La Real arranca el año de su centenario en Córdoba (domingo, 17.00 horas, Nuevo Arcángel, sin televisión). Y lo hace con un partido que, como ya ha reconocido Lillo, tiene cierto peligro. Las fiestas navideñas siempre traen cierta relajación y ese puede ser el peor enemigo de un equipo que busca el asalto a los puestos de ascenso a Primera en el campo de un conjunto que lucha por eludir las plazas de descenso a Segunda B. El objetivo txuri urdin es continuar la buena racha con la que finalizó 2008, con diez puntos de los últimos quince en juego. Y como Anoeta es ahora mismo un fortín, gracias a tres victorias consecutivas y por la mínima, es importante comenzar a sacar de tres en tres fuera de casa.
Para este primer partido del año, Lillo se ha encontrado con un lujo que hacía mucho tiempo que no disfrutaba: ha podido descartar a un jugador de la primera plantilla para confeccionar la convocatoria. Y ese ha sido Dramé. El defensa apenas ha participado en lo que llevamos de temporada (un partido en Liga y otro en Copa) y, a pesar de que los rumores sobre su marcha en el mercado de invierno parecían inventados, lo cierto es que sigue sin contar demasiado para el técnico. Su nombre empieza a asomarse peligrosamente a la larga lista de jugadores extranjeros que han llegado a la Real sin necesidad y sin mejorar lo que es capaz de ofrecer Zubieta. Porque, si no va a contar con oportunidades, ¿qué hace en Zubieta? El perjudicado por la recuperación de lesionados y sancionados es Zurutuza, que vuelve esta semana al Sanse.
Bravo, aunque tuvo más permiso en las vacaciones navideñas que el resto de sus compañeros, estará en la portería. En la defensa lo normal es que Mikel González vuelva al once, tras la lesión que sufrió y que le dejó en el banquillo por precaución ante el Salamanca, y que Labaka sea su compañero por el centro. Ansotegi, a pesar de haber ofrecido un muy buen nivel, volvería al banquillo. Castillo es intocable en la izquierda y, como siempre, Carlos Martínez y Gerardo se juegan el puesto en la banda derecha. Y a partir de ahí se abre el abanico de posibilidades para Lillo. Tres nombres parecen seguros en el centro del campo, los de Marcos (que regresa al equipo cumplida su injusta sanción), Xabi Prieto y Aranburu, pero el resto son incógnitas.
Fuera de casa el técnico realista está apostando con asiduidad por Diego Rivas, quien hizo en Albacete quizá su mejor partido con la Real pero que viene de hacer una primera parte discreta ante el Salamanca. Markel podría tener otra oportunidad antes de que regrese Elustondo, que no entró en la convocatoria todavía. Moha y Estrada esperarán su oportunidad en el banquillo. Sergio, que hizo una buena segunda mitad ante el líder, tiene también bastantes opciones de jugar como quinto centrocampista. En la delantera, Necati entró finalmente en la lista de 18, aunque arrastra problemas físicos tras el amistoso que se jugó el día 31 ante el Eibar. Eso podría dar la titularidad a Agirretxe, que todavía no ha dispuesto de minutos como delantero único. El turco sigue buscando su primer gol. El canterano marcó ante el Castellón un gol que, desgraciadamente, no sirvió para sumar.
La Real no celebra una victoria fuera de casa desde que Iñigo Díaz de Cerio marcó su último gol, en el descuento del partido en Girona frente al Nastic, hace exactamente dos meses. Y es importante invertir la tendencia ya, ahora que se ha conseguido que no se escapen puntos de Anoeta. Es prácticamente imposible que la Real finalice la jornada en puestos de ascenso a pesar de estar a tres puntos de la tercera plaza, ya que el golaverage general es bastante desfavorables con respecto a Hércules, Xerez y Zaragoza, pero ganar colocará al equipo txuri urdin. El Córdoba lleva cuatro derrotas consecutivas, tres de ellas lejos de su estadio, y eso le ha metido en los puestos de descenso, pero eso no significa en absoluto que éste sea un partido fácil. En su estadio ha ganado tantos partidos como ha perdido, tres.
Hasta la pasada temporada, la Real no conocía la victoria en Córdoba y era una ciudad tan nefasta para sus intereses como tantas otras del sur. El enfrentamiento entre donostiarras y cordobeses se produjo en tres ocasiones en Primera División. El equipo txuri urdin sólo fue capaz de anotar un gol en esos tres partidos, tanto que le valió para arrancar un empate en la temporada 68-69. Los otros dos fueron derrotas. En Segunda son otros tres los duelos entre Real y Córdoba. Los dos primeros tuvieron lugar en la muy lejana década de los 40, y las derrotas fueron claras, por 3-0 y 3-2. El último, que es el que está en la memoria de todos los aficionados, fue la temporada pasada, en el regreso de la Real a la categoría de plata.
Ese partido fue el primero que dirigió José Ramón Eizmendi desde el banquillo realista y fue el debut con la camiseta txuri urdin de dos de los cuatro fichajes que la Real hizo en el pasado mercado de invierno, Martí y Fran Mérida. El mediocentro cedido por el Sevilla fue uno de los protagonistas de aquel día, dando dos asistencias de gol, ambas a Iñigo Díaz de Cerio. Antes de eso, Garitano había abierto el marcador con un buen gol de cabeza a la salida de un corner. El 1-3 final fue fiel reflejo de lo que sucedió en el Nuevo Arcángel: una Real arrolladora, que hizo uno de los mejores partidos del campeonato, una exhibición que llevó a muchos a preguntarse cómo era posible que el equipo txuri urdin no estuviera entonces en puestos de ascenso. No tardaría en alcanzarlos, pero ese privilegio no duró demasiado.
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