Hoy vemos al nuevo presidente de la Real, Jokin Aperribay, reunido con el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar. El mismo día que leemos en un medio de comunicación que Aperribay ha remitido una carta al presidente del Málaga, Fernando Sanz, para "reconducir" las relaciones con este equipo. Y el mismo día que leemos en otro periódico que Jesuli ha respondido al requerimiento notarial que le hizo llegar el Tenerife asegurando que jamás ha cobrado dinero por dejarse perder en un partido. Todo eso sucede el mismo día. ¿Casualidad? Yo ya no creo en las casualidades y mucho menos si está la Real de por medio. No la Real que salta al campo cada fin de semana para tratar de ganar su partido, no, sino esta Real embarrada que tenemos en los despachos, ésta que nos tiene a los aficionados en vilo porque ya no sabemos a quién creer o qué nos deparará en el futuro.
Dice la web oficial de la Real que el encuentro entre Villar y Aperribay se ha desarrollado "en un clima de máxima cordialidad". Y, al margen de todo lo que cualquier realista puede estar pensando en este momento, añado una casualidad más. Resulta que el Comite de Competición, que depende del organismo que preside causalmente Villar, le acaba de meter dos partidos de sanción a Xabier Mancisidor, preparador de porteros de la Real, por decirle a Pino Zamorano el pasado domingo "pitas lo que quieres, no tienes ni puta idea. Puto sinvergüenza". Dos partidos nada menos. Será que Mancisidor es un tipo peligroso con antecedentes de psicópata, porque si no es incomprensible esa doble vara de medir. Pero como no es la primera decisión de este tipo contra la Real, ni ésta ni la pasada temporada por no remontarnos más lejos, pues será que eso de las casualidades no se aplica aquí. Mientras los realistas vivimos indignados con lo que le están haciendo al equipo, el presidente de la Real mantiene una reunión "cordial" con el presidente de la Federación. Es un consuelo saber que ya hay alguien que vela por los intereses de la Real.
Había quien pensaba que tras dejar Badiola de ser presidente de la Real, el poder nos querría mucho más. Y esa sensación de algunos se topó de bruces con la realidad, con el arbitraje de Pino Zamorano en Córdoba. Ese por el que Lillo dijo al final del partido, literalmente, que ya no se atrevía a hablar de los árbitros por lo que nos pudieran hacer en el futuro. Una frase que se ha llevado el viento porque nadie, absolutamente nadie, se ha parado a analizarla de verdad y hasta las últimas consecuencias. Porque habla de las represalias que el colectivo arbitral (¿con órdenes o sin ellas?) emprende contra quien habla mal de él. Eso, en un lenguaje directo, se llama mafia. Terror, que no respeto. Miedo, que no colaboración. Y con el jefe de los árbitros se ha reunido Aperribay. ¿Habrán hablado de esto? ¿Cómo será el arbitraje del domingo frente al Rayo? Nos pita Amoedo Chas, con el que ya nos hemos cruzado tres veces, las tres la temporada pasada, y con el que no hemos ganado ninguna (derrotas en Castellón y en Anoeta ante el Numancia, y empate en casa ante el Cádiz). Ojito a eso.
Y, claro, puestos a mantener relaciones cordiales, ¿quién puede haber mejor para ello que Fernando Sanz? Debe ser que a la Real le interesa mucho más esa relación cordial que ir hasta el final en un caso de presunta compra de partidos, un caso que dejó a la Real en Segunda cuando es posible que, sin trampas, hubiera subido a Primera. Porque en apariencia resulta fácil tratar de enterrar el asunto ahora que el cadáver de Badiola está frío (¿seguro? Tengo la sensación de que no hay cadáver, y así se deja entrever en el foro que el ex presidente ha abierto en Internet, ese del que no se ha hablado en casi ningún medio de comunicación, que Badiola va a seguir dando guerra... y a la Real le va a venir muy bien que lo haga). Pero a mí por lo menos no se me va a olvidar que antes de que se conociera la grabación de Lorenzo Sanz, mucho antes de escucháramos a Jesuli, fue Fernando Sanz quien acusó a la Real de hacer trampas. Fue Fernando Sanz quien enfangó el nombre del equipo txuri urdin. Fue Fernando Sanz el primero en tratar de desprestigiarnos a nosotros. Pero resulta que, ahora que no está Badiola, tenemos que llevarnos bien con él. Vaya.
