lunes, diciembre 15, 2008

Motivos para la queja

Dicen quienes prefieren no ver la realidad arbitral, que los colegiados dan y quitan a partes iguales. Que al final de una temporada la balanza de aciertos y errores está más o menos compensada. Pero lo cierto es que hace ya demasiados años que yo no tengo esa sensación con la Real. No creo que quedara equilibrada en la campaña del descenso (sobre todo en una primera vuelta calamitosa de los árbitros con este equipo, con partidos y decisiones rocambolescas y delirantes, como los de San Mamés o en Anoeta frente al Zaragoza) ni tampoco el año pasado (con días que rozaron el absurdo como el del Rácing de Ferrol en Anoeta o con decisiones tan injustas como las de Gijón). No diré nunca que los árbitros fueron la causa única del descenso o del no ascenso, pero como elementos del juego que son tuvieron su parte de responsabilidad. Eso sí, creo que nunca habíamos visto algo como lo que ya hemos visto en este primer tarmo de la temporada 2008-2009.

La Real se puede sentir perjudicada, con decisiones graves, en ocho de las 16 jornadas disputadas. En la mitad nada menos. Y en esos ocho partidos (nueve si contamos la rigurosa aunque puede que justa expulsión de Marcos en Girona) hemos visto tal catálogo de errores que es sencillamente demencial. Goles legales a favor anulados e ilegales en contra que se dan por válidos. Penaltis que en el área de txuri urdin se pitan sin que nadie los vea, y que en el área rival son ignorados. Expulsiones delirantes y lesionados graves sin que haya sanción alguna. La Real, que sólo ha tenido un penalti a favor en lo que llevamos de temporada y en la jornada 3 (en contra también uno, en la cuarta), ya ha visto a dos de sus jugadores lesionados sin que el árbitro pitara falta. A tres de los suyos expulsados sin motivo alguno para ver la tarjeta roja y sin haber dado una triste patada. Dos goles anulados sin saber todavía por qué. Sólo seis minutos en superioridad numérica por expulsión de un rival, en Alicante.

Demasiadas casualidades, coronadas además por las designaciones arbitrales (colocar a la Real el pasado sábado a González González, el mismo del desaguisado ante el Eibar, es una provocación y roza la miseria humana y deportiva) y las decisiones de los comités. Sólo la retirada de la roja a Carlos Martínez el día del Eibar hizo justicia. A Marcos no le perdonaron su primera expulsión, como seguramente tampoco se le perdonará la del sábado pasado. Un jugador como Marcos ya ha visto dos rojas. No creo que se le pueda tachar de violento, provocador, marrullero o indecente. Los jugadores que buscan los tobillos de los rivales, y Xabi Prieto podría contar mucho de esas intenciones, no son expulsados con tanta facilidad como Marcos. Y eso es grave, no ya sólo para la Real sino para toda la competición.

Estos son los errores que ha sufrido la Real en lo que llevamos de temporada:

· Jornada 3. Real Sociedad 2 - Murcia 0.
Xabi Prieto cayó lesionado a consecuencia de una durísima entrada, una de las muchas que sufrió, cometida por Capdevilla. El Murcia acabó con los once jugadores en el campo. Xabi Prieto, en cambio, se perdió dos meses y medio de competición.

· Jornada 4. Hércules 1 - Real Sociedad 1.
A diez minutos del final, el colegiado señala un penalti de Diego Rivas que sólo vio él. Lo detuvo Bravo y lo mandó repetir ante la sorpresa generalizada de todo el estadio. No había motivo para tomar esa decisión, que costó el empate.

· Jornada 5. Real Sociedad 1 - Alavés 1.
Dos penaltis se fueron al limbo, cometidos sobre Sergio y Marcos. El Alavés abusó además del juego brusco, como ya hiciera el Murcia, ante la pasividad de un árbitro que perdonó bastantes tarjetas amarillas a los visitantes. Alguna hubiera supuesto la expulsión.

· Jornada 8. Girona 0 - Real Sociedad 0.
Marcos fue expulsado por dos tarjetas amarillas, ambas por simular un penalti. Siendo una expulsión justa, cabe lamentar que sea un rasero muy distinto al utilizado cuando la Real sufre esas caídas en su área.

