La Real se suicidó hoy en el Carlos Belmonte de Albacete en dos jugadas puntuales. Lo que se encontró el equipo txuri urdin en tierras manchegas fue un rival muy flojito al que debió ganar con cierta claridad. Tuvo sobradas ocasiones para lograrlo. No un vendaval ofensivo, desde luego, pero sí casi una veintena de balones al área en faltas y córners y tres o cuatro grandes jugadas. Necati debió marcar, tuvo dos oportunidades muy claras, pero está visto que no está en su momento todavía. El suicidio vino, además de por la manifiesta y desaprovechada superioridad, por los dos goles encajados. Dos cantadas, una del portero y otra de la defensa, han costado los tres puntos. Pero si la Real se ha suicidado, también ha sido en parte asesinada. Quien quiera mirar para otro lado, que lo haga, pero el arbitraje ha sido otra vez prevaricador. Sobre todo por la clarísima y no sancionada expulsión de Diego Costa, autor del definitvo 1-2. Suicidio y asesinato. Las dos cosas. Quizá más la primera que la segunda, pero no se puede hablar de una sin mencionar la otra.
La alineación de Lillo fue más o menos la esperada, aunque quizá fue algo sorprendente su elección del lateral derecho. Carlos Martínez se quedó al final en el banquillo y eso restó poderío ofensivo al equipo, aunque pronto se vio el porqué de la elección de Lillo. Los problemas que, decían, estaba teniendo el Albacete a balón parado los quiso explotar el técnico colgando al área toda falta que pasara de la línea del centro del campo. Y su lanzador fue Gerardo. En la primera parte, colgó una docena de envíos, bastantes menos en la segunda, a lo que habría que sumar casi una decena de córners, y apenas se creó verdadero peligro en uno en el que Necati andaba por allí. Zozobra en la defensa del Albacete sí, pero no hubo verdadero peligro de la Real. Con ese asedio en forma de faltas, no deja de ser paradójico que el gol del Albacete llegara precisamente así, en una falta colgada sobre el área de la Real que Bravo, directamente, se tragó tras el bote. Debió salir y no lo hizo. El balón entró sin que nadie lo tocara. Y nos quedamos con cara de tontos.
Ese gol dio al traste con la seguridad defensiva de la que alardeamos de la forma más absurda. El segundo gol del Albacete, en el último minuto del partido, ahondó en esa sensación. Y es grave porque en partidos exigentes la Real ha mostrado una fortaleza atrás absolutamente magnífica y ha tenido que ser un rival realmente flojo el que ha sacado las vergüenzas de la Real. En dos jugadas puntuales y sin que se pueda reprochar absolutamente nada a los centrales (no vaya a ser que alguien aproveche de forma oportunista la ausencia de Mikel González). El fallo de Bravo en el primero tuvo su continuación en una más que defectuosa dejada de Markel Bergara hacia atrás que aprovechó Diego Costa partiendo en una posición de fuera de juego imposible de sancionar porque el pase no fue de un compañero suyo. Es un drama caer así ante un equipo que tan poco asustó.
La Real demostró sobradamente merecer los tres puntos y seguramente incluso con algún gol de ventaja. Pero ya se sabe que los goles no se merecen, sino que se marcan. El equipo txuri urdin anotó el primero cuando empezó a parecerse al equipo de los comienzos de la temporada. Cuando conectaron los dos mejores jugadores de la plantilla: Xabi Prieto y Marcos. Xabi, que acabó el partido sustituido y seguramente muy cansado, lleva dos asistencias de gol desde que volvió al equipo. Es el mejor jugador de este equipo y me parece inverosímil dudar de él. Moha desniveló para mal el buen papel del centro del campo, mostrándose muy ausente durante todo el partido. Pedía a gritos el cambio, pero Lillo esta vez tardó mucho en reaccionar y en apostar por la victoria. Sus cambios fueron ofensivos, pero hacer sólo dos (y en los últimos diez minutos) contradice la confianza que mostró en los canteranos en la víspera del partido. Debieron salir Illarramendi (para suplir a un Markel que sigue sin dar un pase adelante y se ve siempre superado por Diego Rivas) y Zurutuza o Estrada, además del cambio cantado que era incluir a Agirretxe.
