar aunque no me imaginaba que remontarian, con el 2-2 el equipo se fue arriba y pudo marcar el 3º y en una contra maracn, derrota que creo es un castigo excesivo, lo mas justo era un 2-1 o 2-2.

Llamarme loco pero no tiraria el partido de vuelta, el que salga debe salir a muerte que no estamos eliminados aun.

Sarpong muy bien para 45 minutos como mucho, y Lasarte debió hacer los cambios antes.

A ver si en Málaga nos llevamos una alegría.

Johnnie dijo...

Pues yo no creo que ayer la Real mereciera ganar, como mucho empatar. El Almería tuvo muchas ocasiones, y no solo en la segunda parte.
En la segunda paso lo que se veía que iba a pasar. Antes de meter el primero, el Almería llevaba 15 minutos sin salir del area de la real. Había que haber sacado antes a Gontxa, un 2-0 a favor no se puede dejar escapar, y menos en copa. En su momento parecía muy "amarrategi" (todos se reían en Anoeta cuando lo propuse) pero mira...
Aunque ya se sabe que después de visto...

Esta real tiene que aprender mucho del "otro fútbol", y eso no se aprende en los entrenamientos...Y son muchos puntos a final de temporada...

AUPA REAL!!!!!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Campanilla, pues sí, coincidimos en casi todo. Por discrepar un poco, yo creo que Agirretxe no fue de lo peor, y su pase me vale. No es lo mismo jugar en un equipo descosido como acabó el nuestro que a favor de corriente. A ver Málaga...

Cityground, no, yo tampoco lo tiraría, no creo ni mucho menos que estés loco. Pero ahora mismo es obvio que la eliminatoria está perdida y ya sólo se puede ganar, cuando en el descanso de la ida estaba ya casi ganada. Mira que si después de esto damos la sorpresa...

Kaleko, yo no llegaría a tanto como decir que la Real mereció ganar, pero no creo que mereciera perder tampoco. Un empate hubiera sido más justo, la Real también dispuso de ocasiones claras en la segunda mitad, y no podemos olvidar ese palo o que el primer gol del Almería es un rebote. Pero bueno, son impresiones personales. En lo que estoy totalmente de acuerdo es lo del otro fútbol. Desde la pretemporada iba lamentando yo que nos faltara un Karpin en este equipo...

Johnnie dijo...

Y eso que este año tenemos a Llorente!!