· Jornada 9. Real Sociedad 2 - Castellón 3.
Uno de los goles del Castellón llega precedido de un fuera de juego. Y por esa misma infracción, ahora sí señalada, el colegiado impidió que Necati marcara su primer gol con la camiseta de la Real.

· Jornada 10. Nastic 1 - Real Sociedad 2.
Caserísimo arbitraje, que concedió multitud de faltas inexistentes al borde del área a los jugadores tarraconenses. En una de ellas, inexistente a todas luces, Moisés hizo el gol que entonces suponía el empate.

· Jornada 11. Real Sociedad 0 - Eibar 0.
El colmo de los desporpósitos. El árbitro dejó sin señalar la jugada que provocó la lesión que acabó con la temporada de Díaz de Cerio, y ni siquiera paró el juego para que fuera atendido. En el descuento, suspendió el partido tras expulsar sin motivo a Carlos Martínez y levantar las iras de la grada, de donde se lanzó una botella que impactó en Lillo. Su inverosímil acta no sirvió para cerrar Anoeta, si es que esa era su intención.

· Jornada 15. Real Sociedad 1 - Alicante 0.
Dos claros penaltis volvieron a irse al limbo, el primero de ellos por mano de un defensa visitante y el segundo por un empujón a Necati. El turco volvió a marcar, pero el árbitro señaló de nuevo fuera de juego, a pesar de que el realista partía incluso por detrás del balón en la jugada.

· Jornada 16. Albacete 2 - Real Sociedad 1.
Con 0-0, una jugada que acaba en gol de Marcos, que como poco era un uno contra uno con el portero, es abortada por un fuera de juego que no existe. Diego Costa no ve la tarjeta roja por una terrorífica entrada sobre Castillo y pocos minutos después es el autor del gol del triunfo local. En el descuento, Marcos ve la segunda amarilla por una jugada en la que ni siquiera toca al rival.

Todo esto es lo que la Real ha visto en su contra. ¿A favor? Dos decisiones dudosas, que es difícil valorar con las pocas imágenes que trascendieron de ambos partidos. Por un lado, el penalti que abre el marcador frente al Murcia, que no se ve demasiado claro; por otro, una jugada en Tenerife que los delanteros locales reclamaron como mano de Mikel González. Eso es todo. Incluso si estas dos jugadas fueran claras, concesión que podría hacerse sin que la balanza se moviera demasiado, la comparación es delirante. En esa hipotética, ficticia e imposible clasificación que resultaría de arreglar los errores arbitrales, la Real podría tener nada menos que ocho puntos más. Los mismos que le saca el líder, el Salamanca, al equipo txuri urdin. O dos menos, si contamos el supuesto penalti de Tenerife. Sumando seis, la Real sería segunda en la tabla. Y la mirada al futuro bien distinta.

Hay motivos para la queja. Por las decisiones puntuales y por la actitud que algunos colegiados han mostrado ya para con la Real. Y duele sobre todo teniendo en cuenta que la Real no es precisamente un equipo que haga la vida imposible a los colegiados, más bien al contrario. Si las casualidades siguen cayendo del mismo lado, los amantes de las teorías de la conspiración tendrán más motivos para pensar que tienen razón y los que crean en la imparcialidad de los colegiados van a empezar a replantearse esos principios. Ocho de 16. Y la Real aguanta a tres puntos de los puestos de ascenso. No está mal, no.

2 comentarios:

Rubén dijo...

Pero, y, ¿qué interés hay en hundir a la Real? ¿Es un equipo odiado? Realmente, no sé qué daño ha podido hacer el club como para que se ceben de esta manera. No entiendo.

Saludos!

Luis dijo...

Me acuerdo que la película de Martes y Trece “En martes ni te cases ni te embarques” acababa con unas imágenes en las que el actor Agustín González iba en una silla de ruedas sin control, por la bajada que hay entre la Almudena y el Manzanares, diciendo un “Virgencita, virgencita, que me quede como estoy”.

Pues encima, eso es lo peor de todo, que no ir a más, ya es un triunfo, como para pegarse con un canto en los dientes. Porque visto lo visto.

Un abrazo