Este último estado de ánimo es el actual. Y no salgo de mi asombro por la falta de confianza que a veces se respira en este equipo que ha cambiado por completo la dinámica de los dos últimos años. No voy a repetir los datos que todos conocemos. Sólo uno. Diez puntos con respecto al cuarto clasificado. Sería muy hipócrita decir ahora que eso no nos parece suficiente, que no lo hubiéramos firmado al comienzo de la temporada. Pero el caso es que dos tropiezos consecutivos en casa han bastado para que la cautela, cuando no el miedo, se apodere de la parroquia txuri urdin. Y yo, dentro de ese asombro, me rebelo. No veo ningún motivo para pensar que este equipo se vaya a desplomar en la segunda vuelta. Por supuesto que es una posibilidad más, pero no creo que tengamos muchas papeletas de seguir en Segunda el año que viene si se mantienen las constantes que nos han llevado hasta aquí.
Miremos con detenimiento esos dos tropiezos en casa, base del terror actual. En el primero, la Real jugó 80 minutos con diez jugadores por un error puntual de su portero. En conjunto, tuvo más o menos las mismas ocasiones de gol que el rival y acabó encerrando al Elche en su área a pesar del inmenso desgaste físico de jugar con uno menos. En el segundo, la Real también acabó aprisionando a Las Palmas junto a su portería y marcó un gol en el minuto 90. En ambos encuentros fue elogiable la actitud del equipo, su entrega, su garra y su fe en que no iban a volar tres puntos de Anoeta. No hubo mucho juego, no hubo demasiados aciertos, pero lo que no hay es desidia. Ahora bien, si pretendemos que la Real gane todos los partidos nos estamos equivocando de deporte y de realidad. Nadie gana siempre. Ni siquiera el Barcelona o el Real Madrid. Ni, por seguir el ejemplo que en su día citó Lasarte, el Ajax de Cruyff. Nadie. La Real tampoco.
Y aunque no gane siempre, siempre está en disposición de ganar. En los partidos buenos y en los partidos malos. Eso es una característica, se mire por donde se mire, de equipos grandes. Repasad todos los partidos de la Real esta temporada. Sólo los últimos cinco minutos en Alicante tuvieron a la Real lejos de sacar algún punto. Luego cuentan más cosas en el devenir de un encuentro y, aunque a alguno le pueda sorprender, también lo que hace el rival. Que juega, aunque a veces parezca que la Real tiene que ganar de calle siempre. Y puede hacerlo, porque tiene los mimbres para ello. Dos delanteros con gol, un centro del campo con mucha calidad, una defensa férrea y que además está aportando goles, y la mejor portería de Segunda. Ya sé que se ha lesionado Xabi Prieto. Pero hay alternativas. Songo'o va a dar mucho. De momento, ya lleva una asistencia. Es un equipo de presente y, en buena medida, también de futuro, de un futuro más halagüeño económicamente del que algunos temían hace bien poquito.
Ahora miremos los efectos de este bache deportivo que parece haber provocado tanto miedo, ya que el miedo es precisamente a no subir a Primera después de haber tocado con los dedos ese objetivo durante toda la primera vuelta. ¿Efectos? Ninguno. Bueno, que el hueco podría ser ahora de quince puntos en lugar de diez. La única herida real está en la estadística. En que se ha perdido en Anoeta, en que el Elche ganó por primera vez en San Sebastián. Nada más. La ventaja con respecto al cuarto clasificado, decía, sigue siendo de diez puntos. Es decir, para que no subiera la Real, en los próximos veinte partidos al menos dos equipos tienen que tropezar en cuatro partidos menos que el conjunto txuri urdin. Y resulta que los demás también pierden, y lo hacen además con rivales derrotados por la Real sin que los realistas hayan recibido demasiados elogios por ello. No parece del todo justa esa visión de la marcha del equipo de Lasarte. Sólo dos equipos han tirado una renta de diez puntos a estas alturas de campeoanto desde que la Segunda División tiene 22 equipos. Y la Real no va a ser el tercero.
Pero, sí, me preocupa algo. ¿Sabéis qué? El césped de Anoeta. Desde que el estadio se inaguró en 1993 he presumido siempre de su estado. Al mirar otros muchos terrenos de juego, de Primera y de Segunda División, la comparación siempre ha dejado un triunfador: Anoeta. Últimamente, el verde no es tan verde. Es cierto que este invierno ha sufrido mucho castigo e igual mi preocupación es algo apresurada. Dos nevadas, ante Betis y Cádiz, y el torrente de agua ante Las Palmas afectaron el desarrollo del juego, aunque en las dos primeras batallas contra los elementos la Real salió más que airosa. Pero me preocupa ver tanto césped levantado, algunos claros de tierra en las áreas, algún que otro charco, un mal estado general. Y me preocupa más ahora que la Real vive en una posición dominante, que es de los equipos punteros de la clasificación, que tiene equipo y jugadores para hacer mover el balón con velocidad. La Real necesita más que nunca que el césped de Anoeta esté en buen estado. Eso sí es preocupante. Lo demás no. Esa es la confianza que tengo en este equipo.
2 comentarios:
Somos la leche, siempre pesimismo en el entorno de la Real, se ha tropezado en dos partidos pero los demás también juegan, y contra Las Palmas el equipo se vino arriba y logro empatar, un punto que puede ser muy importante y que al menos moralmente ha servido para evitar dos derrotas seguidas que hubieran hecho daño.
Ahora a intentar ganar al Murcia, que no sera fácil.
Cityground, ya sabes que siempre me he rebelado contra esa percepción negativa. Creo que no hay motivos para el nerviosismo. Igual ahora se ganan cuatro o cinco partidos seguidos y la gente considera ese gol de Labaka como un punto importante de la temporada. Tampoco creo que Murcia vaya a ser fácil.
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