Resulta curioso un detalle. El nuevo Consejo, a través de la web oficial, ha matizado la noticia. Dice que no era más que una carta de cortesía, una formalidad en la que se anunciaba al presidente del Málaga, como al resto de presidentes de clubes de Primera y Segunda División, el nombramiento del nuevo presidente. Y ha publicado la carta para que lo veamos. Vale, perfecto. En la carta no hay alusiones a Badiola (salvo ese pequeño apunte de "nueva etapa") ni tampoco a la compra de partidos. Pero ya da qué pensar que un diario de Málaga haga saltar la liebre sobre este asunto, cuando la prensa de la ciudad andaluza ha obviado todo lo relacionado con la compra de partidos. Y ahora, se va Badiola, y de repente somos muy amigos. Y da que pensar también que esa noticia provoque una respuesta del Consejo cuando no ha tenido problema alguno en pasarse dos semanas en el mutismo más absoluto. Extraño, como poco extraño. Y como no creo en las casualidades, pues en esas estamos...
Y en esas aparece Jesuli. Badiola consiguió que un jugador, Jesuli precisamente, dijera abiertamente y ante una grabadora que cobró dinero porque su equipo se dejó perder para que subiera el Málaga y dejara a la Real en Segunda. Y acto seguido, Jesuli se desdijo. Ahora lo hace, dice el Tenerife, ante notario. Si el fiscal que lleva el caso es lo suficientemente valiente como para abrir juicio por este asunto se puede dar la triste paradoja de que todos los que se sienten en él remen en la misma dirección. Y por muy manida que esté esa frase en el entorno de la Real, no va a ser precisamente una dirección que beneficie al conjunto txuri urdin. Aperribay, en esa rueda de prensa en la que se presentó nada menos que diez días después de ser elegido presidente, dijo que seguiría el caso con mucha atención. Tanta casualidad no puede ser más que la explicación a lo atento que se va a mostrar el presidente de la Real. Atento, sí. Pero no resuelto. Ni mucho menos valiente.
La reunión con Villar era más o menos previsible. Aperribay ya anunció que le iba a invitar al palco. Con esta reunión entre semana evitan escuchar el veredicto de la grada de Anoeta y la más que probable indignación de unos cuantos. Lo de Fernando Sanz me parece una broma de mal gusto, puesto que todavía estoy esperando que el presidente del Málaga pida perdón, si no ya por todas las acusaciones que lanzó contra la Real antes de las grabaciones, por el botellazo que recibió Lillo en su estadio. O el agradecimiento por no haber presentado ni Lillo ni la Real denuncia alguna. Lo de Jesuli entristece mucho, pero es normal. ¿Quién se ha puesto del lado de un futbolista que fue valiente y denunció un caso de corrupción tan grande? Ni clubes, ni asociaciones, ni Federación, ni medios de comunicación. Jesuli se quedó con el único apoyo de Badiola, al que ya estaban acorralando también en Donosti. Y se echó atrás. Normal. Cualquiera lo hubiera hecho. Es un gesto de cobardía, sí, pero comprensible. Lo que es incomprensible es lo demás. Y lo que nos queda por ver.
2 comentarios:
Yo tampoco.
En ocasiones pienso que se esta buscando que desaparezca un equipo, para escarnio del resto.
Y nos ha tocado ser los cabezas de turco.
Que mejor equipo que el más pequeño de los grandes. Y el más grande de los pequeños.
Feliz año
Año del centenario, pero no del cementerio
Pues yo pienso que sí que puede ayudar arbitralmente el cambio de rumbo. Hay que dar tiempo.
Lo triste es que si sacas las cosas feas del fútbol, nadie quiera verlas y sí matar al mensajero...
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