Si la primera mitad estuvo marcada por las interrupciones y los balones colgados al área, la segunda parte fue claramente txuri urdin. La conexión Marcos-Xabi Prieto y las ocasiones de Necati (que, eso sí, tendría ya que haberse estrenado; ocasiones ha tenido de sobra para hacerlo) debieron ser suficientes para lograr una victoria claramente merecida. El empate era poco para los méritos realistas. Y al final nos vamos de vacío. Sorprendente. Inaudito. Se puede poner el adjetivo que se quiera. Pero lo que está claro es que éste es uno de los partidos que la Real tenía que haber ganado fuera de casa. Seguramente el mejor que ha jugado la Real lejos de Anoeta, excepción hecha de la segunda mitad en Zaragoza. Uno de esos partidos que, ganados, al final de la temporada te colocan arriba. Una de esas ocasiones de ganar dos partidos seguidos, algo que sigue sin hacer todavía esta temporada.
Pero además de hablar del equipo es inevitable censurar la actuación arbitral. Otra semana más. Y aunque Lillo no quiera hacerlo (quizá es la mejor actitud, visto lo visto hasta ahora y lo que seguramente nos espera), es obligado para quienes hemos visto el partido desde fuera. "Los errores son muy lógicos en el fútbol, no creo que tenga la culpa de nada", dijo el técnico realista cuando se le preguntó por la actuación arbitral. Pero, una vez más, los errores cayeron todos del lado txuri urdin. Casualmente. En la primera mitad, Marcos acabó marcando (eso sí, ante la pasividad del portero) un uno contra uno que el linier, sólo el linier, pensó que era fuera de juego. En la segunda mitad, Diego Costa, que fue el autor del segundo gol del Albacete, debió ser expulsado por una durísima entrada a Castillo. Tuvo mucha tibieza para las patadas que recibió de forma insistente la Real, sobre todo Xabi Prieto, pero no la tuvo después para expulsar a Marcos por una más que dudosa falta en el centro del campo, ya en el descuento. Como ya expulsó este mismo árbitro a Carlos Martínez desde el banquillo ante el Eibar. Siempre tiene la Real una doble vara de medir en lo disciplinario y en las decisiones puntuales siempre sale perjudicado. Mal asunto. "Te cansa", dijo Castillo sobre los árbitros al comparar la entrada que sufrió él y la roja que vio Marcos. Estoy con él. Muy cansado.
Se ha perdido una oportunidad espléndida de sumar dos triunfos consecutivos, pero quien piense que se ha perdido alguna guerra es que no conoce a esta Real. El equipo txuri urdin volverá a levantarse, que nadie lo dude. Hoy se ha esfumado la posibilidad de dormir con los mismos puntos que el tercer clasificado y, seguramente, la opción de acabar el año entre los tres primeros. Pero nadie en la categoría de plata gana fácil, nadie encadena con sencillez dos triunfos y nadie encaja dos derrotas seguidas. La igualdad es la nota de esta Segunda División, y eso hace que haya muchos equipos vivos en la lucha por el ascenso y en condiciones de llegar a final de temporada con opciones. La Real es uno de ellos. A pesar del varapalo, yo no tengo duda alguna de que va a ser así.
2 comentarios:
Una pena la oportunidad perdida, ademas siendo superiores al Albacete que no es un mal equipo, fallos tontos atrás como el día del Castellon aunque es verdad que en la mayoría de partidos defensivamente estamos bien.
Lo de los árbitros ya huele, ademas este creo que era el del día del Eibar, me parece ganas de provocar.
Lo que mas me preocupa de la Real es nuestra falta de gol, Necati no ve puerta y cuando la ve se lo anulan injustamente, habría que tratar de traer un delantero en Enero aunque supongo la cosa sera complicada.
Animo Aficion.
El Salamanca a 8 puntos , es lider y jugamos en casa .Todo va a cambiar. El 2009 es nuestro año.
Ante las crisis lo peor el derrotismo,y nosotros tenemos mas moral que el Alcoyano.
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